jueves, 20 de diciembre de 2012

LA ASFIXIA ECONÓMICA QUE SE AVECINA EN CATALUÑA.


La comunidad catalana se convierte en una de las que tiene los impuestos más altos de Europa. El pacto de CiU y ERC supone subidas de impuestos de 1.000 millones al año con un mayor castigo a los patrimonios, la recuperación de Sucesiones, la imposición de una euroviñeta o un gravamen a los depósitos bancarios, entre otras medidas. Este acuerdo llega a una comunidad que ya soporta una de las fiscalidades más duras de Europa (con un IRPF de hasta el 56%) y puede auspiciar la salida de empresas, patrimonios y directivos en busca de una fiscalidad menos gravosa. El acuerdo suscrito por Mas y Junqueras concitó las críticas de entidades financieras, patronales, cámaras de comercio y fiscal.

En Cataluña se pagará más por trabajar. Se pagará más por tener propiedades. Se pagará más por ahorrar. Se pagará más por estudiar, por consumir ciertos productos, y hasta por morir. Artur Mas se promocionó en 2010 con una tarjeta de presentación de empresario y buen gestor que le definía como business friendly, lo que le abrió las puertas de la Generalitat. Dos años después, la urgencia independentista y sus nuevas alianzas políticas selladas ayer en el Parlament le han traído las críticas frontales de la patronal, la banca y las cámaras de comercio, un dudoso premio que ni el último tripartito logró cosechar.

CiU ha tenido que renunciar a su decálogo económico por alcanzar la estabilidad en el gobierno, y hallevado al extremolaasfixia fiscal para ciudadanos y empresas. Ha puesto una alfombra roja para que abandonen Cataluña empresas y patrimonios, tras aceptar gravar más el patrimonio, recuperar Sucesiones y crear un impuesto a los depósitos bancarios y dejar intacto un elevadísimo IRPF que cuando llegó al poder se comprometió a revisar. Las grandes asociaciones empresariales lamentan el golpe a la recuperación económica que ello supondrá y los bufetes de abogados advierten ya de un aumento de firmas y ejecutivos que se plantean seriamente abandonar Cataluña.

La subida en 2010 del tramo marginal del impuesto sobre la renta hasta el 56% coloca a Cataluña solo por debajo de Suecia en Europa. Hasta ahora no se ha notado en exceso,  pero los expertos señalan que el cóctel que se producirá en 2013 entre IRPF, Sucesiones y Patrimonio hará que “la deslocalización sea mayor; es confiscatorio”, cuenta José María Cusí, socio de Amat & VidalQuadras.

David Sardá, fiscalista del bufete BDO, advierte de que hay muchos directivos que se están planteando abandonar Cataluña por el duro gravamen sobre la renta, así como empresas. El abogado considera que no es fácil llevarlo a cabo, porque hay que realizar un cambio de residencia real. Existen otros perjuicios, principalmente con el Impuesto de Patrimonio –en el que CiU y ERC plantean rebajar el mínimo exento– y en Sucesiones, que Mas no sólo recuperará, sino que además endurecerá, que conllevarán que muchos extranjeros deseosos de mudarse a Cataluña opten por otras autonomías con una fiscalidad más amigable. “Habría que explicar que no está claro que salga a cuenta”,cuenta Sardá: en el plano fiscal “no es una zona a la que valga la pena venir a vivir”.

Así, Jorge Sarró, socio de Rousaud Costas Duran SLP e inspector de Hacienda en excedencia, entiende que “puede llevar efectivamente a deslocalizaciones de empresas y personas. Piénsese que residir en Madrid o en Barcelona puede suponer para un gran patrimonio varios cientos de miles de euros de diferencia en impuestos. Dicha circunstancia afecta asimismo a posibles nuevos residentes, que elegirán otros territorios”. Otro bufete instalado en Madrid y Barcelona asegura que El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, estrecha la mano al presidente de ERC, Oriol Junqueras, ayer en Barcelona. “la gente empieza a ronronear con irse de Cataluña”.

La patronal de la banca, la AEB, y la de las cajas de ahorro, la Ceca (que preside Isidro Fainé, presidente de La Caixa), lamentaron ayer el impuesto de 500 millones de euros sobre los depósitos bancarios. La AEB denuncia que la tasa “fragmenta” el mercado financiero y “penaliza el ahorro”. Las cajas advierten de que “no es un impuesto favorable” al sector en un momento “de crisis como el actual”. Las fuentes financieras consultadas dan por hecho que el impuesto obligado por ERC repercutirá en el cliente y encarecerá el crédito. El presidente de Banco Popular,  Angel Ron,aseguró ayer que “poner cargas impositivas al ahorro no va a favorecer la recuperacióneconómica”. Las críticas llueven también desde la propia patronal catalana, Fomento del Trabajo. El presidente de los empresarios, Joaquín Gay de Montellá, nada enemigo del poder y que defendió con ahínco el pacto fiscal de Artur Mas, ha dicho basta. Preguntado sobre la posible deslocalización empresarial en Cataluña, Gay admitió que el afán recaudatorio de la Generalitat “en principio, desmotiva”, afirmó. “Las subidas de impuestos son notorias y demuestran un camino equivocado. Nosotros respetamos las decisiones de los políticos, [pero] estas medidas dificultan la recuperación”, dijo.

La gran patronal catalana no es la única en dar un golpe sobre la mesa. La asociación de las pequeñas y medianas empresas catalanas, Pimec, denuncia que “no hay que subir la presión fiscal a las pymes”, mientras que la Cámara de Comercio de Barcelona, transmisora habitual de ciertas reclamaciones del Govern de Mas, criticó ayer que las subidas de impuestos “tendrían un efecto muy negativo sobre la economía”. Todas ellas han mostrado su rechazo al proceso independentista y abogan por recuperar el diálogo con el Estado. Otro ejemplo de cómo “la transición nacional”  soberanista puede conducir a un desierto empresarial. Algunas productoras de cine y televisión apuntan que los proyectos que busquen financiación ahora no se decantarán por Cataluña y que la autonomía no atraerá ningún rodaje cuando las medidas entren en vigor. Precisamente cuando son varias las regiones que están lanzando incentivos fiscales en la UE para atraerlos.

El discurso independentista no gusta a los empresarios. Uno de los más representativos en Cataluña, José Manuel Lara, dueño de Planeta, ha amenazado con mover su sede con el proceso. Procter&Gamble ha planteado también llevarse de la región la actividad de Arbora Ausonia tras haber adquirido el 50% que no tenía. A éstas les pueden seguir otras. Artur Mas se ha pasado la campaña electoral denunciando que los argumentos económicos contrarios a la independencia catalana formaban parte del “discurso del miedo”. Empresas y ejecutivos han empezado a demostrar que el “miedo”, efectivamente existe, pero anda más dirigido hacia un presidente de la Generalitat del que no se sabe de qué es capaz por la independencia.



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