miércoles, 23 de junio de 2010

MILITARES CAÍDOS EN EL EXTRANJERO


Acaban de morir tres nuevos soldados australianos en Afganistán, en la provincia de Kandahar, en un accidente de helicóptero en el que han resultado heridos otros siete, dos de ellos de extrema gravedad.

Son tres más de las decenas de soldados australianos que han fallecido en diversos conflictos bélicos por todo el mundo desde su independencia. Australia ha participado prácticamente en casi todas las guerras en las que en los siglos XX y XXI han participado los países occidentales. Primera y Segunda Guerra Mundial, Guerra de los Boer, Corea, Vietnam, Golfo, Irak e Irán, y sus Fuerzas de Defensa son y han sido parte de muchas fuerzas de interposición y pacificación enviadas por la ONU como Timor-Leste e Islas Salomón entre otras.

Siguiendo el modelo tradicional anglosajón, los soldados y veteranos australianos reciben anualmente un homenaje por todo el país, en este caso en el día de "Anzac Day" (en recuerdo a los miles de soldados muertos en el desembarco de Gallipoli en la Primera Guerra Mundial, casi una generación entera perdida en esa guerra). Además, existe una segunda ocasión para mostrar la gratitud de los ciudadanos el "Remembrance Day", y todas las ciudades cuentan con pequeños monumentos a sus caídos en las guerras, Veteran´s Club, Soldier´s Club, etc.

Uno de los museos más importantes del país es el War Memorial de Canberra.

En el mundo del cine australiano las películas recordando algunas de sus hazañas bélicas no son un artículo extraño y criticado, sino de éxito, como fueron Gallipoli o Kokoda.

En el mercado de los libros, los de historia sobre eventos bélicos en los que participaron los australianos ocupan una buena parte de las estanterías dedicadas a los libros de historia y son éxitos de ventas.

Viene todo lo anterior a recordar las grandes diferencias que existen generalmente entre España y casi todos los países del mundo occidental, en su acepción sociopolítica más que geográfica, en todo lo que se refiere al trato a sus militares, a sus Fuerzas Armadas como institución, a sus caídos en acto de servicio.

Más de treinta años después de la desaparición de la dictadura militar, la población española va cambiando lentamente y su actitud hacia los militares de miedo y desprecio, al 50%, empieza a adoptar una similar a la de sus países vecinos de respeto y a veces incluso de admiracion.

Pero sigue existiendo un gran obstáculo para que esa disposición popular española hacia las Fuerzas Armadas acabe por ser equiparable a la de los países de nuestro entorno, nuestro propio gobierno y nuestra "progresía" cultural y política. Los mismos sectores de la sociedad que deberían ser los impulsores de este reconocimiento social son los que mienten a la población, esconden a sus caídos y en muchas ocasiones les humillan cuando reciben sus féretros con nocturnidad, sin la ceremonia debida.

Enormes diferencias de tratamiento a esos funcionarios que desempeñan su trabajo en las Fuerzas Armadas, a miembros de nuestra sociedad, que caen en el extranjero en acto de servicio, defendiendo nuestros valores, procurando la paz de otros pueblos.

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