jueves, 25 de noviembre de 2010

CATALUÑA COMO PROBLEMA PARA ESPAÑA

Después de llenarse la boca diariamente con la palabra independencia durante sus años como oposición al tripartito (Mas encontró la excusa política perfecta para radicalizar su partido  en  la búsqueda de nuevos votos, como era su deseo íntimo) ahora el candidato convergente afirma que la independencia dividirá a los catalanes.

Como el traidor Montilla, personaje que ha traicionado a gran parte de su electorado y que por eso va a perder el poder y a sufrir una severa derrota en las elecciones del próximo domingo, Mas ha descubierto que las llamadas a la independencia tienen su momento, nunca unos días antes de las elecciones, y que son un elemento aglutinador de un sector electoral radicalizado. pero pueden espantar a otro sector. Lo malo de esta estrategia es que el daño causado ya a las relaciones entre esa región y el resto de España no se repara tan fácilmente, y que él puede obtener mayor número de votos pero la distancia social y afectiva entre catalanes y el resto de los españoles empieza a ser imposible de acortar.

Ahora Montilla, que ha descubierto la conveniencia de hacer un llamamiento a la españolidad de Cataluña, nos avisa de que Mas es un radical independentista y un peligro para la permanencia de esa comunidad en el conjunto de las comunidades españolas. Ahora, Montilla, después de haber estado ocho años intentando adelantar a Mas por el carril del independentismo. Como dice Edurne Uriarte en ABC: Es el mensaje a la desesperada de un partido que no sabe cómo contener el abandono de sus votantes. Que no sólo castigan al PSC por la gestión de la crisis, en Cataluña y en toda España, sino por su gobierno tan o más nacionalista que los del independentista CIU. Y que dejan a los líderes del PSC en una situación de imposible ideológico creado por ellos mismos.

La última de Montilla, ya la hemos reflejado en la entrada anterior, es la imposición del "pan tumaca" en los hoteles. La promoción de la cultura gastronómica propia a golpe de decreto, cuando en el resto de España se desayuna en bares y hoteles pan con tomate sin necesidad crear leyes como ésta. En todo caso no puede sorprender en un gobierno de izquierdas en España, ya que su interferencia directa en la vida privada y social es cada día más abusiva.

ABC ha realizado una encuesta entre varios miembros del colectivo intelectual y social catalán, que es interesante de leer. Impactante es la respuesta de Albert Boadella, ese adorado gurú de la cultura catalana cuando hacía crítica aguda del sistema político postfranquista y ahora odiado personaje por hacer la misma crítica pero del panorama político catalán.

Albert Boadella
Afirma Boadella que lo que necesita Cataluña es "largarse de España y dejarnos tranquilos de una puta vez". Y yo no puedo estar más de acuerdo con él, porque aunque muchos otros de los consultados afirman la viabilidad de la convivencia mutua yo ya no creo en ella. Pasó el tiempo en el que defendía esa bonita idea y la necesidad de mantenernos unidos. 

Ya no, ya no creo en ella, y creo que este matrimonio sólo nos llevará a una mayor enfrentamiento. Por deseo de los políticos y por pereza o cobardía de los ciudadanos.

Y espero que las elecciones del domingo nos proporcionen un camino hacia la puerta de salida, una CiU independentista y fortalecida que acabe por plantear de forma definitiva la secesión.


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