viernes, 30 de noviembre de 2012

OTRA VEZ LA GENERALITAT MINTIENDO SOBRE ARAGÓN Y LA HISTORIA CATALANA



Una vez más la Generalitat de Cataluña "tergiversa la historia" y en su página web oficial llama "nación catalana independiente" a la histórica Corona de Aragón y la denomina "países catalanes". Es la penúltima intromisión y apropiación de los nacionalistas catalanes en el territorio, la historia y la lengua de Aragón.

Unas veces sitúa como picos catalanes al Aneto o el Villibierna, en los Pirineos aragoneses, otras veces incluye en sus mapas a las comarcas aragonesas de La Ribagorza, La Litera, el Bajo Cinca y el Matarraña dentro de lo que llama la Cataluña occidental.

Es frecuente en la comunidad vecina hablar de la Corona catalanoaragonesa cuando todo el mundo sabe por la historia que se trata de la antigua Corona de Aragón, integrada por Aragón, Valencia, Baleares y Cataluña más Córcega y Sicilia. Algo parecido ocurre con los reyes de Aragón, para ellos reyes catalanoaragoneses cuando Cataluña nunca tuvo reyes.

Ley de lenguas

En las mencionadas comarcas aragonesas, limítrofes con Cataluña, se habla, para unos, catalán, para otros aragonés de la zona oriental.

Precisamente una ley de lenguas aprobada por el Gobierno de Marcelino Iglesias reconocía el catalán como lengua propia de Aragón, denominación que desparece tras el anuncio de una nueva ley elaborada por el actual Ejecutivo de Luisa Fernada Rudi.

La denominación de catalán para lo que se habla en esa zona motivó una auténtica cruzada por parte de la Plataforma No Hablamos Catalán, que engloba a decenas de colectivos, asociaciones y ayuntamientos, que recogieron miles de firmas en contra y hoy mismo hacía público un comunicado contra la nueva "invasión" catalana y apremiando al Gobierno aragonés a que apruebe ya la nueva lengua.

Bienes eclesiásticos

A este conflicto de la lengua hay que sumar el de los bienes eclesiásticos: pese a los sucesivos fallos del Vaticano a favor de Aragón, Cataluña se niega a devolver 113 valiosas obras de arte sacro depositadas en el Museo Diocesano de Lérida y que pertenecen a 11 parroquias de la diócesis de Barbastro-Monzón.

En un artículo sobre la cocina catalana entre los siglos XII y XV, en la citada página web de la Generalitat, se asegura que "la conocida legalmente como Corona de Aragón fue, oficialmente, una nación catalana independiente".

Guillermo Fatás, catedrático de la universidad de Zaragoza, asegura que "es anacrónico hablar de nación catalana independiente en los siglos XIV y XV y resulta pintoresco asegurar que era conocida legalmente como Corona de Aragón. Ninguna de las dos cosas es cierta". La Corona de Aragón "es una monarquía compuesta que no se puede definir con categorías actuales. Usar esa terminología revela falta de profesionalidad", señala el prestigioso historiador aragonés en unas declaraciones a Heraldo de Aragón, que se hace eco de la nueva interpretación de la historia por parte de Cataluña.

Ha habido otras reacciones. Así, el Partido Aragonés (PAR) de la zona oriental, que aglutina a más de 20 comités locales, pide a los aragoneses que "no se dejen amedrentar por las manipulaciones históricas, culturales, identitarias y lingüísticas que el nacionalismo catalán está realizando desde hace muchos años y que se han radicalizado en las últimas semanas". El PAR denuncia también que "el nacionalismo manipulador catalanista tiene unos buenos aliados en Aragón con CHA e IU pero también con el PSOE".

Añade que "la Chunta, socia de Esquerra Republicana en Europa y sin prácticamente representación en la zona oriental de Aragón, día sí y día también presiona para que se nos imponga el catalán en nuestra tierra y ha presentado multitud de enmiendas a la Ley de Lenguas para que el catalán sea identificado como lengua propia de Aragón. Por su parte, Izquierda Unida, socia de Iniciativa per Catalunya, exige la cooficialidad del catalán en Aragón a pesar de que no tienen presencia en las comarcas orientales aragonesas. Finalmente, el PSOE, coaligado con el PSC en Cataluña, pide también la implantación del catalán en Aragón".


FRANCISCO DE ALDANA, MÁS HÉROES ESPAÑOLES OLVIDADOS


Francisco de Aldana fue uno de esos tipos que nos forjaron como nación. Uno de esos hombres cuajados en acero, que siempre supo por dónde se ponen los pantalones, o las calzas, por mejor decir. Uno de esos españoles con las gónadas bien puestas y generosísimas en su ánimo y su esfuerzo. Un español de aquellos del siglo XVI, valientes, titánicos y hercúleos, que derrochando su sangre, su sudor y sus lágrimas levantaron en nombre de Dios y de España aquel Imperio en el que no se ponía el sol.

Francisco de Aldana se ganó la vida repartiendo estopa a manos llenas, espadazo va espadazo viene, jugándose una y otra vez el pellejo ante los herejes, primero, más tarde ante la morisma, que sería la encargada de finiquitarle en Marruecos, en la trágica derrota de los portugueses en Alcazarquivir.

Más de una vez le escabecharon el cuerpo en el combate, más de una vez fue objeto de envidia, más de una vez también le tocó lidiar con los bravos y feroces soldados de los Tercios, cuando a estos las exhaustas arcas de Felipe II no les pudieron abastecer de sus pagas.

La bandera en los dientes

Aunque viniera de gente de moderada alcurnia, el capitán era querido por la tropa, el mayor halago para un militar, probablemente más allá del valor y la fiereza en el combate. El coraje le venía de antiguo. Uno de sus tíos, Juan de Dios de Aldana, a la sazón alférez del rey Alfonso V de Portugal, fue espanzurrado y pasó a mejor vida en la batalla de Toro, sosteniendo la bandera de su señor con los dientes, pues ya le habían desmembrado los brazos. Y su padre, fue oficial de altísimo rango de la tropa española en la Florencia de Cosme I de Médicis.

Pero no solo fue uno de nuestros más brillantísimos comandantes, uno de nuestros más firmes adalides, uno de nuestros más aventajados militares. Porque Francisco de Aldana fue también uno de los más grandísimos literatos de su época, un hombre renacentista, políglota, educado en la enjundia, la fineza y la sabiduría de la cultura clásica.

Fue poeta de pro, además de combatiente. Como lo había sido el gran Garcilaso, como lo serían después soldados y vates en una misma piel española: Quevedo (más bien espía que militar), Cervantes, Lope de Vega y Calderón. Tipos que empuñaban con el mismo ánimo y envite el arcabuz y la pluma, la daga y el tintero. Cervantes tenía a Aldana por «El Divino», Quevedo lo llamó «doctísimo español, elegantísimo soldado, valiente y famoso soldado en muerte y en vida» y Lope de Vega le dedicó encendidos versos: «Tenga lugar el Capitán Aldana / entre tantos científicos señores, / que bien merece aquí tales loores / tal pluma y tal espada castellana».

Poco se sabe sin embargo de la vida de este héroe que se dejó la piel en media Europa batiéndose por España como un titán. Algo nos informa el propio memorial que un día el mismísimo Aldana le remitiera a Felipe II, manuscrito que ahora descansa en el Archivo General de Simancas. Y sobre todo nos ponen al día las vibrantes páginas que Fernando Martínez Laínez dedica a este literato y soldado en su libro «Escritores 007» (Atanor Editores). Del hilo de Laínez tiraremos de aquí en adelante para perfilar el dibujo de aquel español de verso y estocada.

Fiel acero toledano

En 1537 llegó Francisco de Aldana a este mundanal ruido. Unos apuntan que en Alcántara, otros que en Valencia de Alcántara, y no faltan los que sugieren que su alumbramiento sería en la villa de Nápoles, donde su padre servía entonces al Duque de Alba. Coinciden todos en que de una u otra manera el origen de su familia era extremeño. Su vida estaba destinada a la milicia, y su bravura no se hizo esperar, y antes de los dieciséis años ya calzaba peto, se jalonaba la testa con un casco y orlaba su cintura un espadón de fiel acero toledano, fiel espada triunfadora.

No tardaría Aldana en conocer la gloria castrense apenas siendo un veinteañero (entonces los hombres crecían más deprisa), en aquella batalla llamada de San Quintín (1557), gran victoria sobre la tropa gabacha que conmemoraría Felipe II construyendo la octava maravilla del mundo, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Después de ser lugarteniente de su propio padre, aquel descollante soldado no podía ya escapar al imperial destino y marchó a Flandes para servir al tercer Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, esforzado entonces en dura pelea con los rebeldes holandeses. Francisco de Aldana fue uno de sus principales oficiales y así se le encomendó dirigir la artillería en uno de los momentos más terribles de aquella contienda, el sitio de Haarlem, comenzado en diciembre de 1572, una escabechina de proporciones gigantescas entre la gente de los Países Bajos y los nuestros.

Una carnicería en la que no faltaron toques a degüello, decapitaciones y crueldades terribles por ambas partes. Nuestro propio Aldana tampoco salió indemne de la espeluznante refriega, un disparo de mosquete le atravesó un pie. Mientras se curaba en el hospital, calló el soldado y habló el genial poeta: «¡Oh galanamente y bien / está mi mal remediado. / Herido y despedazado / y habrá de quedar también / tras cornudo, apaleado». Se refería con cruel ironía a las críticas recibidas por su gestión artillera en aquella industria de Haarlem.

El Saco de Amberes

Siguió Aldana en Flandes, como principal ayudante del duque hasta que el de Alba fue sustituido por Luis de Requesens, y el bravo oficial recibió un encargo lejos de sus dotes guerreras, aunque no humanas: intermediar con la soldadesca que andaba rebelada por no cobrar durante meses y meses su soldada. Los amotinados acabaron organizando una gresca formidable conocida como el Saco de Amberes, donde se dieron a descoyuntar holandeses de lo lindo, con aquella terrorífica frase que pasó a la Historia para mostrar su ira: «Cenaremos en Amberes o desayunaremos en el infierno».

A la postre, Francisco de Aldana consiguió mediar ante la tropa, pero la desilusión entre lo que veía en la guerra y lo que se imaginaba que vivían otros en la corte afiló su lengua y su pluma: «Mientras, cual nuevo sol, por la mañana / todo compuesto andáis ventaneando / en jaca sin parar, lucia y galana, / yo voy sobre un jinete acá saltando / el andén, el barranco, el foso, el lodo, / al cercano enemigo amenazando».

Aldana estaba cansado. Habían sido veinte años partirse la crisma por Dios, por España, por el Rey, por el Imperio. Había matado por doquiera, había peleado como gato panza arriba a cientos de leguas de la Patria, las cicatrices, los resquebrajos, los destrozos en el cuerpo y en el alma recordaban las dos décadas de encarnizada lucha en los Tercios. Y en los momentos libres, apenas un rato para sus tercetos encadenados. Ya era hora de volver al terruño, y esperar la merecida recompensa por su denuedo, y por su generosa demostración de agallas en la lucha.

El reposo del guerrero

Llegado a Madrid, Su Majestad Católica le tiene por uno de sus más bravos capitanes, le tiene en alta estima, y también sus versos comienzan a ser conocidos más que bien reconocidos. Escribe entonces Gil de Polo, otro escritor de la época: «Este es Aldana, el único monarca que junto ordena versos y soldados». Pero aquel soldado ha perdido media vida en sus esfuerzos. Y quiere soledad, quiere sosiego, quiere la paz que no ha tenido, sentirse a gusto en contacto con la Madre Natura, acercarse por fin a Dios. Y así escribe su Epístola a Arias Montano, el sabio secretario de Felipe II: «Y porque vano error más no me asombre,/ en algún alto y solitario nido / pienso enterrar mi ser, mi vida y nombre...».

Pero el viejo guerrero no descansa. El combatiente imperial permanece atento, siempre alerta ante los manejos de los muchos enemigos de España y dado su carisma ante el monarca le avisa vivamente, y da nombres de los que acechan: Francia, El Turco, los protestantes europeos, los ingleses y Marruecos. Incluso, presiente que hasta los moriscos puedan rebelarse: «Entonces la morisma que está dentro/ de nuestra España temo que a la clara/ ha de salir con belicoso encuentro». Por si no fuera suficiente prevenir al rey, también lo hace con el gran jefe militar Don Juan de Austria: «Dígote que la ibera monarquía / veo a los pies caer de la fortuna; / crece la rebelión y la herejía..». Se cuenta que se le hizo caso, y que la Armada Invencible que cruelmente destrozaría la Mar Océana fue una de las consecuencias de sus avisos y cautelas.

Espiando a la morisma

Mientras don Francisco de Aldana combate desde la razón, sin armas de por medio, otros y cercanos se preparan para la lucha: el rey Sebastián de Portugal quiere tirar de espada contra el Moro que anda liándola y jorobándola en tierras marroquíes. Sebastián quiere echarse al mar por el Alentejo y el Algarve y plantarse allá por Larache a darle escarmiento al sarraceno. Al menos tiene la precaución de mandar antes allí al bueno de Aldana para que eche un buen vistazo. Nuestro querido caballero no dice que no, y disfrazado de comerciante judío y aprovechando su don de lenguas (y unas cuantas triquiñuelas que le enseñara su nodriza, una negra africana) inicia las pesquisas.

Volverá con un detallado informe de la tropa musulmana que pronostica duros quebrantos para los cristianos si se afanan en combatir allí. El rey, joven, impetuoso y valiente cruzado no se arredra aunque su tío Felipe le pide que desista. Pero el cuerpo le pide sangre al audaz lusitano, le pide sangre del Islam. La tropa se embarca, con Francisco de Aldana al frente de la infantería. Sus designios se cumplen. Un calor insoportable se incrusta en las corazas y los cascos cristianos, la marcha es agónica, los moros acechan, aunque nuestro poeta soldado aún tenga palabras de ánimo para el rey portugués: «Guárdele Dios y proporcione su poder a su valor, que es el que tiene menester la soldadesca cristiana para levantarse del abismo a do va cayendo».

Sin embargo, el enemigo es cuantioso en caballos y en peones y está bien mandado por un militar experto: Abdel Malik. Las tropas de unos y de otros por fin se ven las caras en el lugar que acabaría siendo el camposanto de los nuestro y que la historia llamará Alcazarquivir. Los infantes más que lusos son ilusos, gente novata, apenas preparada, que no ha visto un moro en su vida. Aldana se lamenta: «Los portugueses no tenían la rigurosa obediencia que profesa la nación española en la guerra».

El capitán castellano viendo que todo se ponía más negro que el carbón insta a Sebastián a que abandone la batalla, porque «no quedará hoy hombre con vida de nosotros». Pero Sebastián, aunque fuera imprudente y harto osado, los tenía en su sitio. Bien puestos, y se apresta a morir como un caballero, como un valiente, como un cristiano con las entrañas bien curtidas. Y allí que los morunos lo pasaportan al lado de Dios Padre, finiquitado como un héroe, muerto en plena lid. Francisco de Aldana no le va a la zaga. Con la «espada tinta en sangre» como recordará alguno de los pocos testigos «se metió a morir matando entre la morisma y allí quedó».

En tierra mora y sin cristiana sepultura per secula seculorum, carne de las alimañas quien fuera bravísimo alférez y adalid de nuestros Tercios. Allí moría el poeta y el soldado castellano, sin dar un paso atrás, peleando como un poseso, con la mano sobre la Cruz de San Andrés, la bandera de la Patria y del Imperio.

El poeta Aldana nunca quiso publicar sus poesías, que bien se las guardaba nada más que para los grandes amigos. Pero su hermano Cosme tenía otras y mejores intenciones. Recopiló todo lo que encontró y consiguió hacer dos ediciones, una en Milán, en 1589, y la segunda en Madrid, en 1591. Desde entonces quedaron entre lo más florido y admirado de la lengua y la literatura españolas. No lejos del talento de Boscán, de Garcilaso, ni de los que luego vinieran con Cervantes y Lope a la cabeza.

Allá, en tierra extraña, los huesos de Francisco de Aldana quedaron para la eternidad. Su orgullo, su patriotismo, su audacia, su valor de soldado español hasta los huesos jamás debemos olvidarlo. Si lo hacemos, entonces sí que Francisco de Aldana habrá muerto para siempre.

¿QUÉ PASARÍA CON EL FÚTBOL CLUB BARCELONA EN UNA CATALUÑA INDEPENDIENTE?



La independencia de Cataluña beneficiaría en su conjunto al fútbol catalán, pero perjudicaría al Barcelona, que dejaría de ser "más que un club", según un estudio realizado por José del Olmo, presidente del Centro de Investigación e Historia del Fútbol Español (CIHEFE). Del Olmo ha realizado un trabajo sobre la organización del fútbol en un hipotético estado catalán. El estudio del investigador valenciano parte de las actuales legislaciones de la UEFA y de la FIFA, que protegen a las ligas nacionales. Las conclusiones son las siguientes:

1. La UEFA no admitiría que el Barcelona jugara en otra liga que no fuera la de Cataluña, un país que, como estado soberano, conformaría una selección nacional y cuyos clubes participarían en los torneos europeos. No permitiría que en una Cataluña independiente el Barça jugara en la Liga española, ya que eso anularía por completo el papel de las federaciones como entidades canalizadoras de las competiciones y perjudicaría al resto de los clubes del nuevo país.

2. Los clubes catalanes que ahora no tienen protagonismo lo cobrarían, mientras que el Barcelona perdería su actual papel de abanderado del fútbol catalán. Al perder el Barça su actual identificación con Cataluña y con los restantes clubes del país como rivales, no tendrían sentido las manifestaciones nacionalistas en el Camp Nou ante el Sabadell o el Manresa, clubes tan catalanes como el Barcelona y que, por otro lado, difícilmente meterían en el estadio a 80.000 espectadores. Su papel internacional se diluiría como un azucarillo en un par de años, al igual que le sucedió al Estrella Roja de Belgrado o al Dínamo de Zagreb, no pasaría de ser un club de la categoría del Celtic de Glasgow o el Glasgow Rangers.

3. El Barcelona estaría en una Federación Catalana de Fútbol y allí competiría, lo que provocaría una reducción en el sentimiento actual de identificación entre el club y Cataluña, pues ese papel le correspondería a una selección nacional que, en un principio, tendría el nivel de un país medio como Hungría, Bulgaria o Noruega.

4. En cuanto al posible precedente de Andorra, que juega en la Liga española, el Andorra estaba inscrito en la Federación Catalana y la Federación Andorrana se crea mucho después y admite que su equipo siga en la catalana. En el caso del Barcelona, por ejemplo, si la Federación Catalana dejara de pertenecer a la Española, el Barcelona tendría que afiliarse a otra federación territorial diferente a la de Cataluña para competir en España con dos requisitos: que la Federación Catalana lo aceptara y que otra federación territorial de España lo acogiera.

5. El Mónaco es un club de la Federación Francesa de Fútbol, ya que el principado monegasco no tiene federación, ni es miembro de la UEFA, mientras que Cataluña sí cumpliría estos dos requisitos.

6. Sobre las federaciones británicas, en el siglo XIX dieron origen al 'International Board' y que son anteriores a la fundación de la FIFA, que ya las aceptó con su actual estructura. Al Barcelona le interesa su situación actual porque tiene más peso que todo el fútbol catalán junto.

7. Otra cuestión es la del Espanyol, que quizá saldría ganando. Pasaría a ser el segundo club con mayor peso en su liga, aunque ésta sería menor. Viviría una reducción sustancial de sus ingresos y tendría el nombre de una nación extranjera.

8. En una primera fase, Cataluña exportaría jugadores porque los futbolistas de mayor nivel serían fichados por clubes de ligas más competitivas y recordó que la reglamentación actual permitiría a los futbolistas formados en la cantera del Barcelona elegir si juegan con Cataluña o con España, en un proceso similar al que se produjo tras la desmembración de Yugoslavia. Incluso Messi, en su condición de canterano, tendría la posibilidad de continuar con Argentina o pasar a hacerlo con Catalunya.

9. Sobre la ausencia del Barcelona en la Liga española tendría consecuencias más económicas que competitivas, ya que incluso sin el Barcelona, los puntos de los clubes más destacados de España convierten a este país en el más importante del mundo, según los baremos de la Federación Internacional de Historia y Estadística del fútbol (IFFHS), de la que Del Olmo es vicepresidente. Al principio, el Real Madrid se quedaría como club hegemónico, pero con el paso del tiempo clubes como el Valencia, el Atlético, el Sevilla y algún otro darían un paso adelante para convertirse en alternativa.

10. Cataluña tardaría algún tiempo en tener una Liga fuerte, pero que podría conformar en un cierto plazo una selección competitiva, aunque la mayoría de sus integrantes jugarían en el extranjero y recordó que no sería inmediata su participación en las fases de clasificación de una Eurocopa o un Mundial.

jueves, 29 de noviembre de 2012

GIBRALTAR, EL GOBIERNO ESPAÑOL, Y LA DECISIÓN DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNIÓN EUROPA


El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha rechazado este jueves un recurso presentado por el Reino Unido, para tratar de invalidar la designación de aguas que rodean el Peñón de Gibraltar como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) en materia medioambiental planteada por España. La Corte con sede en Luxemburgo ha confirmado un fallo anterior del Tribunal General de la UE, que también había rechazado la petición de Londres por una cuestión de forma.

El Gobierno británico recurrió a la Justicia comunitaria por primera vez en marzo de 2010, después de que la UE incluyese en su lista de LIC el lugar «Estrecho Oriental», una zona de protección ambiental planteada por España. Esa delimitación se solapa con otra LIC, en este caso propuesta anteriormente por el Reino Unido, bajo el nombre de «Aguas Sur de Gibraltar».

Esa zona se aceptó en 2006 como área protegida en el marco de la directiva Hábitats de la UE, después de que España declarase que toda acción adoptada por Londres respecto a Gibraltar en ese ámbito debía ser entendida sin perjuicio de la posición española sobre la soberanía del Peñón y sus aguas, han recordado fuentes judiciales.

Dos años después, la UE aceptó también como LIC la zona «Estrecho Oriental», sin oposición de Londres, que sí votó en contra cuando en octubre de 2009 se actualizó la lista de lugares protegidos incluyendo de nuevo las dos áreas. La Comisión Europea, que dirige la designación de las áreas dentro de la directa Hábitat en cooperación con los Estados miembros, consideró entonces que su función no era dirimir desacuerdos territoriales y recordó que ya se habían producido solapamientos entre distintas LIC en otros países sin problemas.

Londres recurrió posteriormente a la Justicia Europea para tratar de anular esa decisión, una demanda que el Tribunal de General rechazó en primera instancia al considerar que esa tercera lista simplemente confirmaba la anterior, contra la que Reino Unido no había actuado en los plazos establecidos. La sentencia de este jueves, que resuelve un recurso de casación presentado por el Gobierno británico, confirma esa decisión.

Mientras, tanto el Reino Unido como España han seguido adelante con los procedimientos para proteger las aguas que rodean Gibraltar. Este año, el Gobierno del Peñón anunció la designación del área como Zona Especial de Conservación (ZEC), el paso siguiente a su denominación como LIC.

España también prepara esa medida, que implicaría entre otras cosas la prohibición de prácticas como la evacuación de residuos o el suministro de combustible en el mar. La Comisión Europea, consultada el pasado mes de agosto, volvió a rechazar entrar en el conflicto territorial y confió en que el Reino Unido y España cooperen para proteger las aguas de la zona.

POSICIÓN PARLAMENTARIA DEL GOBIERNO DE RAJOY SOBRE GIBRALTAR

«El objetivo de España en relación con Gibraltar no ha variado en los últimos trescientos años». Así responde el Gobierno de Mariano Rajoy al diputado de Izquierda Unida Joan Josep Nuet, quien había preguntado previamente si en las circunstancias actuales debía ser una prioridad la resolución del contencioso sobre el Peñón.

En su respuesta parlamentaria el Gobierno afirma que «la recuperación de la soberanía y, con ella, de la integridad territorial ha sido defendida por todos los Gobiernos españoles, con independencia de su signo político y de la situación de España». Además, advierte de que «la posición de España en este contencioso se mantendrá hasta que no se resuelva de forma satisfactoria para España».

El diputado de IU preguntaba también, con un error histórico incluido, si «es objetivo del Gobierno que, casi cuatrocientos años después, Gibraltar vuelva a ser un territorio de soberanía española».

El Ejecutivo manifesta que uno de los objetivos prioritarios de la política exterior española ha sido siempre la recuperación por parte de España de la soberanía sobre Gibraltar. «Este objetivo ha sido compartido por todos los gobiernos de España y, por supuesto, también por el actual», añade.

Además, explica que aunque no se trata de nada realmente nuevo, desde el comienzo de la presente legislatura, el Gobierno español ha comunicado al Gobierno del Reino Unido su deseo de mantener conversaciones sobre las cuestiones de soberanía en el marco del llamado Proceso de Bruselas (Declaración de Bruselas de 1984). El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reiterado este llamamiento en su reciente intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas.


lunes, 26 de noviembre de 2012

RESULTADO DE LAS ELECCIONES EN CATALUÑA


Cuando, animado por la gran movilización popular del Onze de setembre, Artur Más, el pasado 25 de septiembre, disolvió el Parlament y convocó las elecciones autonómicas del 25-M cabía sospechar que guardaba un as en la manga. Nadie, en su sano juicio, instalado en una confortable posición parlamentaria y en medio de una crisis económica brutal corta una legislatura por la mitad y, bajo el palio del independentismo, se lanza a una aventura electoral sin la “seguridad” – las urnas las carga el diablo – de mejorar su posición. Pero no, eran salvas y no disparos.

Mariano Rajoy, cuya finura en el análisis, en el que le ayudan Pedro Arriola, Álvaro Nadal y Javier Moragas, nunca ha sido notable, dijo que a Mas le faltaron “agallas” para enfrentarse con la crisis; pero, de verdad, lo que le faltó al líder catalán fue información. La testosterona no cotiza intelectualmente. Es ahora un 25 por ciento más débil que hace dos meses.

Aunque, tras el 25-N, dos tercios del nuevo Parlamento de Cataluña tenga ADN marcadamente soberanista, y ello sirva al “derecho a decidir” que pregona Mas, visto desde CíU el resultado ha sido calamitoso. El ayuntamiento electoral entre la histórica UCD y la CDC que inventó Jordi Pujol consiguió en las autonómicas del 28 de noviembre de 2.010 nada menos que 62 escaños. Ahora se queda con 50, ¿tanto ruido para tan pocas nueces? Pretendía mejorar su posición en los seis escaños que le darían la mayoría absoluta y ha conseguido 12 menos de los que tenía.

Dicen sus hagiógrafos que Artur Mas es un hombre de vida sencilla que encuentra su mayor gozo en la lectura de tres clásicos franceses, Baudelaire, Verlaine y Victor Hugo. No está mal, pero como decía el autor de Los Miserables, “la melancolía es la felicidad de estar triste”. Pues mira que bien. El hombre que, con gran deslealtad constitucional y en clara traición a la Ley que le convirtió en presidente de la Generalitat, quiere un Estat Catalá “dentro de Europa” y fuera de España – un imposible metafísico – abunda en la alegría melancólica. Que la Virgen de Montserrat se la conserve.

Era previsible, pero no estaba previsto, un resultado de ese corte y magnitud. Se explica, un poco, por el seny de un porcentaje de la población catalana que, aún con fervor identitario, no quiere aventuras que puedan comprometer la situación de bienestar que vive Cataluña, por encima de la media de la UE y, un mucho, por el incremento del número de votantes. El record participativo que se registra en esta ocasión – el 70 por ciento – ha movilizado el sentido común.

Los resultados del PSC, 20, la franquicia catalana del PSOE, aunque se mantiene como el segundo partido de la Cámara son para meditar. Pasar de 28 escaños a 20 es casi tan difícil como lo contrario y es un síntoma indiscutible de que la espiral declinante que anima al socialismo español desde que José Luis Rodríguez Zapatero se hizo cargo de la Secretaría General del partido. Alfredo Pérez Rubalcaba, que fue su lugarteniente y es ahora su sucesor, no ha posido, o sabido, enmendar la situación y, como dicen los castizos centralistas, “deben hacérselo mirar”.

La fortaleza con la que renace ERC, 21, el tercer grupo del Parlament, forma parte de la debilidad de CíU. Ezquerra, que ha duplicado su representación con respecto al 2.010, es, como su propio nombre indica, un partido a la izquierda del de Mas y ello hace difícil un pacto presupuestario a la baja como el que el que necesitará el nuevo Govern. El “precio” obligará al president a radicalizar su postura frente al anunciado referéndum, o consulta al pueblo catalán, que le llevó al desatino que ahora padece.

Lo del PP, 19, que será la cuarta entre las fuerzas del Parlament, era previsible. Incrementa en uno su número de diputados, pero sin que ello quiera decir mucho. En Cataluña funcionan mejor los argumentos que las descalificaciones y la inoportuna y poco concreta denuncia sobre la corrupción de los máximos nombres de CíU que – ¿casualmente? – ha coincidido con la campaña electoral ha debido perjudicar, más que favorecer, al partido de la gaviota. El modelo de líder burgués y conservador que el PP debiera exhibir en Cataluña no concuerda con el “estilo” de la ruidosa candidata que, mientras cambia su entorno, se mantiene en los parámetros de hace un par de años.

Ciutadans, 9, es el vencedor moral de los comicios. Ha multiplicado por tres su representación anterior y un grupo parlamentario de 9 diputados, radicales y decididos como son los de este grupo, puede hacer incómoda la vida parlamentaria de Mas, un líder que en su primera aparición pública tras conocer los resultados de la jornada, ha vuelto a evindenciar su incapacidad para la autocrítica; lo que, por otra parte, es la moda al uso en la vida política nacional. C’s grita siempre “libertad” y eso no sobra en el momento presente en el que toda España, y más todavía Cataluña, parecen haber prescindido de los valores morales clásicos que alimentan la democracia verdadera, no la partitocracia que aquí consumimos como sucedáneo.

Lo demás es viruta, desperdicios obtenidos en la construcción de unos comicios innecesarios de los que no sabemos a ciencia cierta la razón por la que fueron convocados y que, en otras latitudes, exigirían explicaciones al vencedor más hondas de las que, en faena de alíño, explicitó Mas en la noche electoral. El que buscaba reforzar su representación para abordar nuevas metas políticas, independentistas, ha visto decrecer en votos y escaños la que tenía. Todo seguirá igual, pero con una clase política crecientemente distanciada de la ciudadania. Aquí nadie paga por sus errores.


LA BATALLA DE GIBRALTAR Y EL "ENTREGUISMO" ESPAÑOL

En vísperas de cumplirse el Tercer Centenario del Tratado de Utrecht (1713), por el que España cede Gibraltar a Inglaterra, este libro narra la historia de la toma de una fortaleza en nombre de un pretendiente al trono español, para convertirse en una expansión ininterrumpida por tierra, mar y aire hasta nuestros días, contada por el testigo de una de sus batallas más importantes, la diplomática en la ONU, la única que España ha ganado, aunque está perdiendo por los errores, falsos cálculos y rivalidades internas de nuestra política. Podría argüirse que ocuparse a estas alturas del problema de Gibraltar es un anacronismo. Lo verdaderamente anacrónico es que, cuando las colonias han desaparecido de África, Asia, América y Oceanía, queda una en Europa. Aunque lo más doloroso es que tal anacronismo revela nuestro fracaso. El Peñón no se reincorporará a España mientras los españoles no tengamos voluntad de conseguirlo y hagamos el esfuerzo común necesario para lograrlo. Gibraltar se convierte así en piedra de toque de España como nación moderna y Estado democrático. "

José María Carrascal habla de su nuevo libro, «La batalla de Gibraltar», editado por Actas, con la misma pasión con la que lo ha escrito. A su conocimiento privilegiado del contencioso del Peñón por haber vivido desde la corresponsalía de ABC en Nueva York los agónicos combates entre España y el Reino Unido en el seno de la ONU, ha sumado el rigor del historiador y la agilidad del periodista para completar el relato vibrante de una absurda rendición sin derrota. A día de hoy, la legalidad internacional refrenda plenamente la reivindicación española de la soberanía de Gibraltar, pero han faltado a lo largo de las cuatro últimas décadas, lamenta, voluntad política y pulso patriótico para reactivarla.

-Su libro se titula «La batalla de Gibraltar» y se subtitula «cómo se ganó, cómo se perdió». ¿Se ha olvidado que tuvimos la victoria en nuestra mano?

-Y la tenemos. La ONU no ha variado su doctrina. Lo que pasa es que nosotros hemos ido retrocediendo, cada vez más. El tema sigue abierto en el Comité de los Veinticuatro de la ONU, el de descolonización, y cuando fue allí el pasado mes de junio el nuevo ministro principal y esgrimió los argumentos de siempre no logró cambiar un ápice las cosas, porque la Resolución de diciembre de 1967 que dice que Gibraltar ha de ser descolonizado en negociaciones entre el Reino Unido y España sigue vigente.

-Pero el Reino Unido no ha parado de tender trampas.

-Claro. Y cada ministro de Asuntos Exteriores de España ha dado un paso atrás. Algunos, un salto atrás. Es tremendo que en este asunto la ONU haya venido defendiendo los intereses españoles mejor que los españoles mismos.

-Repasemos maniobras trileras de los británicos. Por ejemplo, la ocupación del istmo.

-Para eso se han aprovechado de la debilidad española en diferentes momentos, a pesar de que en el Tratado de Utrecht se cede solo el Peñón sin comunicación alguna por tierra.

-Cuando estábamos enzarzados en nuestra Guerra Civil aprovecharon para montar allí el aeropuerto.

-Sí, pero antes que eso, con motivo de dos epidemias en Gibraltar les permitimos establecer campamentos sanitarios en un territorio que ya de paso se quedaron. Y ya en la época actual, lo que han hecho ha sido desvirtuar la resolución de la ONU.

-¿Al manipular la frase que dice que se tendrán en cuenta los intereses de la población?

-Exacto. Nada más aprobarse la resolución, los británicos ya equiparan esos «interests» (intereses) con «wishes» (deseos). Y con esto han ido tragando algunos ministros españoles. El primero, López Bravo, con aquello de «pensar juntos», y después Marcelino Oreja en la Declaración de Lisboa...

-Quizás Oreja actuó condicionado por nuestras negociaciones para ingresar en la OTAN y en el Mercado Común.

-Pero sin darse cuenta de que teníamos unos valedores mucho mejores que los ingleses en un sitio y en otro. Los alemanes para el Mercado Común, y los Estados Unidos para la OTAN. Luego, Fernando Morán da otro paso atrás con la Declaración de Bruselas, Abel Matutes se equivocó al pretender arreglarlo al estilo de los hombres de negocios, y más adelante Josep Piqué va y les regala setenta y cinco mil líneas telefónicas con las que están regulando todo el tráfico de las apuestas en Europa. ¡Nosotros mismos les hemos ido dando las vías de salida! Solo han sabido mantenerse en su sitio las dos ministras, Ana de Palacio y Trinidad Jiménez, quien cortó el desatino de Moratinos de dar voz y voto a Gibraltar. Menos mal que ahora García Margallo defiende que se ha de conversar en dos niveles, el España-Reino Unido de primera línea y el de los gibraltareños y las autoridades andaluzas para las cuestiones menudas. Pero yo creo que tampoco debería ser esto, sino simplemente ajustarnos a la Resolución de Naciones Unidas.

-¿Sigue siendo Gibraltar una pieza estratégica de primer orden?

-En absoluto. Ahí no se puede instalar una base antimisiles, por ejemplo. Hoy en día sirve para reparar algún submarino y poco más.

-El problema del contencioso gibraltareño es que no solo se ha desistido en el ámbito político, también ha cundido una cierta indiferencia social.

-Últimamente hemos retrocedido mucho no digo en nacionalismo, sino en patriotismo. Es un síntoma o paradigma de la debilidad de España como Estado. La reivindicación de «Gribraltar español» empezó a considerarse una cosa franquista, cuando la primera vez que se establece un regimiento en el Campo de Gibraltar y se hacen maniobras en el istmo es con Manuel Azaña como ministro de Defensa.

-¿Qué opciones de futuro hay? No vamos a cerrar la verja, a estas alturas.

-No parece viable cerrar la verja después del Tratado de Schengen, pero hay otros sistemas. Gibraltar tiene en contra la historia, la geografía y la economía. Vamos a la globalización y los paraísos fiscales van a ser erradicados. Además, España es un Estado soberano que puede decir «tengan ustedes su Peñón, pero ni doble residencia ni nada», o aplicar estrictas revisiones aduaneras que en la práctica son como una verja. También se puede establecer que cualquier barco que toque Gibraltar no pueda hacerlo después en ningún puerto español. Los cruceros se acabarían. ¡Y, por supuesto, no puede ser que todas las empresas españolas tengan abiertas allí sucursales!


domingo, 25 de noviembre de 2012

ARTUR MAS, MESIAS O MARTIR. PARA MI, SÓLO UN FASCISTA.


¡Qué desastre de campaña! ¡Qué desastre de mensajes! ¡Qué desastre de líder!

Empezando por lo último: un presidente que, a mitad de la legislatura, se tira por sorpresa del carro de la gestión para intentar que la ciudadanía se olvide de sus problemas verdaderos y cambie de tema, porque el que hay sobre el tapete le obliga a él a dar explicaciones difíciles y a cargar con su responsabilidad en la administración de la crisis, es un líder que hace trampas.

Un señor que, en las circunstancias de escasez y recortes que nos aprietan en estos momentos, tiene el descaro y el atrevimiento de convocar a sus votantes a una aventura imposible y falsa y les promete todo lo mejor si le siguen, es un líder que engaña.

Un político que se lanza a asegurar a la población que la ruptura política con España que él propone no conlleva de ninguna manera la separación automática de Europa es, en la versión más benévola, un líder ignorante.

Y una persona que no tiene reparos en provocar un gasto de cerca de 30 millones de euros en una campaña electoral con el único propósito de lograr una mayoría «excepcional» y que, de pronto, a unas horas de las elecciones, se descuelga diciendo que, aunque no logre ni siquiera la mayoría absoluta, su proceso «hacia la libertad» seguirá adelante, es un líder irresponsable al que hay que pedir cuentas en cuanto se cierren las urnas.

Porque, si resulta que todo va a seguir igual aunque él no consiga entronizarse como el Gran Conductor del Pueblo Elegido, ¿para qué ha disuelto el Parlamento y ha convocado elecciones anticipadísimas? Si le bastaba con lo que ya tenía para que él y su equipo continúen encabezando su Larga Marcha, que explique de inmediato qué razones le han llevado a introducir en Cataluña y en el resto de España el extraordinario grado de tensión política que ahora padecemos. Y el gasto.

Por lo que se refiere a los mensajes políticos lanzados desde mucho antes de que empezara la campaña electoral, todos se han demostrado racionalmente insostenibles.

El primero, y básico, lleva años movilizando el sentimiento de agravio de la población catalana hacia el resto de los españoles. Es el famoso Espanya ens roba. Este mensaje ha sobrevivido durante mucho tiempo porque los sucesivos gobiernos nacionales han respondido siempre con el silencio. Hasta ahora. Ahora es cuando se empiezan a hacer las cuentas de verdad y cada vez le va a ser más difícil a CiU sostener públicamente y en serio esto del latrocinio. Sobre todo si la Comunidad de Madrid se decide a hablar de una vez y demuestra quién es quien de verdad paga aquí la solidaridad interterritorial y a costa de quién se hace. Y a mucha honra, además. Pero, a estas alturas del cansancio ciudadano, se ha iniciado la cuenta atrás para ese Espanya ens roba y hasta puede que acabe regresando como un bumerán hasta la plaza de Sant Jaume, pero ya con otra formulación.

El segundo mensaje, muy movilizador también, pero de vida breve, fue el que decía que Cataluña sería en el futuro un nuevo Estado dentro de la UE por derecho propio y porque ésa es la voluntad del pueblo catalán. Mensaje que desapareció en mitad de la carrera porque el andamio europeo se les cayó estrepitosamente en plena campaña electoral sin que los responsables políticos de CiU se hayan sentido en la obligación de dar explicaciones a esos ciudadanos a los que pedían el voto precisamente con ese señuelo.

Y el tercer y último mensaje, retórico hasta no poder más pero que sin duda les pareció adecuado para esa Larga Marcha que se disponen a iniciar, es el que lanzaron anteayer al alimón los nuevos «constructores de la libertad» Artur Mas y el novísimo independentista Duran i Lleida en el mitin de cierre de campaña: Cataluña «tiene la gente como ejército, la democracia como bandera y la libertad como himno». Ahí queda eso.

Difícil que, con ese contenido tan compacto, vayan a parte alguna. Aunque lo reciten en inglés. Porque ¿a qué está convocando en realidad CiU a los catalanes? Todo lo más a «ser para decidir», según el viejo lema. No les convocan a nada más concreto, a nada mejor.

Finalmente, una campaña que se centra en el líder, al que se presenta literalmente como el elegido para una gesta histórica y en cuya persona se centran todos los focos, no puede terminar como los estrategas pretendieron terminarla ayer, con la ayuda del diario La Vanguardia: cometiendo una flagrante ilegalidad. Que recogieran velas en el último minuto ante semejante desvarío no impide que se interprete la intención última de esta campaña, que ha sido la de reforzar la figura de Artur Mas apuntalándola con los rasgos de un Mesías o de un mártir, indistintamente. La convocatoria fallida de ayer respondía a este segundo perfil. Se pedía formalmente un apoyo a su persona. Era al margen de la ley, pero ya lo dijo él mismo hace unas semanas: ni tribunales ni constituciones le van a detener. Vía libre, por lo tanto, para el desagravio al jefe, al adalid de la independencia del pueblo catalán.

La convocatoria se acabó retirando porque era, sobre todo, un descomunal error político. Pero quedó en el aire el mismo aroma caudillista de aquella manifestación convocada en el País Vasco para protestar contra el asesinato de Fernando Buesa a manos de ETA, pero a la que una parte de los asistentes acudió con el exclusivo propósito de apoyar a Ibarretxe y, para pasmo general, no gritar contra los autores del atentado, sino a favor del presidente del gobierno autonómico: «¡Lehendakari, aurrerá!».

Decía anteayer Mas que Cataluña «está demasiado acostumbrada a probar el gusto amargo de la derrota, pero ahora quiere probar el dulce sabor de la victoria». Parecía que hablaba de él. No es seguro que lo consiga.

Victoria Prego, EL MUNDO 25/11/12

DESPUÉS DEL LENGUAJE EDUCADO DE LOS PERIODISTAS, QUE EN OCASIONES ES UN "BURKA" DE LA REALIDAD POLÍTICA ESPAÑOLA, HAY QUE AFIRMAR QUE ARTUR MAS NO ES MÁS QUE UN FASCISTA QUE ESTÁ SIGUIENDO PASO A PASO LAS MISMAS ACCIONES QUE HITLER UTILIZÓ PARA LLEGAR AL PODER. Y LO PEOR ES QUE HAY MUCHOS CATALANES DISPUESTOS A SEGUIRLE POR ESE CAMINO, POR ESO LO MEJOR ES QUE CATALUÑA SE INDEPENDICE Y ESPAÑA SE LIBERE DE ESE CÁNCER.

viernes, 23 de noviembre de 2012

THE ECONOMIST; MEJOR HARÍA CATALUÑA TRABAJANDO POR SALIR DE LA CRISIS QUE ESFORZÁNDOSE EN ROMPER CON ESPAÑA


GEORGE ORWELL, a British writer, fought in the trenches in the Spanish civil war to defend Catalonia from General Franco. He would surely be saddened by what is going on in that beautiful, cultured corner of Spain. On November 25th Catalans will vote in a regional election called as an unofficial referendum on independence. Since Catalonia represents a big chunk of the euro zone’s fourth-largest economy, and since Spain is in the frontline of efforts to save the euro, the vote and its aftermath will be felt farther afield.

What could be wrong with 7.5m people with their own language and culture choosing to become a nation-state? At first blush, it is hard to object to what Catalan nationalists call the “right to decide”. In fact, there are many reasons why Catalans should not waste their energy trying to break away from Spain. Start by recalling Orwell’s definition of nationalism as “power-hunger tempered by self-deception”.

Under Spain’s constitution of 1978, Catalonia enjoys more selfgovernment than almost any other corner of Europe. It runs its own schools, hospitals, police, prisons and cultural institutions. It lacks only tax-raising powers and the Ruritanian trappings of statehood, which nationalist politicians appear to be hungry for. As for the selfdeception, this is sometimes farcical: Catalan public television offers a weather forecast that includes provinces that have been part of France since 1659, but no meteorological information for Zaragoza or Madrid.

And most Catalans still seem happy to be both Catalans and Spaniards. Support for independence has risen mainly because Catalans think it would offer relief from recession. It would not. An independent Catalonia would have more fiscal revenues, but it would also have a higher debt burden than Spain. The argument that Catalans should not subsidise feckless Andalusians is a dangerous one: apply that more widely and the euro zone would fall apart. Indeed, far from welcoming Catalonia as an independent member, the euro zone’s leaders hardly yearn for an extra nation-state.

Spilling the Spanish beans 

All that said, the Catalan problem cannot be wished away. Roughly three-quarters of the next Catalan parliament is likely to vote for the right to decide. The constitution says only the Spanish parliament can approve a referendum—and it will not do so. The constitution has in general served both Spain and Catalonia well—but there is a case for updating it.

The Catalans’ complaints come down to two things. First they feel that Mariano Rajoy’s conservative government in Madrid refuses to recognise that Spain is a plurinational and pluri-linguistic country. Second, they think that, set beside the other 16 regions, they pay too much. The neatest answer to these grievances would be for Spain formally to embrace federalism, with a federal senate and clear rules about who collects which taxes. Federalism would mean each region was equal, with the same rights and obligations. But it has been a dirty word in Spain since a failed federal government in 1873-74. A messier, but more feasible, alternative would be to accept that some regions— Catalonia, the Basque country and perhaps Galicia—should have more autonomy than the rest and be recognised as cultural nations within Spain. Doing this would require a national pact to revise the constitution. After the Catalan vote, Mr Rajoy would be wise to set that process in motion. 


YO NO ESTOY DE ACUERDO EN DOS COSAS. PRIMERO, PREFIERO QUE CATALUÑA SE INDEPENDICE, Y "LIBERE" A ESPAÑA DE UNA VEZ POR TODAS. SEGUNDO, SI CATALUÑA SIGUIERA EN ESPAÑA, DEBERÍA SER UNA MÁS Y COMO LAS DEMÁS.


Una encuesta del diario 'The Guardian', preparada por la empresa Sigma Dos, asegura que CiU podría perder entre 3 y 5 escaños en las elecciones catalanas de este 25-N. Con este resultado, el partido de Mas se estancaría entre los 57 y 59 escaños, de los 135 que completan el Parlament, frente a los 62 que tiene en la actualidad y por debajo de los necesarios 68 escaños para gobernar sin llegar a acuerdos con otros partidos. El sondeo, publicado este viernes el diario británico, otorga entre 21 y 22 escaños en el PP y el PSC, y sitúa ERC en 16. Esta encuesta pronostica la previsible debacle de los socialistas catalanes, al perder entre seis y siete escaños de los 28 que tiene actualmente, quedando con 21 o 22.

Tanto PP como ERC se verían beneficiados con el adelanto electoral, ya que el primero pasaría de los 18 escaños actuales a 21 o 22 y ERC de 10 a 16.

Un 50,9% de los encuestados asegura que si Cataluña se independizase le gustaría tener la doble nacionalidad, española y catalana, mientras que sólo el 25,2% querría únicamente ser catalán y un 17,9% es partidario de permanecer en Cataluña como residentes extranjeros manteniendo su nacionalidad española.

Un 66,3% se muestra partidario de que el castellano tenga el mismo estatus oficial que el catalán y un 8% rechaza que el castellano siga siendo una lengua oficial en una Cataluña independiente.

Un 38,1% quiere que el Barça siga jugando en la Liga española mientras que un 22,7% desearía la creación de una nueva Liga catalana.

A pesar de que en España está prohibido por ley publicar nuevas encuestas electorales desde el pasado lunes 19 de noviembre, el ‘The Guardian’ no está sujeto a dicha norma por ser un rotativo extranjero, a pesar de que la encuesta ha sido encargada a una empresa española: Sigma Dos.

La encuesta no refleja datos datos del resto de los partidos con representación en el Parlament de Catalunya y el director de Sigma Dos, José Miguel de Elías, asegura al rotativo que la popularidad de CiU ha caído “sostenidamente” desde que el presidente Artur Mas convocó las elecciones. “La gente ha visto que la independencia tiene muchos problemas”, asegura De Elías al diario británico

AL FINAL ESTOS COBARDES SE ECHARÁN ATRÁS. LOS QUE SON CONTRARIOS A LA INDEPENDENCIA SE QUEDARÁN EN CASA EN LUGAR DE IR A VOTAR CONTRA LOS NACIONALISTAS, LOS INDEPENDENTISTAS ACUDIRÁN EN MASA, Y LOS NACIONALISTAS NADARÁN ENTRE DOS AGUAS, QUERRÍAN SER INDEPENDENTISTAS PERO SE VEN OBLIGADOS A PERMANECER EN ESPAÑA POR LA "PELA".

INDEPENDENCIA UNILATEAL DE CATALUÑA YA, POR FAVOR, NO SE ACOBARDEN.



jueves, 22 de noviembre de 2012

LOS ROSTROS DEL FEDERALISMO


“Una sociedad de sociedades”: así definía Montesquieu el federalismo, un sistema bajo el que viven en la actualidad cientos de millones de personas. Sin embargo, su indiscutible preponderancia va unida a una enorme disparidad. Para arrojar luz sobre la naturaleza constitucional de los federalismos realmente existentes, Roberto Blanco centra su obra, la primera de este género que se escribe en español, en los sistemas paradigmáticos de Estados Unidos, Suiza, Australia, Canadá, Argentina, México, Brasil, Rusia, Alemania, Austria, Bélgica y España. Tras conceptualizar el federalismo y examinar su nacimiento y expansión, aborda los elementos definidores del Estado federal: la naturaleza de sus Constituciones, la organización de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, la distribución de competencias entre federación y entes federados, y la evolución del federalismo desde el dualismo hasta la cooperación. El libro se cierra con un epílogo en donde, de la mano de la contraposición entre federalismo y nacionalismo, se analizan algunas de las peculiaridades del caso español.

El CulturalEl problema que se plantea desde el principio afecta no ya sólo al plano metodológico sino al núcleo del fenómeno, su propia conceptuación: qué entendemos por federalismo, dónde está su especificidad, cuáles son sus rasgos esenciales. Si consideramos, como se dice en las páginas iniciales, que federales son los países más extensos del globo -de Rusia a Australia, pasando por la India-, algunos de los más prósperos -de Alemania a Estados Unidos-, algunas de las potencias emergentes (Brasil), pero también muchos de los países más atrasados o conflictivos (de Irak a Etiopía), no tenemos más remedio que concluir que el federalismo es un fenómeno plural hasta el punto de que buscar un auténtico nexo común entre todos los Estados que se acogen a esa denominación no es más que un ejercicio estéril. Tanto es así que, con buen criterio, Blanco reduce a doce países su foco de atención, para realizar un cuidadoso estudio comparado de la teoría y la práctica federal, principalmente en América y en Europa, los continentes que albergan las naciones más maduras, políticamente hablando, y por tanto las que resultan más relevantes en un análisis constitucionalista. 

El examen teórico parte de Montesquieu, un autor que adjudicaba al principio federal la compatibilidad armoniosa entre unión política y respeto a la pluralidad, usando la fórmula de société de sociétés. En terminología más actual, se concede que el federalismo se distingue por conjugar autogobierno y gobierno compartido (Elazar). Por decirlo con claridad, el Estado federal trata de combinar unidad y diversidad. El problema estriba en el modo concreto en que esto se lleva a cabo en Estados no sólo diferentes en su nivel de desarrollo, sino en su historia, su cultura y composición étnica. Ésta es la razón por la que Blanco desciende rápidamente de los principios teóricos al reconocimiento de los Estados federales realmente existentes, para desmenuzar y comparar los más variados aspectos, desde los orígenes mismos del proceso federal (con grandes diferencias según las latitudes) hasta el modo en que se reparten y comparten poderes, deteniéndose en ese periplo en el impacto federal en los ejecutivos nacionales, el bicameralismo, los sistemas de distribución competencial, las asimetrías o los elementos de financiación, por citar tan sólo algunos de los epígrafes que integran los seis densos capítulos de la obra. 

En el epílogo, como antes adelantábamos, se confirma el protagonismo de España, considerada por el autor un Estado federal “en todo menos en el nombre”. Mientras que los países federales más exitosos han respetado la diversidad para fortalecer su unidad -sus instituciones centrales-, Blanco considera que el proceso político español ha circulado en sentido contrario, debilitando al Estado común en beneficio de unos partidos y grupos de presión que sólo contemplan sus intereses particularistas. Como Canadá y Bélgica, concluye Blanco, España tiene un problema que el federalismo sensu stricto no puede resolver, porque es un problema de deslealtad de nacionalismos disgregadores

«Cuanto más se da de comer al nacionalismo, más hambre tiene»
-¿Existen nexos comunes a todo federalismo?
-Bajo la denominación general de federalismo se esconden realidades plurales y que son distintas. Todos tienen un elemento fundamental, ya que todos cuentan con autogobierno más gobierno compartido. Pero cuando uno acerca la lupa a los Estados federales comprueba que son productos de la historia de cada país, de las características geográficas o de la población. Hay un elemento común y diferencias sustanciales. La preocupación que me lleva a escribir el libro es situar a España dentro de este mapa. Partimos de que es un sistema federal y justificamos esa tesis.

-¿Funciona mejor un sistema federal por agregación o por desagregación?
-En sentido estricto los Estados federales lo son por agregación. Es una técnica para construir Estados, no para descentralizarlos. En el caso de los federalismos por desagregación, cuyos paradigmas son España y Bélgica, es una técnica que se utiliza para descentralizar un Estado que existe. En estos federalismos hay una diferencia importante, la preocupación por esta descentralización.

-¿Nacionalismo y federalismo son antagónicos?
-Son antitéticos. El federalismo trata de hacer compatible la diversidad con la unidad. Es decir, tenemos diferencias pero queremos permanecer unidos. El nacionalismo aspira a otra cosa, a tener un Estado. No hay ningún nacionalismo que no aspire a eso. Aspira a lo contrario del federalismo, a romper ese Estado y crear otros nuevos. En España reina una confusión que es conveniente desvelar, porque oímos la reivindicación federal en boca de personas que utilizan este nombre en vano. El plan Ibarretxe no tenía nada de federal.

-Recoge en el libro que el Consejo de Estado alertó de que el traspaso de competencias a las autonomías ha llegado a su límite.
-Y lo hizo antes de que se llevase a cabo el Estatuto de Cataluña en un dictamen de una extraordinaria rigurosidad. En él se dice que hemos llegado probablemente al límite de la descentralización competencial, y todo lo que sea pasar de aquí, posiblemente va a suponer una ruptura del modelo constitucional. Y eso es lo que ocurre en Cataluña, con un Estatuto que es un disparate político.

-¿Hay que devolver competencias?
-Es difícil pensar en una devolución de competencias sin una reforma general del Estado. El problema no es tanto la devolución de competencias sino tener una cartera de derechos fundamentales que sea igual en todo el territorio. No es razonable que haya distintas carteras sanitarias y en temas fundamentales como educación deberíamos redefinir el modelo.

-Afirma que el problema nacional se complica cada vez más. ¿Hasta qué punto?
-Es como el monstruo al que cuanto más se le da de comer, más le crece la barriga y más hambre tiene. Países como Italia admiran profundamente el caso español, pero no entienden algo. Y es que a medida que hemos ido descentralizando los nacionalistas no solo no están contentos, sino que el umbral de reivindicación aumenta.

-¿Y cómo acabará?
-De no girar el Partido Socialista de Cataluña, antes o después tendremos un problema serio. El PSOE ha pasado de ser uno de los partidos fundamentales en la construcción del Estado autonómico, con Felipe González, a uno de los partidos fundamentales en la demolición del Estado autonómico.

-¿En qué situación se queda el nacionalismo gallego?
-La fragmentación es para el nacionalismo gallego una catástrofe, que ha sido fruto, de una parte, de quien controla el Bloque, para entender los cambios del país. De manera inmediata van a tener un problema, porque si se presentan separados será un desastre electoral.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA ES MALA PARA ELLOS, PERO BUENA PARA ESPAÑA

Con fecha 19 de noviembre Credit Suisse ha publicado un informe sobre la campaña electoral catalana y las implicaciones de una posible segregación de la región donde desvela buena parte de las intenciones, y desmonta la mayoría de las concreciones, en las que se sustenta la apuesta independentista de Artur Mas. El hecho de que se haya emitido para el paraguas de su European Economics diario ha provocado que este Catalonia´s Choice -bien complementado por este artículo publicado ayer por Daniel Lacalle en The Comentator- An independent Catalonia would be bad business- haya pasado desapercibido para la mayoría de los inversores.

En esencia, los autores del documento (disponible a petición en moderador@elconfidencial.com) señalan que se trata de un velo que pretende ocultar las necesarias políticas locales de ajuste fiscal, especialmente en el ámbito educativo y sanitario; recuerdan que su necesidad de financiación pública desde Madrid –que, a su juicio, tiene la sartén por el mango: ¿he oído bonos patrióticos?- convierte la secesión en una solución imposible; y advierten de que, además, tanto los vínculos comerciales catalanes con el resto del estado como su posible exclusión del euro y de la Unión, así lo certifican, Estaríamos, por tanto, más ante una huida hacia delante que frente a una decisión tomada desde el convencimiento.

Son apenas ocho páginas que parten del reconocimiento de que el sentimiento nacionalista se ha disparado desde el inicio de la crisis económica, al menos al tenor de las encuestas. Una corriente ciudadana que se vería reforzada por su condición de comunidad rica que achaca a los agravios interregionales la imposibilidad de sostener su estado del bienestar, dejando a un lado los errores internos de gestión. De hecho, concluyen en esta primera parte que, si la región tuviera mayor autonomía fiscal, ese espíritu balcánico se desvanecería, de acuerdo con los mismos sondeos.

A continuación entra en la viabilidad política del movimiento auspiciado por el President. Y lo hace, mal empezamos, invocando el artículo 2 de la Constitución, ese que habla de la ‘patria común e indivisible’ de todos los españoles. Cita a continuación el 168 de la Carta Magna, solo para subrayar que el mecanismo legal para activar un proceso de este tipo jamás encontraría respaldo suficiente, al requerir de determinadas mayorías en el Parlamento de Madrid.

Experiencias pasadas con referéndums inconstitucionales o fórmulas similares en sus municipios, en los que la participación fue escasa, restarían legitimidad a tal alternativa. Mientras, la unilateralidad como forma de romper con España jamás encontraría respaldo en el entorno internacional que exige para un reconocimiento de este tipo una utópica unanimidad de estados miembros en Europa y una legalidad fuera de ella. Agua fría tras agua fría tras agua fría.

Un argumento el europeo que sirve a los economistas de Credit Suisse para entrar en las consecuencias económicas y financieras de un posible movimiento de este tipo. Abunda a lo largo del texto la intencionalidad. Así, señalan, con el tamaño de… ¡Bélgica! y la población de… ¡Suiza!, ceteris paribus, el PIB per capita de Catalunya estaría por debajo de la media comunitaria. Si leen lo que viene después verán que esta primera aproximación peca… por exceso.

Y aunque sus exportaciones son importantes, también desde el punto de vista transaccional sin España Catalunya estaría muerta: no solo porque mantendría con el resto del mundo un déficit cercano al 8% de su PIB -debido a la presencia de mucha industria de transformación que exige fuertes acopios vía importaciones- sino también porque diez de sus principales socios comerciales son otras regiones españolas, con las que mantiene un superávit del 11% entre lo que vende y lo que adquiere.

¿Su principal contrapartida interior? Tachán, tachán… Andalucía. Qué cosas. Pues bien: la experiencia en Chequia y Eslovaquia o Eslovenia y Croacia, afirma CS,  prueba que tras un proceso de separación –amistoso en los casos citados, ojo- las operaciones cruzadas entre los estados antes unidos cae entre uno y dos tercios. Eso por no hablar del impacto sobre el sector servicios de la contracción tanto del turismo como de otros servicios prestados desde Catalunya.

Fuga de empresas, destrucción de empleo, aumento de costes y tarifas tanto de adaptación como para financiarse, necesidad de crear ex novo servicios hasta ahora centrales, inviabilidad de su banca o una contracción en el mejor escenario del PIB equivalente al 20% para situarse por debajo de la media española, son otros argumentos que llevan a los autores del informe a pensar que el sueño independentista es ‘altamente improbable’.

Querido Artur, estos que no tienen visos de formar parte de ningún complot, ni estar condicionados por la historia, te han pillao con el carrito del helao. Qué se le va a hacer. Eso sí, mientras, el daño colectivo está hecho. Basta con leer las dos últimas líneas del análisis: ‘financial markets might need to continue putting up with scessionist noise as Mas tries to extract fiscal concessions out of Madrid following the election’. O sea, la cosa es de perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Ya te vale, ¿no? Back to reality asap, por favor.


Por otra parte, un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) considera que la situación de Cataluña en caso de secesión sería «catastrófica» dado que la renta caería de forma «descomunal», las exportaciones a España se reducirían al menos un 50% y el nuevo Estado no tendría acceso a los mecanismos de financiación de la UE.

Así se afirma en el estudio «La cuestión catalana, hoy» presentado en Madrid por el presidente del Instituto de Estudios Económicos, José Luis Feito, el director general de esa entidad, Joaquín Trigo, y los autores del estudio, los catedráticos Clemente Polo y Donato Fernández.

El documento cuestiona los datos oficiales sobre previsiones económicas de distintos departamentos de la Generalitat y prevé «serias dificultades» para constituirse en un Estado propio porque su presupuesto inicial -estimado por el IEE en 48.000 millones de euros- en las actuales circunstancias de crisis le impediría acudir a los mercados financieros internacionales.

Con respecto al mercado laboral, el catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Barcelona Clemente Polo ha dicho que, con el supuesto de que las exportaciones a España se redujesen un 50%, el empleo caería aproximadamente un 25% en el sector primario y en los sectores industriales, y un 20% en el sector servicios.

Mientras tanto, a la vez que pide la independencia el gobierno catalán sigue sacando dinero de la Hacienda española para cubrir sus vergüenzas. Hoy vence la emisión a un año de bonos patrióticos de la Generalitat y acaba el breve reinado de la deuda autonómica para particulares. La petición de rescate de la Generalitat hace imposible la renovación, y a cinco días de las elecciones catalanas, la administración autonómica que fue pionera en este producto ha optado por devolver los 2.639 millones de euros colocados. El Gobierno catalán tirará del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), del que esta semana ha recibido 2.847 millones, que servirán, en parte, para que los particulares puedan recuperar sus ahorros: a partir de hoy más de 135.000 podrán cobrar los 2.639 millones. Y van......

Que Cataluña y sus votantes, con sólo un 16% de la población, tengan secuestrada la voluntad popular del resto de España a través de sus políticos nacionalistas, y la sobrerrepresentación que consiguen en el Congreso gracias a la Ley Electoral, deberían acabar algún día, y cuanto antes mejor.

Como debería desaparecer la impunidad de la que gozan los políticos catalanes en esta España que les oprime. Si las instituciones no les hacen directamente el juego sucio, los imputados por corrupción en Cataluña se envuelven en la bandera catalana para protegerse contra cualquier acción judicial. En el primer caso tenemos un nuevo ejemplo:


La Sindicatura de Cuentas de la Generalitat de Cataluña tiene en su poder desde hace tres años una denuncia de la Intervención General de la Generalitat sobre la contabilidad del Palau de la Música, sin que hasta la fecha se haya resuelto.

El caso del saqueo del Palau de la Música estalló en julio de 2009. Unos meses después, en concreto el 14 de noviembre, la Intervención General de la Generalitat emitió un informe extraordinario sobre las cuentas del Consorcio del Palau entre los años 2002 y 2008, en el que denunciaba malversación de fondos públicos a manos de Félix Millet y su mano derecha, Jordi Montull. Este informe fue remitido al juzgado que instruye la causa penal, el número 30 de Barcelona, y a la Sindicatura de Cuentas de Cataluña. Aquí «se lo quitaron de encima», según las fuentes consultadas, enviándolo al Tribunal de Cuentas.

El órgano fiscalizador del Estado estudió el informe y concluyó que quien debía buscar responsabilidades contables —al margen de las penales— en el Consorcio del Palau era su equivalente catalán, la Sindicatura. El informe regresó a Barcelona con la orden de que se designara a un instructor delegado y cursara las diligencias oportunas. De eso hace ya casi tres años y la Sindicatura, controlada por el Gobierno de Artur Mas, sigue sin pronunciarse. Desde el Palau se transfirieron 6,5 millones de euros a la fundación de Convergencia Democrática de Cataluña, la Ramón Trias Fargas (rebautizada como CatDem). El origen de los fondos está en las comisiones que constructoras y otras empresas pagaban, presuntamente, a cambio de contratos públicos.

«Instrucción pendiente»
Fuentes oficiales de la Sindicatura han declarado sobre la moratoria de este asunto: «No podemos dar ninguna información de las instrucciones pendientes o en curso». Sostienen que «en última instancia, será el mismo Tribunal de Cuentas el que se pronuncie ya que tiene competencias exclusivas de enjuiciamiento».

El Palau se compone de tres entidades: el Orfeó Català, la Fundación Palau de la Música y el Consorcio del Palau de la Música. Éste último es el órgano donde están representadas tres administraciones públicas: la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Cultura. La institución que manejaba a su antojo Félix Millet recibía fondos tanto de empresas privadas como de la Administración. Por este motivo, la Generalitat de Cataluña comenzó a auditar las cuentas del Consorcio del Palau en el año 2002, para controlar ese dinero.

La Intervención General de Cataluña emitía un informa anual, pero no encontró pruebas de la magnitud del saqueo hasta 2009, después del estallido del escándalo en los juzgados. Todos los informes de esta institución se envían a la Sindicatura de Cuentas, entre ellos el extraordinario de los años 2002-2008. Cuando este fue emitido, la Generalitat estaba presidida por el socialista José Montilla.

El PSC no ha mostrado un especial interés en el esclarecimiento del saqueo de la institución cultural. No en vano una de las piezas separadas, la del Hotel del Palau, implica directamente a la cúpula de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona en la época del socialista Jordi Hereu. Entre los imputados están el que fuera cuarto teniente de alcalde y responsable de Urbanismo, Ramon García Bragado, y su gerente, Ramon Massaguer, acusados de prevaricación y tráfico de influencias.

Artur Mas accedió a la presidencia de la Generalitat en diciembre de 2010, por lo que desde entonces un órgano controlado por el Parlamento catalán —donde CiU es mayoría— ha de buscar responsabilidades contables entre los dirigentes de Convergencia. El actual síndico mayor es Jaume Amat i Reyero, que fue propuesto para la Sindicatura por CiU y que sustituó a Joan Colom. Amat desempeño varios cargos en los gobiernos de Jordi Pujol. La instrucción judicial también ha experimentado demoras injustificadas que prácticamente paralizaron el caso.

En paralelo al informe especial de la Intervención de la Generalitat sobre el Palau, los gestores interinos que pusieron orden en la institución cultural tras la caída de Millet, encabezados por Joan Llinares, encargaron una auditoría a la firma Deloitte. Esta reveló que solo en los últimos diez años se habían esfumado 35 millones de euros.

LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA ES UN BUEN NEGOCIO PARA ESPAÑA, Y CADA VEZ SOMOS MÁS LOS QUE PENSAMOS ASÍ.