¿Por qué somos África?
Porque como en África a nuestros políticos no les importa nada lo que necesite o sienta la población, ellos van a lo suyo, a sus componendas y mamandurrias. Vamos a poner dos ejemplos. El primero es el manido estatuto catalán y la ampliación del autogobierno a las comunidades autónomas.
Dice Eduardo San Martín en ABC: "fotografías aéreas de la manifestación del 10 de julio en Barcelona cifraban en unos setenta mil, como máximo, el número de participantes. Un 1,3% de los electores. Y el viernes pasado, el Periódico de Cataluña, próximo a las posiciones del PSC, publicaba una encuesta en la que el 40% de los catalanes deseaba más autogobierno dentro de un Estado federal, justo lo que garantiza el nuevo estatuto en una España que lo único que no tiene de federal es el nombre. Un 30% se conforma con lo puesto y apenas dieciséis de cada cien está por la independencia, más o menos la misma cantidad que antes de la sentencia. Es decir, que tres de cada cuatro catalanes se sienten satisfechos con el status quo, actual o mejorado.
Los datos coinciden, en sus líneas de fondo, con el último barómetro del CIS, según el cual el 42% de los catalanes no pide más autonomía mientras que el quince reclama menos. Así que no se sabe muy bien de qué Cataluña, tan gravemente ofendida por el Tribunal Constitucional (y por el PP, por pedir algo tan elemental como el control de constitucionalidad de una ley orgánica), habla José Montilla. O sí: de esa Cataluña formada por las elites políticas, intelectuales y mediáticas que siguen sin querer enterarse de que muchísimos catalanes no les han seguido en una aventura a años luz de las preocupaciones reales de la calle".
Por su parte, Ignacio Camacho en el mismo periódico afirma lo siguiente: "Una amplia mayoría de españoles (67,6 por ciento) se decanta en el último sondeo del CIS en contra de incrementar los poderes de las autonomías, cuya percepción negativa se ha desplomado en los últimos cinco años coincidiendo con las reformas estatutarias auspiciadas por el zapaterismo. Y esa mayoría procede del electorado de los dos principales partidos, que se pronuncia además de forma abrumadora (entre el 88 y el 75 por ciento) a favor de la identidad nacional española..... La desestructuración promovida por Zapatero podrá satisfacer a las minorías nacionalistas —en la práctica ni siquiera sucede eso— pero está destruyendo el consenso social sobre el modelo de Estado y ha empezado a generar desconfianza respecto a sus virtudes funcionales. La gente percibe con recelo el desarrollo autonómico y es menester que la política impida su descrédito definitivo mediante un acuerdo en defensa de la cohesión nacional".
El otro ejemplo es la actual y en desarrollo No Guerra de Afganistán, esa donde nuestros soldados mueren sin saber muy la razón de su estancia ni de su muerte. Los soldados viven y mueren en Afganistán porque nuestro gobierno ha decidido que "están-no están" no sabemos muy bien porqué.
Aunque a ninguna personal normal y corriente, habitante del territorio español, se le escapa que estamos allí desarrollando el papel que nos corresponde como miembro de la sociedad occidental, en una guerra contra el terrorismo y el extremismo religioso, que ha costado ya miles de muertos a las naciones participantes, el Presidente Zapatero sigue empeñado en decir lo contrario. Nuestro gobierno socialista actúa igual que esos gobiernos africanos que afirman que sus tropas están involucradas en una guerra contra los rebeldes armados, cuando en realidad están saqueando los recursos naturales de una zona concreta en beneficio de sus líderes.
La filtración de los documentos del Pentágono a Wikileaks, de la que informan todos los periódicos nacionales, ha provocado una serie de columnas de opinión y análisis sobre la situación de Afganistán. Si alguien no se había enterado aún de que estamos en guerra, que le eche un ojo a ésta de El País, ésta otra de ABC, o una de República. Estos artículos en realidad deberían ir sólo dirigidos a aquéllos que aún albergaran alguna duda o siguieran creyendo, sin dejar espacio a la duda, la edulcorada versión de nuestro gobierno zapateril socialista. El resto, los que saben que sí hay una guerra, no los necesitan para conocer la situación, sino sólo algunos detalles.
Volviendo al título del tema, lo mejor es que puedan oír y disfrutar de nuestro nuevo himno, y de Shakira.
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