viernes, 28 de diciembre de 2012

LOS NEGOCIOS DE LOS POLÍTICOS CATALANES EN MADRID


El Grupo Parlamentario de Convergencia y Unió en el Congreso de los Diputados siempre ha sido considerado por el resto de los parlamentarios una especie de "gestoría" de negocios por la que actuan como auténticos lobbistas. Los nacionalistas catalanes no sólo eran los representantes políticos del primer partido político catalán, CiU, sino también los "gestores" de amplios intereses económicos, empresariales y financieros y esa condición puede tener sus días contados. Hasta ahora, el resto de los Grupos de la Cámara asumían una situación que viene siendo recurrente en democracia, pero no parece que llegado este punto, con el órdago soberanista catalán sobre la mesa, vaya a haber la misma benevolencia.

La condición de lobbista no es algo que moleste ni a Josep Antoni Duran Lleida ni a otro veterano diputado catalán, también de Unió, Josep Sánchez Llibre. De hecho, en muchos países está regulado el papel de los lobbys, o grupos de presión, en sus relaciones con el Parlamento a pesar de la carga negativa que arrostra en España. Duran asume su papel de lobista en Madrid de empresas catalanas y no ha tenido empacho en reconocer, por ejemplo, que “sí, he defendido la industria farmaceútica catalana”, como admitió en una controvertida entrevista en TV3 donde se le interrogó si había recibido contrapartidas económicas, que negó. Construcción, eléctricas, textiles, nucleares o sector financiero son algunas de las áreas en que el Grupo catalán ha actuado como un eficaz "gestor de negocios". No hay más que recordar el intento de compra a coste cero de Endesa por Gas Natural, o los millonarios beneficios de La Caixa con las cajas nacionalizadas y  con el Banco de Valencia, cientos de millones de euros de beneficio sin soltar uno como contrapartida.

Incluso Duran se ha enfrentado a Oriol Pujol a cuenta de la actuación del Grupo parlamentario. Y es que Pujol Ferrusola pidió publicamente que CiU dejara de hacer de lobby en Madrid para actuar como un partido nacional catalán. El portavoz parlamentario replicó que la federación nacionalista "es un lobby en defensa de los intereses de Cataluña en Madrid', algo que se les puede acabar si insisten desde Cataluña en la vía soberanista, advierten fuentes parlamentarias populares.

Otros Parlamentos de países de nuestro entorno, incluída la Eurocámara, regulan la actuación de los lobbys al objeto de darles transparencia y evitar actuaciones espurias y opacas. Precisamente ese era el proyecto en el que andaba inmerso el ya ex diputado popular y secretario cuarto de la Mesa del Congreso Santiago Cervera. Cervera había hecho un amplio estudio comparado que entregó al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, al objeto de que se adaptara un modelo para nuestras Cámaras. Su dimisión, tras verse implicado en un supuesto intento de chantaje al presidente de Caja Navarra, ha paralizado el proyecto.

LECCIONES DE ÉTICA DE "EL PAÍS".


El filósofo inglés neopositivista Alfred Ayer, autor del clásico Lenguaje, verdad y lógica, escribió que la contradicción es más grave que la falsedad porque en la primera siempre hay un grado de intencionalidad mientras que la segunda puede ser puramente accidental.

Un ejemplo: yo digo que hay un cenicero en mi mesa, pero esa afirmación es falsa porque está encima de una silla. Se trata de un error que no altera el hecho sustancial de la existencia del objeto. Pero si yo digo que estoy contra la corrupción y sistemáticamente la silencio, esa contradicción adquiere un carácter de gran relevancia.

Esto es lo que le sucede a El País, que ha desplegado un esfuerzo ingente para verificar si todas y cada una de las revelaciones de este periódico sobre el latrocinio en Cataluña estaban sustentadas por fuentes autorizadas. Dicho con otras palabras, el diario de Prisa ha analizado meticulosamente la naturaleza del dedo que apunta pero ha omitido interesarse por lo sustancial: si los hechos que señala son ciertos.

Bien está que El País se haya tomado tanto trabajo en realizar esta investigación epistemológica sobre los fundamentos del uso del lenguaje, pero lo que no se entiende es su invencible repulsión a denunciar la corrupción salvo que ésta se llame Gürtel y afecte al PP. Parece que los evidentes y escandalosos signos de enriquecimiento ilícito de los Pujol no le resultan motivos suficientes para una investigación periodística.

El País siempre se erige en el árbitro de la ética, pero luego silencia, manipula e ignora todo lo que conviene a sus intereses. Ya se dedicó a hacer contrainformación cuando este periódico reveló las implicaciones de la cúpula de Interior en el caso GAL o los abusos de los servicios secretos y lo ha venido haciendo habitualmente. El último ejemplo de la permanente incoherencia del diario de Prisa es el despido de más de un centenar de periodistas, a los que aplicó la reforma laboral que se había hartado de denostar.

Hay que reconocerle a El País (con mayúscula) una cualidad que le asemeja a la sociedad española: el hábito de decir una cosa y luego hacer la contraria. La crisis del país (con minúscula) tiene sus raíces en esa contradicción: que casi nadie se aplica la moral que exige a los demás. Hace unos meses, vía Cebrián colarse en el aeropuerto donde aguardaba para hacer el check in. Su periódico se parece cada día más a él.

Pedro Cuartango en El Mundo.

La batalla entre 'El País' y 'El Mundo' se recrudece y sube el tono de las acusaciones. La última y más grave, en un editorial del segundo escrito este viernes y en el que se acusa directamente al diario de Prisa de "encubrir" la corrupción de Cataluña y de haber tenido una "furibunda y desmedida reacción" a la información de que Drago Partners (empresa de la que es socio el benjamín de Jordi Pujol, Oleguer) hubiera comprado en 2008 las sedes de Prisa en Madrid y Barcelona para convertirse en su casero.

Este jueves, el diario de Prisa acusaba en un editorial al del grupo Rizzoli de "prensa cavernícola" próxima a la extrema derecha, y de publicar una "hilarante información". "No se necesita que Mortadelo y Filemón investiguen nada al respecto. El grupo Prisa publicó (...) una nota de prensa hace más de cuatro años (...). Los intentos de relacionar la línea editorial de un diario con la militancia política de su casero quedarán inscritos en la antología de las filtraciones chapuceras".

En la jornada del viernes, el periódico dirigido por Javier Moreno parece querer olvidarse del asunto, pero no así el dirigido por Pedro José Ramírez, que dedica su segundo editorial seguido al rotativo rival subiendo el tono de las acusaciones vertidas el jueves. Si 'El País' comparaba a la prensa de derechas con "La partida de la porra" (un grupo violento que defendía en el siglo XIX al monarca Amadeo de Saboya), 'El Mundo' habla este viernes de 'escamots', un grupo paramilitar catalanista vinculado a ERC en los años previos a la Guerra Civil, "que sembraban el terror bajo la protección del nacionalismo". 'El Mundo' reconoce que Prisa ya comunicó la venta de sus edificios a Drago Partners a la CNMV aunque, según ellos, "informaron escuetamente en sus páginas, omitiendo que Oleguer Pujol era el principal accionista de la empresa compradora". "Algo ha ganado la transparencia en este envite", concluye el periódico dirigido por Ramírez.

Por si no había críticas subidas de tono, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) se desmarcó este jueves con un comunicado en el que ataca de forma furibunda también a 'El País'. Reconoce la buena relación entre el sindicato mayoritario de la Policía Nacional y el diario progresista desde el advenimiento de la democracia, y su apoyo a "los movimientos sindicales entonces clandestinos en la Policía". Sin embargo, asegura, "el tiempo de esplendor del diario ya pasó, y el que entonces era director es hoy un tiburón financiero que cobra 13 millones de euros anuales, viaja en avión privado, ha expulsado a fundadores del diario tras 30 años de trabajo con una patada en el trasero y lo ha hecho con la aplicación miserable de una reforma laboral que consideraba inmoral en sus editoriales".

El sindicato se muestra ofendido por las informaciones del pasado fin de semana de 'El País' en el que se aseguraba que grupúsculos de la Policía actuaban al margen de la ley para desacreditar a los nacionalistas catalanes mezclándolos falsamente con casos de corrupción. El SUP llama "diario socialisto" al periódico antes poseído por Jesús de Polanco y ataca también a los policías del "comando Rubalcaba".




POR AQUÍ EMPIEZA LA RUINA DE CATALUÑA


Por su propio Gobierno, no porque "España les robe", sino que sus cargos electos les roban. Es el Gobierno catalán más separatista de la democracia, cuyo principal cometido es preparar un referéndum independentista en 2014. Pero también el más caro. Porque, en plena recesión y tras una legislatura en la que Cataluña pidió el rescate, Artur Mas ha ampliado su plantilla de consejeros de once a doce, con el consiguiente gasto en altos cargos.

El propio Mas cobra el doble que el presidente del Gobierno nacional, Mariano Rajoy, un total de 144.030 euros brutos al año. Una cifra que supera el sueldo base de Su Majestad el Rey. El sueldo de sus doce consejeros catalanes también es sustancioso: 108.576 euros anuales, más que el del Presidente del Gobierno de España y el de cualquier ministro del Gobierno español. Y todo ello sin contar secretario generales o sectoriales (84.078 euros), los directores generales (80.589 euros) y demás cargos de confianza, asesores, etc. Hasta ahora, el número de altos cargos, eventuales y personal directivo de la Generalitat ascendía a 523 (incluye entidades del sector público). Andalucía tiene once consejerías, y País Vasco, Madrid, Galicia y Comunidad Valenciana, ocho. Baleares y Castilla-La Mancha, siete.

No obstante, el Ejecutivo catalán será el encargado de aplicar en esta legislatura unos recortes que superan los 4.000 millones de euros, que Artur Mas, en aras a su acuerdo de legislatura con ERC, intenta compensar con la creación de nueve impuestos nuevos -precisamente ayer, el nuevo gobierno aprobó en su primera reunión pasar de 700.000 a 500.000 euros el límite exento del impuesto de patrimonio, y prorrogó los presupuestos de 2012-.

Unos sueldos salvajes para unos políticos catalanes desvergonzados mientras estos aumentan la sangría de los impuestos a los ciudadanos a la vez que acusan a Madrid de robarles. Si así fuera, "el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón".


Dada su composición, del nuevo Gobierno catalán sólo cabe esperar malquerencia, victimismo y las habituales mentiras. Si quisiéramos definir el nuevo gobierno de Cataluña con una sola palabra, ninguna mejor que «radical». Artur Mas ha elegido a los más soberanistas de sus colaboradores para acompañarle en su segundo mandato, lo que unido al extremismo de Esquerra Republicana convierte su gobierno en un «Frente Nacional Catalán». En eso ha quedado la oferta de diálogo y entendimiento hecha al gobierno central por el president. Como tantas otras proclamas suyas, cabe añadir, tornadas falsedades.

No voy a decir, como Samuel Johnson en su famosa definición, que «el nacionalismo es el último refugio de los bribones», al haber también en él gente de buena fe, aunque por lo general equivocada. Pero que su espina dorsal la forman una sarta de mentiras no lo puede negar nadie a la vista de lo que dice y de lo que hace. El nacionalismo se inventa la historia, se fabrica enemigos, finge agravios ajenos y oculta felonías propias con un descaro sólo superado por su codicia. Los españoles estamos teniendo últimamente una buena muestra de todo ello. ¿Quién es el que está ofendiendo a Cataluña desde el resto de España en los últimos treinta años? ¿Quién es el que la está robando? ¿Quién es el que quema banderas catalanas o retratos de los más altos dignatarios? ¿No es más bien al contrario, que las ofensas, los chantajes, los agravios vienen desde allí hacia España, siendo el último de ellos el ocultar el retrato del Rey en la reciente toma de posesión del presidente de la Generalitat? ¿Es esa la Barcelona «archivo de cortesía» que conocíamos o una Barcelona regida por gentes que, tras haberla empobrecido, ensuciado, hecho retroceder frente a otras capitales españolas, han prescindido de las que eran grandes virtudes catalanas, empezando por las buenas formas y el respeto a los demás?

Más importante todavía: ¿es esto lo que quieren hacer de Cataluña, adónde quieren llevarla, a que quieren reducirla? Pues, como ya advertía Goethe en su conversaciones con Eckermann, «el odio nacionalista es tanto más grande y violento cuanto más baja es la cultura de un pueblo». Esperemos que el pueblo catalán se dé cuenta a tiempo de ello.

Dispongámonos, en cualquier caso, a recibir un fuego graneado desde la Plaça de Sant Jaume, junto a los habituales gritos victimistas y las mentiras de reglamento. Se dan cuenta de que ésta es su última oportunidad, el canto de cisne de un nacionalismo arrollados por la globalización, y van a echar mano de todas las armas a su alcance y de todas las mañas, incluidas las más sucias. Buscarán aliados dentro y fuera, sin que les falten, al abundar en ambos sitios los que odian a España. Mal deben de verse cuando actúan así. Claro que no luchan sólo contra España. Luchan también contra la historia, ésa que no quieren reconocer e intentan falsear.

Tras los escándalos que se van descubriendo sobre la familia Pujol, la última muestra de la desvergüenza de estos políticos profesionales nacionalistas: que el nuevo consejero de Justicia de la Generalitat, Germà Gordó, aparezca citado en documentos de la Agencia Tributaria que obran en la causa que se sigue por el escándalo de las ITV, donde Oriol Pujol es señalado como principal protagonista. El viaje soberanista de Convergencia y su paulatino alejamiento del Estado de Derecho, con el fin de crear uno propio, también parecen estar estrechamente relacionados con que se vayan conociendo las dimensiones de la enorme fosa séptica que subyace sobre los asuntos turbios de la coalición nacionalista. No es casual que la sede central convergente haya sido embargada por los tribunales para poder afrontar la fianza impuesta por el juez al partido de Mas en el caso Palau. Y no es de ahora, aún resuenan los nombres de Prenafeta, de Alavedra, de Estevill, del caso Casinos, de la operación Pretoria... El currículo de CiU y sus aledaños en los tribunales da para escribir varios tratados y para concluir que aquel oasis de prosperidad y modernidad ocultaba una cara B oscura, que ahora se trata de tapar a los sones de «Els Segadors».



BATALLAS GANADAS POR HÉROES ESPAÑOLES EN ÉPOCA DE FELIPE III, LA INTELIGENCIA CONTRA LA FUERZA


Siempre se ha dicho que uno de los principales factores para alzarse con la victoria durante una batalla es la estrategia. Sin embargo, en pocas ocasiones este proverbio ha guardado en su interior tanta verdad como para los españoles, los cuales, durante el reinado de Felipe III, protagonizaron tres batallas en las que hubieran sido aplastados por el enemigo si no hubieran utilizado su tradicional picaresca.

Y es que, durante el Siglo XVII la situación de España, aunque hegemónica en el mundo (pues su territorio se extendía desde las colonias americanas hasta Asia pasando por Europa), era financieramente precaria. Por ello, Felipe III no tuvo más remedio que recurrir a una política pacifista y de alianzas para así no perder en batalla los territorios españoles. Estas dificultades económicas, unidas a la amplitud del territorio español, provocaron que fuera en ocasiones muy dificultoso disponer de un contingente militar suficiente en todos los lugares colonizados. Sin embargo, para suplir la inferioridad numérica ocasional, los soldados se valieron de todo tipo de estratagemas más propias de una película de ciencia ficción que de la realidad.

En la época de Felipe III no habrá un solo año sin algún conflicto bélico. Los años de reinado de este monarca, como pasa con todos los mandatarios, tuvo claros y oscuros pero no fue su época la que nos terminó quitando a los españoles el mundo que poseíamos y con el bolsillo roto tras haber gastado nuestra buena hacienda. Eso lo hicieron otros después. Durante su reinado la todopoderosa España de entonces siguió extendiendo su poder y hegemonía por todo el mundo conocido, pese a lo que dice la historiografía de los últimos cuatro siglos que ha desdibujado su época y la ha llenado de críticas que, todavía, perduran sin ser cuestionadas. De forma simplificada, el imperio global español abarcaba territorios en todos los continentes desde los actuales Estados Unidos hasta la Tierra de Fuego austral, islas y costas desde África hasta el Mar de la China Meridional, territorios en los Mares del Sur y posesiones por toda Europa. Tan vasto era el imperio español que no sólo nunca se ponía el sol en sus territorios, sino que sus diferentes culturas en Europa, América, África, Asia, y Oceanía no se comunicaban entre sí.

Propiciado por el cansancio general de las continuas guerras anteriores en suelo europeo, uno de los logros de Felipe III es que mantuvo la hegemonía imperial española en el mundo durante todo su reinado y, al mismo tiempo, consiguió una relativa paz con todos los antiguos enemigos europeos de España (básicamente, Francia, Inglaterra y Holanda).

El imperio español se pudo mantener durante más de 3 siglos con escasas pérdidas territoriales, salvedad hecha de lo que supuso en 1640 (ya bajo Felipe IV) la sublevación de Portugal, que contó con la ayuda indirecta de una parte de la oligarquía barcelonesa y su peregrina idea independentista. El imperio español era realmente extenso porque en aquella época se necesitaban más de ocho meses para que llegara un mensaje desde España al Perú y había guarniciones españolas en fuertes, todavía hoy tan lejanos entre sí, como el de Santa Teresa en Uruguay o el de Santo Domingo en Taiwán.


Así lo explica el escritor Eduardo Ruiz de Burgos Moreno en su libro «La difícil herencia» (editado por Edaf), en el que analiza varias decenas de contiendas que se produjeron durante el reinado de Felipe III. «A pesar de la mejor voluntad real, las inmensas posesiones españolas se vieron una y otra vez atacadas y, en sólo diez años, obligaron a sus ejércitos a mantener 162 batallas repartidas por todos los confines terrestres», determina en el texto.

EL INTENTO DE INVASIÓN DE JAMAICA

La primera de estas curiosas batallas se sucedió cuando una flota inglesa trató de atacar la posición española situada en Jamaica (en esos momentos propiedad de la familia de Cristóbal Colón). Sin embargo, se encontraron con unos aguerridos defensores acostumbrados a combatir contra piratas, algo muy usual durante el Siglo.XVI. «No es infundado el temor a los ataques de bandoleros marítimos que roban y saquean ciudades y puertos, pues durante años trataron de capturar especialmente las mercancías de los buques de transporte españoles en aguas americanas», establece Ruiz de Burgos

En aquellos años, los piratas suponían un auténtico quebradero de cabeza para los enclaves españoles, a los que acosaban sin tener ningún tipo de piedad. «Especialmente temidos eran los filibusteros franceses, genoveses y portugueses, que hostigaban profundamente a los colonos españoles, víctimas de sus asaltos, saqueos y asesinatos», sentencia Ruiz de Burgos.

Además, en palabras del experto: «En el mar Caribe, un lugar ideal por la abundancia de islas en las que pueden refugiarse, los buques piratas atacaban por lo general desde los apostaderos que tenían en el puerto del Manzanillo en el golfo cubano o desde los puertos de Santa Ana y Guabayara en la Isla de Jamaica».

En cambio, no fueron piratas los que atacaron aquel 24 de enero del año 1600 la actual ciudad de «Spanish Town», sino una flota con una bandera tradicionalmente enemiga de España. «Eran 16 buques ingleses al mando de Christopher Newport», explica el experto. Sin embargo, no distaban mucho de ser filibusteros, pues este capitán había sido formado por Francis Drake, un reconocido corsario anglosajón.

«Afortunadamente para los habitantes de la villa, su llegada había sido apercibida con suficiente antelación (…), dando tiempo a que su gobernador (…) organizara las defensas de la villa con los apenas 200 hombres armados con los que podía contar», añade Ruiz de Burgos.

Para los ingleses, la batalla estaba ganada antes incluso de comenzar. La superioridad de fuerzas era abrumadora, al igual que la potencia de fuego de sus navíos. Sin embargo, había algo con lo que no contaban: el ingenio que los españoles demostraron durante todo el combate. Tan sencilla veían la conquista los ingleses que incluso trataron de convencer a los defensores de que se rindieran antes de comenzar la contienda. «Desembarcaron un emisario enarbolando bandera blanca en una chalupa que se acercaba a la playa (…). Allí, a unos centenares de metros (…), los defensores estaban atrincherados y habían situado un cañón para impedir un posible desembarco (…). A estos españoles, el mando inglés, a través del emisario, les exigió la rendición formal bajo amenaza de pasar a cuchillo a todos los defensores», explica el escritor en el libro

En ese momento, los españoles comenzaron a utilizar sus estratagemas, como bien determina el escritor: «Aprovechándose del entrecortado español que hablaba el enviado inglés, y fingiendo no conocer ninguna otra lengua, los españoles (…) dilataron los tiempos de las respuestas y, así, ganaron un tiempo precioso para preparar mejor la defensa».

Cuando los ingleses se dieron cuenta del engaño, ya era tarde, las defensas estaban listas. Sin embargo, esto no detendría a los asaltantes: «Decidieron atacar y desembarcaron unos 1.500 soldados. Tras reunirse en la playa, donde ya no había españoles, se organizaron en cinco columnas y empezaron a avanzar hacia la villa con la firme intención de conquistarla», añade el experto. Pero los dos centenares de españoles ya habían planeado su siguiente movimiento. Para defenderse, usaron una táctica cuanto menos original. Concretamente, ataron antorchas encendidas a los cuernos de todo el ganado que había en la ciudad, lo que enloqueció a los animales. Posteriormente, los liberaron y los lanzaron contra sus desprevenidos enemigos. «Los ingleses primero oyeron un terrible estruendo, después, vieron ante sí una inmensa polvareda que no llegaban a entender y, finalmente, sufrieron una imprevista embestida de toros y vacas», explica el escritor.

Confundidos y desorientados por las aterrorizadoras bestias, los soldados de la vanguardia inglesa que no fueron arrollados retrocedieron desorganizadamente y se abalanzaron sobre sus camaradas de las filas posteriores. «Como consecuencia se generó una cascada de fugitivos que terminó en una gran huida en desbandada que dejó tras de sí una cincuentena de muertos ingleses por aplastamiento», determina Ruiz de Burgos.

Tras reunirse junto a la costa, descubrieron que sus planes habían dado un giro inesperado. «Para el cuerpo expedicionario del almirante Newport era más que suficiente. Los soldados desistieron de avanzar hacia el interior y sólo querían ser embarcados en sus buques. Sin haber logrado disparar un solo tiro, las pérdidas se les antojaron excesivas. No sabían bien lo que había sucedido, pero convencidos de que a los defensores no se les podía derrotar, (…) se hicieron a la mar y abandonaron definitivamente la isla», finaliza el experto.

EL ASALTO DE HAMMANET EN TÚNEZ

Otra de las contiendas en la que los españoles demostraron su capacidad de improvisación se sucedió el 18 de julio de 1602, en Túnez. Ese día, una flota católica asaltó por sorpresa el puerto de «Hammamet», regentado por piratas turcos. «El ataque corrió a cargo de 350 infantes españoles y caballeros a las órdenes de Malta y de la toscana (…) embarcados en 5 galeras de la escuadra española de Sicilia y 5 fragatas de tres mástiles», añade Ruiz de Burgos.

Sin embargo, los españoles necesitaban tomar la plaza cuanto antes, pues sabían gracias a sus espías que en un breve período de tiempo los turcos recibirían unos considerables refuerzos. En cambio, en lugar de desesperar, decidieron utilizar esa información a su favor en una estratagema más propia de una novela de fantasía que de la realidad. «La vanguardia española llegó al puerto en 5 ligeras falúas (pequeña embarcación destinada al transporte de infantería), de dos velas triangulares y un mástil ligeramente inclinado hacia la proa, como las falúas musulmanas», determina el experto.

En cada una de las embarcaciones el engaño estaba listo. Los españoles cambiaron sus banderas por las turcas y se disfrazaron con turbantes para hacerse pasar por los refuerzos que los defensores esperaban. Además, y para asegurarse de que no se descubriera su trampa, se ordenó a varios soldados que tocasen bendires, crótalos y laúdes, instrumentos usados en la música tradicional árabe. «Así, disfrazados, les resultó sencillo ser confundidos con los turcos que estaban esperando», comenta el escritor.

La mascarada salió a la perfección, y los defensores se creyeron el engaño. «La estrategia española permitió a la escuadra anclar muy cerca de tierra (…) Incluso la guarnición de “Hammamet” salió a recibirlos a la playa acompañada por una gran multitud que se agolpaba sobre el muelle del puerto.», explica Ruiz de Burgos. Lamentablemente para todos ellos no eran los refuerzos que esperaban, sino los barcos cristianos. Fue demasiado tarde cuando se dieron cuenta del grave error que habían cometido.

«Sorprendida la multitud al descubrir el engaño apenas pusieron pie en el muelle los atacantes, huyeron a refugiarse hacia las murallas de la villa. (…) Los despavoridos civiles arrollaron a los soldados de la guarnición, mezclándose entre ellos, lo que produjo caídas y agolpamientos que generaron una mayor confusión», explica el escritor. Para entonces los españoles ya habían descargado una salva de disparos sobre los turcos y les atacaban furiosos espada en mano.

La victoria fue aplastante, concretamente, murió casi medio millar de turcos. «Los atacantes, una vez saqueada y destruida completamente la ciudad, se embarcaron de regreso en dirección a Malta, poco después de avistar que se aproximaban por tierra más de 3.000 jinetes e infantes moros que, a toda prisa pero demasiado tarde, llegaban para auxiliar a los defensores de la villa», sentencia Ruiz de Burgos.

LOS INDIOS DE COLOMBIA

Finalmente, la última parada de este viaje debe hacerse en Colombia, donde la dificultad para transportar tropas españolas provocó que los soldados tuvieran que agudizar el ingenio para sobrevivir. Por aquellos años, los habitantes del lugar (los indios pijaos) trataban de combatir a los españoles usando la guerra de guerrillas, pues sabían que un enfrentamiento en campo abierto contra ellos supondría una estrepitosa derrota.

Por su parte, la táctica de los españoles para defenderse de los continuos ataques de los indios se basaba en edificar pequeñas fortificaciones para reducir al máximo el número de bajas. Uno de estos puestos, el de San Lorenzo de Maitó, defendido por apenas 20 españoles al mando de Diego de Ospina, era de los más castigados de la zona.

Por ello, los defensores decidieron un 16 de mayo de 1607 urdir una curiosa treta para atraer a sus enemigos hacia una trampa. En primer lugar, hicieron correr el falso rumor entre los posibles espías indios de que la mayor parte de la guarnición estaba enferma. A continuación, y una vez cumplida esta parte del plan, alentaron a los enemigos para que les atacasen. «El capitán Pedro Marcham penetró en el páramo de Bulica (…) y encendió una falsa fogata para engañar a los guerreros pijaos, ya que era su señal de convocatoria para el ataque», determina Ruiz de Burgos.

Todo estaba dispuesto, y los indios cayeron en la trampa. Confiados por la falsa información y la señal de ataque, centenares de pijaos acudieron a la batalla al mando de uno de sus reconocidos jefes, Kalar-cá. «Cuando llegaron a la empalizada, los españoles les estaban esperando con sus arcabuces y pistolas cargadas y sus picas en ristre», añade el experto.
«Fue el propio capitán Marcham, junto al soldado Juan Bioho, el que consiguió de un certero arcabuzazo acertar en el pecho de Kalar-cá, que cayó muerto, al igual que muchos de sus guerreros, antes de que los sorprendidos supervivientes indios se dieran a la fuga», explica el escritor. Con esta ingeniosa treta, 20 españoles consiguieron resistir el asalto de centenares de indios.


martes, 25 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD A TODOS




 
I won't ask for much this Christmas
 I don't even wish for snow
 I'm just gonna keep on waiting Underneath the mistletoe
 I won't make a list and send it To the North Pole for Saint Nick
 I won't even stay awake to Hear those magic reindeers click
 'Cause I just want you here tonight
Holding on to me so tight
 What more can I do Baby all I want for Christmas is you baby
All the lights are shining
So brightly everywhere
 And the sound of children's Laughter fills the air
And everyone is singing
 I hear those sleigh bells ringing Santa won't you bring me the one I really need
Won't you please bring my baby to me
 I don't want a lot for Christmas
 This is all I'm asking for
 I just want to see my baby
Standing right outside my door
Oh I just want you for my own
More than you could ever know
 Make my wish come true
Baby all I want for Christmas is you

domingo, 23 de diciembre de 2012

EL TRATADO DE CORBEIL



"Según el ordenamiento político internacional y su jurisprudencia,la actual Cataluña era territorio francés y así fue hasta el 16 de julio de 1258.Tengo delante de mí un mapa europeo de la época,“Chrétíenté d’Occident à l’an de grâce 1235”. En él no consta referencia alguna a Cataluña".

Mariano Bendito es un excepcional historiador balear, hecho a sí mismo a base de investigaciones, estudios en bibliotecas y lecturas fidedignas, y en ellas ha encontrado el “Tratado de Corbeil” (1258) escrito en latín. Se trata de un documento interesante y transcendente. Pone de relieve una irrefutable realidad histórica que derriba estrepitosamente la mentira estrafalaria de los ahora llamados “países catalanes”.

Según el ordenamiento político internacional y su jurisprudencia, la actual Cataluña era territorio francés y así fue hasta el 16 de julio de 1258. En el mapa que se encuentra en la Biblioteca Nacional de París (1235) no consta ninguna referencia a Cataluña. El actual territorio catalán está enmarcado como territorio francés. No es error. Los ocho condados autónomos de lo que es hoy Cataluña pagaban entonces vasallaje feudal a la corona francesa.

Por esto el citado Tratado se inicia con estas palabras: ”Es universalmente conocido que existen desavenencias entre el señor rey de Francia y el señor rey de Aragón, de las Mallorcas, y de Valencia, conde de Barcelona y Urgel, señor de Montpellier; por lo que el señor rey de Francia dice que los condados de Barcelona, Besalú, Urgel, etc. son feudos suyos; y el señor rey de Aragón dice que tiene derechos en Carcasona, Tolosa, Narbona, etc.

Se deduce que los condados de la parte española estaban mejor relacionados con Aragón y que los del sur de Francia, con el rey francés. Siguiendo consejos de “hombres buenos” el rey francés (Luis IX) cede a Jaime los condados de la parte española y el aragonés cede a Luis sus derechos en la parte francesa. Este es en síntesis el Tratado de Corbeil. Su importancia histórica transcendente es que se firma 29 años después de la reconquista de Mallorca y 20 de la de Valencia.

Ante este hecho contrastado internacionalmente caen por su base muchas falsedades que se enseñan en libros de texto:

1.- Es falso que “la corona catalano-aragonesa” conquistara Mallorca y Valencia. Cataluña no existía entonces. ¿Qué invención es ésta de “corona catalana"?

2.- Es imposible que una Cataluña, inexistente política, jurídica, y hasta geográficamente tuviera lengua propia. ¿Cómo pudo dar la lengua catalana a Mallorca y Valencia? ¡Esto sí que es un milagro!

Después del Tratado, Jaime comenzó su labor legisladora comenzando por la moneda (1 de agosto, 1258. Jaime I legisla sobre la moneda de Barcelona), acercando políticamente los condados ya oficialmente feudatarios suyos. Con el tiempo todo el territorio se llamó Cataluña.

¿Qué lengua hablaban? Obviamente, el occitano, provenzal o lemosín propio del sur de Francia y condados de la Marca Hispánica. Lean libros magistrales de la también colaboradora de Baleares Liberal, Teresa Puerto, al efecto. La lengua catalana se llamó oficialmente “llemosí” hasta la segunda mitad del siglo XIX.

¿Comprenden por qué los historiadores pancatalanistas silencian siempre que pueden la verdad del Tratado de Corbeil?


El “saco de mentiras históricas” (como don Antonio Ubieto solía definír a los nazionalismos separatistas españoles) era la perfecta denominación de aquellas entidades medievales cuya paupérrima realidad histórica y humilde pasado no correspondían a la desbocada ambición presente de ser “nació” o “pais independent”. Por eso inventan y mienten su pasado. 

Durante toda la Edad Media Cataluña era solo una “Marca Hispanica” tributaria de los Reyes Carolingios hasta que en dicho tratado de Corbeil ,1258, entre San Luis Rey de Francia y Jaime I el Conquistador , acordaron que los Condados al sur de los Pirineos tributarían a la Corona de Aragón y los condados del norte a Francia.  Los 8 condados de la Marca Hispanica tuvieron plena jurisdición hasta el siglo XV. La única excepción fue el Condado de Barcelona que, por el matrimonio del Conde Ramón Belenguer IV en 1137 con Dª Petronila de Aragón , Barcelona quedó entonces incorporado a la Corona de Aragón pero sin variar su condición de condado.  Los 7 restantes condados (Besalú, Vallespir, Peralada, Ausona, Ampurias, Urgel y Cerdanya) mantuvieron su independencia hasta 1521, cuando el Rey de España Carlos I nombró Virrey de Cataluña al Arzobispo de Tarragona, don Pedro Folch de Cardona . Por lo tanto Cataluña no existió como región hasta esa fecha y, por lo tanto, no pudo actuar nunca antes como entidad histórica unificada. 

Más aún, el Reino de Aragón estaba integrado por los territorios que hoy lo forman, más todo lo que es la actual provincia de Lérida , más una franja grande del río Ebro hasta el mar, que incluía a Tortosa como ciudad costera. Por lo tanto, podríamos decir que las ciudades importantes del Reino de Aragón eran Jaca (la primera capital que tuvo cuando aún era Condado), Huesca, Lérida, Zaragoza, Tortosa y Teruel. Todo eso era el territorio auténtico del reino cuya corona tenía don Jaime "el Conquistador". 

Del Tratado de Corbeil es fácil sacar dos conclusiones : 

a) Si Cataluña no existía como tal era imposible que algo que no existe conquistase ni Valencia (1238) ni Mallorca (1229) . 

b) Si carecía de unidad política, jurídica y geográfica ¿cómo iba a tener unidad lingüística si lo que allí se hablaba era un mosaico de dialectos procedentes del PROVENZAL? . 

Decía el odiado y luego recuperado historiador catalán Jaume Vicens i Vives: "En més de 3.000 documents inedits que portem recollits, no hem trobat ni un de sol que ens parlés d'una emoció collectiva catalanesca , que ens revelés un estat de consciencia nacional: ho sentim com a catalans ..." (La Publicitat.Barcelona 1935).


EL DESAFÍO CATALÁN INDEPENDENTISTA CATALÁN


Solo un ciego o un tonto podría ignorar el salto cualitativo que la situación que se vive en Cataluña ha dado esta semana, tras el pacto alcanzado entre CiU y ERC, primero, y el discurso de investidura de Artur Mas, después. Un estado de cosas que ahora cabe calificar no ya de insumisión, sino de verdadera rebelión contra la legalidad consagrada en la Constitución de 1978. El programa de Gobierno desgranado por el nuevo President este jueves no deja lugar a dudas: se trata de construir “estructuras de Estado propio” para que estén a punto en el momento en que se convoque el referéndum. La guinda del proceso, asunto casi insignificante al final del camino, sería esa consulta. Y bien, hasta aquí hemos llegado. Hasta aquí ha llegado la crisis política española, crisis de agotamiento del modelo salido de la Transición, que ha venido a desembocar en el proceloso mar del riesgo de desmembramiento de España, en uno de esos episodios, una de esas crisis de identidad recurrentes en nuestra historia, que tanto recuerda lo ocurrido en los años 30 del pasado siglo.

La Segunda República fue entonces generosa con Cataluña: las cortes constituyentes aprobaron en septiembre de 1932 su primer Estatuto de Autonomía, que pretendía dar satisfacción a las aspiraciones catalanas sin poner en riesgo la unidad española. El objetivo no se consiguió: la deslealtad del nacionalismo catalán para con la República es juicio admitido y compartido por una mayoría de historiadores, reflejo, además, de una cortedad de miras que, en el contexto social y político de la época, puso al régimen republicano contra las cuerdas bastante antes del golpe de julio del 36. Tras renacer de sus cenizas –el talento y la laboriosidad no son fáciles de eliminar- con la liberalización económica de los 60, y convertirse en tierra de promisión de cientos de miles de españoles de otras regiones, Cataluña volvió 46 años después a contar con un segundo Estatuto de Autonomía, también amplísimo de facultades, al amparo de la Constitución de 1978.

Casi 35 años después de este renovado intento de dar satisfacción a sus demandas, se puede afirmar sin ambages que otra vez el nacionalismo catalán ha vuelto a vulnerar el espíritu y la letra de una Constitución, ha traicionado los afanes de concordia de sus redactores y de amplia mayoría del pueblo español –catalanes incluidos- que la ratificaron en referéndum, y ello a pesar de haber alcanzado un grado de autogobierno superior al de muchos Estados federales. La bancarrota financiera de la Generalitat y la corrupción galopante que amenaza ahogar a su elite dirigente –con la fiscalía pisándole los talones-, ha terminado actuando de espoleta en la escalada de reclamaciones de un nacionalismo que, al socaire de su tradicional lista de agravios, anuncia con descaro la creación de Estado propio capaz de actuar como bálsamo de fierabrás contra los males que le aquejan. 

Cabe decir, sin embargo, que la crisis ha sido apenas la espoleta de un fenómeno viejo que, como en el caso vasco, no ha nacido por generación espontánea. Como aseguraba Manuel Muela, columnista de este diario, en una reciente intervención en el Ateneo madrileño, ambos desafíos son “hijos aventajados de la Constitución de 1978 y de la dejación de responsabilidades de los sucesivos gobiernos constitucionales en beneficio de todo aquello, nacionalismos incluidos, que ha despojado al Estado de sus facultades y atributos, esenciales para velar por la solidaridad, la justicia y la libertad de los españoles”. Consecuencia de esa lenidad, en las últimas décadas ha tomado cuerpo un fortalecimiento social y político de las minorías nacionalistas que gobiernan en Cataluña y en el País Vasco, en paralelo con un desapego de los valores del Estado como factor de unidad nacional e igualdad social, olvidando las sabias palabras de Manuel Azaña según las cuales, “Votadas las autonomías, el organismo de gobierno de la región es una parte del Estado español, no es un organismo rival, ni defensivo ni agresivo, sino una parte integrante del Estado de la República Española. Y mientras esto no se comprenda así no entenderá nadie lo que es la autonomía”. A ese fortalecimiento han contribuido decisivamente unos Gobiernos centrales, tanto del PSOE como del PP que, por culpa de una Ley electoral torticera, han necesitado a CiU y a PNV para gobernar.

El nacionalismo como única expresión ideológica legítima

La dejación de competencias, especialmente grave en materia de Educación, ha contribuido, en efecto, a consolidar al nacionalismo como la única expresión ideológica legítima en ambos territorios, sacrificando en el altar nacionalista la pluralidad y la tolerancia propias de cualquier sistema democrático. El fenómeno es particularmente grave en Cataluña donde todos los partidos –y los medios de comunicación- son nacionalistas, con excepción del PPC y de Ciudadanos, nacionalismo que ha dispuesto de generosos presupuestos para procurar el bienestar de sus ciudadanos. Su fracaso como gestor ha sido estrepitoso: en Cataluña no hay prosperidad y tampoco libertad, los dos ingredientes básicos que marcan el sentido de pertenencia –no las ensoñaciones de orden étnico o lingüístico- de los ciudadanos en una sociedad abierta. Hay, sí, corrupción a raudales y una pésima calidad de vida democrática, en medio de un paisaje agobiante y sin aire para todo aquel que no profese la fe identitaria. Como no podía ser de otra forma en tal ambiente opresivo, durante estos años se ha tejido en Cataluña una gigantesca tela de araña de intereses clientelares, fundamentalmente políticos y económicos, que hace muy difícil, si no imposible, cualquier tipo de negocio o actividad liberal al margen del patronazgo de CiU, lo que ha devenido en una corrupción galopante que todo el mundo conoce y que nadie denuncia dentro de la marca catalana.

Particularmente nefasto fue el pirómano Zapatero (“Apoyaré la reforma del Estatuto que salga del Parlamento de Cataluña”), una iniciativa más que osada irresponsable, por cuanto nadie reclamaba su necesidad –apenas uno de cada tres votantes catalanes lo refrendó-, que hirió de muerte al orden constitucional y marcó el principio de una carrera que ha terminado con la quiebra financiera de Cataluña. Naturalmente que los Gobiernos centrales tienen buena parte de culpa en lo ocurrido, aunque nadie debe llamarse a engaño: la verdadera responsabilidad incumbe a los políticos nacionalistas que, además de haber traicionado el espíritu de la Transición, han sido capaces de embarcarse en el viaje a ninguna parte de la independencia, un señuelo destinado a esconder su condición de pésimos gestores y su afición al enriquecimiento espurio.

Dos de las cinco patas sobre las que se asentó el edificio Constitucional en 1978, el nacionalismo de derechas catalán y vasco –con la Corona, el PP y el PSOE-, han decidido ahora romper la baraja y reclamar la independencia. Lo hacen en uno de los momentos más críticos de España, con el Estado exhausto y secuestrado por sus acreedores. Apostando a esa estrategia tan leninista del cuando peor mejor, el cogollo del poder convergente que rodea a Mas (“Nacionalismo es hambre de poder atemperada por el autoengaño” que dijo George Orwell), ha decidido que es ahora o nunca, porque el pulso de esta España enferma es tan débil que creen existe una alta probabilidad de que no sea capaz de reaccionar al reto.

Un atentado a la libertad y la prosperidad de los catalanes   

Se trata de un desafío a España, naturalmente, pero sobre todo se trata de un atentado al derecho a la paz y la felicidad, una seria amenaza a la libertad y la prosperidad de millones de ciudadanos catalanes no alienados por la ensoñación nacionalista de una minoría en el poder. “Vosotros lo veis como un problema para España, sin daros cuenta de que quienes vamos a pagar el pato somos los catalanes que no estamos por el independentismo y que seguimos siendo mayoría. Al final, la guerra de Kosovo no fue jodida para los serbios, sino para los kosovares”, cuenta un periodista barcelonés. La declaración de guerra que el jueves supuso el discurso de investidura de Mas marca un punto de inflexión en la Historia reciente de España, un punto de no retorno, un antes y un después. Es también, por desgracia, la constatación del fracaso de esa tercera España que no pudo ser y que, tras la guerra civil y la dictadura, pareció emerger en 1978 del brazo de la monarquía parlamentaria.

Se trata, de largo, del peor escenario de los posibles”, asegura un empresario barcelonés, “aunque no creo que esa alianza pueda durar más de un año. Mas se ha suicidado, que es quizá lo único que podía hacer, porque España nunca les dejará llevar a cabo lo que pretenden…” Es la hora de España, en efecto. Porque, a pesar de la profundidad de la crisis institucional y de valores, además de económica, que nos aqueja, a este país le sobra nervio y recursos para impedir tamaño desvarío. Solo víctima de un grado de pusilanimidad inimaginable por parte del Estado y sus responsables políticos podría la tropa de Mas salirse con la suya. Al Gobierno Rajoy le asiste la legalidad y, por si fuera poco, la razón, pero afrontar este desafío requerirá un consenso lo más amplio posible con el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Nada será igual después de este envite: asistimos al auténtico final del régimen político iniciado tras la muerte de Franco. Al Gobierno del PP le toca administrar el colapso de la Transición, y abordar el inicio de una nueva era cargada de incógnitas. Vale una cita del discurso pronunciado en las Cortes por Ortega y Gasset el 13 de mayo de 1932, con motivo de la discusión del proyecto de Estatuto Catalán: “Los nacionalismos solo pueden deprimirse cuando se envuelven en un gran movimiento ascensional de todo un país, cuando se crea un gran Estado, en el que van bien las cosas, en el que ilusiona embarcarse porque la fortuna sopla en sus velas. Un Estado en decadencia fomenta los nacionalismos: un Estado en buena ventura los desnutre y los reabsorbe”. Esa es la tarea por delante: alumbrar el nacimiento de una nueva España democrática y solidaria, capaz de cicatrizar heridas y recuperar lazos de entendimiento con quienes tanto han trabajado por romperlos.

jueves, 20 de diciembre de 2012

LA ASFIXIA ECONÓMICA QUE SE AVECINA EN CATALUÑA.


La comunidad catalana se convierte en una de las que tiene los impuestos más altos de Europa. El pacto de CiU y ERC supone subidas de impuestos de 1.000 millones al año con un mayor castigo a los patrimonios, la recuperación de Sucesiones, la imposición de una euroviñeta o un gravamen a los depósitos bancarios, entre otras medidas. Este acuerdo llega a una comunidad que ya soporta una de las fiscalidades más duras de Europa (con un IRPF de hasta el 56%) y puede auspiciar la salida de empresas, patrimonios y directivos en busca de una fiscalidad menos gravosa. El acuerdo suscrito por Mas y Junqueras concitó las críticas de entidades financieras, patronales, cámaras de comercio y fiscal.

En Cataluña se pagará más por trabajar. Se pagará más por tener propiedades. Se pagará más por ahorrar. Se pagará más por estudiar, por consumir ciertos productos, y hasta por morir. Artur Mas se promocionó en 2010 con una tarjeta de presentación de empresario y buen gestor que le definía como business friendly, lo que le abrió las puertas de la Generalitat. Dos años después, la urgencia independentista y sus nuevas alianzas políticas selladas ayer en el Parlament le han traído las críticas frontales de la patronal, la banca y las cámaras de comercio, un dudoso premio que ni el último tripartito logró cosechar.

CiU ha tenido que renunciar a su decálogo económico por alcanzar la estabilidad en el gobierno, y hallevado al extremolaasfixia fiscal para ciudadanos y empresas. Ha puesto una alfombra roja para que abandonen Cataluña empresas y patrimonios, tras aceptar gravar más el patrimonio, recuperar Sucesiones y crear un impuesto a los depósitos bancarios y dejar intacto un elevadísimo IRPF que cuando llegó al poder se comprometió a revisar. Las grandes asociaciones empresariales lamentan el golpe a la recuperación económica que ello supondrá y los bufetes de abogados advierten ya de un aumento de firmas y ejecutivos que se plantean seriamente abandonar Cataluña.

La subida en 2010 del tramo marginal del impuesto sobre la renta hasta el 56% coloca a Cataluña solo por debajo de Suecia en Europa. Hasta ahora no se ha notado en exceso,  pero los expertos señalan que el cóctel que se producirá en 2013 entre IRPF, Sucesiones y Patrimonio hará que “la deslocalización sea mayor; es confiscatorio”, cuenta José María Cusí, socio de Amat & VidalQuadras.

David Sardá, fiscalista del bufete BDO, advierte de que hay muchos directivos que se están planteando abandonar Cataluña por el duro gravamen sobre la renta, así como empresas. El abogado considera que no es fácil llevarlo a cabo, porque hay que realizar un cambio de residencia real. Existen otros perjuicios, principalmente con el Impuesto de Patrimonio –en el que CiU y ERC plantean rebajar el mínimo exento– y en Sucesiones, que Mas no sólo recuperará, sino que además endurecerá, que conllevarán que muchos extranjeros deseosos de mudarse a Cataluña opten por otras autonomías con una fiscalidad más amigable. “Habría que explicar que no está claro que salga a cuenta”,cuenta Sardá: en el plano fiscal “no es una zona a la que valga la pena venir a vivir”.

Así, Jorge Sarró, socio de Rousaud Costas Duran SLP e inspector de Hacienda en excedencia, entiende que “puede llevar efectivamente a deslocalizaciones de empresas y personas. Piénsese que residir en Madrid o en Barcelona puede suponer para un gran patrimonio varios cientos de miles de euros de diferencia en impuestos. Dicha circunstancia afecta asimismo a posibles nuevos residentes, que elegirán otros territorios”. Otro bufete instalado en Madrid y Barcelona asegura que El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, estrecha la mano al presidente de ERC, Oriol Junqueras, ayer en Barcelona. “la gente empieza a ronronear con irse de Cataluña”.

La patronal de la banca, la AEB, y la de las cajas de ahorro, la Ceca (que preside Isidro Fainé, presidente de La Caixa), lamentaron ayer el impuesto de 500 millones de euros sobre los depósitos bancarios. La AEB denuncia que la tasa “fragmenta” el mercado financiero y “penaliza el ahorro”. Las cajas advierten de que “no es un impuesto favorable” al sector en un momento “de crisis como el actual”. Las fuentes financieras consultadas dan por hecho que el impuesto obligado por ERC repercutirá en el cliente y encarecerá el crédito. El presidente de Banco Popular,  Angel Ron,aseguró ayer que “poner cargas impositivas al ahorro no va a favorecer la recuperacióneconómica”. Las críticas llueven también desde la propia patronal catalana, Fomento del Trabajo. El presidente de los empresarios, Joaquín Gay de Montellá, nada enemigo del poder y que defendió con ahínco el pacto fiscal de Artur Mas, ha dicho basta. Preguntado sobre la posible deslocalización empresarial en Cataluña, Gay admitió que el afán recaudatorio de la Generalitat “en principio, desmotiva”, afirmó. “Las subidas de impuestos son notorias y demuestran un camino equivocado. Nosotros respetamos las decisiones de los políticos, [pero] estas medidas dificultan la recuperación”, dijo.

La gran patronal catalana no es la única en dar un golpe sobre la mesa. La asociación de las pequeñas y medianas empresas catalanas, Pimec, denuncia que “no hay que subir la presión fiscal a las pymes”, mientras que la Cámara de Comercio de Barcelona, transmisora habitual de ciertas reclamaciones del Govern de Mas, criticó ayer que las subidas de impuestos “tendrían un efecto muy negativo sobre la economía”. Todas ellas han mostrado su rechazo al proceso independentista y abogan por recuperar el diálogo con el Estado. Otro ejemplo de cómo “la transición nacional”  soberanista puede conducir a un desierto empresarial. Algunas productoras de cine y televisión apuntan que los proyectos que busquen financiación ahora no se decantarán por Cataluña y que la autonomía no atraerá ningún rodaje cuando las medidas entren en vigor. Precisamente cuando son varias las regiones que están lanzando incentivos fiscales en la UE para atraerlos.

El discurso independentista no gusta a los empresarios. Uno de los más representativos en Cataluña, José Manuel Lara, dueño de Planeta, ha amenazado con mover su sede con el proceso. Procter&Gamble ha planteado también llevarse de la región la actividad de Arbora Ausonia tras haber adquirido el 50% que no tenía. A éstas les pueden seguir otras. Artur Mas se ha pasado la campaña electoral denunciando que los argumentos económicos contrarios a la independencia catalana formaban parte del “discurso del miedo”. Empresas y ejecutivos han empezado a demostrar que el “miedo”, efectivamente existe, pero anda más dirigido hacia un presidente de la Generalitat del que no se sabe de qué es capaz por la independencia.



AHORA QUE RENIEGAN DE ESPAÑA, NUESTRO HIMNO CON LETRA

Porque a pesar de lo que digan ¿dónde está el fascismo en las letra de este himno?







domingo, 16 de diciembre de 2012

DEUDA DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS A FINALES DE 2012


La deuda del conjunto de las Administraciones Públicas españolas creció un 15,3% en el tercer trimestre de 2012 en tasa interanual, hasta situarse en 817.164 millones de euros.

Según datos publicados este viernes por el Banco de España, esta deuda representa el 77,4% del PIB, frente al 66,7% en que se situó en mismo periodo de 2011 y al 76% del trimestre precedente. Se trata, además, de la cuantía más elevada de la serie histórica del supervisor, que arranca en 1995.

Del total, el 85% (695.519 millones de euros) corresponde a la Administración Central, tras registrar un aumento del 16,3% en el último año. Por su parte, las comunidades autónomas acumulan 167.460 millones, lo que supone un aumento del 21,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando la cifra era de 137.552 millones. Si bien, respecto al trimestre anterior, las regiones consiguieron reducir su deuda un 0,4%.

Las regiones con un mayor ratio de deuda sobre el PIB son Castilla-La Mancha (25,7%), la Comunidad Valenciana (25%), Cataluña (23%) y Baleares (20,3%), mientras que el más reducido lo tienen Madrid (9,5%), Canarias (9,9%), País Vasco (10,7%), Asturias (10,4%) y Castilla y León (12,2%).

En valores absolutos, Cataluña es la comunidad con una mayor deuda, ya que alcanza los 45.754 millones de euros, sobre 167.460 millones, es decir, un 25% del total de la deuda con sólo un 16% de la población total.. A continuación se situaron Comunidad Valenciana, con 25.574 millones; Andalucía, con 18.495 millones, y Madrid, con 17.780 millones.

Por su parte, la deuda de los ayuntamientos se situó en 43.802 millones en el tercer trimestre del año, un 19,3% más que un año antes, y representa el 4,1% del PIB. Del total, 36.173 millones corresponden a ayuntamientos y 7.254 millones a diputaciones de régimen común, diputaciones forales y consejos y cabildos insulares. Madrid es el ayuntamiento con más deuda, con un total de 7.358 millones de euros para casi cuatro millones de habitantes, y aunque la ha reducido en el último trimestre, acapara el 63,1% del total de la deuda de las capitales de provincia con más de 500.000 habitantes. Por detrás se sitúan, con mucha diferencia, Barcelona (1.115 millones, con una población que es un tercio o un cuarto de la de Madrid), Valencia (1.041 millones), Zaragoza (948), Málaga (749) y Sevilla (442).


CONTRA LA MEMORIA


Rieff es uno de los intelectuales norteamericanos de mejor fuste y de expresión más preclara. Hijo de Susan Sontag, discutido premio Príncipe de Asturias de las Letras, tiene la virtud de parecerse poco a su madre en sectarismo y amargura y, sin embargo, la suerte de haber heredado el gusto por el trabajo y el método de análisis de la desaparecida intelectual norteamericana. 

David Rieff, reportero del New York Times Magazine, ah escrito un libro breve e intenso sobre la pasión por el pasado y su influencia maléfica sobre la historia más nacionalista. 

Rieff presenta un conmovedor alegato contra nuestra pasión por el pasado. Analiza cómo la memoria colectiva sirve a la historia más nacionalista, y en su extremo, cómo la memoria de horrores pasados enciende profundos odios étnicos, violencia y guerras. Las matanzas que Rieff presenció en Bosnia tiñeron de sangre para siempre la idea del recuerdo. Este libro es el resultado de esa experiencia. Al cuestionar esa idea central de muchas sociedades,

Confiesa Rieff que en las colinas de Bosnia aprendió a detestar -y sobre todo a temer- la memoria histórica colectiva. Es enormemente sencillo revisar y reescribir dicha memoria y situarla cerca del mito, antes que hacerlo de la propia historia, deformando y reconstruyendo el pasado de tal manera que pueda enfurecer y alborotar una comunidad a favor de la cultura del agravio y resentimiento. Se trata de crear una proximidad psicológica antes que favorecer precisión histórica. 

Se trata del nacionalismo: una emoción que a lo único que lleva es al amor propio y a no reconocer que las naciones no son eternas, que tuvieron un principio y tendrán su fin, y a constatar que siempre eligen el mito -decía Renan- por encima de la historia.

Es evidente que la historia y la memoria son cosas distintas. Sostiene Rieff que la ingeniería de tradiciones y el modelo de nación como comunidad imaginaria hacen que la memoria colectiva no sea ni lo uno ni lo otro y que como tal, como memoria histórica colectiva, ello conduzca con demasiada frecuencia a la guerra más que a la paz, al rencor más que a la reconciliación y a la resolución de vengarse en lugar de obligarse a la ardua labor del perdón

En la España más actual, la que recorre el agitado siglo XX y la que llega a los albores del XXI, se hace especialmente cierto que la memoria es un arma arrojadiza con la que lesionar los cimientos de los nuevos tiempos. En nombre de la misma se ha cercenado mucho intento de regeneración social y política nacida en el seno de la Transición española. La rememoración no solo se fortalece con las penas, pero sí se sustenta en el sentimiento de victimismo. 

En el franquismo sabíamos que la bazofia que nos suministraban como material de la memoria había que contrastarla con una realidad apabullante. Partíamos de que nada era como nos lo contaban. ¿Y ahora? ¿Alguien osaría decir lo mismo? Queridos, hemos terminado en algo parecido, pero sin el elemento dialéctico. No hay otra verdad que la que te enseñan.

Hay en el luminoso libro de David Rieff dos ideas que desasosiegan. La primera: que los pueblos avanzan cuando tienen más capacidad para olvidar que para recordar. De ser cierto, nos plantea un dilema trascendental. No se trata de hacer ciencia ficción, sino de someter nuestro recuerdo implacable a una sociedad que prefiere rememorar las navidades, no las visitas al cementerio. Detrás de esa efervescencia de la memoria de tanto asesinato en las cunetas del franquismo, detrás de esa legítima búsqueda de los restos de los parientes desaparecidos, hay algo de orgullo generacional y de reproche. Los nietos no están dispuestos a asumir el miedo de sus padres. Y eso les dignifica pero plantea una cruel realidad; la democracia se instauró en 1977. Por tanto, la larga espera de 30 años significa dos generaciones acojonadas. Dos generaciones con la memoria suspendida son mucho para una sociedad.

La otra idea de David Rieff es aún más inquietante. “No hay nada más socialmente incontrolable y, por ende, peligroso políticamente que un pueblo que se tiene a sí mismo por víctima”. Aquí nos encontramos con una paradoja interesante y de una actualidad vibrante. La conciencia de víctima consiente una legitimidad ilimitada para cometer las mayores barbaridades de la historia. El victimario del siglo XX, el menos tratado y el de mayores consecuencias, fue la campaña política que llevo a la victoria del partido nazi en 1933. Los verdugos, en un tiempo récord, se trasmutaron en víctimas de las potencias vecinas y de los poderes financieros que ellos atribuían a los judíos. No les dejaban ser lo que querían porque se lo impedían los tratados, la historia y la confabulación del comunismo y el sionismo. Toda la teoría sobre la Guerra Civil que desarrolló el franquismo estaba basada en el victimario. Los políticos, cuando manejan la historia, amasan goma 2, y cuando explota, aseguran que no era culpa suya.


No sostiene Rieff que lo mejor sea prescribir un alzhéimer moral, ya que estar desprovisto de memoria es estar desprovisto de un mundo y sería absurdo imaginar que la memoria será alguna vez otra cosa que un acto social. Ni siquiera mantiene que no haya que rendir memoria a los propios muertos, ya que sería un empobrecimiento moral y psicológico de proporciones trágicas. Afirma que la conmemoración es un riesgo político, incluso la de aquellos hechos que son ciertos, no simple leyenda barata: al olvidar, en verdad, se comete una injusticia con el pasado, pero ello no implica que al recordar no se cometa una injusticia con el presente, condenándonos a sentir el dolor de nuestras heridas históricas y la amargura de nuestros resentimientos mucho más allá del extremo en el que debimos dejarlos atrás.

Un libro breve pero intenso (Contra la memoria, Editorial Debate, 2012). 


sábado, 15 de diciembre de 2012

GIBRALTAR, LAS RELACIONES EMPEORAN PORQUE ESPAÑA DEFIENDE SU SOBERANÍA


El histórico contencioso sobre Gibraltar que enfrenta a España y Reino Unido ha alcanzado en la última semana niveles de tensión casi desconocidos hasta ahora. Tres días después de que el Foreign Office -el Ministerio de Exteriores británico- advirtiera de que "responderá en consecuencia" si Madrid "intenta ejercer su jurisdicción en aguas territoriales" del Peñón, Londres ha calificado de "acto de guerra" las supuestas incursiones de buques de la Armada en las aguas en disputa, que se extienden tres millas alrededor de la Roca.

El titular del Foreign Office, William Hague, pronunció el pasado lunes un discurso de inusual dureza ante la Cámara de los Comunes. "Cualquier intento de un buque de guerra español de ejercer su jurisdicción dentro de las aguas territoriales británicas de Gibraltar es una violación de la soberanía británica, y responderemos en consecuencia", aseguró entonces el jefe de la diplomacia británica. Apenas un mes antes, la recurrente crisis diplomática entre España y Reino Unido por el contencioso del Peñón ya había desembocado en la convocatoria urgente de sus respectivos embajadores.

Pero la durísima advertencia de Hague no surtió el efecto deseado por Londres. Ese mismo día, la patrullera de la Armada Tagomago navegó por las aguas que Gibraltar y Reino Unido reclaman como propias, y que España jamás ha reconocido. Fuentes cercanas al Ejecutivo gibraltareño que preside Fabian Picardo señalaron a El Confidencial que la Tagomago entró en la zona en disputa poco después de las 17 horas del pasado lunes. Al advertir su presencia, la Policía gibraltareña alertó al escuadrón de la Royal Navy -la Armada británica- con base permanente en la colonia, y una de sus patrulleras, la Sabre (Sable), zarpó de inmediato para interceptar al buque español.

La embarcación de la Royal Navy, siempre según esas fuentes, lanzó varios mensajes de radio a la Tagomago advirtiendo al buque de la Armada de que había entrado en "aguas territoriales británicas de Gibraltar" y debía abandonarlas "de inmediato". Sin embargo, la patrullera española, que tiene su base en Las Palmas, aún permaneció en la zona durante casi una hora, desafiando las advertencias de la Sabre. Fuentes del Ministerio de Defensa consultadas por este diario admitieron que la Tagomago se encontraba el pasado lunes en el Estrecho de Gibraltar, pero negaron cualquier incidente con la Royal Navy.

La tensión, lejos de amainar, estalló el jueves en el Parlamento británico. El diputado Robert Stewart, del Partido Conservador -la formación a la que pertenece el primer ministro, David Cameron-, aseguró que las incursiones de la Armada no sólo eran "ilegales", sino que, "técnicamente se pueden considerar como un acto de guerra". Su compañero de partido Andrew Rosindell pidió "detener de inmediato" esas supuestas violaciones territoriales, y añadió: "Estoy seguro de que toda la Cámara está conmocionada y furiosa por las continuas incursiones de España en las aguas que rodean el territorio soberano británico de Gibraltar", dijo el diputado tory.

Mañana llega precisamente al Peñón el destructor Diamond, uno de los más modernos de la flota de guerra británica. Fuentes del Ejecutivo gibraltareño y de la Royal Navy señalaron a El Confidencial que el buque hará escala en Gibraltar, tras concluir una misión de seis meses de duración en Oriente Medio, para avituallamiento y descanso de la tripulación. Las mismas fuentes, no obstante, admitieron que el Diamond aprovechará su estancia en Gibraltar para llevar a cabo "patrullas de seguridad marítima" en las aguas que reclama Londres, una misión que fuentes militares españolas consideran "insólita".

El Gobierno español, por ahora, guarda un prudente silencio. Ni el Ministerio de Defensa de Pedro Morenés ni el de Asuntos Exteriores, encabezado por José Manuel García Margallo, han querido valorar la escalada verbal de Londres. Fuentes no oficiales de la Armada, por el contrario, han asegurado que seguirán patrullando en las aguas en disputa "mientras el Gobierno no decida otra cosa".

Pero el Gobierno gibraltareño sigue atizando el fuego. Picardo acusó ayer a España de "sabotear" su economía y su derecho "a existir como pueblo". El ministro principal del Peñón aprovechó el 30º aniversario de la apertura de la Verja, acordada el 15 de diciembre de 1982 por el entonces presidente del Ejecutivo español, Felipe González, para arremeter contra Mariano Rajoy por la "acción inhumana" que, a su juicio, suponen los exhaustivos controles policiales españoles en la frontera, que provocan colas kilométricas.

jueves, 13 de diciembre de 2012

UN GOBIERNO COBARDE EN UN PAÍS QUE SE HUNDE


Una cosa es hacer gala de «talante dialogante», que parece haberse convertido en la máxima virtud política en estos tiempos de relativismo, y otra muy distinta permitir que impere el «todo vale». Porque cuando impera el «todo vale» y quien tiene la obligación democrática de ejercer la autoridad abdica de esa responsabilidad, se crea un marco confuso en el que puede ocurrir cualquier cosa.
Escenas como la que se ha producido en el Congreso con varios diputados de ERC desafiando abiertamente la legalidad al exhibir carteles prohibidos mientras su portavoz declaraba su determinación de ignorar cualquier ley de Educación que apruebe el Parlamento, son sencillamente intolerables. Un Gobierno que carezca de complejos y sea consciente de lo que significa administrar la voluntad ciudadana manifestada libremente en las urnas no puede consentir estas muestras de insumisión al Estado de Derecho. No puede callar ante ellas. Una Nación digna de ese nombre tiene que manifestar, a través de sus dirigentes, una voluntad clara de ser y persistir en la defensa de unos valores comunes, empezando por el acatamiento de las normas de juego aprobadas por la mayoría, sin perjuicio de los derechos que asistan a la minoría discrepante. Porque una cosa es practicar la tolerancia, indispensable en una sociedad en la que deben convivir distintas ideologías, y otra muy distinta es otorgar impunidad a quienes infringen de manera sistemática el marco legal. Ceder o callar ante ellos no es demostrar «cintura política», sino debilidad o cobardía. Y esa actitud blanda, empeñada en restar importancia a cualquier conflicto esperando a que el tiempo lo resuelva por sí mismo, está calando hondo en todas las esferas de la vida pública española, con la Comunidad de Madrid como epicentro de una ofensiva brutal de la cual el Ejecutivo no parece querer darse por enterado.
..... Pero ni se recurre a la Ley, si es que ésta ampara a la mayoría víctima de tanto exceso, ni se utilizan los 185 escaños del PP para aprobar otra que ponga coto a este despropósito. Es la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, quien debe asumir una querella criminal, presentada por IU, en la que se la acusa de prevaricar y atentar contra la Constitución por tratar de detener algunas marchas ilegales. El orden, la cordura, la voluntad democrática son sacrificados en el altar del apaciguamiento, como si no supiéramos todos a dónde conduce esa doctrina.…
Isabel San Sebastián en ABC
.... Cuando se deja de obedecer a la ley se obedece al dinero o al poderoso o al más fuerte y matón. Y las gentes callan por miedo cuando no se aplica la ley. Callan los intimidados por bandas de sindicalistas en las huelgas y callan los temerosos de represalias del nacionalismo oficial en Cataluña o el País Vasco. Callan quienes ven que los corruptos medran y los ciudadanos honrados son sometidos a política confiscatoria por el Gobierno. Y callan quienes queriendo defender una política de principios, ven cómo el poder sólo se dedica a administrarse a sí mismo y olvida principios, objetivos y promesas. La democracia se muere cuando se deja de aplicar la ley. Los enemigos de la democracia se mueven mucho mejor sin ella que los demócratas leales a la Constitución. Hablamos de los arrabales de Europa, en donde nos metió de golpe un presidente socialista de pensamiento putrefacto que acabó por pudrirlo todo. Todo, parece que hasta la voluntad y la capacidad de reacción de su sucesor. 
... Pero hoy, España, la otrora orgullosa nación más antigua de Europa ...  A los corruptos los tenemos y a los totalitarios también. A los delincuentes económicos y a los ideológicos, que son los que quieren aplastar o aterrorizar al prójimo y al discrepante. Son los que quieren sembrar el miedo. Están en ofensiva todas las fuerzas totalitarias, la corrupción es una de ellas, siempre aliada a las demás. Y la mayoría de los españoles, frente a la procacidad del delito y los abusos totalitarios, calla. Los únicos gritos que se escuchan son los del miedo al cambio, de defensa de lo obsoleto o imposible. Hay miedo. Al futuro y al matón. Y el Gobierno, lejos de dar ejemplo de coraje y demostrar con política que tiene razón, que puede dar el golpe de timón liberador que nos saque del camino de la podredumbre, se esconde agazapado como un ratón.
Hermann Terstch en ABC