sábado, 30 de abril de 2011

DESPRECIO A LA LEY, DESPRECIO AL PARO, DESPRECIO A LA VERDAD

El vicepresidente primero del Gobierno Rubalcaba ha admitido, en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, que la EPA de hoy es "mala, mala, mala". No obstante, ha dicho que estaba dispuesto a arriesgarse y a vaticinar que esta Encuesta de Población Activa marca un máximo y que "a partir de ahora la economía española empezará a crear empleo". Una vez más brotes verdes, una vez más el fin de la crisis, una vez más la mentira continua y sin consecuencias.

Por su parte, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez,ha calificado el dato de la EPA de “muy negativo”. El ministro ha añadido que “tiene que ser valorado con preocupación. Se trata de una situación grave y hay que valorarlo como se merece”. No obstante, Gómez ha destacado que “No tiene ninguna importancia si se llega o no a los cinco millones de parados. Con una tasa como la que tenemos no hay ningún Gobierno que pueda sentirse contento, ni siquiera uno presidido por Mariano Rajoy”. Y ha recordado que “ocho de cada diez despidos se han producido al amparo de una ley aprobada siendo ministro el señor Rajoy”. Parece que se le ha olvidado que hace ya siete años que gobierna el PSOE y que si esa ley era mala han tenido tiempo más que suficiente para cambiarla, pero no, ya se sabe, la culpa es de Aznar.

Y con la cercanía de las elecciones y el aumento del paro ¿en qué anda nuestro gobierno?

Hay por ahí un papel que en febrero aprobó el Consejo de Ministros y que ostenta un título largo pero descriptivo: «anteproyecto de ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación». El documento ha sido impulsado por el Ministerio Pajín, último destino de Bibiana Aído. El anteproyecto quiere asegurar la igualdad de trato en todos los ámbitos de la vida, tanto públicos como privados. En particular, pone gran empeño en que los medios de comunicación eviten «toda forma de discriminación… en sus contenidos y su programación» (Artículo 22).

¿Cómo llevar esta exigencia a la práctica? Lo ignoramos. Pero no ignoramos que un fiscal podría entender que un diario o una cadena televisiva hostiles al Gobierno incumplen la igualdad de trato y se hacen merecedores de sanciones muy graves. A los conservadores les inquieta aún más el Artículo 16.2, el cual retira la financiación pública a los colegios que admitan solo chicas, o solo chicos. Esos colegios suelen ser religiosos. ¿Puro azar? Parece que no.

El anteproyecto refleja, por decirlo brevemente, una ignorancia pasmosa sobre cuáles son los fines de la ley en un régimen de Derecho. Y, por descontado, revela un desconocimiento singular de los límites a que debe sujetarse cualquier Gobierno en una nación civilizada. Un rasgo no infrecuente en este Gobierno es la propensión a representarse la ley como un instrumento dirigido a materializar objetivos concretos, tangibles, inmediatos. Esto es desmedido y potencialmente letal para la libertad.

Aído y Pajín son españolas normales, que no comprenden bien el Derecho ni sus límites, que no comprenden bien que las constituciones están pensadas para atar al poder, a las que no entra en cabeza que sus puntos de vista son solo eso, suyos, y no la verdad absoluta, y que confunden el BOE con un estropajo para dejar a la sociedad limpia como una patena. Aído y Pajín son como Zapatero.

Y me permito copiar como propios los comentarios de tres foreros de El Confidencial. Mientras la economía se hude y España se descose lentamente, nuestros periodistas entran al trapo de estrategia socialista y ponen en duda que exista una alternativa política a la situación actual. Así, mientras se habla de regeneración democrática y de Zapatero no se habla del paro, de la EPA, si hablamos de ETA no hablamos de la profunda crisis económica y moral de España, por no hablar de la crisis ética, un concepto ya ovidado en este país, donde al Vicepresidente y probable candidato electoral nadie le pide cuentas por llevar mintiéndonos veinte años.

Pero de verdad ¿alguién se cree que este País sectario hasta la saciedad va a levantarse mientras gobierne la izquierda?

Los sindicatos andan callados como muertos, por la cuenta que les trae, demasiado ocupados en contar los billetes que le envía ZP en forma de subvenciones para que no abran la boca. Si el Gobierno de España tuviese el color del PP, hace tiempo que el Paseo de la Castellana estaría tomado a diario por UGT y CCOO. Yo, en el único sitio que veo manifestaciones cada poco [trabajo al lado] es en la calle Diego de León frente a la sede de la CEOE.

Si gana el PP en el 2012, veremos a los sindicatos convocar una manifestación por el empleo justo al día siguiente, pero mientras tanto, todos con la boca cerrada.

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Esto es cojonudo. Resulta ahora que descartada ya la opción PSOE por incompetencia manifiesta, ahora el énfasis se centra en decir que niy hay alternativa, ahora y desde hace años. Vamos a caer en aquello en lo que el aparato de propaganda socialista lleva trabajando 7 años: no hay alternativa. Basta de hacerles el juego Sr. Zarzalejos. Aquí quien ha destruido la economía, quien ha fragmentado la sociedad, quien ha maleducado a nuestros jóvenes, quien ha pervertido el discurso político son estos tipos del PSOE con el ZP a la cabeza. ¿Acaso el PP no demostró competencia durante el periodo 96-2004? Si Rajoy lo hará mejor que ZP puede no estar asegurado, pero que el tipejo este y los suyos deben marcharse y no volver es una necesidad patriótica. ¿Acaso no es el PP quien gobierna Madrid con evidente éxito? Es comparable la gestión económica en Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha con las de Madrid, Castilla Leon o la Rioja? Basta ya de hacerles el juego. Probemos la alternativa, lo que tenemos hoy ya sabemos no vale ni para tomar po el 

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O sea que según Ud., el PSOE, y en concreto su líder, el inepto ZP, será muy malo, pero el que le puede sustituir es peor.

¿Y cómo puede estar tan seguro de eso?

Señor mío, comentarios como el suyo, lo que esconden en realidad, es la eterna cantinela infantil cuando ante un renuncio, extienden la culpa a todos los niños próximos.

Nadie sabe si Rajoy será buen o mal presidente, pero en cambio todos hemos comprobado cómo un tipo que prometía el oro y el moro, nos ha llevado a la más negra de las ruinas, y una vez conseguido, eso, ha tenido la desfachatez de decirnos que no nos preocupemos, que él mismo va a ser el que nos saque del atolladero, sacrificándose una vez más por todos nosotros.

Y aquí estamos todos perdiéndonos en disquisiciones sobre si el que venga detrás será mejor o peor, cuando lo verdaderamente urgente, es quitarnos de encima al incompetente que ha despilfarrado nuestro dinero de mala manera y que sigue anunciando que cada primavera habrá brotes verdes, y que se va a empezar a crear empleo en el segundo semestre de cada año.

Rubalcaba, ayer, con dos cojones: Se va a empezar a crear empleo y más empleo"

Y nosotros discutiendo cómo será Rajoy

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Rajoy puede no ser muy bueno, ni muy valiente, o sí es muy tácticista y comedido, pero es evidente que a la situación actual nos han llevado los socialistas españoles, todos ellos, no solo Zapatero, todos los que le han apoyado sin fisuras en esta deriva absurda sin la manor autocrítica, sin preguntarse hacia donde están llevando el país. Y en eso, al menos, Rajoy fue ayer muy sincero y estuvo acertado.


jueves, 14 de abril de 2011

DIEZ REFORMAS LEGALES BÁSICAS E IMPRESCINDIBLES PARA LA REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA

Pablo Sebastián plantea brevemente en República.es las diez modificaciones legales básicas para la regeneración democrática de España, que ni PSOE ni PP tienen ningún interés en plantear, pero que los ciudadanos deberíamos exigir en cada oportunidad que tengamos a nuestro alcance. Por su interés público, y porque me adhiero a las mismas, reproduzco a continuación parte de su columna de opinión.

Los etarras entran y salen de la cárcel “como Pedro por su casa”, en el parlamento catalán hablan de la independencia de Cataluña, los imputados de corrupción se cuelan en las listas electorales de mayo –pronto los batasunos también-, crece la crisis económica y el paro, calla la oposición y el presidente Zapatero, que ahora está de despedida, se dedica a pasar la gorra de Mao en Pekín –”una limosnita para las Cajas de Ahorro”-, sin recordar que ese gobierno chino es el que acaba de encarcelar al artista y disidente Weiwei.

Este país, España, que a la espera está de los cuatros partidos “a muerte” del Barça contra el Madrid, sigue siendo asombroso. Pero algo tenemos que hacer en contra de la resignación.

....España necesita una profunda reforma política para pasar de la Transición a la Democracia. Sobre todo cuando la crisis económica y social que sufre nuestro país ha dejado en evidencia las carencias de nuestro sistema político y en pañales una clase dirigente muy mal valorada por los ciudadanos y temerosa de sufrir una rebelión social e incontrolada. ....

....Adolfo Suárez está en la Historia de España como el gran artífice de la transición de la dictadura al régimen de las libertades y de la partidocracia imperante. Le acompañará a Suárez en ese “cuadro de honor” el dirigente político que se atreva a completar este viaje, ya demasiado largo, hacia el ideal de la Itaca democrática que se ha convertido en un anhelo y una perentoria necesidad ahora que la crisis dejó al descubierto nuestro modelo político.
Un modelo de “segunda clase”, propiciado a la muerte del dictador Franco por las potencias extranjeras -Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y Francia- que consideraban a los españoles poco preparados para un sistema democrático pleno como el presidencialista –con la Monarquía o con la República-, con elecciones mayoritarias y directas de los legisladores y gobernantes, y con la obligada separación de los poderes del Estado, la regla de oro de Montesquieu que en España quedó reducida a la simple separación de funciones. Se temían estos “padrinos extranjeros” de la transición que un sistema mayoritario y presidencialista con sufragio universal podía favorecer el renacer de caudillos, líderes populistas y caciques propios de las naciones del sur de Europa, donde la tradición y la cultura democrática brillaban por su ausencia.

Pero hora es que llegue esa reforma democrática que en su día debían haber impulsado desde sus cómodas mayorías Felipe González y José María Aznar, en vez de mecerse cómodamente en las enormes ventajas de acumulación de poderes que nuestro sistema permite al jefe del partido que gana las elecciones y que les entrega, en sus manos y sin control, los poderes ejecutivo, legislativo, judicial, los medios de comunicación, el sistema financiero y también las grandes empresas reguladas por el Gobierno. Y con semejante poder y semejante ley electoral -que impide que los españoles no elijamos directamente a ninguno de nuestros gobernantes y legisladores, y que prima a los partidos nacionalistas que propugnan la independencia de sus respectivas regiones- era muy difícil que en España pudiera producirse la natural alternancia en el poder salvo catástrofes inesperadas (el golpe de Estado contra Suárez), o muy sonados abusos o errores (el GAL con González, las mentiras del 11-M con Aznar), como se ha demostrado a lo largo de los últimos años. 

Sin que nadie, y menos aún desde los grandes partidos nacionales que son los grandes beneficiarios del sistema (porque hasta en la oposición se está cómodamente colocado) se haya atrevido a plantear la esperada reforma democrática que debería de empezar por cuestiones tan fundamentales y sencillas como las que se inscriben en el siguiente decálogo:

1.- El presidente del Gobierno debe de ser elegido por el sufragio universal de todos los españoles, y no por el Parlamento que controlan los aparatos de los partidos

2.- Hay que cambiar la ley electoral a favor de las listas abiertas y con un sistema mayoritario (a esto hay que añadir, sólo tendrán entrada en el Congreso aquéllos partidos políticos que obtengan al menos el apoyo del 5% del censo electoral, un suelo electoral que no es extraño en otros países de nuestro entorno).

3.- Ni el Gobierno ni el Parlamento pueden participar en la selección de los altos tribunales y los órganos de control del Poder Judicial, que deberá ser elegido por los cuerpos jurídicos del Estado.

4.- El Senado debe tener competencias legislativas claras, o desaparecer.

5.- Los Alcaldes deben ser elegidos por sufragio directo de sus ciudadanos.

6.- Deben desaparecer las Diputaciones Provinciales.

7.- Los ministros, secretarios de Estado, responsables de los órganos reguladores del Estado, embajadores de primer nivel, etc. deben pasar un examen previo en el Parlamento para su nombramiento, una vez que se conozca su idoneidad para el cargo (añado, así como presentar anualmente una declaración de bienes propios, de su cónyuge o pareja y de sus descendientes).

8.- El presidente del Gobierno no puede ser elegido más de dos mandatos.

9.- Se ha de crear una Alta Escuela de la Administración del Estado.

10.-El Estado debe recuperar competencias de las Autonomías que faciliten la cohesión nacional.

No cabe imaginar que a estas alturas del proceso español, visto lo que ahora ocurre con las listas electorales de los imputados, que nadie se atreva a hablar de “regenerar la vida pública”. Lo que hay que hacer de una vez por todas es reformar las reglas del juego de la política en beneficio de la Democracia para que los malos e incapaces gobernantes no tengan cabida en la Administración, ni los corruptos en las listas electorales. 

Y si hay voluntad política y liderazgo para ello la reforma democrática llegará mejor pronto que tarde y antes de que sea un clamor de la ciudadanía. Aunque mucho nos tememos que previamente esta reforma -que recoge lo esencial de todas las democracias europeas de nuestro entorno- deberá de abrirse camino ante la opinión pública y nosotros, en lo que podamos, lo vamos a facilitar.

Y no deberíamos aceptar más excusas, sólo quien proponga en su programa electoral al menos la mitad de este decálogo merece el voto de los ciudadanos, y si no lo cumpliera una vez en el poder, como diría un castizo ¡¡¡puerta!!!


miércoles, 13 de abril de 2011

TERRORISMO, NACIONALISMO Y DERROTISMO

El etarra Antonio Troitiño, condenado a 2.232 años de prisión por más de veinte asesinatos en los años 80, ha quedado hoy en libertad, a pesar de que su salida de la cárcel no estaba prevista hasta el año 2017 en aplicación de la llamada 'doctrina Parot'. Troitiño es autor, entre otros atentados, del coche-bomba de la plaza de la República Dominicana de Madrid, en 1986, en el que murieron doce guardias civiles, el asesinato, el 12 de junio de 1985, del coronel Romero y su conductor, y la muerte, el mismo día, de un artificiero de la Policía Nacional al estallar un vehículo en el aparcamiento de la plaza de Felipe II. Unos días más tarde, el 29 de julio de 1985 formó parte del comando que asesinó al vicealmirante Fausto Escrigas. El 25 de abril 1986 participó en el asesinato de cinco guardias civiles en la calle Príncipe de Vergara. El 'comando Madrid' fue también responsable del atentado que acabó con la vida del teniente coronel Carlos Vesteiro, del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas y del soldado Francisco Casillas, el 17 de junio del mismo año. Antonio Troitiño fue detenido, junto a otros 7 miembros del comando 'Madrid', el 16 de enero de 1987.

La puesta en libertad de Troitiño ha sido posible después de que la Audiencia Nacional aceptara la petición del terrorista de realizarle una nueva liquidación de condena basándose en el criterio de doble cómputo establecido por el Tribunal Constitucional. Este criterio establece que se compute como prisión preventiva de una de las causas el tiempo que el etarra permanece en la cárcel mientras cumple condena por un delito distinto.

La salida de la cárcel de Troitiño coincide con la puesta en libertad de José María Sagarduy Moja, alias 'Gatza', el preso de ETA que llevaba más tiempo en prisión. 'Gatza' salía esta mañana de la prisión de Jaén después de 31 años y nueve meses entre rejas.

La derrota anticipada del Gobierno socialista de Zapatero ante el terrorismo etarra deja a las víctimas y a la gran mayoría de la ciudadanía sin la menor capacidad de respuesta. Libera etarras sanguinarios, con una condena de un año de prisión por cada asesinado y sin castigo por decenas de heridos de gravedad, empieza a mandar mensajes conciliadores mientras hace otras declaraciones de firmeza, nada es creíble en este gobierno zapaterial, nunca lo fue, sólo su feligresía puede creer una sóla palabre de ellos.

Por otra parte, el Parlamento catalán ha rechazado admitir a trámite la declaración sobre la independencia de Cataluña impulsada por SI, después de que CiU se haya abstenido en las enmiendas a la totalidad de PSC, PP y C's. El portavoz parlamentario de la federación, Jordi Turull, ha argumentado que la independencia es una causa muy “noble” que hacen suya mucho diputados de la cámara, pero ha recordado que, por lealtad a su programa electoral, esta legislatura tiene que ser la del pacto fiscal liderado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y no la de la secesión. El debate ha destacado por la ausencia de Mas y de casi todos los consellers del Govern –excepto la vicepresidenta, Joana Ortega, y Andreu Mas-Collell–, que sólo han hecho acto de presencia para votar, una circunstacia que ha criticado la oposición en bloque. 

Primero fomentan la independencia, luego votan por ella y después se retractan en su Parlamento porque es más provechoso extorsionar al gobierno central que vivir de sus propias capacidades. Qué pesadez, qué aburrimiento ¿Por qué no piden la independencia de una vez? 

Y nuestro gobierno ¿dónde está? Una derrota preventiva de cara a las siguientes elecciones.

Freedom for Spain, Catalonia is not Spain.

martes, 12 de abril de 2011

CARRILLO Y PARACUELLOS, CUANDO SE EMPEÑAN EN NO RECONCILIARNOS

Paul Preston, uno de los más reputados hispanistas de la actualidad y gran experto en la historia contemporánea de nuestro país, ha escrito su nuevo libro,  «El holocausto español. Odio y exterminio en la Guerra Civil y después» (Ed. Destino)

Aunque Preston reconoce que su especialidad no son las cifras, la aportación de muchos historiadores locales le han servido de mucha ayuda. Los cálculos son aterradores: cerca de doscientas mil personas fueron asesinadas lejos del campo de batalla, eliminadas extrajudicialmente o en juicios sin garantías. Los últimos estudios, como el José Luis Ledesma Vera, apuntan a cerca de 50.000 simpatizantes del bando nacional asesinados, y no menos de 130.000 republicanos. Pero las cifras son seguramente mayores ya que en el caso de la represión republicana en Madrid aún no ha podido determinar con exactitud el número de asesinatos, que podría ser muy superior. 

Paul Preston no tiene dudas sobre la magnitud de este conflicto («por supuesto que se puede hablar de holocausto, murieron decenas de miles de inocentes en ambas zonas») y argumenta que éste no «es el libro de un inglés que piensa que los españoles son unos bárbaros, y una gente especialmente violenta. Es un libro que me ha supuesto años y años de estudio, de libros leídos y consultados, de investigación, especialmente en lo referente a la represión en la zona republicana, y es un trabajo que también me ha supuesto un enorme coste emocional, que me ha provocado muchísima rabia y tristeza. Y, sobre todo, quiero que sea un libro que contribuya, a pesar de su crudeza, a la reconciliación». 

Los muertos fueron los mismos, igual da una checa que la tapia del cementerio de La Almudena, pero el historiador inglés apunta que «sí, hay diferencias cuantitativas y cualitativas entre la represión ejercida por los dos bandos. Por ejemplo, la violencia franquista se dio mayormente en zonas rurales, sin testigos, debido a la férrea censura militar, y grandes problemas de identificación, ya que muchas de las personas eran asesinadas fuera de sus lugares de origen y sin papeles encima. La represión republicana se ejerció las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, y también en algunas zonas rurales que controlaban los milicianos anarquistas».

El origen del odio

El libro arranca en los años inmediatamente anteriores a la guerra, en lo que Preston denomina «Los orígenes del odio y la violencia», deteniéndose en las raíces ancestrales de la violencia, acumulada durante años de injusticia, de excesos por ambas partes, que sostenían las teorías de los que Preston llama «los teóricos del exterminio». Los de la bomba en la calle Mayor, o los de botas lustradas como el General Mola: «Eliminar sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros»

Seguidamente, el libro se detiene en la represión en Andalucía según avanzan los rebeldes, o también en Castilla la Vieja, León. Y se asienta detenidamente en el terror revolucionario en las dos grandes capitales, Madrid y Barcelona, donde el golpe no triunfó y que quedaron en manos de grupos de milicianos armados descontrolados, delincuentes comunes, comités de barrio....Y, por supuesto, las matanzas de Paracuellos

Con las tropas de Franco en La Moncloa, el Gobierno huye a Valencia. El general Miaja preside la Junta de Defensa de Madrid. Los comunistas se hacen fuertes, y Santiago Carrillo es nombrado Consejero de Orden Público. A las pocas horas, en la madrugada del 7 de noviembre empieza la pesadilla, la «evacuación» de los prisioneros ante la que parecía probable entrada de Franco en Madrid. «Las mentiras de Carrillo me parecen infantiles. Ha llegado a decir que él no era comunista. Pero si había estado en Rusia en 1935 en reuniones del Politburó. Algo o mucho tiene que saber, alguna responsabilidad tiene. A su mando estaba Segundo Serrano Poncela, Director General de Seguridad, que tenía que darle cuenta de todo lo concerniente a estas “evacuaciones”». 

Probablemente, en los crímenes, además de gente incontrolada, quizá del Quinto Regimiento de los comunistas, no faltaron los agentes soviéticos, como el italiano Vittorio Vidali. Tristemente conocido como Carlos Contreras, de él contó Hemingway que se decía que «disparaba tan a menudo que tenía la piel quemada en los dedos índice y pulgar de la mano derecha».

Tras la contienda, la pesadilla continuó todavía para muchos españoles. La represión de los vencedores no se hizo esperar, y Preston cree que sí «existía un plan preconcebido de exterminio. Al fin y al cabo es lo que había dicho Mola, y no olvidemos que entre muchos partidarios de Franco se tenía una interpretación casi biológica de España. Consideraban que estaba llena de venenos: liberalismo, socialismo, ateísmo, anarquismo, liberalismo... que había, sencillamente, que extirpar». 

No es conveniente hacer adivinanzas sobre la Historia, ni jugar a los acasos. Pero Paul Preston apunta una última opinión: «Tal vez si los militares hubieran apoyado a los republicanos moderados se podrían haber evitado tantos males». Y tal vez si los nietos no se empeñaran en mantenerla viva, la Guerra Civil habría acabado afortunadamente hace 61 años. Pero mientras queremos rematar a algunos abuelos ya muertos hace decenas de años, nos empeñamos en idolatrar a algún otro abuelo y supuesto colaborador en matanzas como Carrillo.



domingo, 10 de abril de 2011

LA REPUBLICA, QUÉ DIFÍCIL ES SER OBJETIVO

Hacia 1930 estaba cada vez más claro que el optimismo y las ilusiones de una nueva belle epoque no parecían muy justificados. De hecho, de forma gráfica Niall Ferguson ha utilizado la expresión «Edad del odio» para calificar el período comprendido entre las dos guerras mundiales \[...\] Después de la Gran Guerra casi ningún país escapó a esos cambios, un proceso caracterizado por George Mosse como brutalización de la política.. Las violencias partidistas se multiplicaron en el difícil contexto de transición de la guerra a la paz. Finalizadas las hostilidades, la guerra se prosiguió de otra forma. Los lenguajes bélicos se mantuvieron en vigor así como el deseo de aniquilar totalmente al adversario. \[...\]

Ciñéndonos a la República, aunque de tarde en tarde se glorifique el mito, esta experiencia democrática y sus élites rectoras tuvieron muy poco de modélicas, hasta el punto de que sólo de forma forzada se les puede considerar antecesoras de la democracia española actual \[...\]. Más allá de los avances que impulsó (la extensión del sufragio a las mujeres, las reformas sociales, la ampliación de los derechos ciudadanos a las capas populares, la política educativa...) dejó mucho que desear como régimen pluralista basado en el pacto y en el consenso. En este aspecto, tuvieron una gran responsabilidad, qué duda cabe, las fuerzas políticas y sociales que no se identificaron con el proyecto democratizador iniciado en 1931 \[...\]. Salvo excepciones individuales más bien contadas, los grupos políticos que nutrieron ese abundante caudal autoritario (monárquicos tradicionalistas, católicos corporativos, fascistas) no miraron a la democracia como punto de llegada \[...\].

«La República es nuestra»
Pero la República no sólo encontró obstáculos en su flanco derecho. La puesta en cuestión de esta democracia también partió del universo —igualmente plural— de las izquierdas, en particular de las izquierdas revolucionarias. Los comunistas, que eran pocos, y sobre todo los anarcosindicalistas le declaron la guerra a la República prácticamente nada más nacer. De hecho, hasta 1934 el principal escollo interpuesto en el camino de la democratización fueron los segundos. Su protagonismo antidemocrático durante esas fechas fue mucho más importante que los impulsos desestabilizadores lanzados desde el mundo conservador. \[...\]

Para los socialistas, aunque no fuera su modelo ideal, la República únicamente habría de ser para ellos y para los republicanos, y por lo tanto sólo ellos deberían ser sus exclusivos gestores. Dado su carácter «revolucionario y popular», el nuevo régimen solamente podía ser administrado «por los genuinos representantes de ese pueblo que lo había traído». En consecuencia, sus enemigos y opositores quedaban automáticamente fuera del hecho fundacional. El manifiesto lanzado a los pocos días del 14 de abril por las ejecutivas socialistas no dejaba ningún resquicio a la duda: «Esta República española que ahora empieza, y de la cual hemos de ser nosotros guardianes vigilantes, es algo esencialmente nuestro porque a nuestro calor ha nacido y a nuestro calor ha de afirmarse y perfeccionarse en el futuro \[...\].

Bajo tales presupuestos se entiende que los socialistas no concibieran la democracia republicana como una democracia pluralista, liberal y representativa en la que se sintieran cómodos todos los españoles, sino como una democracia revolucionaria forjada, siquiera parcialmente, a su imagen y semejanza. Su discurso subrayaba que sólo los que hubieran aceptado esa legitimidad revolucionaria de origen podrían estar legal y constitucionalmente capacitados para ejercer el poder y ser investidos con la consideración de fuerzas leales. Así, desde su particular interpretación la República echaba a andar como un sistema que excluía a sus adversarios, que castigaba —o en el mejor de los casos restringía— la disparidad de opiniones, supeditando la libertad individual al progreso colectivo de la sociedad. \[...\]

El solo hecho de que Acción Nacional se presentara a las elecciones para intentar llevar diputados a las Constituyentes era un gesto que les parecía inconcebible, pues al fin y al cabo no representaban a nadie. Eran «la España leprosa», cuya carroña había soterrado para siempre «el verdadero pueblo que trabaja y estudia, que sufre y ama». El despliegue de insultos con el que se recibió el retorno de los católicos al escenario político sorprende tanto por su riqueza expresiva como por su implacable ferocidad e ironía. Baste un ejemplo entre mil del periódico «El Socialista» (27-5-1931): «¡Ya viene, ya viene! [...] la turba de alimañas, de raposas, de avechuchos, de sabandijas, de vampiros, de cuervos, de garduñas, de lechuzas, de reptiles, de chacales, de hienas y demás animales y animánculos dañinos que infectaron el país hasta el advenimiento de la República, torna ahora en infernal algarabía de graznidos, chillidos, aullidos, silbidos y rugidos». \[...\]

A la agresión con la agresión
Desde principios del verano de 1933 numerosos círculos socialistas empezaron a acariciar en voz alta la idea de la dictadura del proletariado. Aunque la cosa estaba en el ambiente, el aldabonazo en el giro revolucionario del socialismo lo dieron los famosos pronunciamientos públicos de Largo Caballero, que se sucedieron sin solución de continuidad desde el mes de julio. El entusiasmo con el que recibió la llegada de la República en 1931 se esfumó ahora como por ensalmo. \[...\] En una entrevista con Santiago Carrillo a finales de septiembre, Largo Caballero se explayó con la sincera rudeza que le caracterizaba, exponiendo a los lectores el núcleo más antidemocrático de su pensamiento: «Yo no sé cómo hay quien tiene tanto horror a la dictadura del proletariado, a una posible violencia obrera. ¿No es mil veces preferible la violencia obrera al fascismo?» En los doce meses siguientes, tanto de puertas afuera como en privado, se continuó hablando sin respiro de la amenaza fascista —sin especificar muy bien qué era eso—, de la obligación de estar alerta y de la necesidad de armarse para hacer la revolución. \[...\].

Tras la caída del Gobierno Azaña a principios de septiembre y su recambio por un Gobierno Lerroux, la escalada verbal adquirió tonos casi apocalípticos. Dado que el «derrengado carro de la democracia republicana» les había expulsado «con vilipendio» del poder, abriendo la puerta al «fascista» Lerroux, no quedaba otro camino que conquistarlo «de la forma que sea» para «realizar la necesidad histórica de nuestros días: la dictadura socialista que gobierne para el proletariado». Las posiciones de los caballeristas fueron ganando peso por doquier, hasta el punto que casi todos los socialistas —con la salvedad del grupo de Besteiro— acabaron por hacerlas suyas. \[...\]

La aplastante victoria de las derechas y el centro exasperó a los socialistas y borró de su discurso cualquier resto de respeto a la legalidad constituida. Lo de menos era que ellos se hubieran implicado a fondo en su construcción mientras formaron parte del Gobierno. No aceptaron la derrota y se mostraron dispuestos a vulnerar las reglas del juego democrático. En sus esquemas ideológicos no se contempló como algo normal la alternancia en el ejercicio del poder. Se evidenciaba así, pues, que para los socialistas república no era igual a democracia. \[...\] El único sector socialista que se opuso a estos planes fue el representado por los dirigentes besteiristas que todavía controlaban la UGT. \[...\] Se desmarcaron claramente de los objetivos insurreccionales. En una reunión del Comité Nacional de la UGT celebrada el 13 de diciembre a puerta cerrada, Saborit negó que sobre la República recayese una verdadera amenaza fascista: «¿Se trata de que hay un peligro inmediato de fascismo? Yo digo que eso seriamente no hay quien lo diga [...]» 

En abril de 1934, las Juventudes Socialistas ratificaron en un congreso su apuesta por la insurrección armada y la dictadura del proletariado. Al tiempo que dieron por agotado el «régimen burgués», desarrollaron una organización militar propia que conllevó el acopio de armas y el adiestramiento de los militantes en muchos sitios. En aquel congreso, lejos de atemperar sus encendidos ánimos, Largo Caballero —líder indiscutible ya de los socialistas— les animó a crear un «ejército revolucionario», a seguir el camino de la violencia y a adueñarse «íntegramente» del poder político «como sea», al margen de las «instituciones burguesas»: «tengo que manifestar que la revolución no se hace con gritos de viva el socialismo [...]. Se hace violentamente, luchando en la calle con el enemigo»
 

sábado, 2 de abril de 2011

LA DESPEDIDA DEL PERFECTO IDIOTA IBEROAMERICANO

GRACIAS

ALGÚN DIOS EXISTE, NO SÉ CUÁL, PERO ALGUNO EXISTE

POR TUTATIS

EL PERFECTO IDIOTA IBEROAMERICANO, ZAPATERO, EL BOBO SOLEMNE, EL MR. BEAN HISPANO, EL PALETO ECONÓMICO QUE IBA A APRENDER ECONOMÍA EN DOS TARDES, EL HIJO DEL VIENTO, EL DESNORTADO QUE NOS LLEVABA AL CORAZÓN DE EUROPA, EL PACIFISTA QUE NOS METIÓ EN UNA GUERRA DONDE NO PINTÁBAMOS NADA, EL ROJOCARMESÍ, EL SOCIALIZADOR DE LA POBREZA, EL FEMINISTA QUE ELEVÓ A PAJÍN AÍDO Y CHACÓN A LOS ALTARES, EL ATEO QUE LLEVABA A SUS HIJAS A UN COLEGIO CATÓLICO, EL PROFESOR EVENTUAL DE DERECHO CONSTITUCIONAL AL QUE SE LE OLVIDÓ LA CONSTITUCIÓN, EL TRAIDOR A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO, EL NEPOTISTA, EL QUE IBA A BAJAR LOS IMPUESTOS, EL QUE IBA A CABAR CON EL PARO, EL COHESIONADOR DE ESPAÑA, EL QUE IBA A MULTIPLICAR LA TRANSPARENCIA MIENTRAS SU VICEPRESIDENTE SE NIEGA A RESPONDER EN EL PARLAMENTO....

SE VA, TODAVÍA LE QUEDA UN AÑO, PERO SE VA. 

VA A SER UN AÑO MUY LARGO, MENUDO LEGADO NOS DEJA ESTE IDIOTA.

DIOS EXISTE
 

viernes, 1 de abril de 2011

PERLAS ANTES DEL FIN DE SEMANA

España es el único país de toda la Unión Europea y de la Eurozona que supera la barrera del 20% de tasa de paro. Según los datos de febrero hechos públicos hoy por Eurostat, nuestro país es el campeón del paro en el continente, con un 20,5%. Y después de siete años de gobierno siguen echando la culpa a Aznar.

El presidente catalán, Artur Mas, votó ayer, de forma anticipada y a favor de la independencia, en la consulta de autodeterminación de Cataluña convocada en  Barcelona y que tiene como última cita en las urnas el próximo 10 de abril. Mas se une así a otros miembros de su gobierno y al ex presidente Jordi Pujol, que reveló ayer que ya había votado de forma anticipada en la consulta soberanista, de carácter popular pero sin efectos jurídicos, y que lo hizo en favor de la independencia de Cataluña. ¿Porqué no se largan de una vez y se dejan de teatros? Yo, por mi parte, miro las etiquetas de todos los productos que compro y pienso "con mi dinero, NO".

Obsesionado por pasar a la Historia como el gran pacificador, subordinó al «Proceso» toda la estrategia del Estado y se convirtió en rehén político de unos terroristas. Desairó a las víctimas, descolgó a la oposición, irritó a los jueces y desdeñó las lecciones del pasado —las de Aznar y las de González— con un optimismo ciego, iluminado y arrogante. Pero todo eso lo hizo desde una infinita torpeza autocomplaciente, desde un adanismo elemental y suicida. Confió en la palabra de un grupo de asesinos, y encima eligió para negociar con ellos a un manojo de ineptos encabezado por ese delirante visionario que se llama Jesús Eguiguren. No es que el líder socialista sea hombre de grandes anclajes intelectuales y sólidas convicciones ideológicas; pero su sueño de poder, el que construyó acurrucado y silente durante años de irrelevancia parlamentaria, le llevaron a esperar mejores resultados de los que hoy tiene a la vista: una España sin pulso económico, vibración nacional, latentes tensiones sociales, paupérrima en su vida cultural y con el sostén principal de nuestros socios europeos, asustados porque, como el propio Zapatero se harta de repetir, no somos Portugal, Irlanda o Grecia. Somos 46 millones de vecinos y un porcentaje importante en el PIB de la Unión y en el peso del euro. Pero ¿es que ha acertado en algo este Presidente? Entre mentiras, ocultaciones y fracasos, no ha acertado ni sabiendo los números de la Primitiva por adelantado.

Definitivamente el país mágico de Zapatero no sabe crear riqueza. Estamos volcados en redistribuir pobreza. Y condenados a hacerlo cuando se haya ido. Eso es el socialismo español y no otra cosa, excepto cuando se trata del bolsillo propio, para ese son muy celosos.

Dominan el arte de la mentira como nadie. Claro que no hacen otra cosa que mentir. Saben, por tanto, que cuanto más grande es la mentira, más fácil es colarla, pues su magnitud deslumbra al auditorio. Ahora nos dicen que las promesas que hacían a Eta eran falsas, que sólo trataban de engañarla, para que dejase de matar. Listos que son los chicos. Lo malo es que los hechos demuestran que tales promesas no eran ficciones, sino realidades: se relevó al fiscal incómodo, Fungairiño, se dejó en libertad a De Juana, se continuaron los contactos después del atentado de Barajas, por citar sólo unos cuantos hechos que contradicen la supuesta táctica sibilina del Gobierno en sus conversaciones con Eta. No, no era Eta a la que quería engañar. Era a los españoles. Y nos ha seguido engañando desde entonces, hasta que la verdad le ha acorralado. Porque la verdad puede taparse por un tiempo más o menos largo —depende de la calidad democrática de un país—, pero no puede borrarse. La mentira, tampoco. ..... Los españoles vivimos bajo un gobierno que se mantiene en la mentira permanente y sólo sale de ella cuando la realidad le obliga a reconocerlo. Pero incluso entonces trata de enmascararla de virtud. Del mismo modo que negó la crisis económica hasta que Europa le forzó a aceptarla, continuó dando crédito a Eta cuando Eta había demostrado de sobra no merecerla. ¡Y ahora se queja de que demos más crédito a Eta que a él! Aunque eso no es lo peor. Lo peor es que los españoles nos hemos acostumbrado de tal forma a la mentira que ya no nos indigna. Cuando la verdadera libertad es liberarnos de la mentira. O sea, que, en cierto modo, seguimos siendo esclavos de nuestros gobernantes. "Los españoles merecen un Gobierno que no les mienta". O sí, no sé, qué sabe nadie.