lunes, 23 de agosto de 2010

LECCIONES DE DEMOCRACIA DESDE EL PAÍS

Buscando opiniones interesantes en las páginas de El País.es sobre los acontecimientos que suceden y las ideas que circulan por este mundo me he encontrado con dos páginas que me han sorprendido por su contenido, y no gratamente.

La primera es una columna escrita por Lluis Bassets en su blog, aunque más que una columna es una serie de pequeños y breves artículos destinados a ser comentados por los lectores, lo que en El País llaman Eskup. Están dedicadas a lo que Bassets conoce como antiprogres, y este es su contenido hasta ahora:
20 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Islam
Un buen día le dio por el Corán. Sólo él y los salafistas lo leen y creen en toda su literalidad.
Su islamofobia está impregnada de fe: cree como los jihadistas que donde fue tierra de Islam está autorizado el regreso violento de la religión auténtica.
En ausencia de comunistas con cuernos y rabo, buenos son los musulmanes con cufias y velos. Unos y otros avanzan con la determinación que dan las instrucciones repartidas por Stalin o por el Viejo de la Montaña.

19 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Antiárabe
Le cuesta mucho dar el paso. Quisiera proclamar abiertamente la superioridad del cristianismo y de la raza blanca europea. Pero todavía le da apuro. Cuando no sabe o no puede expresar sus sentimientos impresentables lo resuelve dándole al progre.
¿La culpa del racismo? Del progre. ¿Y de la ascensión de los populismos? Del progre. ¿Del paro y de la crisis? Del progre. ¿Del recorte del déficit y las reformas del Estado bienestar? Siempre del progre, una joya a la que siempre podemos acudir en caso de necesidad.
El antiprogre quisiera ser un cruzado que sigue alardeando después de haber vencido a los árabes, pero en realidad es un progre asustado que ha dejado caer todas sus pertenencias en la huída

18 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Descubrimientos
De pronto descubre la patria, el ejército, los curas. Nada sucede. Entonces se da cuenta de que necesita al menos un reproche, un sarcasmo, y sale desesperadamente en busca del óbolo que le deben los progres.
Un día descubrió el antifascismo. Pero de otra forma. Se imaginó resistente. Ingresó en un campo de concentración. Llevó la estrella amarilla sobre un pijama a rayas. Pero en su película no era Hitler sino Zapatero quien se apoyaba en la bola del mundo de Gran Dictador.
No se puede despachar su descubrimiento del Israel de los colonos y los partidos religiosos en un solo eskup. Es como la caída del caballo de Saulo. Convertirse al judaísmo es más chic y antiprogre que regresar al catolicismo de la infancia.

17 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Bush
Acompañar a Bush en guerra ha sido su última heroicidad. Todavía paga los platos rotos. Por eso no hay nada que más deteste que quienes desfilaron contra Bush por la guerra.
Hay algo enternecedor en el antiprogre. Ha perdido tantas veces que no quería perder una vez más. Creyó que su apuesta definitiva sería la vencedora, pero no se dio cuenta de que precisamente porque la creyó definitiva no podía ser vencedora.
El antiprogre merece toda la indulgencia: muy oportunista ha sido para haber llegado hasta aquí pero no es suficientemente oportunista como para seguir y seguir hasta volver a ser progre.

16 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Igualdad
Muy mal lo tiene en cuestiones de costumbres e igualdad de derechos. El cuerpo --su propia desvergüenza-- le pide soltarse, pero todavía tiene una reserva de sensatez que le retiene.
Quisiera atacar a las feministas sin ser antifeminista, a los homosexuales sin ser homófobo y a los musulmanes sin practicar la islamofobia. De ahí que se apunte a una corrección política para sí mismo: rechaza por incorrectas todas las denominaciones de sus ideas infames.
Vive personalmente esta contorsión: al final él también tiene una amiga feminista, otro homosexual e incluso un musulmán a los que perdona la vida durante el instante de una charleta.

13 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Nucleares
Defiende la energía nuclear con el entusiasmo del hippie por las flores. En realidad, está a favor por las mismas razones que los otros están en contra.
No hay que enredar al antiprogre con análisis de costes y de riesgos. La energía nuclear es buena ahora y siempre. Pero, sobre todo, en casa del vecino.
Transfiere la rabia de las personas a las tecnologías: al final detesta la energía solar y la eólica sólo porque los ecologistas detestan la nuclear.

12 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Mayo del 68
No hay ideario antiprogre sin una obsesiva detestación por Mayo del 68. En caso de duda, ahí tiene siempre lista una diana para sus imprecaciones.
Hay algo de amargura en su obsesión por las barricadas de Mayo. La misma que tiene el viajero al que se le ha escapado el tren.
No es el caso del viejo progre arrepentido. Éste ha convertido su recuerdo de Mayo del 68 en la Gomorra pecadora de su juventud.

11 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Buenismo
A su bocado preferido le llama buenismo. Le gusta tanto que termina dándole este nombre a todo lo que le gusta.
Se pone malo de tanto comer buenistas.
Le crece tanto el apetito que termina confundiendo a buenos y a buenistas, al bien y a su exaltación ridícula e impostada.

10 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Pornografía
Hay una pornografía de la palabra: exhibe las fobias, el derecho a exagerar, a manipular y a mentir, la ridiculización del adversario e incluso el derecho al insulto y a la difamación, y lo reivindica como una libertad individual irrenunciable.
Escribir contra la corrección política es como discutir a gritos en el bar de la esquina, o en una tertulia de Tele 5, pero sin salir de casa ni ir al estudio.
No confundir lo que pasa por su cabeza con ideas o con pensamiento. Sobre todo cuando lo exhibe con el mismo gusto y desparpajo con que se desnudan las streapers.

09 agosto, 2010 - Lluís Bassets
Eskups del antiprogre: Incorrectos
El antiprogre tiene una especial fijación con lo políticamente incorrecto. Es su repertorio juvenil invertido, de forma que lo desenfunda y lo utiliza con el mismo desparpajo con que echaba mano de los tópicos de la corrección política.
Si los políticamente correctos pretenden salvar almas a través del lenguaje, el deslenguado antiprogre hace lo mismo pero al revés: quiere condenarlas.
También adquiere así licencia lingüística para matar. Se siente autorizado a utilizar como proyectil cualquier prejuicio, generalización, simplificación o tópico.
No creo que a Bassets se le hayan olvidado unos cuantos tópicos más al uso, sino que está en proceso de ilustrarnos con su psicología del antiprogre y en próximos días podremos tener acceso a unas cuantas ideas brillantes salidas de su magín, o acaso de su proceso neuronal cognitivo más racional, por las que un ciudadano no puede defender una posición determinada en cualquiera de los puntos señalados por él sin ser un personaje mezquino, ridículo, acomplejado, cínico, mentiroso, rabioso, asocial, etc.

La cuestión es que Bassests, por contraposición, nos facilita las pistas para que una persona moderna y progre sepa qué debe pensar sobre relaciones exteriores, energía, alianza de civilizaciones, sociedad, familia, etc. Hemos de suponer que todo aquél que no comulgue con el catecismo de Bassets debe ser un fascista y una mala persona, un antiprogre en suma. Con ello ya me ha catalogado a mi, porque en varios de esos puntos señalados anteriormente soy radicalmente antiprogre, pero las ridiculizaciones se las dejo a Bassets, al que yo creía y consideraba como un experto en relaciones internacionales y acabo de encontrar que sólo es un pastor del rebaño progre, un plumilla pesebrero más.

La otra sorpresa ha sido una columna semanal de opinión escrita en El País por José María Izquierdo titulada Los Jinetes del Apocalipsis, dedicada hasta la fecha a varios de los periodistas conservadores considerados poco menos que fascistas criminales por el sector ideológico de izquierdas, que habitualmente detesta toda aquella información que no proceda de PRISA y MEDIAPRO.

Hasta ahora los objetivos de las burlas de Izquierdo son Jiménez Losantos, Alfonso Ussía, César Vidal y Carlos Dávila. Tradicionalmente los jinetes del Apocalipsis son cuatro así que no se puede asegurar que Izquierdo vaya a incluir a otro el último fin de semana de agosto, pero apostaría a que sí y que incluirá a Eduardo García Serrano, el periodista de Intereconomía que se ha convertido en el nuevo icono de la izquierda, y por icono me refiero a representación del mal absoluto, ya que el del bien es la foto de Ché Guevara que tomó Korda en marzo de 1960.No me parece mal que un periodista, de derechas o izquierdas, dedique alguna idea o algún calificativo sobre otros profesionales del sector opuesto en sus artículos, incluso esas ideas pueden aportar un punto de sal a la prensa diaria. Pero dedicar una columna semanal a denigrar a compañeros de profesión que mantienen una ideología diferente no es periodismo, es demonizar a los que piensan diferente y defienden sus posiciones públicamente.Izquierdo cae con estas columnas en los mismos errores que achaca a los cuatro jinetes, sin contar con la diferencia de éxito profesional entre ellos y con el riesgo personal que asumen. Losantos, además de haber sido objetivo de un atentado de Terra Lliure, se juega su propio dinero con Vidal en su proyecto de Es Radio y Libertad Digital, creando decenas de puestos de trabajo. ¿Hace lo mismo Izquierdo?
Izquierdo hubiera sido mucho más creíble si entre esos Jinetes del Apocalipsis hubiera incluido, por ejemplo, a Enric Sopena (el que acaba de llamar a Aznar terrorista de Estado) o a María Antonia Iglesias (para qué recordar nada de lo que diga).

Entre las opiniones de Bassets y las de Izquierdo ya tenemos ideas suficientes para construir un molde de cómo debe ser el perfecto ciudadano demócrata y progresista y cómo deben ser los periodistas de ese Mundo Feliz en el que no tienen cabida los que tienen sus propias ideas diferentes de las suyas, y si caben sería sólo como elementos cómicos merecedores de burla, pena y comprensión.

Siempre creí que El País era un periódico destinado a pastorear a España al estilo de Granma, Pravda o Duma, a imponernos el catecismo político de Jesús "del Gran Poder" Polanco y del Partido Socialista, aunque habitualmente guardaba las formas, mínimamente, eso sí, con el objetivo final de hacerse con el negocio del monopolio de la información en lo quede de España.

Pero desde que la crisis económica se está comiendo lentamente el imperio PRISA, desde la aparición de un multimedia competidor por el espacio progre como es MEDIAPRO, desde que el Gobierno Zapatero no le concede sus favores, y desde que los dirigentes de varias Comunidades Autónomas que son sus mejores clientes y patronos están en peligro de perder el chiringuito después de 30 años, El País y PRISA han perdido cualquier mínima apariencia de honradez profesional, su deriva hacia el progresismo y el zapaterismo está alcanzando tintes casi ridículos, llegando a manipular las noticias de forma escandalosa, a ponerse al servicio del PSOE más que nunca anteriormente.

Pero la realidad diaria y la economía, el mercado libre, parece que acabará con el sueño del monopolio informativo y la ingeniería social. Sólo hay que hacer caso al proverbio árabe, tener paciencia y sentarnos a ver como los Cebrián, los Polanco y otros acaban haciendo el petate y abandonando ese barco antes de que se hunda.

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