miércoles, 29 de febrero de 2012

GIBRALTAR ¿NUEVA SITUACIÓN?

La urbanización de Sotogrande en Algeciras es residencia habitual de los habitantes de Gibraltar, por su cercanía al Peñón y por las exclusivas instalaciones que ofrece. Sin embargo, el nuevo ministro principal de la colonia ha descartado vivir allí porque no quiere pisar suelo español. Uno de los argumentos más empleados por el propio Picardo para distanciarse de Peter Caruana, su antecesor en el Gobierno gibraltareño, ha sido su campaña a favor de vivir en la colonia, frente a la decisión del anterior ministro principal del Peñón de establecer su residencia familiar en Sotogrande. El líder del Partido Socialista Laborista ha comentado a los suyos que jamás viviría en España, ya que la calidad de vida en el Peñón es “incomparable”. Para él, “cuantas menos veces tenga que pisar suelo español, mejor, ya que en ningún sitio se puede tan bien como en Gibraltar”.

Más de cinco años en Oxford: Pese a su defensa de la vida en la colonia, Fabian Picardo ha estado más de cinco años viviendo lejos de su hogar, residió durante toda su carrera de Derecho en el Oriel College de la Universidad de Oxford. Al regresar a Gibraltar, una vez obtenida la licenciatura, comenzó a trabajar en el bufete de abogados fundado por sir Joshua Hassan, Primer Ministro de Gibraltar durante 17 años, y considerado por los británicos como “el salvador”, al haber impulsado en la colonia las primeras instituciones locales que blindaron el llamado autogobierno. Su experiencia en dicho despacho le ayudó a dar el salto a la política y convertirse en el azote de Peter Caruana, al que acusó de ser “demasiado blando” en la relación con España.

Defenderá la soberanía del Peñón en Estados Unidos: además de su renuncia a vivir en suelo español, Fabian Picardo ha anunciado a los suyos que se convertirá en patrón del Consejo Americano, un organismo que se creó en Nueva York para difundir la “identidad de Gibraltar” y defender su soberanía. El consejo contará con una delegación de cincuenta personas, procedentes en su mayoría del Peñón. No obstante, el ministro principal también quiere implicar a políticos y activistas de otros estados, y tiene casi cerrada la participación de representantes de Texas y Florida.

Fabián Picardo, endurecerá la relación bilateral de la colonia británica con España. Picardo, nieto de una republicana española, quiere seguir ganando terrenos al mar y no se muestra muy partidario del uso conjunto del aeropuerto, dos de los asuntos más polémicos que afrontará el nuevo líder gibraltareño. La victoria del nuevo líder del GSLP (Gibraltar Socialist Labour Party) rompe la hegemonía de 15 años en el Gobierno del conservador Peter Caruana, que pasará a la oposición. Picardo sustituyó el pasado mes de abril al histórico Joe Bossano en el liderazgo del partido de izquierdas. Su victoria, muy ajustada (diez escaños frente a siete), ha sido sorprendente. Se trataba más bien de un candidato de proyección a medio plazo que un político con posibilidades de éxito electoral inmediato. “Nunca habrá ningún acuerdo con España que haga concesiones sobre el aeropuerto o ninguna otra parte del territorio gibraltareño en tierra, mar o aire”, zanjó Picardo ante cualquier duda sobre la soberanía de la colonia, además de rechazar la inclusión de las aguas que rodean Gibraltar como Lugar de Interés Comunitario (LIC) de protección medioambiental

El aeropuerto de Gibraltar, situado a apenas a 500 metros de la ciudad, inauguró a finales del mes de noviembre una nueva terminal que ha contado con una inversión de 76 millones de euros y se extiende sobre unos 20.000 metros cuadrados. Aún queda por completar la parte destinada a la aviación privada y la zona noreste, pendiente de la construcción del acceso español, que estará situado en La Línea y cuya ejecución corresponde al Gobierno central, aunque está pendiente de la enajenación de los terrenos por parte del Ayuntamiento linense.

La oposición gibraltareña mantenía desde hace años un profundo recelo de las relaciones de Gibraltar con España. La visita en julio de 2009 del ministro Miguel Ángel Moratinos causó un gran malestar que no pasó desapercibida. La oposición acusó de “agresor” a Moratinos. También consideró el encuentro con Peter Caruana, ministro principal de Gibraltar, y el canciller británico David Miliband, de “totalmente inaceptable”.

Las aguas territoriales que rodean el Peñón fueron la causa del problema. Exteriores las considera españolas y Caruana llamó a la rebelión contra la Guardia Civil. “No hay que hacerles caso”, desafió el ministro gibraltareño. Los independentistas de Gibraltar no olvidan la reivindicación del Gobierno español, que incluso barajó la suspensión de visita de Moratinos, la primera de un ministro desde que el Reino Unido lograra el control del territorio en 1704.

En Gibraltar no hay rastro de crisis. Con apenas un 1% de desempleo (400 parados en una población de unos 40.000 habitantes), 5.000 residentes de La Línea de la Concepción trabajan en El Peñón. “Nos afecta cualquier decisión de Gibraltar”, reconoció la alcaldesa del municipio linense, Gemma Araujo, que rige un ayuntamiento que se encuentra con una situación absolutamente diferente a la de su vecino: debe a sus trabajadores municipales seis meses de nómina.

Por parte española, en el equipo del Ministro de Exteriores Margallo consideran que la mejor fórmula para Gibraltar sería conseguir una cosoberanía para la colonia británica de manera temporal. Es decir, España y Reino Unido compartirán su soberanía durante un tiempo limitado, pero siempre en constante negociación con un único objetivo: la total recuperación del Peñón en un tiempo razonable tal y como reconocen las resoluciones de Naciones Unidos. Este es, precisamente, el principal punto de apoyo de la postura del Ministerio: la ONU reconoce que Gibraltar debe ser español, tal y como bromeó el propio García-Margallo con un eurodiputado hace unos días.

España sí estaría dispuesta a permitir que Reino Unido conservara una base naval con un estatus propio, tal y como ocurre en Rota con Estados Unidos. En Exteriores aseguran que, según las informaciones de las que disponen, Reino Unido tampoco vería con malos ojos la devolución del Peñón. Históricamente, Gibraltar ha sido una fuente de problemas para Londres (presupuestos, gastos militares, blanqueo de capitales, sede de negocios de dudosa legalidad, fuente de fricción permanente con la diplomacia española) y es una opción que los británicos tienen sobre la mesa. Otro punto de apoyo para la postura española es el Tratato de Utrech, donde se establece que Gibraltar, sino es británica, debe ser española. Exteriores no contempla en ningún caso la realización de un referéndum en Gibraltar para que sus ciudadanos puedan pronunciarse sobre a qué nación quieren pertenecer. Existe, además, un precedente negativo: en 2002, Peter Caruana planteó un plebiscito y el resultado fue un contundente ‘no’.

Las negociaciones de 2002: Entre 2001 y 2002, los Gobierno español y británico se sentaron a negociar de manera bilateral sobre Gibraltar, lo que supuso el mayor avance hasta la fecha en el contencioso. Por entonces, los cabezas de los Ministerios eran Josep Piqué y Jack Straw. Reino Unido quiso ganarse el apoyo de España en la progresiva ampliación de la Unión Europea y le ofreció el ‘caramelo’ de Gibraltar a cambio. Por entonces, Tony Blair era un destacado europeísta y la colonia constituía una anacronía en una Europa unida. No hubo ningún pacto secreto, ni Gibraltar fue apartado del contenido de la negociación (Caruana era puntualmente informado por el ministro Hain). Es más, el primer ministro gibraltareño propuso una cosoberanía para el Peñón al estilo andorrano, algo a lo que estaría dispuesta ahora España como medida transitoria. Andorra dispone de parlamento propio, bandera propia, sistema judicial, aduanas… pero es independiente y con representación en la ONU. Los contactos se rompieron con la llegada de Ana Palacio al Ministerio.

Pero la posición británica sigue siendo opuesta a la española, sin estridencias pero contraria. El embajador del Reino Unido en España, Giles Paxman, ha insistido en que Gibraltar no pasará a estar bajo soberanía española sin la celebración previa de un referéndum, en el que los habitantes de la colonia decidan si quieren cambiar o no de estatus. Paxman ha defendido esta postura en un desayuno informativo organizado por la entidad Executive Fórum España en un hotel de Madrid. "No vamos a permitir que los habitantes de Gibraltar pasen a la soberanía de otro país en contra de sus deseos manifestados democráticamente a través de una consulta. Es un principio muy fuerte paran nosotros", ha sostenido. Ha reconocido que el derecho de autodeterminación no está recogido en la Constitución española, pero ha reivindicado el que los llanitos "puedan tener algo que decir sobre su futuro".

Según Paxman, el Reino Unido "no va a olvidar" el compromiso adoptado con los gibraltareños, a pesar de la insistencia del Gobierno de Mariano Rajoy de volver a reanudar las negociaciones sobre la soberanía del Peñón, interrumpidas en 2002. En su comparecencia ante el Congreso el pasado día 22, García-Margallo emplazó a Londres a restablecer este diálogo "cuanto antes". El embajador ha vuelto a rechazar la oferta de García-Margallo y ha dejado claro que no se negociará si los gibraltareños no dan su visto bueno. "La posición británica es bien conocida y no ha cambiado. En temas constitucionales, hay que tener en cuenta la opinión de la gente", ha apuntado. El Ejecutivo del PP esgrime que el llamado Proceso de Bruselas (1984) firmado entre España y el Reino Unido estipula que el diálogo sobre la soberanía debe ser bilateral y que un eventual acuerdo no puede ser vetado por la población de la colonia.

Paxman, no obstante, ha subrayado el deseo del Gobierno británico de "hacer todo lo posible" para fomentar la colaboración entre las autoridades del Peñón y la comarca vecina del Campo de Gibraltar "en beneficio mutuo". El embajador no ha hecho referencia a la solicitud de García-Margallo de que el Foro de Diálogo (España, Gibraltar y Reino Unido) pase a ser cuatripartito con la incorporación del Campo de Gibraltar, una petición que ya se descartó por parte del Gobierno británico.



SOBRE GARZÓN, EL FRANQUISMO Y LA SENTENCIA

Sobre la sentencia del Tribunal Supremo en la causa abierta contra el ex juez Garzón por la acusación de prevaricación en el "caso del franquismo", se pueden señalar varias cosas:

1) La Sala Segunda le dice que la misión de la investigación penal no es buscar la verdad histórica sino actuar contra imputados y aplicarles la ley, de tal modo, “que no hay que mezclar la verdad histórica con la forense” (fundamento 1º);

2) que la responsabilidad criminal se extingue por prescripción del delito, por fallecimiento o por amnistía (fundamento 2º); que no es aplicable el delito contra la humanidad (fundamento 3º);
 
3) el cuerpo normativo que conformaba la legalidad penal internacional, que es la que fija la imprescriptibilidad de los delitos contra la humanidad, “no estaba vigente al tiempo de la comisión de los hechos” y en ningún modo puede ser aplicado retroactivamente, ..
que los hechos han prescrito y no cabe tampoco la retroactividad de los tipos penales (fundamento 4º);
 
4) que la ley de Amnistía es plenamente aplicable y, finalmente, entre otras consideraciones, que 

5) Baltasar Garzón aplicó correctamente toda esta doctrina en la querella contra Santiago Carrillo, inadmitiéndola, cuando se planteó por los fusilamientos acaecidos en Paracuellos de Jarama. 

Se  reconoce en la sentencia que conseguir una “transición” pacífica en nuestro país no era tarea fácil y que, precisamente porque fue voluntad del pueblo, es por lo que “ningún juez o tribunal, en modo alguno, puede cuestionar la legitimidad de tal proceso”. La Ley de Amnistía, continúa, continúa vigente y su eventual derogación correspondería en exclusiva al Parlamento. Así, apunta que “la obligación de los Estados de perseguir las violaciones constitutivas de delitos contra la humanidad aparece impuesta, de manera clara y  precisa, con la promulgación del Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional, el 17 de julio de 1998″. Este tratado fue ratificado por España en octubre de 2000 y publicado en el BOE en 2000 con una previsión clara sobre su ámbito temporal: “después de la entrada en vigor del presente Estatuto”.
 
6) Se alude igualmente a un informe realizado por la Comisión Interministerial para el estudio de la situación de las victimas del franquismo, creada en julio de 2006, que recogió como “en los dos bandos se cometieron atrocidades” que en la cultura actual serían propios de delitos contra la humanidad, pues ni las autoridades políticas ni militares observaron las denominadas “leyes de la guerra”. “Hay episodios de la guerra civil española que costituyen verdaderas masacres como, entre otros, los sucesos de Granada, Belchite, Málaga, Paracuellos del Jarama, Gernika, Badajoz en sus sucesivas ocupaciones, que son vergonzosos para la condición humana, concluye el Supremo.

Tres casos se han juzgado donde el infausto juez Garzón era el acusado:

A/ En uno de ellos ha sido declarado culpable, la violación del derecho de defensa de los acusados de la trama Gürtel; 

B/ en el segundo la sentencia demuestra que se incurrió en un delito pero que éste ha prescrito y por tanto le absuelve, la petición de dinero a entidades que iban a ser juzgadas por él. Aunque no fuera declarado culpable, el contenido de la sentencia debería bastar para que renunciara a su condición de juez ya que la sentencia reconoce que incurrió en delito, es absuelto por prescripción no inocente por ausencia de conducta delictiva. Como dice la sentencia “El deber de abstención que le incumbía fue conscientemente infringido en gratitud a la generosa respuesta que el Banco de Santander había realizado a su petición de ayuda económica”. Garzón, agrega, “consideró oportuno ocultar al fiscal y a las partes la concurrencia de una causa que podía perturbar su imparcialidad”.

C/ y en el último, la sentencia le absuelve pero aprecia que carecía de competencia para juzgar los delitos de la dictadura, y que ignoró varios preceptos legales que era imposible que en su condición de juez desconociera. Es decir, le absuelve del delito de prevaricación pero reconoce que "se equivocó apreciablemente".

Y todavía hay quien dice que todo ha sido una persecución política. En la Liga de los juicios de Baltasar Garzón se jugaban tres partidos y en la Audiencia Nacional y aledaños, por supuesto en el Tribunal Supremo y en el propio CGPJ, la inmensa mayoría apostaba a que en esos tres partidos –la grabación de las conversaciones en la cárcel de los abogados defensores del caso Gürtel; la pasta que se llevó de los bancos en los famosos cursos de Nueva York, y la cosa del franquismo- se iban a dar los tres resultados: condena, en uno; absolución, en otro, y prescripción en el tercero.

La sentencia "sobre el caso del franquismo", como ocurriera con la de los cursos de Nueva York citados (Garzón, según Marchena, decidió de forma consciente no abstenerse de investigar causas relacionadas con los patrocinadores de los cursos que recayeron en su juzgado y fueron archivadas “por el deber de agradecimiento de la dádiva”) es también muy dura para él, un reproche jurídico en toda regla, una descalificación total, “porque pone en evidencia todo lo que había hecho mal o no tenía que haber hecho”, asegura un miembro del CGPJ, “pero, como era un problema condenarle (especialmente para la imagen internacional de España, tan bien destruida y machacada por la izquierda patria y los ignorantes externos), al final el ponente se ve obligado a una pirueta para absolverlo, lo cual no evita que Baltasar quede para los leones”.
La absolución de Garzón por el caso de los crímenes del franquismo ha aliviado al Gobierno, que se veía inmerso en una campaña para contrarrestar la mala imagen que de la Justicia y de la política se estaba dando de nuestro país en el extranjero. Esa absolución, por seis votos a favor y uno en contra de los siete magistrados que el juzgaron de la Sala Penal del Supremo, era la anhelada por el Ejecutivo. De las tres causas abiertas contra Garzón, ésta era la que, sin duda, más incomodidad generaba en el PP. Su condena de inhabilitación por la violación del derecho de defensa de los acusados fueron interpretadas fuera de España como una cacería contra el único magistrado que había osado a llevar ante la Justicia a los crímenes del franquismo. No hubo distinciones en el sentido de que la condena era por prevaricación tras vulnerar el derecho de defensa. Los medios de comunicación del extranjero no parecían estar para muchos matices, y de mantener esa oscuridad se encargaba el PSOE y la extrema izquierda, tan remisa a aceptar la Justicia como valiente a ensalzar a los asesinos procedentes de su espectro ideológico.




domingo, 19 de febrero de 2012

LA QUIMERA NACIONALISTA. QUÉ COÑAZO DE CATALUÑA

Publica ABC una buena columna de Juan Carlos Girauta sobre la demencia catalanista actual que conviene reflejar aquí
La señora Sánchez Camacho ha puesto al PP a «decidir» en Cataluña, logro que, con derecho, airea para consternación de nacionalistas cojos de diputados. Tanto les ha dolido pasar públicamente por el tubo en la aprobación de presupuestos y otras leyes (un tubo moderador de cánones, tasas y cargos), que se les ha quedado mal cuerpo y tienen que compensar la vergonzosa coyunda con una echada al monte para calmar a las fieras. No es difícil advertir la coincidencia de PP y CiU en las materias principales que se van ventilando en el Congreso (sistema financiero, relaciones laborales), y a nadie extraña ni escandaliza que los hombres de Duran las apoyen; pero a la viceversa, nanay.
En Cataluña se trataba básicamente de apuntalar la austeridad y desmantelar la burocracia. ¿Cómo no iba a facilitarlo doña Alicia? ¿Y cómo negarle el derecho a capitalizar su postura? Querría el señor Mas que ella actuara y callara. Claro. Previamente los suyos —y los que no lo son— han procedido a la sistemática demonización de su actual muleta, el PP, enemigo común que cohesiona, muñeco local del pim pam pum, chivo expiatorio, nasty party. Sin la abstención de la lideresa del PPC en los presupuestos, al gobierno catalán sólo le quedaba disolver el Parlament y convocar elecciones anticipadas. Valerse de Satanás no resulta muy popular, especialmente cuando primero le has conferido tal identidad, y hasta has acudido al notario para marcar distancias, en encarnizada competencia con la valiente muchachada del Tinell, que quiso echar del sistema a un partido de ochocientos mil militantes. Recuerdan a aquel cañoncito chinorro que nos apunta desde tierras portuguesas, amenazando: «¡Tiembla, España!»
Forzado a subsanar los efectos españolizantes del indeseable (pero salvífico) abrazo al enemigo, buscó don Artur una machada ruidosa que alegrara los oídos de sus soberanistas, entiéndase separatistas con corbata. Algo duro, que desviara la atención, capaz de devolver a cada cual a su lugar en el imaginario. Y fuese con unas declaraciones a Le Monde que son un «collage» de Tàpies, «arte povera», adhiriendo un recorte la guerra de sucesión para que pareciera de secesión, estampando un par de palabras fetiche (transición nacional), esbozando una taxonomía delirante. Como esta:
Sostiene el estadista que «más de la mitad de los catalanes tienen origen español o extraespañol» (extranjero). El elíptico grupo que resta lo constituirán pues —no hay modo de escapar a la conclusión— los catalanes de origen catalán. Síganme: en la mente del señor Mas, el origen catalán y el origen español son excluyentes, ergo eres catalán o eres español, ergo Cataluña no es España. Qué disgusto. Subyace una lectura histórica que complacería —ah, paradojas— a la historiografía «visigótica»: España como Castilla. Más que inquietud, todo esto ha despertado en Madrid una discreta sonrisa. Debe de ser desconcertante que tus amenazas de referéndum causen el mismo efecto que una canción de Georgie Dann.
En fin, el «president» no necesita exégesis porque se le entiende todo, y en modo alguno requiere deconstrucción. Estamos ante una quimera sin cola, sólo león y cabra. Estamos ante dos piezas ensambladas, y no hay más: mitad radical incendiario, mitad responsable gestor de los decrecientes recursos públicos. De ahí su éxito. Las dos utilidades del producto Artur Mas parecen contradictorias, pero no lo son. Lo difícil es que se te ocurra la mezcla, un mérito de Jordi Pujol, de quien sólo queda la pieza exaltada desde que dejó el poder. El chollo es extrapolable; no sé, que las chicas te consideren James Dean en «Rebelde sin causa» mientras sus madres te toman por Martin Sheen en «El ala oeste de la Casa Blanca»

EL LIBRO NEGRO SOBRE LAS BARBARIES COMUNISTA Y NAZI

Cuando la venenosa sierpe nazi ideó la Solución Final y decidió ponerla en práctica no tuvo que ir demasiado lejos para aprender cómo borrar de la faz de la Tierra al pueblo judío. Al este, en la Unión Soviética, ya iban casi para dos décadas los devastadores aniquilamientos del Gulag, las hambrunas, la reeducación y los progromos contra los enemigos de Stalin. Ni la vieja guardia bolchevique se libró de aquella demencia asesina.
Los nazis tenían un devastador equipo de arquitectos del terror, Goebbels, Himmler y Heydrich, que habían aprendido de los mejores. Y los mejores estaban en la Lubianka, donde el NKVD (Comisariado del Pueblo) daba lecciones teóricas y prácticas de aniquilación todos los días.
El 22 de julio de 1942 comienza la Gran Operación de Realojamiento, cruel eufemismo para nombrar lo innombrable: el traslado de los judíos a los campos de exterminio. Pronto, media Europa apesta a carne quemada. Y las chimeneas de Auschwitz no descansan. Pero el ángel exterminador de la cruz gamada había empezado su trabajo antes, cuando el 22 de junio de 1941 Alemania invade la URSS. La carnicería comienza: asesinatos en masa, deportaciones, ejecuciones sumarias, toda clase de martirios, fusilamientos, violaciones, ahorcamientos, el manual al completo de la historia universal de la infamia es aplicado por los nibelungos hitlerianos. La principal víctima será la población judía, aunque los efectos más o menos colaterales también se ceben en quienes los defienden e intentan ampararlos y en quienes resisten. Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia y por supuesto Rusia sufren en carne propia y achicharrada la ira de la maquinaria nazi.

Oídos (y narices) sordos

En 1943, el pestazo a Zyclon B inundaba las cancillerías aliadas, aunque muchos hicieron oídos (o narices) sordos. A pesar de testimonios como este de febrero de 1943, Treblinka: «Tras formar a los niños, el nazi se cogió el martillo que siempre llevaba sujeto al cinto y tras escupirle en la cabeza como habría hecho un carpintero que se dispusiera a golpear un clavo, procedió a asesinar a los niños pegándoles martillazos en el tabique nasal». Pero el científico Albert Einstein sí se conmovió y se dirigió al Comité Judío Antifascista para que estos hechos fueran conocidos. Sin embargo, el testigo de la idea lo recogieron dos prohombres comunistas, los escritores Vasili Grossman e Ilyá Ehrenburg. Grossman había sido corresponsal para el periódico «Estrella Roja» durante la Guerra Patriótica. Y había estado en la liberación de Treblinka, aunque acabaría alejándose del estalinismo y su gran obra, «Vida y destino», no podría verla publicada en vida. Ehrenburg era un bolchevique de primera hora, pero pasó varios años en París porque no le gustaba lo que veía. Sin embargo, sería uno de los hombres de la nefasta presencia del comunismo soviético en nuestra Guerra Civil como corresponsal del «Izvestia» De paso, escribó su homenaje a la República: «No pasarán». Acabaría como uno de los intelectuales más vinculados al régimen.
Vasili e Ilyá recogieron miles de estremecedores testimonios (leer el libro es una experiencia que va más allá de las lágrimas) que debían ser recopilados en el «Libro negro». Lo completaron y llegaron hasta las puertas de la imprenta. Pero allí estaba Stalin. Quien había ideado la primera solución final para los habitantes del archipiélago Gulag no podía permitir que se conocieran las semejanzas entre la escabechina stalinista y la de sus aventajadísimos alumnos nazis.
El libro no se publicó hasta que la hija de Ilyá lo encontró y lo remitió a Jerusalén, donde se editó en 1980. Ahora, toda esta desolación aparece en castellano en edición de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Terror en estado puro, del que Grossman y Ehrenburg dan cuenta, con más toneladas de sangre que de tinta, como espeluznados taquígrafos.

COMUNISTAS Y NAZIS, DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

A principios del siglo XXI, en la Europa de las libertades, el nazismo como ideología está prohibido en muchos países mientra el comunismo goza todavía de cierto respeto político y está presente enparlamentos nacionales e incluso en el Parlamento Europeo. En España se han prohibido varias organizacion neonazis y sus miembros han sido condenados a penas de prisión.

¿Tan diferentes son estas ideología? No, nada en absoluto, y cada vez aparecen más historiadores y sociólogos que huyendo del pensamiento dominante se atreven a realizar las analogías necesarias entre dos regímenes asesinos y enemigos de la democracia Si se prohibió el nazismo, no menos prohibido debería estar el comunismo.

A las orillas de la Historia llegan nuevas olas de espanto. Casi ocho décadas han tardado en aparecer los 14 millones de personas que, en tan sólo 12 años, entre 1933 y 1945, Hitler y Stalin asesinaron en una estrecha franja de tierra olvidada por la Historia. Todas ellas fueron víctimas de políticas criminales, no bajas de la II Guerra Mundial. La mayoría eran mujeres, niños y ancianos. Sin armas. Eran ciudadanos de Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Bielorrusia, Ucrania y de la franja occidental de la Rusia soviética. Países asfixiados entre el nacionalsocialismo y el estalinismo, entre Berlín y Moscú, donde vivía la mayoría de los judíos de Europa, donde los planes imperiales de Hitler y Stalin se solaparon, donde la Wehrmacht y el Ejército Rojo se enfrentaron y donde la NKVD soviética y las SS alemanas concentraron sus fuerzas.

Los crímenes de Stalin se asocian con Rusia y los de Hitler con Alemania, pero la zona más mortífera de la Unión Soviética fue su periferia no rusa, mientras que los nazis mataban generalmente fuera de Alemania. "Se suele identificar el horror del siglo XX con los campos de concentración, pero no fue en ellos donde murió la mayor parte de las víctimas de los dos regímenes", explica el historiador Timothy Snyder (EEUU, 1969) enTierras de sangre. Europa entre Hitler y Stalin, ensayo publicado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. "Ese malentendido en cuanto a los lugares y a los métodos de los asesinatos en masa nos impide percibir todo el horror del siglo XX", asegura.

Las cifras de la infamia

Esta historia de asesinato político en masa recalca que en los campos de concentración alemanes murieron "en torno a un millón de personas sentenciadas a trabajos forzados". Snyder reconoce que no puede hacerse una distinción exacta entre los campos de concentración y los centros de exterminio, porque también en los campos se ejecutaba o se mataba de hambre a las personas. Pero aún así distingue: en las cámaras de gas, en las zonas de hambre y en los campos de exterminio alemanes "murieron diez millones de personas".

En cuanto al gulag: un millón de vidas truncadas por agotamiento y enfermedades, entre los años señalados. Pero en los campos de exterminio y las zonas de hambre soviéticas murieron seis millones de personas, de las cuales unos cuatro millones perecieron en estas tierras de sangre. "El 90% de los que entraron en el gulag salió con vida. La mayoría de los que entraron en los campos de concentración alemanes también sobrevivió", defiende atrevido Snyder en el libro, para quien hay una diferencia entre "ser sentenciado a un campo y ser sentenciado a muerte, entre el trabajo y el gas,entre la esclavitud y las balas".

¿Por qué aquella barbarie? Hitler no sólo deseaba destruir al pueblo judío por completo, sino devastar Polonia y la Unión Soviética, "exterminar sus clases dominantes y matar a decenas de millones de eslavos". Stalin, en nombre de la defensa y la modernización de la URSS, supervisó la muerte por inanición de millones de personas. "Stalin mataba a sus conciudadanos con tanta eficacia como Hitler eliminaba a ciudadanos de otros países", sentencia el historiador norteamericano.

El hambre fue el método más frecuente de asesinato en masa en los años treinta y cuarenta, "antes que las balas y el gas". La cuarta parte de las 14 millones de víctimas fue asesinada, según Snyder, antes de que empezara la II Guerra Mundial. La inanición, verdadera arma de destrucción masiva. "El hambre es una manifestación terrible del control político. Se requiere una gran cantidad de poder para conducir a un pueblo a la inanición", reconoce el profesor en la Universidad de Yale a Público.

"La Alemania nazi y la Unión Soviética tuvieron ambiciosos proyectos ideológicos que definieron el territorio. Lo que es crucial es que estas dos visiones se superponen en un mismo territorio", reconoce al enfatizar su descubrimiento. Doctorado en Oxford e investido en las universidades de París, Viena, Varsovia y Harvard,Tierras de sangre es la primera traducción al castellano de un estudio de este especialista en la Historia de Europa central y del Este, así como del Holocausto.

El mapa de la muerte

El estudio se detiene en aspectos militares, políticos, económicos, sociales, culturales e intelectuales. Y, por supuesto, geográficos. No una geografía política, sino una geografía de las víctimas. Porque el corazón de la investigación de Snyder es demostrar cómo estas tierras no fueron un territorio político, sino los lugares donde los regímenes más crueles de Europa realizaron su obra más mortífera. Cuando comienza la II Guerra Mundial, los soviéticos ocupan los países bálticos y Polonia oriental; a continuación, los alemanes invaden la URSS, en 1941, es decir, ocupados por segunda vez; y triple ocupación, cuando el poder soviético vuelve en 1944. Una experiencia peligrosa y mortal.

Según sus cálculos, el régimen estalinista asesinó a unos seis millones de personas deliberadamente y el régimen nazi a 11 millones. "Si añadimos a todas estas personas aquellas que perecieron por enfermedad o hambre en los campos de concentración, el número aumenta a alrededor de nueve millones de personas más para los soviéticos y unos 12 millones para los alemanes", aclara el historiador. Naturalmente, a esos números estremecedores hay que sumar la muerte de los militares. "Estas son una responsabilidad alemana", señala Snyder para destacar la liquidación nazi. Curiosamente, esta fue también la parte del mundo más mortífera para los soldados: alrededor de la mitad de las bajas militares de la contienda cayeron allí.

La hambruna de Ucrania encabeza la clasificación de atrocidades del siglo XX. El plan quinquenal 1928-32 había terminado con un saldo de decenas de miles de fusilados y centenares de miles de muertos por agotamiento. Eran trabajadores extenuados, incapaces de cumplir los objetivos marcados por el Gobierno y sus caciques locales, que los exprimían al máximo para hacer méritos ante el comité central del PCUS. En 1933, Stalin dio otra vuelta de tuerca con unas exigencias de entrega de cereales tan grandes que no había explotación que pudiera cumplirlas. Comenzaron entonces las requisas, con los comisarios políticos de cada región apuntando a todo aquel a quien consideraran enemigo del régimen. Muchos campesinos se vieron obligados a entregar las semillas para la siembra de la siguiente campaña, aún a sabiendas de que se estaban condenando.
 
Así fue. Cuenta Snyder que Stalin dictó unas instrucciones rigurosas: el campesino que moría lentamente de hambre era, pese a las apariencias, un saboteador que trabajaba para el capitalismo con el objeto de desprestigiar a la URSS. Una retorcida forma de entender la realidad, pero no tan extraña en Stalin: durante la guerra, dispuso que se tratara como traidores a los soldados soviéticos apresados por los alemanes y que se represaliara a sus familias. No se le puede acusar de incoherencia: cuando su propio hijo cayó prisionero, su nuera fue encarcelada.
 
En las grandes ciudades, Kiev y Járkov sobre todo, los ucranianos morían por miles cada día y los cadáveres se apilaban en la calle, a menudo junto a los lugares donde se formaban las colas para conseguir un mendrugo de pan. En el año maldito de 1933, el mismo en que Hitler llegaba al poder, la esperanza de vida al nacer en Ucrania era de siete años. Snyder ha recogido numerosos testimonios de canibalismo, que se dieron también durante el asedio alemán a Leningrado. Un comunista de la región de Járkov elevó un informe en el que decía que solo se podría cubrir el cupo de carne si utilizaba seres humanos. Al parecer, también existía un mercado negro. Ese año, los tribunales locales condenaron a 2.500 personas por canibalismo.
 
Las hambrunas se extendieron en años siguientes a Kazajastán y Rusia. El censo de población de 1937 contabilizó ocho millones de personas menos de las previstas en esas regiones: era el efecto inevitable de los fallecimientos en masa y de los niños que no habían nacido. Stalin resolvió el problema por la vía más directa: mandó fusilar a los demógrafos que habían hecho el estudio.
 
Al finalizar la década, las matanzas mayores se dieron en otras zonas. En apenas dos años, unos 250.000 soviéticos fueron ejecutados por razones étnicas. La persecución era tan evidente, cuenta Snyder, que un polaco que viviera en Leningrado tenía 34 veces más posibilidades de ser arrestado que un ruso. Otro medio millón de soviéticos fueron pasados por las armas por razones diversas.
 
Escenario del horror también fue Polonia. Durante una sola noche, en febrero de 1940, casi 140.000 polacos fueron sacados de sus casas y conducidos a trenes de mercancías para ser trasladados a Kazajastán o Siberia. En el exterior, la temperatura rozaba los 40 grados bajo cero. El Gobierno soviético quería deshacerse de grupos de ciudadanos que amenazaban el nuevo orden. Y lo consiguió: al llegar a su destino, muchos vagones eran verdaderos almacenes de cadáveres. Antes de desplomarse para siempre, algunos habían logrado escribir unas líneas en trozos de papel que arrojaron por las rendijas de los vagones. Querían que quedara testimonio de su final.
 
Beria, el jefe del Servicio Secreto de la URSS, puso en marcha una operación contra los militares polacos en marzo de ese mismo año. Se hicieron miles de detenciones y había un cupo de ejecuciones: el 97% de los capturados pasó por el pelotón de fusilamiento.

Belzec, Sobibor, Chelmno, Treblinka, Auschwitz y Majdanek, territorios del mal. Lugares en los que se aceleró el exterminio judío a partir de 1941, cuando la guerra no iba como Hitler había imaginado. Y todavía podía haber sido más horrible: la versión original de la "solución final" de Hitler debía tener efecto después de la guerra. Con la victoria, preveía la aniquilación de "30 millones de civiles, que habrían muerto de hambre durante el primer invierno". "El riesgo de asociar esto al mal es que lo deshumanizamos y dejamos de entender lo que los humanos son capaces de hacer", advierte.

No hay que olvidar que la comunista Unión Soviética, a inicios de 1945, llevó la limpieza étnica hasta el propio corazón de Alemania, desplazando a centenares de miles de alemanes capturados a los campos de exterminio comunistas donde murieron más de 600.000 prisioneros alemanes, desplazando también a 6 millones de personas de sus zonas de residencia, a lo que se une la barbarie soviética en la conquista de Alemania con decenas de miles de muertes innecesarias y violaciones de decenas de miles mujeres inocentes por pura venganza, sin que los oficiales comunistas hicieran nada por detener aquella orgía de sangre.

Por si todo esto fuera poco, por si se pensaba que las fotografías y filmaciones de los campos de concentración alemanes eran la cúspide del espanto, Timothy Snyder las califica de "atisbo" del pánico. Porque nadie pudo dar testimonio de las "tierras de sangre". "Las fuerzas británicas y estadounidenses liberaron campos de concentración alemanes como Belsen y Dachau, pero nunca llegaron a ninguno de los centros de exterminio importantes", añade, para señalar que la verdadera dimensión de las matanzas ha tardado en llegar y otras se han perdido. Los crímenes del estalinismo quedaron sin documentar y las fuerzas aliadas "nunca vieron ninguno de los lugares donde los alemanes perpetraron sus masacres". Y, aún así, nadie puede olvidarlos.


LOS NAZIS DE IZQUIERDA, por HERMANN TERSTCH en ABC



¿QUIÉN es más nazi, un nazi o un comunista? Quien plantee así la pregunta no es desde luego un nazi, pero mucho menos un comunista. A ningún seguidor de estas ideologías redentoras y totalitarias le gusta ser comparado con los de la otra. Dicen que son los dos extremos. Tan cercanos. En las sociedades democráticas actuales se ve a diario que la vocación violenta e intimidatoria es la misma entre neonazis que entre los autodenominados «antifascistas». En la historia se ha visto que, salvo en la retórica y los respectivos catecismos, cuando han ejercido el poder han actuado de forma muy similar y con consecuencias letales siempre para los gobernados. El origen socialista del fascismo italiano y el carácter socialista y anticapitalista y antiburgués del partido nazi hitleriano, en su primera fase al menos, alimentan esta polémica. Ahora ha estallado una vez más en Alemania por un twitter de Erika Steinbach, de la CDU y presidenta del Bund der Vertriebenen, (BdV) la federación de organizaciones de alemanes expulsados en 1945. El BdV fue una organización muy poderosa que representaba a millones de alemanes víctimas de la limpieza étnica que se impuso al final de la guerra en los países del Este, que había sido los Estados más castigados por la barbarie del nazismo. Steinbach decía en su twitter del miércoles: «los nazis eran un partido de izquierdas. Partido NacionalSOCIALISTA alemán de los trabajadores alemán». Le ha caído encima el «establishment» de historiadores por lo que ella misma dijo era una provocación. Pero mientras todos coincidían en que los nazis eran por supuesto la extremísima derecha, muchos tenían serias dificultades para explicar esa «clarísima» diferencia. Y vuelve aquí la doble vara de medir del intelectual occidental. Según alguno la diferencia está en el internacionalismo del socialismo comunista mientras el nazismo es nacionalista. ¿Sólo eso? El movimiento comunista está repleto de ejemplos de nacionalismo. Y los nazis fueron muyinternacionalistas en su cooperación con nazis extranjeros, desde Francia hasta el Báltico y Ucrania.
Lo cierto es que en el este de Europa, donde se sufrió el comunismo en toda su brutalidad y crimen sistemático, hay una creciente corriente de opinión que pide a Europa una condena general del comunismo. Que no entiende que en Europa occidental, donde no se ha sufrido el comunismo, se trivialicen los crímenes de esta ideología. Que no sea tratada como el nazismo. Equiparar las dos ideologías ya lo pidieron en su día en una cumbre en el Palacio del Hradshin en Praga decenas de intelectuales convocados por Vaclav Havel allá en 2008. En Europa occidental, la condescendencia —y en gran parte la complicidad— de los intelectuales con los crímenes del comunismo fue un escándalo moral que comenzó en el estalinismo y se prolonga hasta hoy. Un nazi que justifica los crímenes de Hitler o el Holocausto recibe el desprecio, la marginación y, en muchos países y con razón, una persecución penal. El comunista sin embargo puede pregonar las supuestas gestas de Stalin, negar el Gulag y aplaudir el exterminio de pueblos enteros. No parece razonable que así sea. Hoy que izquierda y derecha han perdido significado para casi todo, sigue vigente esa superioridad moral que es una aberración intelectual, la ridícula doble vara de medir de los intelectuales occidentales. Comunismo y nazismo merecen la condena de toda sociedad democrática. Sólo existe una diferencia. Eso sí, es importante. El nazismo perpetró un salto cualitativo en el crimen con su industrialización. El Holocausto es un hecho único, históricamente, filosóficamente. Pero la repulsa al crimen debe ser tan incondicional con una ideología como la otra. Las decenas de millones de muertos de ambas lo exigen.

domingo, 12 de febrero de 2012

LA DEFENSA DE GARZÓN EL PREVARICADOR PROTAGONIZADA POR EXTREMISTAS Y VIOLENTOS

Hoy domingo se ha vuelto a repetir la manifestación en apoyo del juez prevaricador condenado Baltasar Garzón, poco numerosa la concurrencia pero protagonizada por individuos que representan lo peor de nuestra sociedad, comunistas antidemócratas que respaldan a dictaduras asesinas como Llamazares, intelectuales violentos que usaron la fuerza para imponer su ideología como Marcos Ana, y nostálgicos de la guerra civil armados con banderas repúblicanas.

Aquí tienen por ejemplo el curriculum del demócrata y pacífico MARCOS ANA.

Mató a un cura, a un labrador y un militante de Acción Popular. Tomó parte en profanaciones, detenciones y crímenes contra personas de derechas. Estuvo en la cárcel desde los 19 años a los 41. El poeta comunista Sebastián Fernando Macarro, que oculta su identidad bajo el seudónimo Marcos Ana, fue el encargado de leer el manifiesto de apoyo al juez Baltasar Garzón, tras la marcha de respaldo al magistrado convocada por la izquierda política, sindical e intelectual española, celebrada en Madrid. Junto a Macarro, estuvieron el director de cine Pedro Almodóvar y la escritora Almudena Grandes. El anciano escritor, de 90 años, ha sido el preso que más años ha pasado en las cárceles de Franco –desde los 19 años a los 41– y sólo por esa razón se ha convertido en icono de la izquierda, constantemente homenajeado y alabado por su más que cuestionable trayectoria literaria. Pero lo que no sabe la progresía –y, si lo sabe, calla– es que Marcos Ana fue condenado tras la Guerra Civil por el brutal asesinato de tres personas.
  • Así lo acredita una completa investigación realizada por el semanario del Grupo Intereconomía ALBA, en la que se recogen todos los documentos e historial delictivo de Macarro, incluido en la Caja 127 –una gruesa carpeta donde el Partido Comunista de España alberga los dosieres de sus poetas más famosos: Alberti, Machado y Guillén– y en el Archivo Histórico de Defensa.
    Su expediente es el número 120.976 y en él se pueden leer los motivos de su condena: como secretario de las Juventudes Socialistas Unificadas en Alcalá de Henares y jefe de un grupo de milicianos dentro del Batallón Libertad, “tomó parte directa” en el asesinato de Marcial Plaza Delgado el 23 de julio de 1936 y en el asesinato, el 3 de septiembre de ese año, de Amadeo Martín Acuña y de Agustín Rosado.    
    Plaza, de 41 años, era cura. Martín era un cartero de 24 años que militaba en Acción Popular y Rosado era un labrador de 45 años de reconocida religiosidad. Marcos Ana fue condenado a muerte en 1943. Por ser menor de edad durante la contienda le rebajaron la pena a 30 años de prisión.
    En el expediente hay registradas varias peticiones de indulto que el poeta envió a las autoridades. En una de 1952, Marcos Ana afirma que “dada la naturaleza de los hechos que se le atribuyen”, no le afecta “ninguna de las excepciones” del decreto del 12 de octubre de 1945.
    Con este decreto los vencedores de la guerra indultaron a todos los encarcelados por no sumarse a su rebelión militar que, con independencia de su ideología, no tuvieran condenas por delitos de sangre.
    En un documento del Consejo Supremo de Justicia Militar de 1954 se puede leer el motivo de denegación: “Tomó parte en profanaciones, detenciones y asesinatos de personas de derechas”.
    Será un decreto de Franco del año 1961 el que le ponga en la calle: todos los presos que llevaran más de 20 años en las cárceles por hechos relacionados con la guerra quedaron en libertad.
    Otros documentos, esta vez guardados en el Archivo Histórico Nacional del Ministerio de Cultura, también registran actividades del poeta. El 11 de mayo de 1939, el alcalde de Alcalá firmó la lista de asesinados en su ayuntamiento. El nombre de Marcos Ana aparece como “persona sospechosa de participación en el crimen” de Agustín Rosado y Amadeo Martín.
    La polémica no ha faltado desde la puesta en libertad de Marcos Ana. A lo largo de los años, los familiares de las personas asesinadas en Alcalá de Henares fueron manifestando en distintas publicaciones su versión de los hechos.
    Mercedes Cabezudo, madre de Amadeo Martín, narró para Noticias Gráficas, el 23 de octubre de 1963, sus recuerdos: “Macarro y otros milicianos practicaron en mi casa un registro de dos horas, llevándose detenido a mi hijo, que fue asesinado a las siete de la tarde. (…) Amadeo Martín se puso de rodillas al morir y perdonaba a todos y pedía perdón por nosotros. Al contar esto, Macarro se reía y hacía gestos de burla”.
    Victoria Fraguas Salgado incluso llegó a señalar en una fotografía para La Vanguardia, el 10 de noviembre de 1962, el lugar exacto donde, según ella, las milicias comandadas por Marcos Ana habían asesinado a su tío, José Plaza. Minutos antes, recoge el periódico, Marcos Ana había asesinado al hijo de éste, el cura Marcial Plaza.
    En 1963, el rotativo catalán describe las circunstancias de la muerte de Rosado: “(…) a quien había sacado de su domicilio con el pretexto de que debía prestar una declaración de importancia. El crimen fue cometido también personalmente por Marcos Ana”.

    Memorias de cine

    Sin embargo, en sus memoria Decidme cómo es un árbol, Marcos Ana presenta una visión diferente del conflicto: “La contienda me sorprendió en Alcalá, donde los militares también se sublevaron. La resistencia del pueblo, ayudada por una columna de milicianos que llegó de Madrid, nos permitió recuperar la ciudad en veinticuatro horas”.
    En su libro, Marcos Ana sostiene que “más adelante me incorporé, casi como una mascota, al Batallón Libertad, y partimos hacia la sierra a detener a los fascistas”.
    Al mismo tiempo asegura que, ya de vuelta en Alcalá, “volví al trabajo político, al frente de la Juventud Socialista Unificada en la comarca. Pese a mi corta edad, era un pequeño líder muy conocido en la ciudad. (…) Tenía sólo 16 años y tuve que hacer frente a una sucesión de acontecimientos propios de la guerra y asumir responsabilidades que desbordaban la falta de experiencia y mi juventud”.
    Surgen dudas sobre su relato al saber cómo fue la toma de Alcalá. Los sublevados, al quedar aislados, fracasaron sin apenas combates y el día 21 de julio los militares “nacionales” se rindieron a sus homólogos republicanos.

    Poder y la gloria

    Sólo a partir del día 21 las milicias comunistas y anarquistas entraron en acción. Pusieron en marcha un plan de exigencias de represalias sobre la población civil indefensa: saqueo, profanación y quema de iglesias y asesinato de curas, laicos y gentes de derecha.
    Pero las sombras sobre su relato no parecen afectar a Pedro Almodóvar. El próximo proyecto cinematográfico del director manchego será llevar a la pantalla su autobiografía. Y los homenajes al poeta no acaban aquí.
    En sus memorias, Marcos Ana explica al lector por qué, tras recuperar la libertad, decidió no regresar a la ciudad de su juventud: “En Alcalá de Henares había discurrido mi vida política durante la guerra y no era prudente quedarme allí recién salido de la cárcel y expuesto a posibles provocaciones”.
    Tras su puesta en libertad en 1961, la falta de reconocimiento literario de Ana no ha impedido que se entregue al activismo político: conferencias y viajes por Europa e Hispanoamérica, actos de protesta en Francia, campañas mediáticas contra la dictadura… Marcos Ana, desde 1961, se presenta como ex presidiario por motivos de conciencia.


lunes, 6 de febrero de 2012

MENTIRAS DIARIAS Y MENTIRAS HISTÓRICAS


Elena Valenciano es la mujer que ha alcanzado un cargo más alto en la estructura del PSOE. La nueva vicesecretaria general es una prueba evidente de que Rubalcaba ha optado por la excelencia, como demuestra su currículo en la web del Parlamento Europeo. En ella se informa de su fecha de nacimiento y de su titulación. Según la web, al cumplir los veinte ya era licenciada en Derecho y en Ciencias Políticas. Esta mujer deja pequeña la legendaria precocidad de Pancho López (chiquito, pero matón).

No es la primera vez. En julio de 2007, siendo europarlamentaria se opuso a que unas becas de la UE llevaran el nombre de quien fue eficaz vicepresidenta europea Loyola de Palacio. El día 13 de julio lo explicaba en Herrera en la Onda, con protestas de afecto a  la citada: “yo me he llevado bien con Loyola, fuimos compañeras de colegio”. No pudo ser cierto. Loyola de Palacio había nacido el 16 de septiembre de 1950. Le llevaba diez años justos. Cuando Loyola estudiaba ‘Preu’, a Elena le faltaban dos años o tres para examinarse de ingreso de bachillerato.

Su propia página web descubre el artificio y la mentira de su currículo europeo: “Estudios en Derecho y Ciencias Políticas”. Como el secretario ejecutivo de Relaciones Políticas: estudio de ingeniería. Es una tradición: al anterior vicesecretario general también le pasaba: Estudios de Derecho (que abandonó en Primero).

En otros asuntos y coincidiendo con el alineamiento de José A. Griñán con la candidata Chacón, ha aparecido en la blogosfera una ‘información’ que da cuenta de una presunta afirmación del presidente de la Junta de Andalucía y nuevo presidente del PSOE:
Nosotros, los socialistas, los que hemos sufrido la represión de la dictadura, no podemos permitir que la derecha gobierne en Andalucía”.

 

La noticia no viene datada, se dice que en un mitin, pero no la fecha ni la localidad. Al mismo tiempo se informa de que ABC del 25 de marzo de 1944 daba la noticia de la boda de “D. Octaviano Griñán Gutiérrez, Oficial de la Casa Militar de Su Excelencia el Jefe del Estado” y de María Teresa Martínez Maldonado, que andando el tiempo serían los padres de José Antonio Griñán.

Parece fuera de toda duda que el padre de Griñán fue oficial (comandante) de la Casa Militar de Franco, tal como dice el suelto de ABC. Es un dato que era público y que Griñán no ha desmentido. Sin embargo me ha llamado la atención la presencia en la boda de un presunto ministro del Ejército llamado Antonio Goicoechea. En 1944, los ministros militares de Franco eran los generales Asensio Cabanillas (del Ejército); almirante Moreno Fernández (de Marina) y general Vigón (del Aire). Nunca hubo un ministro del Ejército llamado Goicoechea.
El asunto tiene su interés. Si Griñán ha dicho lo que se le atribuye, hay una cierta impostación en ello. No es que la dictadura no reprimiera a los hijos de sus dirigentes, pero parece que los hijos de los obreros o de personas corrientes eran más reprimidas que los hijos de franquistas cualificados. Pero no  ha mentido, que se sepa, sobre su padre.

Su antecesor en el cargo, Manuel Chaves González, sí lo hizo. El 24 de febrero de 2008, en un mitin de Dos Hermanas, dijo:
Tenemos que ganar, porque se los debemos a nuestros padres y a nuestros abuelos, que lo pasaron muy mal durante el franquismo.
El padre de Chaves se llamaba Antonio Chaves Plá y era coronel de Artillería. Tenía la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco que le impuso el dictador en la Pascua Militar de 1973. El diario ABC lo mostraba en el Club de Oficiales del Regimiento de Artillería de Sevilla, con el entonces capitán general de la II Región Militar, Félix Álvarez- Arenas Pacheco, con motivo de su visita al regimiento.
Lo curioso de este asunto es que en la foto, publicada el 23 de abril de 2011, en la que el coronel Chaves aparece a la derecha, se identifica, 29 años después de la boda del padre de Griñán al militar que ocupa el centro, con bigote rectilíneo, como el ministro del Ejército, Antonio Goicoechea. Se trata en realidad del teniente general general Félix Álvarez-Arenas Pacheco; los ministros del Ejército aquel año fueron: Juan Castañón de Mena, hasta el 11 de junio y Francisco Coloma Gallegos desde esa fecha en adelante.

Chaves mintió. Griñán, quizá sólo exagerase. En la Ejecutiva de Rubalcaba hay otra vocal con historia familiar compleja: Maru Menéndez, hija de Camilo Menéndez Vives, el capitán de navío que al tener noticia del golpe de Estado de Tejero se presentó en el Congreso perfectamente uniformado para ponerse a las órdenes de su conmilitón. Ella se retrató de esta guisa cuando era jovencita, hacia 1975, aproximadamente. Hay que decir que, naturalmente, tiene todo el derecho a cambiar de pensamiento, que, a mi modo de entender, el cambio ha sido para bien y que nunca ha negado públicamente esos extremos. Pero es de esperar que esta ejecutiva que preside Griñán y manda Rubalcaba no acusen tontamente a nadie de franquista o hijo de franquista. El nuevo secretario ejecutivo de Política Municipal, Gaspar Zarrías, también tiene una historia de abuelos.

Corolario: “Se fueron con mentiras y han vuelto con mentiras”. (Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, en su discurso al XXXVIII Congreso)

Hace un año, recuerdas, el secretario de Estado Gaspar Zarrías asistió al acto de homenaje a Baltasar Garzón que se celebró en la Universidad Complutense. Su presencia fue polémica, porque se interpretó que simbolizaba el reproche del gobierno a un procedimiento contra el juez. Protestó el Partido Popular y le replicó el PSOE. A través, concretamente, de la portavoz Elena Valenciano: «A su abuelo lo fusilaron, el otro estuvo 14 años en la cárcel, su padre otros 12. A su padre y sus abuelos los callaron, pero ningún nuevo franquista va a callar a Zarrías». Días después, Román Orozco firmaba un artículo en el diario El País (Zarrías, dos veces fusilado) que era una buena síntesis del ambiente. Así empezaba: «Gaspar Zarrías Moya fue fusilado hace 70 años en la cárcel de Andújar. Su nieto Gaspar Zarrías Arévalo está siendo verbalmente fusilado ahora.» Y más adelante: «El 28 de mayo de 1940, en la cárcel de Andújar caía acribillado Gaspar Zarrías Moya. Tenía 50 años, era un sencillo labrador nacido en Mengíbar. Su “delito”: ser alcalde elegido democráticamente, durante la II República, de Cazalilla, una aldea a unos 30 kilómetros de Jaén.»
Hummm.
Tengo sobre la mesa el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia 14.478, que se inició el 29 de septiembre del año 1939 contra Gaspar Zarrías Moya, procesado por el delito de Adhesión a la Rebelión (me gustaría que vieras la caligrafía de esas dos palabras, para darte cuenta de hasta qué punto lo rimbombante puede ser siniestro) y en la cárcel de Cazalilla desde el 1 de abril. Lo tramita el Ejército Español. Más concretamente, la Auditoría de Guerra del Ejército de Operaciones del Sur. Los hechos que se juzgan ocurrieron en la dicha Cazalilla «durante el dominio rojo». Como instructor figura el teniente de artillería Luis Fiestas Contreras. Y como secretario Juan Martos Salido, cuya competencia es Falangista. Del procesado Zarrías se dice que nació en Mengíbar. Tiene 50 años, casado y con 5 hijos, y de profesión labrador.

La nota biográfica obvia algo importante, y es que Gaspar Zarrías fue alcalde republicano en Cazalilla. En la página siguiente habla el alcalde de 1939. Se llama Miguel [sic: en realidad, Mateo] Cristino Jiménez, mayor de edad, soltero. Ante la «respetable autoridad» denuncia de su puño y letra: «Al vecino de ésta, Gaspar Zarrías Moya, elemento peligroso marxista habiendo desempeñado el cargo de juez de ésta durante el glorioso movimiento y como tal intervenido en las detenciones y persecución de elementos de orden». Esta es la generalidad de las cosas. Pero rápidamente la escritura se adentra en lo concreto: «Este individuo fue el que en la noche del 26 al 27 de diciembre de 1936 sacó de la cárcel y montó en el camión a mi difunto padre, el que con otro fue asesinado aquella noche en el término de Jaén, en el sitio conocido por Puente Mocho».

El sumario es difícil de leer y en algunos fragmentos, aunque cortos, imposible. Hay alguna otra acusación del mismo género contra Zarrías. Hasta que Ana Troyano Rovira llega ante el juez. Después de citar a dos personas como los autores del asesinato de su marido, Andrés Rodríguez, y de su hermano, Santiago Troyano, continúa: «Que también tiene que manifestar que el que tuvo la culpa de todo fue Gaspar Zarrías, que designó a sus familiares para que fuesen asesinados, en lugar del novio de su hija que estaba designado como uno de los que había que asesinar». Otros testimonios como el de Encarnación Carrillo y Pedro Villamor coinciden en el extraño canje. Pero no en los nombres de los que fueron asesinados en lugar del novio y su hermano: Aurelio Villamor y Mateo Cristino Polaino aparecen como los perjudicados y son estos nombres los que los siguientes testimonios van confirmando. También parece confirmarse el canje. Pedro Polaino, familiar de Mateo Cristino, describe la conducta de Zarrías: «Dijo que no se hiciera nada con él [Juan Godoy, el novio de su hija] puesto que si no su hija iba a ser una desgraciada toda su vida». La justicia también reclama la comparecencia del propio novio, Juan Godoy. Dice éste: «Que su futuro suegro Gaspar Zarrías no le facilitó ningún salvaconducto ni le dijese nada y que él huyó pasándose a las tropas nacionales». Su hermano Francisco también huiría. Por último, aquí tienes la transcripción del primer párrafo de la declaración de Zarrías: «En declaración propia, manifiesta: “que es cierto que él sustit[uyó a] los vecinos de ésta Juan Godoy Mateos (novio de su hija) y a su [hermano] Francisco Godoy Mateos, por los también vecinos de ésta, Mateo Cr[istino] Polaino y Aurelio Villamor Gázquez, pero que lo hizo porque el [...] del Frente Popular, Francisco Morenas Polaina, también sustituyó [...] a a dos primos suyos, llamados Juan Antonio Sánchez Fernández y [... Sán-]chez Fernández, a los que también instó dicho miembro a que huyer[an del] pueblo, poniendo en sustitución de ellos a los vecinos Andrés Rod[ríguez] Díaz y Santiago Troyano Rovira, que también fueron asesinados».

O sea que los canjeó. Comprenderás que salte suavemente sobre los motivos. El amor por la hija. Por el yerno. Cualquier amor o cualquier interés. Todo es remoto. Pero no quiero ahorrarte el dilema moral. Una guerra civil. Una oportunidad. El momento de hacerlo. El poder hacerlo. Y la evidencia de que, probablemente, la victoria republicana habría dejado para siempre en la oscuridad la decisión de Zarrías. No estoy del todo seguro de que pueda preguntar esto. Pero allá voy: ¿Qué habrías hecho? El resto de la declaración (las acusaciones contra sus compañeros del Frente Popular y la insistencia en que él se opuso a los asesinatos) es irrelevante para lo que me interesa. Una guerra civil. El labrador republicano. La hija enamorada del falangista. El padre: venga, Juan Godoy, coge a tu hermano y lárgate. Y que los amigos de Juan Godoy acabaran fusilándole. Y la vida, luego, si la hubo, de Juan Godoy con su esposa Zarrías. Toda esa apoteosis humana que el uso de la llamada «memoria histórica» reduce y abrasa como cepillo de carpintero.

Con fecha primero de junio de 1940 el juez municipal de Andújar informaba que en la sección de defunciones de este Registro Civil se hallaba inscrita la de Gaspar Zarrías Moya, «que falleció a las seis horas del día veintiocho de mayo a consecuencia de hemorragia cerebral». Muchos años después, y a propósito de la actividad de un juez en torno de las fosas, el nieto y secretario de Estado diría: «Las heridas hay que cerrarlas, y para cerrar bien una herida hay que limpiarla, desinfectarla, porque si se cierra mal al final vuelve a doler».


Maru Menéndez socialista de pura cepa

Maru Menéndez, la hija del golpista del 23-F, era falangista
Esta semana viendo por televisión desde el parlamento madrileño la sesión del estado de la región, donde nuestra presidenta Esperanza Aguirre exponía dicho estado de la comunidad madrileña y los políticos de la izquierda replicaban manifestando no estar de acuerdo, no pude por menos de sorprenderme leyendo la prensa digital y blogs, sobre el pasado que tienen determinados políticos y que somos muchos los que desconocemos.

Se trata de la “progresista” portavoz representante socialista en el parlamento madrileño, de la que se sabe poco de su vida anterior, y de saber que su señor padre fue uno de los militares derechistas que quisieron dar un golpe de estado el ya famoso 23-F.
Resulta que según leo en el blog “ calle1440-Análisis de la información.”

” La portavoz socialista de la Asamblea de Madrid, Maru Menendez, posee una curiosa biografía que sorprenderá a propios y extraños. Lo ha contado en su blogel escritor Juan Van Halen bajo el títular “Maru y las dos Españas”, donde, desde la premisa de la bondad de la pluralidad ideológica propia de todas las familias, detalla la biografía de la diputada socialista. Nadie es responsable de las acciones de su primo hermano o tatarabuelo, pero no deja de llamar la atención las sorprendentes relaciones familiares de cargos políticos de un partido como es el socialista que parece empeñado en reavivar las dos Españas.

Según cuenta Van Halen, el padre de Menéndez, “Camilo Menéndez Vives, sobrino del teniente general Camilo Menéndez Tolosa, ministro franquista del Ejército, era capitán de navío el 23-F, hace hoy 28 años, y la fuerza de sus convicciones le llevó a sumarse a la intentona golpista cuando ya se daba por fracasada”. Es más, “fue el militar de mayor graduación que entró en el palacio de la carrera de San Jerónimo“. Más. “Su hermano Ignacio, abogado, fue candidato al Congreso de los Diputados por FE-La Falange en las últimas elecciones generales por la circunscripción de Guadalajara“. Asimismo, el escritor también apunta que la portavoz socialista “está emparentada con Blas Piñar, notario, fundador de Fuerza Nueva, antiguo diputado (precisamente lo era el 23-F), ya que su hermano Camilo está casado con Esperanza Piñar, hija del ya ex político”.”