lunes, 1 de octubre de 2012

EL PSOE Y SU ALIANZA ANTINATURA CON LOS NACIONALISTAS ¿DE VERDAD QUE HABRÁ CRISIS?


JOSÉ MARÍA CARRASCAL en ABC

EL mayor problema, hoy, de España no es Cataluña. Es el PSOE. Nuestro partido más antiguo personifica la izquierda española, englobando desde la ancha clase trabajadora a la intelectual, exigua en número pero amplia en influencia, más todos los descontentos, abundantes en nuestro país. Tras el paréntesis del franquismo, Felipe González le inyectó hormonas juveniles, gobernando hasta que los españoles aprendimos que la izquierda puede ser tan corrupta como la derecha, para aprender luego bajo Zapatero que puede ser incluso más ignorante. En tiempos normales hubiera sido un mero contratiempo. En medio de la mayor crisis desde la del 29, que ni siquiera supieron ver, fue una catástrofe. Hoy, el PSOE navega a la deriva sin otro viento que los errores que pueda cometer Rajoy, ni otro plan que las antiguallas en su armario. No es sólo el socialismo español el que está en esa situación. El hundimiento del «socialismo real», o comunismo, trataron de remontarlo con la «Tercera Vía», especie de socialismo descafeinado con infusiones de mercado. Pero la crisis, creada por un exceso de mercado, les ha cortado esa vía. Y, encima, su rapto por el nacionalismo en España ha significado su descabello.

Si había algo contrario al socialismo era el nacionalismo. El socialismo nació internacionalista («¡Proletarios de todo el mundo, uníos!»), y se hizo en torno a las Internacionales, creadas por Marx en 1864, con las que colaboró estrechamente el PSOE a través de Anselmo Lorenzo, que informaba detalladamente a Pablo Iglesias, hasta que Stalin las convirtió en Kominform, liquidando a buena parte de los líderes socialistas que se había refugiado en Moscú.

Pero ni siquiera ese fue el mayor error del PSOE. Lo ha sido su alianza con los nacionalismos excluyentes, burgueses, independentistas y más o menos xenófobos españoles. Pura traición a las esencias de su partido. La alianza de gobierno del PSV y del PSC -respaldados por su cúpula madrileña- con el PNV y ER ha dado alas a ambos nacionalismos, con el resultado que estamos viendo. Artur Mas no es una casualidad. Es la meta inevitable de una «larga marcha hacia el Estado identitario» en Cataluña y País Vasco, alcanzada gracias al apoyo suicida del PSOE y, todo hay que decirlo, de la política a corto plazo del PP en diversas ocasiones. Pero que quienes más han alentado ese nacionalismo han sido los socialistas no hay duda. Que lo siguen haciendo lo demuestra su incapacidad de votar contra la propuesta independentista de Mas. Tratan de cubrir sus vergüenzas con la hoja de parra del federalismo. Incluso si fuera factible -lo ensayó la Primera República con el resultado de que Cartagena se separó de Murcia-, no lo aceptarían los nacionalistas, que exigen un «federalismo asimétrico», con privilegios. Pero el PSOE ni siquiera defiende ya la igualdad. Eso no es estar en crisis. Eso es estar en la UVI.

Pero todo lo anterior ¿nos lleva a una crisis del PSOE? No creo, perro no come perro, los votos socialistas en Cataluña son imprescindibles para gobernar España, y lo saben, así que nada pasará en el seno del PSOE, tres manoletinas y tres pases de pecho y el toro a los toriles, y aquí no pasará nada.


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