Al menos el artículo de Luis Racionero nos devuelve la esperanza de que todavía queda algún intelectual que no esté "alienado" (bonito palabro socialcomunista)
Dragó y las Dos Españas
Luis RacioneroEsta estúpida “izquierda” que aún no se ha enterado de que la izquierda ya no existe, que son zombies, muertos vivientes sólo preservados en España por obra y gracia de la Guerra Civil que los partidos que la perdieron se obstinan en mantener viva, ahora quiere lapidar a Dragó. Basta decir no pasarán o “que no vuelvan ellos” para que les voten sus hipnotizados sicarios.
De los intelectuales se presume que hemos de ser todos, por definición y por obligación “de izquierdas” y ay del que se mueva de su lado, ese es un traidor. No conciben que se puede ser no conservador, progresista y no de izquierdas. Eso no les cabe en sus estalinistas cabezas. Y si el intelectual liberal no está de acuerdo con PSOE ni IU, y osa apoyar al PP entonces es un falsario, malandrín, traidor al que se debe lapidar, destruir por los medios que sea, borrar del mapa cultural.
Pero ¿cómo se atreve aún alguien a alardear de comunismo? si los del señor Camacho, que en paz descanse, llegan a ganar ¿qué sistema político hubiésemos tenido en España? ¿purgas, ejecuciones y el Gulag en Ibiza? ¿Qué contenido ideológico tienen los socialistas, que cuando suben al poder no nacionalizan ninguna empresa? ¿Qué no ven que la mezcla de capitalismo (mercado + democracia) y socialismo y que inventó Keynes en 1945 es el sistema único que hace progresar a los países y mantiene la única libertad que hay en el mundo?.
Hay un sistema único que es un híbrido de capitalismo y socialismo, de mercado competitivo más estado del bienestar (subsidios, retiro, seguridad social). De la izquierda solo queda eso y está incorporado en el gobierno de cualquier país democrático, incluso si lo presiden Aznar o Rajoy, Sarkozy o Thatcher.
Pero en España no, aquí siguen cavadas las trincheras de la Guerra Civil y se vota pensando en la batalla de Belchite y los fusilamientos de Badajoz. Y se sigue hablando de “la izquierda” cuando todos ellos son unos burgueses que no se distinguen de la supuesta derecha.
Lo de Dragó es un ajuste de cuentas por abandonar la supuesta izquierda y pasarse a la supuesta derecha. Pero si esas indiscreciones las dice Almodóvar o Gurruchaga, no hay clamores porque “como soy socialista, tengo razón” ¡qué rédito le están sacando a la Guerra Civil”.
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