¿Es desastre o era debate?
Parece que son las dos cosas, un debate sobre el desastre. Según las encuestas de la prensa parece que Rajoy ha ganado por primera vez el debate, pero la tradicional discusión sobre el vencedor del mismo se queda sólo para que los comentaristas políticos rellenen espacio en sus periódicos y en sus tertulias radiofónicas.
Porque a lo que los ciudadanos se refiere, sin entrar en el concurso del ganador y teniendo en cuenta que la verdad de las cifras macroeconómicas no deja lugar a discusiones, el debate ha demostrado varias cosas:
- El gobierno socialista sigue decidido a vender el país por parcelas para poder seguir en el poder.
- El gobierno socialista sigue sin presentar un programa político y económico que tenga como finalidad sacar al país de la crisis.
- La oposición sigue dejando que sea CiU quien presente propuestas políticas. Aunque la verdad es que si Rajoy las presentara sería sólo a efectos de márketing político porque el gobierno nunca aceptaría ponerlas en práctica.
- Los nacionalistas siguen sin ver el problema general y siguen centrados en sus ombligos, sin importarles el hecho de que sin soluciones generales no las habrá parciales. Para ellos todo sigue siendo la negociación de los detalles menores y el abandono de las necesidades comunes y generales.
- España va camino de la desaparición como país gracias al impulso de los nacionalistas y a la complacencia socialista. El Presidente Zapatero sigue dejando que el concepto España-nación siga siendo un juguete en manos de los nacionalistas, sin ser capaz de presentar un proyecto propio, socialista, general y solidario.
Parece que hemos vuelto a vivir "el debate de la marmota", en el que los papeles que nuestros políticos representan cada año no varían un ápice. La oposición intentar desprestigiar y acogotar al gobierno mientras Zapatero juega a ser oposición de la oposición. Cada uno sabe representar muy bien su personaje en esta comedia, pero nada parece que cambie tras cada performance.
Menos mal que cada día, para ahuyentar un poco los nubarrones, nos queda el humor de Mingote y su inteligente sentido común, más apreciado aún que nunca por lo escaso y lo difícil que es encontrarlo entre la casta política nacional ¿o es estatal?
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