Desde 1975 ya sabían nuestros políticos que los separatistas acabarían proponiendo la separación de Cataluña y Euskadi de España, estrangulando las dos salidas terrestres desde España hacia Europa. Casi cuarenta años negándose a invertir en el corredor central, cediendo a las presiones de catalanes y vascos, treinta años sin trabajar en la Unión Europea para conseguir este objetivo, abandonando los intereses nacionales en beneficio de los intereses localistas y egoístas de dos partes de España. Y ahora, probablemente sólo para dar un toque de atención a los catalanes por la presión separatista, parece que PP y PSOE se deciden a impulsar este proyecto imprescindible para el futuro de la economía española. Aunque quizás sea demasiado tarde.
"Los dos grandes partidos del arco parlamentario español, que a su vez suponen en el Parlamento Europeo casi el 90% de la representación española, coinciden en defender los intereses legítimos de España". Así de contundente se ha presentado en Bruselas el acuerdo alcanzado entre PP y PSOE para pedir la inclusión en la red básica de comunicaciones de la Unión Europea el llamado corredor central por el Pirineo. Es un cambio radical en los planes para la conexión de España con el resto de la UE y de inversiones en grandes infraestructuras de transportes, hasta ahora y por decisión del anterior Gobierno, sólo previstas por Irún (País Vasco) y La Junquera (Cataluña).
La iniciativa conjunta de los eurodiputados del Partido Popular y del PSOE en Bruselas, inédito pacto con rasgos de política de Estado (el transporte de mercancías y viajeros entre España y la UE) entre los dos grandes partidos, ha provocado las protestas inmediatas de los nacionalistas catalanes. Los europarlamentarios de CiU también están volcados en la capital comunitaria en la 'venta' de sus planes independentistas pero daban por hecho, igual que los del PNV, que las grandes inversiones en infraestructuras de ferrocarril y carreteras hasta 2030, tanto en Francia como en España, se iban a concentrar en beneficio del territorio que consideran propio y que se proponen separar del resto de España: Cataluña y el País Vasco.
Las 16 enmiendas conjuntas de populares y socialistas para recuperar el proyecto de la travesía central por el Pirineo (Huesca-Zaragoza) para la red básica de la UE, también llamada "corredor 16", fueron presentadas por los eurodiputados Luis de Grandes (PP) e Inés Ayala (PSOE), portavoces en la comisión de Transportes. "Representa una visión de Estado con todas aquellas infraestructuras de interés general", según dijeron en fuentes del Grupo Popular, que consideran compatible la iniciativa con la apuesta consolidada por el Corredor Mediterráneo, que es el único que quieren los nacionalistas catalanes.
En las enmiendas, de carácter técnico, PP y PSOE confirman su apoyo a ese eje mediterráneo y también al atlántico, pero matizan: "Falta la Travesía Central, antes incluida en la lista de Proyectos Prioritarios de la Comisión. Este proyecto, un proyecto de Estado, es incluido en nuestras enmiendas de manera muy clara. Creemos que la Comisión debe recuperar este trayecto como pieza fundamental de las comunicaciones entre la Península Ibérica y Francia". Luis de Grandes insiste en que la gran novedad para recuperar la apuesta por ese eje central por el Pirineo es que "a Francia le vuelve a interesar". Se trata del viejo proyecto de unir ambos países por el trayecto más directo.
PP y PSOE, además de concentrar el 90% de los eurodiputados españoles en Bruselas, forman parte de los dos grupos mayoritarios en la Eurocámara y de las 'familias' políticas que gobiernan en la práctica totalidad de los países de la UE: populares y socialistas. Los nacionalistas catalanes y vascos están dispersos en grupos menores, sin peso alguno en los trámites parlamentarios y menos influencia aún en los Ejecutivos. Desde el Gobierno autonómico de Mas, su portavoz, Francesc Homs, ha protestado por la recuperación del proyecto de travesía por el Pirineo Central, plan que considera discriminatorio para los intereses de la Generalitat por 'distraer' esfuerzos hacia otros territorios.
En el PSC tampoco ha gustado el acuerdo del PSOE con el PP y la eurodiputada María Badía ya ha dicho que votará en contra de la iniciativa de su propio grupo porque considera prioritarios los intereses de Cataluña. En el Grupo Popular europeo, por contra, están orgullosos de su iniciativa que defenderán, de la mano del PSOE, en la última semana de noviembre en el trámite de las comisiones de Transportes y de Industria del Parlamento Europeo. La votación final en pleno está prevista, en principio, para finales de enero.
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