Este fin de semana ABC ha publicado un editorial sobre la situación del destierro interno por la presión de los partidos nacionalistas. Titulado "El final del destierro", nos recuerda que en nuestra piel de toro siguen existiendo actitudes que provocan el abandono físico de determinadas regiones y el abandono cultural, ya que el deporte no es más que una expresión cultural, que fomentan esos partidos nacionalistas. En este sentido, la prohibición de la tauromaquia en Cataluña es equivalente a la imposición de la pena de destierro a una manifestación cultural.
Según el Foro de Ermua, el número de ciudadanos vascos desterrados por cuestiones políticas asciende a más de 200.000, alrededor de un 10% de la población.
Como afirma el editorial de ABC "El miedo ha sido el gran aliado de los nacionalistas. El miedo a exhibir la bandera, el miedo a llevar a la selección nacional, incluso el miedo a aplicar la ley".
En estos días en que un gobierno no nacionalista en Vitoria está poniendo fin a esta política de enviar al destierro a todo inconformista o a toda manifestación cultural inapropiada para sus intereses, parece que Zapatero podría recuperar políticamente a esos nacionalistas, que llevan unos meses un poco despistados sin saber como seguir viviendo de la administración pública. Como dice Pablo Sebastián en República.es, "Y también puede que Zapatero abra un nuevo frente en el PSOE del País Vasco enfrentándose a Patxi López si finalmente se decide pagar un precio al PNV por su esperado apoyo a los Presupuestos Generales de 2011". Qué no estará Zapatero dispuesto a conceder a esos maestros del miedo para seguir él ocupando el despacho en La Moncloa.
Para acabar un destierro externo-interno. Ya hemos hablado de los prisioneros políticos cubanos desterrados a España. Tras el intento del Gobierno socialistas de desperdigarlos por España y negarles sus derechos, los cubanos anuncian que iniciarán acciones legales contra el gobierno si no les reconoce su condición de asilados políticos. Mucha suerte para esos demócratas cubanos.
A lo único que tenemos que temer es al miedo por sí mismo.
Franklin Delano Roosevelt
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