viernes, 6 de agosto de 2010

MÁS MANIOBRAS DE MAS, EL MÁS RADICAL

Leía hoy en The Australian un columna de opinión de Mario Vargas Llosa sobre la prohibición de las corridas de toros en Cataluña en la que el escritor manifiesta una serie de opiniones que los catalanes considerarían como nacionalistas españolas o centralistas. Los argumentos que presenta Vargas Llosa son los comunes a los que hemos podido leer en la mayoría de las piezas de opinión de los periódicos.

Como no podía ser de otra manera, el peruano nos recuerda la vigencia de las fiestas de los correbous en el sur de Cataluña y la incongruencia de respetar esta tradición mientras se prohiben las corridas de toros. Pues ante esta hipocresía, Artur Mas anuncia que va a proteger los correbous por ley, mientras que las fuerzas políticas catalanas ya están esforzándose por conseguir este objetivo.

¿Cuál será la respuesta de los socialistas catalanes ante esta iniciativa convergente? Pues lavarse las manos, todo lo que suene a institución nacionalista, todo lo que sean medidas nacionalistas, no recibirán nunca la negativa del PSC por muy disparatadas que esas propuestas puedan parecer.

Pero volviendo a Mas, el Presidente del partido que está siendo acusado por las autoridades fiscales de financiación ilegal, acusaciones que rechaza con una chulería muy típica de él, no hay que olvidar que estamos frente al tipo de político que está dispuesto a "tirar por la calle de enmedio" (como decían las abuelas) con tal de mantenerse en el poder y arrastrar tras él todos los votos posibles. Si para ello su partido tienen que financiarse de forma ilegal y él tiene que exacerbar los ánimos de los ciudadanos lo hará, a cualquier precio.

En eso no se diferencia mucho de otros políticos españoles, pero en este caso la diferencia es que llevamos 30 años escuchando hablar del oasis catalán y de cuan diferentes son los políticos catalanes de los de otras comunidades. Sin embargo la realidad diaria nos demuestra que los catalanes que ostenta algo de poder son igual de sinvergüenzas que en cualquier otra capital de provincia. Mientras Mas sigue con su deriva ultranacionalista aunque se mantenga la falacia de adjetivar a CiU como nacionalismo moderado.

En España seguimos sin llamar a las cosas por su nombre.

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