lunes, 22 de octubre de 2012

LA CRISIS DEL PSOE TRAS LAS ELECCIONES AUTONÓMICAS

Es probable que Rubalcaba quiera prolongar su agonía hasta la caída del PSC en las elecciones catalanas, pero los resultados en Galicia y el País Vasco no dejan lugar a dudas sobre la ruina del partido fundado por Pablo Iglesias y que, salvo en el ensueño estalinista de Largo Caballero y Negrín, Felipe González llevó a cotas de poder inimaginables un siglo antes. Pero no hay mal que cien años dure, o por lo menos siglo y cuarto. El PSOE se ha convertido en el mayor escombro de la inmensa escombrera española. Otra cosa es que, como suele suceder con los cadáveres políticos en nuestro país, se tarde en expedirle el certificado de defunción para darle tierra, no diré cristiana sepultura.

La crisis del PSOE no es, sin embargo, cosa de Rubalcaba, aunque sin duda. Ni de la caricatura demagógica de Zapatero, aunque también. La ruina del PSOE viene de su identificación con el nacionalismo, con toda forma de nación que no sea la española. Y eso, aunque camuflado por el liderazgo mastodóntico de González y disimulado o alegremente asumido gracias a la hipertrofia de nóminas municipales, autonómicas y estatales, tenía que estallar y ha estallado. La creación del PSC por González es el origen de la abdicación del PSOE como partido nacional español y será seguramente la liquidación del PSC la que obligue al PSOE a un proceso que, con ideas y gente capaz, sería de refundación y rectificación, pero que, con lo que hay en Ferraz sólo cabe imaginar como de convulsión y dispersión. Por alcanzar el Poder a toda costa, abrazó el caos. Ahora, el caos identitario, le ha costado el Poder y puede que le cueste el ser.

¿Pero es el PSOE el único partido en España que muere por falta de un proyecto nacional? No. Izquierda Unida es ya un caos antisistema, antiliberal, antidemocrático y antinacional. ¿Y el PP? ¿Es, como dicen sus líderes, el único partido con una idea de España? Tampoco. Mientras en Valencia, Baleares y Galicia no se pueda estudiar en español, el PP no será un partido nacional. Será estatal y gracias. Pero, más tarde o más temprano, seguirá la misma suerte que el PSOE. El inmenso abrevadero de las tres burocracias -local, autonómica y estatal- le permitirá morir tres veces. Pero morirá. Ningún partido sobrevive a su nación.

Federico Jimenez Losantos en El Mundo 22.10.12

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