sábado, 30 de noviembre de 2013

NÖRDLINGEN, LOS TERCIOS VENCEN AL EJÉRCITO SUECO

Con la pica clavada en tierra, miles de mosqueteros en línea y la sombra de decenas de estandartes adornados con la Cruz de Borgoña. Así combatieron las tropas españolas un día de 1634 cuando batallaban -junto a una alianza católica- contra miles de soldados protestantes en la ciudad alemana de Nördlingen. Aquella jornada no sirvió de nada el título de invencible que portaba el ejército sueco, pues, a base de sangre y arrojo, se impuso el morrión hispano.

Pero en esta batalla no sólo pudo verse una lucha encarnizada por la supremacía militar, sino que también se enfrentaron dos formas diferentes de hacer la guerra: la del ejército sueco –revolucionaria y novedosa- y la tradicional pero efectiva técnica de combate de los expertos tercios.

Treinta años de guerra

La batalla, acaecida en territorio alemán, se enmarca dentro de la guerra de los Treinta Años, un conflicto latente desde mediados del SXVI que estalló debido, entre otras cosas, a la rivalidad existente entre los partidarios de la tradicional religión europea, el catolicismo, y los seguidores del protestantismo –una nueva rama de creencias escindida de la Iglesia católica-.

Esas tensiones enmascaradas se hicieron palpables cuando, en 1618, Fernando II de Habsburgo –ferviente católico-, se convirtió en Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (título que le permitía gobernar en buena parte del centro de Europa). Al parecer, esto fue demasiado para la nobleza protestante de Bohemia (actual República Checa), que decidió deponer al nuevo líder a base de espada para intentar instaurar sus propias creencias.

Este conflicto local pronto atravesó fronteras ya que, en poco tiempo, los contendientes comenzaron a pedir la ayuda masiva de los territorios europeos. Así, Fernando II no dudó en solicitar la intervención de España, mientras que, por su parte, los protestantes llamaron a filas a Dinamarca. La guerra había empezado e iba a dejar miles de muertos.

Tras décadas de combates, la situación se recrudeció cuando hizo su entrada en el conflicto la Suecia de Gustavo Adolfo II, un monarca que contaba con un ejército que usaba técnicas militares revolucionarias y esperaba su momento para hacerse valer en Europa. Sin duda, se acaba de despertar a un gigante dormido al que iba a costar derrotar.

La revolución militar sueca

Y es que Suecia llevaba varios años perfeccionando y renovando sus técnicas militares. «Gustavo Adolfo […] redujo la profundidad de la formación de diez a seis hileras e incrementó su poder de fuego al añadir cuatro piezas de artillería ligera por cada regimiento», explica el historiador británico Geoffrey Parker en su obra «La guerra de los Treinta Años».

Pero su revolución no se detuvo en este punto, sino que también incluyó la reorganización del ejército en nuevas unidades. «Gustavo Adolfo introdujo también una nueva unidad táctica, la brigada, formada por cuatro escuadrones (o dos regimientos) en formación en forma de flecha, con el cuarto escuadrón en reserva y apoyada por nueve o más cañones», completa el británico.

A su vez, este interesado en el arte de la guerra realizó modificaciones en las tácticas relacionadas con la caballería. Esta solía usarse en el SXVII como una unidad móvil que, armada con pistolas, acosaba a los soldados de infantería con sus disparos para retirarse después velozmente a lomos de sus monturas. «Las cargas de caballería sueca a la espada, rodilla contra rodilla, superaban en el choque a las de otras caballerías, como la alemana y la española, realizadas con pistola al trote», determina en este caso el periodista y experto en historia Fernando Martínez Laínez en su libro «Vientos de Gloria».

No obstante, la gran transformación por la que pasaría a la Historia Gustavo Adolfo fue por la instauración en su ejército de la denominada doble salva. En esta táctica, según afirma Parker, «los mosqueteros se situaban en tres hileras, la primera arrodillada, la segunda cuerpo a tierra y la tercera en pie». De esta forma, se conseguía disparar dos veces más plomo sobre el enemigo que con la formación clásica y, en palabras de los expertos de la época, minar además la moral de los enemigos.

España en armas

Sin dudarlo, el monarca sueco se dispuso a avanzar sobre Alemania, lugar en el que desembarcó en 1630. A partir de ese momento su moderno ejército no encontró rival y, como se esperaba, contó todas sus batallas por victorias. De hecho, tal era su reputación militar que Suecia pronto recibió la ayuda de Francia e hizo pactos con el ducado de Sajonia-Weimar.

Ni siquiera la muerte de Gustavo Adolfo en una de las contiendas detuvo el avance del ejército sueco, ávido ahora de acabar con las fuerzas del Sacro Imperio Romano Germánico y sus aliados, entre los que se encontraba España. «Madrid consideró que era obligado decantarse con armas y dinero a favor de la Casa de Austria, no sólo por vinculación dinástica, sino también por motivaciones religiosas y políticas. Una derrota aplastante del Imperio habría dejado a España aislada en Europa», completa Laínez en su obra.

Las novedosas técnicas suecas convirtieron a su ejército en invencible

La situación se hizo definitivamente insostenible cuando el ejército sueco, acompañado de sus aliados sajones, avanzó sobre el sur de Alemania poniendo en jaque a las tropas imperiales. Sin tiempo que perder, España comenzó a equipar con picas y mosquetes a sus tercios, había llegado la hora de combatir y derramar sangre a favor de los aliados.
Para ello, se formó en Milán un ejército al mando del cardenal-infante Fernando de Austria, hermano del rey Felipe IV, con el objetivo de apoyar a las fuerzas imperiales de Fernando II. «El ejército expedicionario que salió de Milán integraba una formidable fuerza compuesta por unos 14.000 infantes, 3.000 soldados de caballería y 500 arcabuceros montados», determina Laínez en su libro.

Llegada a Nördlingen

Tras partir, las huestes hispanas lograron tomar dos plazas fuertes enemigas antes de llegar a Nördlingen, una pequeña ciudad ubicada en el sur de Alemania que estaba siendo sitiada por tropas imperiales. Así, el 2 de septiembre de 1634, las fuerzas españolas se unieron a las tropas asaltantes con la intención de arrebatar el emplazamiento a los protestantes.

Sin embargo, este objetivo no sería nada fácil de realizar, pues los mandos suecos y sajones también habían desplazado sus tropas hasta Nördlingen para, de una vez por todas y a costa de todas las vidas que fueran necesarias, detener la contraofensiva católica. Aquel día se decidiría el destino de muchos soldados frente a una preciosa tierra hasta entonces virgen de muerte.

«Las fuerzas hispano-imperiales superaban entonces los 30.000 hombres, de los cuales unos 20.000 eran de infantería, con 32 cañones. En esa fuerza se contaban dos tercios viejos españoles, que mandaban Idiáquez y Fuenclara; cuatro napolitanos […]; y tres de Lombardía […] Además, había dos regimientos alemanes de infantería bisoños. […] La caballería contaba con varios miles de excelentes jinetes, croatas en su mayor parte», señala Laínez.

Por su parte, el ejército protestante –al mando de Gustav Horn y Bernardo de Sajonia-Weimar- presentó ante las fuerzas católicas un ejército de 16.300 infantes, 9.300 caballeros y 54 piezas de artillería. Podían ser menos en número, pero sus temidas y revolucionarias tácticas militares les convertían, sin duda, en unos enemigos muy difíciles de derrotar.

Disposición de las tropas

Afiladas las espadas, abrillantadas las armaduras y preparados los arcabuces ahora sólo quedaba organizarse para plantar cara a los bravos protestantes. Como explica Laínez en su libro, cuando amaneció el 6 de septiembre el ejército enemigo se desplegó al noroeste, entre la ciudad de Nördlingen (ubicada a la izquierda de su flanco) y un bosque cercano que cubría el lateral derecho de su ejército.

De forma concreta, el ejército enemigo se encontraba dividido en varios grupos. «El enemigo avanzaba dividido en dos alas. La derecha, y más potente, al mando del general sueco Horn, con 9.000 soldados de infantería y 4.000 jinetes. La izquierda, que mandaba Bernardo de Sajonia Weimar, […] incluía 25 escuadrones de caballería y tres regimientos de infantería, con toda la artillería», sentencia el periodista español.

Frente a ellos se hallaban las tropas hispano-imperiales, que tomaron posiciones entre la colina de Albuch (delante del flanco derecho de los protestantes) y la ciudad de Nördlingen. En cuanto a su despliegue, los católicos formaron una línea dividida en tres cuerpos. «El principal ocupaba la estratégica posición de Albuch […] flanqueado a derecha e izquierda por 12 escuadrones de caballería. Detrás de algunos regimientos alemanes y algunos tercios italianos […] estaba el viejo tercio español de Martín de Idiáquez», señala el experto.
A su vez, el ejército imperial se completaba con las fuerzas del duque de Lorena, ubicadas a la izquierda de la colina, la caballería a las órdenes de Mathias Gallas y los jinetes ligeros de Croacia. «El cuerpo de reserva, mandado por el marqués de Leganés, tenía unos 7.000 infantes y 1.500 caballos», completa Laínez.

Comienza la batalla

El 5 de septiembre -y tras un intento frustrado del ejército protestante de tomar durante la noche una de las posiciones imperiales- los católicos se lanzaron a la carga desde Albuch, lugar que ofrecía una gran ventaja estratégica y en el que se libró la mayor parte de la contienda.

En principio, varios regimientos alemanes pertenecientes al ejército hispano-imperial se abalanzaron sobre el bosque cercano que cubría el flanco derecho del ejército enemigo. Sin embargo, fueron detenidos drásticamente por el fuego de las tropas suecas que, haciendo honor a su entrenamiento, descargaron una ingente cantidad de plomo sobre los católicos.

Ahora les tocaba el turno a los oficiales protestantes que, conocedores de la importancia de tomar Albuch, enviaron a su caballería de choque colina arriba con la intención de obligar a huir a la infantería católica. Eran momentos tensos, pues, a pesar de que uno de los tercios napolitanos logró resistir el fuerte envite, el enemigo comenzaba a abrirse camino a base de espadazos.


«Los suecos estaban a punto de cantar victoria cuando estalló un almacenamiento de pólvora abandonado por los católicos en su retirada. La devastadora explosión tuvo un efecto inesperado y provocó cientos de muertos en las filas protestantes», destaca, en su obra, el experto español. Esa explosión, casi venida del cielo, dio además algo de tiempo a las tropas católicas para reorganizar sus filas y prepararse para la defensa.

Tácticas improvisadas contra ingeniería militar

En las horas siguientes, los protestantes hicieron acopio de todas sus nuevas tácticas militares para derrotar al ejército imperial. Así, las continuas descargas de mosquete comenzaron poco a poco a hacer mella en los tercios españoles e italianos, que, con el paso del tiempo, empezaron a acusar las bajas.

Sin embargo, los oficiales enemigos no contaban con el ingenio latino de los tercios hispanos e italianos. «Los veteranos de los tercios improvisaron una eficaz y arriesgada maniobra. En el instante de la descarga se agachaban para evitar las balas. A continuación, arcabuceros y mosqueteros recomponían la formación y hacían fuego demoledor casi a quemarropa. Luego se protegían tras las filas de picas», sentencia Laínez.

En las horas siguientes, los tercios, entre los que sobresalió uno de los españoles, tuvieron que hacer frente a las continuas acometidas protestantes. Sin embargo, y aunque no contaban con nuevas y revolucionarias tácticas, tenían de su parte la experiencia de decenas de batallas a lo largo y ancho de Europa, algo que les acabó dando la victoria.

Avance sobre el bosque

Mientras en el flanco contrario los protestantes estrellaban inútilmente su caballería contra las tropas imperiales, el grueso del combate seguía situándose cerca de la colina de Albuch. Allí, una parte de la infantería española, avivada por la tenaz resistencia llevada a cabo hasta ese momento, cargó contra los protestantes situados cerca del bosque a pica y espada.

Horas después la experiencia comenzó por fin a ser una ventaja y los defensores protestantes del bosque dieron un paso atrás. Tras una inmensa cantidad de horas sudando por su país, acababan de firmar su sentencia de muerte con tan solo ceder unos metros de terreno. Y es que los oficiales católicos no dudaron y enviaron la infantería española que quedaba protegiendo la colina de Albuch en un cruento ataque final.

Eran las 12 del mediodía cuando, superados en todos los frentes, los protestantes soltaron sus armas y tocaron a retirada. Al final, las revolucionarias estrategias del ya fallecido Gustavo Adolfo no habían podido contra miles de picas clavadas en tierra. El tiempo de los tercios llegaría a su fin pero, sin duda, no sería en aquel día.



Muertos y más muertos

Una vez acabada la contienda se procedió a examinar los cadáveres y contar los fallecidos. «Al anochecer […] unos 12.000 protestantes yacían muertos en el campo de batalla y 4.000 más, entre ellos Gustav Horn, habían sido hechos prisioneros. Nördlingen cayó inmediatamente y los restos del ejército derrotado, bajo el mando de Bernardo de Sajonia-Weimar, se retiraron a Alsacia», señala, en este caso, Parker. Por su parte, los católicos, que habían conseguido un gran triunfo y se habían sobrepuesto a la modernidad, tuvieron que llenar casi 2.000 ataúdes.

Cuatro preguntas a Fernando Martínez Laínez

1-Históricamente, ¿qué significó la victoria para España? ¿Y para el devenir de la Guerra de los 30 años?

Desde el punto de vista militar fue un éxito completo. El ejército sueco, actor principal de las Guerra de los Treinta Años, quedó deshecho y se rompió el mito de su invencibilidad. Era un buen ejército, aguerrido y con táctica y armamento innovadores, dirigido por jefes muy competentes, como el propio rey Gustavo Adolfo, que había muerto poco antes de la batalla. Nördlingen estuvo a punto de decidir la Guerra de los Treinta Años a favor del bando imperial y español, pero no fue así porque la victoria fue de tal envergadura que alarmó a Francia tanto como para entrar en la contienda a favor del bando protestante. Y eso terminó desnivelando la balanza en contra de España.

2-Se podría decir que en esta batalla se enfrentaron las clásicas técnicas de combate de los tercios contra las nuevas y eficientes estrategias de los protestantes. ¿Cómo fue posible que prevalecieran en combate los tercios?

La táctica sueca se basaba en el empleo de la caballería en masas cerradas y la elevada capacidad de fuego de sus regimientos de infantería equipados con mosquetes ligeros, capaces de triplicar el número de disparos de una unidad similar de la época, gracias a las nuevas técnicas implantadas por Gustavo Adolfo. Los tercios seguían con su modelo tradicional de combate, combinando  las armas de fuego y las picas, pero su experiencia en el campo de batalla era inigualable y su moral - al mando de un buen jefe como el cardenal-infante Fernando de Austria - era alta. Además, contaban en sus filas con un gran número de veteranos, incluso alféreces y capitanes que, por no mandar unidades propias en ese momento, combatían como simples soldados. A todo esto se añadía el espíritu de victoria. Cuando se daban esos factores, los tercios eran prácticamente invencibles. Sus cuadros compactos eran muy difíciles de romper.

3-¿Qué unidades españolas destacaron durante esta batalla?

Dos tercios se distinguieron en especial, el tercio italiano de Toralto y el  tercio español de Martín de Idiáquez. Sobre este último, sobre todo, se concentró el ataque del ejército sueco, en torno a la colina de Albuch, que fue el punto de resistencia principal del flanco izquierdo imperial y el centro de gravedad de toda la batalla. El tercio de Idiáquez lo componían unos 1800 hombres y de su actuación en la batalla dan fe las palabras que les dedicó el cronista Diego de Aedo, que acompañaba al cardenal-infante, cuando dice que los españoles aguantaron seis horas enteras sin perder pie, "atacados dieciséis veces con furia y tesón no creíble; tanto que decían los alemanes que peleaban como diablos y no como hombres, estando firmes como si fueran paredes." Este tercio, además, fue el que decidió la batalla al lanzarse colina abajo en persecución de las  tropas suecas, desbaratando toda la línea enemiga.

4-¿Cómo es posible que un gran episodio de la Historia de España como este haya pasado tan desapercibido?

Creo que solo se explica por la gran amnesia que España sufre desde hace mucho tiempo de su propia historia. Una enfermedad cuya cura parece todavía lejana. Quizá también haya contribuido a este olvido el hecho de que la suerte de las armas, finalmente, nos fuera adversa en la Guerra de los Treinta Años.


LAS LOCURAS CATALANISTAS, ESPAÑA PERDERÁ HASTA SU NOMBRE

España perderá hasta el nombre, según vaticinan los gurús de la aventura soberanista del Gobierno de Artur Mas. No se trata de un guión de ciencia ficción, sino del escenario que contempla la Generalitat y que pretende vender en el exterior. El Ejecutivo catalán equipara el futuro de España a los casos de la antigua Unión Soviética y la extinta Yugoslavia y afirma que, consumada la separación de Cataluña, el territorio español pasaría a ser un nuevo Estado, con himno, bandera y escudo diferentes de los actuales. Al disolverse, subraya, el "Estado español tendría que entregar a Cataluña toda la obra de Salvador Dalí en sus manos”.
“Hispania delenda est” (Hispania debe ser destruida). Así se titula en su edición catalana (“Escucha Sefarad. Los motivos que llevaron a la independencia de Cataluña”, es el encabezado en español), el manual que utiliza el Gobierno de Artur Mas para formar a sus diplomáticos amateurs o aficionados. El equipo de funcionarios de la Generalitat que cursa en estos momentos el máster sobre relaciones internacionales del Consell de Diplomàcia Pública de Catalunya, el conocido como Diplocat. El libro, presentado ayer en la sede de la Generalitat en Madrid, la misma que fue asaltada por un grupo de ultraderecha durante la celebración de la última Diada, dibuja un escenario post-consulta y marca unas pautas a seguir en el día después de la independencia. Considera que en el proceso secesionista iniciado ya no hay marcha atrás. Al acto asistieron parlamentarios de CiU, ERC y PNV como el diputado Jordi Xuclá (CiU) o la senadoraEster Capella (ERC).
Alcanzada la independencia, augura el manual, los “territorios españoles no emancipados no podrán considerarse continuadores del Estado español. En caso de querer preservar su unidad -continúa- tendrían que crear un nuevo Estado, eso sí, fuera de su actual ordenamiento constitucional, puesto que este no lo permite”. Y destaca: “Este Estado no podría heredar ni la personalidad ni la subjetividad internacional del Estado español. Tampoco podrá usar en beneficio propio los símbolos del Estado predecesor, ni siquiera el nombre de España”.
El libro también alberga otras perlas ideológicas cuando profundiza en la “anexión del Principado de Cataluña”. Aquí señala que “la España actual no merece denominarse España, por mucho que ocupe buena parte del territorio peninsular. España no existe más que en la imaginación de un pueblo políticamente adoctrinado. Y recalca: “El actual Estado español se hace llamar España, de mismo modo que Francia se podría hacer llamar Galia, o Irlanda se podría hacer llamar Hibernia, sin que esto comportara la existencia de una cierta continuidad histórica entre estas entidades”. 

Una reflexión que va acompañada de otra argumentación sin desperdicio: “Desde 1714 no estamos bajo la soberanía de España, sino de Castilla. El nombre no debe confundirnos. Desde entonces, dejamos se ser catalanes para convertirnos exclusivamente en castellanos. La historia, la censura, la producción jurídica, el pensamiento dominante se han encargado de confundir los términos español y castellano”. 

Elaborado por el Cercle Català de Negocis (CCN), el lobby secesionista de las pymes catalanas, el libro ahonda, una vez lograda la separación, en “una restitución de la soberanía del Principado de Cataluña, la disolución del Estado español, el reconocimiento internacional del Estado catalán y el reparto de los bienes del Estado”. En este último punto, el manual justifica cómo las obras del genio del surrealismo, natural de Figueras (Gerona), en poder de Patrimonio Nacional deberían pasar a titularidad de la Generalitat: “El Estado fue el heredero universal, pero ante la extinción de su personalidad jurídica se tiene que aplicar el criterio de mayor referencia y de procedencia del autor. Y añade: “Siguiendo este mismo criterio, la obra de Goya tendría que volver a Aragón”.
El episodio del taxista
El libro ha vendido más de 20.000 ejemplares en catalán desde septiembre de 2012 (la versión en español y otro libro-adenda en catalán se presentan ahora). Su autor es Albert Pont, presidente del Cercle Català de Negocis y profesor de Relaciones Internacionales en el máster de la Generalitat para diplomáticos aficionados

Pont, que tampoco consiguió entrar en la carrera diplomática tras 10 años de estudio, señaló ayer en rueda de prensa que existe una segregación racial o identitaria” hacia los catalanes, según lo que entiende Naciones Unidad como “distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, linaje o identidad".
"Sigue habiendo un sector de la sociedad española que desprecia lo catalán y lo que tiene que ver con Cataluña. Si este tipo de cosas sucedieran con una persona de raza negra, nadie tendría dudas de que se trata de un acto de segregación", sostiene Pont. El presidente del CCN ilustró esta percepción con un episodio que le había ocurrido nada más aterrizar en Madrid. Contó que el taxista que le recogió en el aeropuerto junto a otro compañero subió el volumen de la radio al escucharlos hablar en catalán y que luego nos les ayudó en descargar las maletas.
Asimismo, Pont hizo hincapié en que sólo 12 grandes empresas de Cataluña "consideran el mercado español como su mercado natural" y aseguró que sus dueños se van a erigir en mediadores cuando el proceso soberanista esté más avanzado. “Se van a comprometer -enfatizó-, porque una cosa es lo que nos dicen en público y otra en privado”. "Nos nos queremos independizar de nuestros primos, sino del Palco del Bernabéu", concluyó. 

LA COMISIÓN CERTIFICA QUE CATALUÑA SE QUEDARÁ FUERA DE LA UNIÓN EUROPEA

En su respuesta a una pregunta del eurodiputado de CiU Ramón Tremosa, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha vuelto a aclarar –por escrito- que si una parte de un estado miembro se declarase independiente «los tratados ya no son aplicables en dicho territorio» que se convertiría «en un país tercero» respecto a la UE.
La particularidad de esta gestión no es tanto la respuesta, textualmente la misma que los responsables de la Comisión han dado siempre sobre el particular, sino la formulación de la pregunta hecha por Tremosa, quepretendía precisamente resaltar las supuestas «contradicciones» de otros comisarios al opinar «sobre posible secesión de un territorio europeo y la creación de nuevos estados».
El convergente trataba también de poner a prueba la validez de las opiniones que han expresado algunos portavoces de las instituciones europeas asumiendo que la Comisión «no tiene una opinión firme».
Barroso le responde con fecha 20 de noviembre repitiendo la doctrina constante de la Comisión, ya anticipada en anteriores comunicaciones. En primer lugar el papel del Ejecutivo comunitario «no consiste en posicionarse sobre cuestiones de organización interna relacionadas con las disposiciones constitucionales de un Estado miembro en particular», puesto que es una responsabilidad de los Estados.
Sin embargo, como regla general, «la hipótesis de la separación de una parte de un Estado miembro o la creación de un nuevo Estado no tendrían un carácter neutro respecto a los Tratados de la UE»; es decir, que no podría ser ventilada con un simple acuerdo político como insisten los secesionistas escoceses y catalanes.
También recuerda que para opinar sobre un caso concreto, necesitaría que un país le hiciera la pregunta exponiéndolo. Tremosa preguntaba también si España había hecho esta gestión respecto a la posible independencia de Cataluña y aunque no responde sobre ello, se deduce que no.
Finalmente Barroso le aclara negro sobre blanco que «la UE se basa en los Tratados, aplicables únicamente a los Estados miembros que los han aprobado y ratificado. Si una parte del territorio de un Estado miembro dejase de ser parte de ese Estado para convertirse en un nuevo Estado independiente, los Tratados ya no serían aplicables en dicho territorio. En otras palabras, un nuevo Estado independiente, por el hecho de alcanzar la independencia, pasaría a convertirse en un tercer país con respecto a la UE y los Tratados dejarían de ser aplicables en su territorio».
Y que «de conformidad con el artículo 49 del Tratado de la Unión Europea (y no el 48, como creen haber descubierto los independentistas escoceses), cualquier Estado europeo que respete los principios establecidos en el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea podrá solicitar el ingreso como miembro de la UE. Si la solicitud fuera aceptada unánimemente por el Consejo, se negociaría un acuerdo entre el Estado candidato y los Estados miembros sobre las condiciones de admisión y las adaptaciones de los Tratados que supondría esta admisión. Dicho acuerdo estaría sujeto a la ratificación de todos los Estados miembros y del Estado candidato».

domingo, 24 de noviembre de 2013

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL CHINO: EL IMPERIO INVISIBLE DE CHINA

Hay que crear las bases para apoyar la desamericanización del mundo”. “Hay que instaurar un nuevo orden mundial”. En medio de la parcial suspensión de pagos del Gobierno estadounidense, estas fueron las palabras que el autor chino Liu Chang escribió para la agencia Xinhua.

Aunque no puede considerarse como la opinión oficial de Pekín, el artículo (que generó preocupación en Estados Unidos) muestra muy bien algunos de los ámbitos en los que el Gobierno chino no se encuentra a gusto con el actual orden internacional liderado por Washington. La nación más poblada del planeta y segunda economía global busca ganar influencia y comenzar a moldear el mundo según sus propios intereses. Si bien China colabora con Estados Unidos en muchos frentes, el gigante asiático también busca reducir su influencia en otros. Estos son algunos de ellos.

La batalla monetaria: internacionalización del yuan
La internacionalización del yuan avanza a pasos muy acelerados. Por un lado, Pekín ha empezado a comerciar con algunos de sus principales socios (Brasil, Japón, Tailandia) en yuanes. Por otro, ha firmado acuerdos con distintos bancos centrales para poder utilizarloEl artículo que publicó la agencia Xinhua defendía especialmente limitar la influencia del dólar en las transacciones internacionales. Aunque todavía le queda mucho camino por recorrer, China lleva ya varios años intentando que su moneda se abra paso en el comercio exterior. “La internacionalización del yuan (o renminbi) está avanzando a pasos muy acelerados”, explica a El Confidencial Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China. Si en la actualidad sólo cerca del 15% del comercio exterior de China se realiza en yuanes, el objetivo es que en cinco años la cifra llegue al 30%.

La internacionalización del yuan se está llevando a cabo en varios frentes. Por un lado, Pekín está empezando a comerciar con algunos de sus principales socios (Brasil, Japón, Tailandia...) en yuanes. Por otro, el gigante asiático ha firmado varios acuerdos con distintos bancos centrales para poder utilizar el renminbi, entre ellos el de Corea del Sur y el Banco Central Europeo.

Además, se ha puesto en marcha la incorporación del yuan a importantes plazas financieras, como la City de Londres, Singapur o la recién creada Zona Económica Especial de Shanghai, donde se espera que la moneda china pueda continuar su internacionalización. “China no se plantea de momento sustituir al dólar, pero indudablemente quiere reducir su importancia”, explica Xulio Ríos.

La batalla comercial: un nuevo orden económico
La carta de presentación de China en el mundo ha sido su fortaleza comercial. En este sentido, Pekín ha intentado abrirse un hueco en las instituciones internacionales de referencia, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), donde Estados Unidos y Europa controlan la mayoría de votos. En 2010 se aprobaron moderadas reformas para adaptarse a la nueva realidad económica mundial (aumentado el poder de las naciones emergentes), pero lo cierto es que Estados Unidos todavía no ha ratificado los acuerdos. Pekín tampoco está satisfecho con el funcionamiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que considera responde sobre todo a las necesidades comerciales de los países desarrollados.

Es por eso que China ha optado primero por intentar cambiar estas instituciones y después por buscar nuevas formas de cooperación al margen de FMI, BM y OMC. La estrategia pasa por crear nuevas alianzas comerciales con los países del Sur y por firmar Tratados de Libre Comercio (TLC) con el mayor número posible de países. En los últimos años, Pekín ha firmado un total de nueve TLC, entre ellos con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Chile, Perú, Nueva Zelanda, Pakistán, Tailandia, Singapur, Costa Rica y Taiwán. Es de esta forma como China intenta construir su nuevo orden internacional, al menos en lo económico.

China ha optado por buscar nuevas formas de cooperación al margen de FMI, BM y OMC. La estrategia pasa por crear nuevas alianzas comerciales con los países del Sur y por firmar Tratados de Libre Comercio con el mayor número posible de paísesA pesar de las disputas entre Washington y Pekín en las instituciones internacionales, lo cierto es que sus economías siguen siendo fundamentalmente complementarias. “Las economías china y estadounidense se necesitan mutuamente”, explica a El Confidencial Han Shi, especialista en las relaciones entre los dos países y director de la consultora China Line. Mientras que las empresas estadounidenses utilizan las cadenas de producción que se han instalado en el gigante asiático, las compañías chinas necesitan de los consumidores norteamericanos. “Todavía hay mucha complementariedad entre las dos economías”, dice Han Shi.

La ofensiva diplomática: todo a los emergentes
Además de buscar nuevas relaciones comerciales, China también busca socios políticos. La Organización de Cooperación de Shanghai, donde están incluidos Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, es probablemente el proyecto chino más sólido y ambicioso. Es también para buscar un mayor rol de las naciones emergentes que China apuesta con decisión por los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), otra alternativa política al mundo liderado por Washington y Bruselas. Las cumbres del G7 y G8 cada vez son más irrelevantes, entre otras cosas por la acción diplomática de China.

“Si el G20 no funciona, si la OMC no funciona, pues entonces China se plantea otras alternativas”, explica Xulio Ríos. “China busca respuestas para tratar de evitar que esos foros internacionales poco eficientes, al menos desde su punto de vista, bloqueen su capacidad de proyección económica a nivel internacional”.
La ofensiva diplomática de Pekín también abarca a los países de América Latina, África y Asia, donde China intenta convertirse en un nuevo actor influyente. “Todo esto traza un nuevo mapa de la diplomacia china y, en este proceso, obviamente, pierde influencia Estados Unidos”, dice Ríos.

La batalla asiática: "Obama, ocúpate de tus propios asuntos"
Probablemente en ningún sitio sea tan evidente la lucha diplomática entre Washington y Pekín como en Asia. Para China, asegurarse una buena relación con sus vecinos es la base de su poder global; para EEUU, mantener su presencia en este continente es una garantía de su tradicional e influyente posición en el Pacífico, donde se concentra gran parte del crecimiento económico actual.

Desde principios de 2012, el Gobierno de Obama ha lanzado el conocido como “giro hacia Asia”, que busca ampliar la presencia militar, comercial y diplomática en el continente asiático. Estados Unidos busca así consolidar su relación con aliados tradicionales como Australia, Corea del Sur, Japón, Tailandia o Filipinas; al mismo tiempo, intenta participar en el mayor número de foros regionales, como el ASEAN, y buscar nuevas alianzas con naciones como India, Indonesia, Malasia, Singapur o Vietnam, que también tienen lazos importantes con Pekín y se mueven entre las dos potencias.

El giro de Washington hacia Asia (que incluye una ampliación de su presencia militar) no ha hecho ninguna gracia en Pekín, que ya antes se sentía rodeada en su propia región. La política de Obama está provocando tensiones en el sudeste asiáticoEl giro de Washington hacia Asia (que incluye una ampliación de su presencia militar) no ha hecho ninguna gracia en Pekín, que ya antes se sentía rodeada en su propia región. Shen Dingli, profesor de la Universidad de Fudan e influyente personalidad en el ámbito de las relaciones exteriores, escribió en la revista Foreign Policy que la política de Obama en Asia pecaba de un “exceso de ambición” y que su implicación en los problemas regionales estaba “provocando tensiones en el sudeste asiático”. El título del artículo resumía su idea central: "Ocúpate de tus propios asuntos".

La respuesta de Pekín al giro asiático de Obama ha sido contundente: el nuevo Gobierno de Xi Jinping se ha esforzado en reducir las tensiones con los vecinos asiáticos, se han doblado las ayudas económicas en la región y se ha hecho a su vez un giro diplomático hacia las repúblicas del centro de Asia. “La repuesta de China no es plantar cara en el ámbito militar, sino doblar la oferta en el ámbito económico”, explica Xulio Ríos.

La batalla cultural: 8.900 millones para ganarse las mentes
China ha descubierto tarde la importancia que la cultura puede jugar a la hora de apoyar sus  aspiraciones globales. El denominado 'poder blando' (softpower), sin embargo, se ha puesto de moda entre los líderes chinos y el país ha lanzado en los últimos años numerosas iniciativas para mejorar la percepción que se tiene del gigante en el extranjero: Centros Confucio para enseñar el idioma, becas para estudiar en universidades chinas, apoyo a la industria del cine, medios de comunicación en idiomas extranjeros, exposiciones artísticas... Según Joseph Nye, el inventor del término softpower, China gastó entre 2009 y 2010 un total de 8.900 millones de dólares para ganarse las mentes y los corazones de los extranjeros.

Aunque la intención de proyectar su cultura en el exterior no va directamente dirigida contra Estados Unidos, el dominio cultural de este país es visto con preocupación en Pekín. China intenta combatir algunos conceptos que han constituido la marca EEUU, como “democracia”, “valores universales”, “libertad” o “derechos humanos”; en su lugar, el gigante asiático intenta hablar de “excepcionalidad”, “modelo chino”, “mundo multipolar” o “valores asiáticos”.

“Sin duda, el softpower chino ha mejorado algo durante los últimos años”, explica a El Confidencial Liu Xianying, profesor de la Universidad de Comunicación de China y asesor de algunos de los medios chinos de proyección internacional. Sus mayores logros se han dado sobre todo en los países en vías de desarrollo de Asia, América Latina o África, donde es más fácil empatizar con algunas de las propuestas culturales chinas. Aun así, al gigante asiático todavía le queda mucho para poder algún día seducir al mundo y contrarrestar de alguna forma la hegemonía cultural e informativa estadounidense. “La influencia cultural de China no es para nada acorde con su posición económica”, dice Xianying.

La batalla energética y el estrecho de Malaca
Según Joseph Nye, el inventor del término softpower, China gastó entre 2009 y 2010 un total de 8.900 millones de dólares para ganarse las mentes y los corazones de los extranjerosTradicionalmente, los enfrentamientos entre las grandes potencias han tenido como protagonista los recursos energéticos. China lleva varias décadas intentando asegurarse distintas rutas de abastecimiento de gas y petróleo, firmando nuevos acuerdos con sus vecinos y apoyando la internacionalización de sus empresas estatales. La influencia de Pekín ha crecido en África (sobre todo en Angola y Sudán), Oriente Medio (Arabia Saudí, Omán) y Asia (Irán, Irak), donde se encuentran sus principales fuentes de petróleo.

Una de las grandes limitaciones de China ha estado en su dependencia del estrecho de Malaca, por donde pasa hasta el 90% de las importaciones de petróleo chinas. La excesiva importancia de esta ruta, que, según teme Pekín, Washington podría utilizar como forma de presión, ha llevado al país a buscar alternativas. “China intenta diversificar sus rutas de importación de gas y petróleo, y eso incluye el gasoducto que está negociando con Rusia, el que ya está en funcionamiento con el centro de Asia y el que une Myanmar con las provincias del sudeste de China”, dice a El Confidencial Wang Tao, experto en cuestiones energéticas del Carnegie-Tsinhua Center for Global Policy, con sede en Pekín.

A pesar de que las petroleras chinas (Sinopec, CNOOC, CNPC) están aumentado su presencia en el mundo, los cambios en Estados Unidos podrían provocar que Washington cada vez estuviera menos interesado en los países exportadores de recursos. “En el sector de la energía se han producido grandes cambios en los últimos dos años, especialmente con la revolución del gas de esquisto en Estados Unidos, así que hay mucha menos preocupación por la competencia entre Estados Unidos y China por las fuentes de energía”, asegura Wang Tao.



EL IMPERIO INVISIBLE, NUEVO LIBRO SOBRE LA "INVASIÓN" CHINA DEL MUNDO OCCIDENTAL

La estampa gris e industrial de la ciudad toscana de Prato se hace visible a medida que el rutilante Mercedes de Hu Yong Zhang se abre paso entre el tráfico de la capital mundial de la moda rápida, la pronto moda. Los comercios presididos por carteles con ideogramas en mandarín flanquean la Vía Pistoiese, por donde se extiende la zona comercial china. El centro neurálgico de la comunidad late gracias a los miles de negocios —entre ellos, 2.600 talleres textiles— en manos de una comunidad que, a imagen y semejanza de Hu, es protagonista de un éxito empresarial fulgurante. De recién llegados a amos de la confección en poco más de una década. Un enriquecimiento glorioso que habría fascinado al mismísimo Deng Xiao Ping, a quien se atribuye la famosa metáfora.

“Cuando llegué me puse a trabajar en el restaurante de mis padres. Ya en los noventa monté uno de los primeros talleres chinos de Prato. Poco a poco fuimos subiendo en la escala de valor y desplazando a los italianos”, cuenta este hombre de 43 años y natural de Wenzhou. Para desbancar a sus competidores acuñaron una fórmula ganadora: el Made in Italy by Chinese, que no es otra cosa que producir por encargo para las grandes marcas de moda con el prestigioso sello de origen italiano, pero a los precios y la rapidez imbatibles que proporciona la mano de obra china, demasiadas veces explotada de forma clandestina. Gracias a este modelo la comunidad china de Prato es probablemente la más dinámica de Europa, al generar un negocio evaluado en 2.000 millones de euros anuales en esta ciudad de 195.000 habitantes. Pero, a la vez, se ha convertido también en el kilómetro cero de la criminalidad económica china.

Lo sabe bien Mattia Ianniello, investigador de la Guardia de Finanza de Florencia. Han pasado ya más de seis años y en su memoria mantiene intactas las imágenes de las pesquisas del mayor zarpazo contra el hampa china en Italia, la Operación Cian Ba, cuya fase final se desarrolló en 2012. Recuerda el régimen de “esclavitud”, los ritmos extenuantes y las condiciones infrahumanas que vivían los empleados en las entrañas de los talleres intervenidos en Prato: “Había algunos atados a la cama”, recuerda. Un sufrimiento que genera una competitividad imbatible y beneficios millonarios en negro para quienes controlan el negocio.

“Todo comenzó cuando una empresa de transporte y custodia de dinero nos contó que su mayor negocio no estaba en los bancos, sino en los chinos. Recogían de forma regular varios millones de euros en pequeños negocios chinos, mientras que los bancos movían una media de 200.000 o 300.000 euros al día. Y nos preguntamos: ¿de dónde procede todo ese dinero?”, explica Ianniello. Así que tiraron del hilo. “El primer negocio que investigamos fue una librería en Prato que enviaba remesas. Tenía una superficie de unos diez metros cuadrados, pero enviaba un millón de euros al día divididos en cantidades inferiores a 2.000 euros”.

Esas cifras suponían que cientos de clientes debían aparecer diariamente en el local, al menos uno cada dos o tres minutos. Sin embargo, apenas entraba un puñado de personas en la librería Ou Hua, situada en el número 13 de la Vía Cavour y regentada por una histórica familia china. La misma familia que, según los fiscales, controlaba otras 13 agencias de envío de remesas por toda Italia e incluso la matriz financiera, la Money2Money. ¿Cuál era el origen de todo ese dinero? ¿Y por qué evitaban en sus transacciones el sistema bancario?

El sistema era relativamente sencillo: según la policía, recibían diariamente varios millones de euros en efectivo de la comunidad china, generados por la venta sin declarar de prendas textiles y otras mercancías, la emigración ilegal, la prostitución, el contrabando o el comercio de artículos falsificados, y los enviaban a China camuflados como remesas de inmigrantes. Cuanto más efectivo enviaban, más necesarios eran los miles de pasaportes e identidades falsas chinas que manejaban para dividir las remesas en cantidades menores a 2.000 euros por persona y trimestre, que es el umbral fijado por el Banco de Italia para que una transacción no sea señalada como sospechosa. Así sacaron ilícitamente de Italia más de 4.500 millones de euros en cuatro años, según las autoridades italianas.

Quienes combaten el crimen organizado económico chino en España saben que la Operación Cian Ba no es un caso aislado, sino un botón de muestra de un sofisticado fraude transnacional que ha alcanzado cotas alarmantes. El análisis de decenas de sumarios y casos judiciales en España, Francia, Italia, Portugal, Austria y Rumania, y el centenar de entrevistas con investigadores, fiscales, agentes de aduanas y funcionarios de agencias tributarias y de Interpol apuntan inexorablemente en la misma dirección: la existencia de una economía multimillonaria que progresa y se hace fuerte por cauces ilícitos, como si de un imperio invisible se tratase, y cuya ventaja competitiva reside precisamente en las ventajas que reportan las ilegalidades. Circunstancia esta reconocida incluso por algunos prohombres de la comunidad china en España.

Uno de ellos es el afable vicepresidente de una de las asociaciones chinas en nuestro país quien, por razones obvias, habla a condición de anonimato. “Muchos chinos en España quisieran dar una visión solo positiva de la comunidad, pero yo quisiera hablar francamente. No podemos olvidar algunas partes de la historia”, se arranca durante un almuerzo en Wenzhou. “Para los chinos, ganar dinero en Europa es casi imposible si no evitan el pago de impuestos, porque los negocios no dan tantos beneficios. En el comercio mayorista todos hacen lo mismo porque hay mucha competencia por captar clientes. Y los restaurantes, si solo utilizaran trabajadores legales, sería muy difícil que pudieran sobrevivir”, admite entre bocanadas de humo. “Es imposible acabar con esto porque los chinos aprovechan los puntos débiles del sistema. Y la gente siempre quiere más dinero. Y si no te pillan, siempre puedes seguir ganando mucho más”, zanja entre carcajadas.

Todas las operaciones desencadenadas en nuestro país en los últimos cinco años, incluida la mediática Emperador, dibujaron un modus operandi delictivo en esa línea. El fraude arranca en la importación cotidiana y masiva de mercancía de lícito comercio sobre la que, sin embargo, los negociantes asiáticos tratan de pagar los menores impuestos y aranceles posibles. También tocan el comercio ilícito: contrabando de tabaco, de ropa de marca falsificada o de medicamentos falsos. La explotación de mano de obra china procedente de la inmigración clandestina es también recurrente. Y, finalmente, crean ingeniosas tramas para sacar ilícita y subrepticiamente los abundantes beneficios con destino a China, donde se reinvierte en producción o en ladrillo. El círculo completo.

Nada se deja al azar entre las familias chinas que controlan estos negocios y que, dicho sea de paso, no integran mafias ni triadas. No hay tatuajes, torturas, ni un malvado capo dei capi. De hecho, el perfil de los ideólogos de las tramas es mucho menos cinematográfico de lo que podría pensarse: bascula entre el empresario hecho a sí mismo y el hábil delincuente capaz de explotar las fisuras de nuestro sistema; perfil este que coincide con el de Gao Ping, el supuesto cabecilla de la trama desarticulada por la Operación Emperador que logró blanquear y evadir entre 800 y 1.200 millones de euros en un periodo de cuatro años. Son, en definitiva, emprendedores que se dedican a una actividad legal —el comercio o la producción textil—, pero que llevan hasta extremos delictivos el ejercicio de sus actividades para hacerlas más lucrativas.

Viaje al puerto de Valencia. En un almacén del complejo portuario, el de mayor tráfico marítimo de contenedores de España, se puede comprobar cómo las mercancías procedentes del gigante asiático sucumben muchas veces al escrutinio oficial. Un grupo de funcionarios inspecciona un contenedor procedente de China que Rita, el superordenador de la Agencia Tributaria, ha considerado que merece las comprobaciones que aparea ser considerada una mercancía del “circuito rojo”: la apertura para revisar la carga. Las inconsistencias en su declaración aduanera han hecho saltar la alarma.

Según fuentes no oficiales, entre el 5% y 8% de los contenedores del puerto valenciano se someten a revisión física. Los análisis de riesgo que efectúa Rita son la herramienta fundamental para el control inteligente de las mercancías que entran en España, porque el enorme volumen de comercio impediría un control pormenorizado de todas las mercancías sin colapsar los puertos. Una situación que da pie al fraude. La forma habitual de hacerlo es falseando la cantidad, el valor y la naturaleza de la mercancía para ahorrar en el pago de aranceles o IVA; así como el origen de la carga o la identidad real del importador, normalmente a través de estructuras societarias, para asegurarse que les asignen “circuito verde”. Cuanto mayor sea la cantidad defraudada al Tesoro público, más competitividad y margen de beneficio.

La primera alerta se dio en Nápoles. Su puerto se había convertido en 2004 en el coladero por el que entraban de contrabando las mercancías chinas gracias al arreglo que los comerciantes chinos tenían con la Camorra, que controlaba las dársenas. En cuanto se endurecieron las inspecciones, el tráfico se desvió en bloque a otros puertos, como Valencia, hasta que una mayor vigilancia en el español llevó a los importadores a despachar por puertos menos combativos: Constanza, Atenas, Lisboa, Southampton o incluso Hamburgo. Así es el juego del gato y el ratón en el que los importadores parecen ir un paso por delante gracias a las múltiples opciones que brindan cientos de puertos en 28 países comunitarios. “Estas prácticas de fraude son masivas, conocidas y extensivas, aunque los chinos no son los únicos que las hacen”, explican desde la Agencia Tributaria. La escala del fraude es formidable: “No hay nadie que no lo cometa en sectores como el textil o el calzado porque, si no lo hicieran, no podría vender la mercancía al mismo precio que sus competidores y estarían automáticamente fuera del mercado”, remarcan otras fuentes de la investigación.

Nadie es capaz de cuantificar, ni siquiera aproximadamente, cuál es el flujo de esa mercancía que los importadores chinos meten fraudulentamente en Europa. Pero se pueden extraer conclusiones tomando como muestra las principales operaciones policiales en los polígonos industriales de España donde los importadores monopolizan la distribución. El primer gran caso contra el crimen económico chino fue el que llevó la Guardia Civil en 2011, cuando decapitó la actividad empresarial y el aparato de blanqueo de uno de los supuestos próceres de la comunidad —Wen Hai Ye Wang o Luis Ye— en el marco de la Operación Long-Dragón Blanco.

Luis Ye llegó a España a finales de los ochenta y enseguida se incorporó al ciclo empresarial clásico: abrió primero un par de restaurantes chinos en Madrid con otros familiares, luego un supermercado de alimentos asiáticos y más tarde se metió de lleno en la importación de mercancías, en una época de gran rentabilidad, justo en el momento en que los bazares chinos empezaban a brotar como setas en nuestras ciudades. Pero no se conformó con eso.

Poco a poco, creó un holding de al menos 25 empresas, que utilizaba para traer trabajadores chinos y le permitieron impulsar “durante décadas” la emigración ilegal, según los informes de la Guardia Civil, que intervino en los registros policiales documentación relacionada con 300 personas. También apostó por el contrabando de productos falsos y de tabaco, lo que le debía reportar jugosos beneficios teniendo en cuenta que un contenedor de tabaco se vende por 700.000 euros cuando traerlo de China cuesta 100.000. El dineral que supuestamente iba amasando permitió a Luis Ye proveer a los emigrantes que traía y a otros miembros de la comunidad china con la financiación necesaria para que montaran restaurantes, bazares, peluquerías, bares y otros pequeños negocios. Según la Guardia Civil, los préstamos de ese “banco paralelo” tenían “su origen en el dinero ilícito de la organización”.

En el otro gran caso contra las redes delictivas asiáticas, el célebre Emperador, los informes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional revelan que las empresas vinculadas a Gao Ping en el polígono fuenlabreño de Cobo Calleja (Madrid) importaban unos 1.500 contenedores anuales. Puestos uno detrás de otro, esos contenedores conformarían una serpiente metálica que se extendería desde la Puerta del Sol de Madrid hasta el aeropuerto de Barajas. Solo se declaraba entre el 10% y el 20% del valor real de los bienes, y el 80% restante generaba una economía sumergida equivalente a varios cientos de millones de euros anuales.

Algo similar se sospecha que acontece en el polígono ilicitano del Carrús, tradicional epicentro del zapato de producción española y donde en 2004 se produjeron incidentes y destrozos contra los negocios chinos en protesta por una supuesta competencia desleal asentada en el contrabando, la explotación laboral, la evasión fiscal y otras infracciones. Una década después, sin embargo, no parece que las cosas hayan cambiado. “Estamos exactamente ante la misma situación de competencia desleal que entonces”, confirma Luis Ángel Mateo, teniente de alcalde de empresa y empleo del Ayuntamiento de Elche. Se refiere a una retahíla de ilegalidades: desde personal chino que no está dado de alta hasta sumergir gran parte del negocio para no pagar impuestos, sin olvidar las infracciones técnicas o en materia de horarios comerciales.

La comunidad china de Elche es un bastión económico de la ciudad. Controla 150 de las 400 empresas del polígono ilicitano y ha expandido sus negocios a la vecina localidad de Crevillente. La Operación Heijin, lanzada el pasado abril por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de Alicante, expuso el alcance de sus actividades delictivas, al desmantelar una trama en la que una sola importadora de calzado —Ou Lin Li— declaró únicamente una quinta parte de un negocio que, entre 2009 y 2011, logró evadir más de 103 millones de euros.

Los chinos en Elche dicen sentirse “víctimas de una persecución policial y periodística”. Uno de los empleados en una de las empresas investigadas reconoce que la economía sumergida sigue muy presente en el distrito chino del Carrús, pero, a la vez, da una versión muy particular de qué hay detrás de las actuaciones policiales. “Los españoles están en el paro y no tienen dinero. Se creen que los chinos nos lo hemos llevado. Creen que todo es culpa de los chinos. No tienen razón, nosotros trabajamos 13 o 14 horas diarias”, advierte. Luis Ángel Mateo, el edil ilicitano, responde de forma contundente: “¿Persecución policial? Si se instalaran en Elche empresas extranjeras que cumplieran la legalidad no habría ningún tipo de persecución”, remata.

¿Y qué sucede con los cuantiosos beneficios obtenidos en negro? Una parte sale en billetes de 500 escondidos, por ejemplo, en paquetes de café o en el interior de los envoltorios de bombones Ferrero Rocher que llevan como regalo las familias chinas cuando regresan por vacaciones. O se envía, al igual que en Italia, en forma de falsas remesas que en realidad son envíos masivos para pagar a proveedores. Pero, a la vez, una parte de ese capital de origen fraudulento se queda en España, donde se usa para financiar —muchas veces en condiciones de usura— la apertura de nuevos negocios minoristas de otros compatriotas. Ello explicaría, según policías, fiscales y unidades antimafia de España, Italia y Francia, la rápida proliferación de negocios nuevos en manos de la comunidad china como bares, peluquerías o tiendas de ropa o, en el caso del país francés, las cafeterías-estanco (bar-tabac).

La disposición de dinero en efectivo explica también la expansión rapidísima de polígonos como Cobo Calleja o el Carrús. Nadie pone en duda la gran capacidad de trabajo de la comunidad, y por supuesto no hay que confundir la parte con el todo y meter al conjunto de los chinos en el mismo saco. Pero una fuente que conoce el polígono de Fuenlabrada desde hace más de dos décadas aporta un valioso ejemplo al recordar, por ejemplo, cómo antes de la crisis “los chinos llegaban con cajas de zapatos con billetes de 500 euros y máquinas de contar dinero” y abonaban una parte muy importante del precio de las naves en efectivo, pagando además una prima. Los edificios llegaron a costar cuatro o cinco millones de euros en tiempos de bonanza, y otro gran proyecto chino como el complejo comercial Plaza Oriente, intento de crear un auténtico Chinatown madrileño, está valorado en 65 millones de euros.

H. Araújo y J. P. Cardenal son los autores de La silenciosa conquista China (Crítica, 2011) y acaban de publicar El imperio invisible (Crítica).

LA JUSTICIA UNIVERSAL, CHAPUZA NACIONAL, Y SU EFECTO EN NUESTRAS RELACIONES CON CHINA

El principio de justicia universal, por el cual un Estado se declara competente para perseguir a los autores de crímenes contra la humanidad cometidos incluso fuera de su territorio —siempre que otro país no los haya investigado— se ha convertido en un foco intermitente de tensión entre España y otros países, algunos de ellos aliados, como Estados Unidos o Israel. Las actuaciones de los magistrados de la Audiencia Nacional, generalmente a raíz de querellas de grupos de defensa de los derechos humanos, han enojado a los países afectados y han puesto muchas veces en una tesitura complicada al Gobierno español. Este, de puertas afuera, ha pronunciado siempre la consabida coletilla del respeto a la independencia del poder judicial y a las resoluciones de los tribunales. De puertas adentro, sin embargo, los diferentes Ejecutivos españoles han tratado de poner coto a la persecución de los delitos de ámbito internacional, un quebradero de cabeza diplomático de primera magnitud.

El último conflicto deriva de la decisión de la Audiencia Nacional de poner en busca y captura al expresidente chino Jiang Zemin y de investigar a su sucesor, Hu Jintao, entre otros miembros de la cúpula política y militar del gigante asiático, por el genocidio del Tíbet de los años 80 y 90 del siglo pasado. Esta causa judicial, en manos del magistrado Ismael Moreno, se inició en 2006 tras una querella interpuesta por el Comité de Apoyo al Tíbet (CAT). Ya desde el inicio de la instrucción las autoridades chinas reaccionaron con irritación. En junio de 2006, el Gobierno de Pekín llamó al embajador de España para quejarse por las actuaciones judiciales sobre el genocidio tibetano, que calificaron de una “interferencia” en sus asuntos internos y una “difamación total”.

La apertura de diligencias sobre la represión en el Tíbet coincidió en el tiempo con la decisión del Tribunal Supremo de obligar a la Audiencia Nacional a investigar otra querella sobre la persecución a los miembros de Falun Gong, considerada como una secta nociva por las autoridades chinas. La orden de reabrir esa causa contra el grupo espiritual se tomó con el criterio en contra de la fiscalía, que también se ha opuesto a las actuaciones por el genocidio tibetano. Las fricciones aumentaron en octubre de 2012 con el caso Emperador, la investigación de la trama de blanqueo de capitales encabezada por Gao Ping, empresario chino radicado en Madrid y actualmente en prisión. Fuentes de la Audiencia aseguran que hubo “fuertes presiones” por parte de China para que se diera carpetazo a esa investigación y que los argumentos para lograrlo eran posibles represalias económicas.

La jurisdicción universal, cuyo exponente más conocido fue quizá la detención en Londres del exdictador chileno Augusto Pinochet en octubre de 1998 por orden del entonces juez Baltasar Garzón, ha generado numerosos procedimientos en la Audiencia Nacional. En la actualidad siguen abiertas, entre otras causas, la investigación por el genocidio en Ruanda, que afecta al presidente de ese país, Paul Kagame; el procesamiento de siete militares chilenos que torturaron y asesinaron al diplomático español Carmelo Soria, o de 20 soldados salvadoreños que asesinaron al jesuita Ignacio Ellacuría. También prosiguen las pesquisas sobre los vuelos clandestinos de la CIA con sospechosos de terrorismo capturados ilegalmente y torturados en centros de detención secretos.

La profusión de investigaciones por genocidio —y las presiones diplomáticas— llevaron en octubre de 2009 al Gobierno socialista a pactar con el PP una reforma legal para limitar la jurisdicción universal. Desde entonces, solo se permite investigar los casos que afecten a ciudadanos españoles. Curiosamente este recorte no fue avanzado por el ministro de Justicia. Fue la entonces ministra de Exteriores de Israel, Tzipi Livni, quien anunció en enero de 2009 que su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, le había comunicado que España iba a cambiar su legislación “para evitar los abusos” de los jueces de la Audiencia Nacional. Los magistrados Baltasar Garzón, Fernando Andreu, Santiago Pedraz y Eloy Velasco protestaron por esta medida. “Es como cerrar la seguridad social a los extranjeros”, llegó a afirmar Andreu.

Otras presiones en este caso de EE UU, para frenar la investigación de Garzón sobre torturas en Guantánamo o por la muerte del cámara de Telecinco José Couso, fueron conocidas gracias a las filtraciones de cables secretos de Wikileaks. Estas comunicaciones de la embajada de Estados Unidos en Madrid con el Departamento de Estado revelaban que el embajador y colaboradores suyos presionaron a ministros y responsables de Exteriores o Justicia, y visitaron a altos cargos de la Audiencia Nacional en sus despachos, para intentar que los procedimientos judiciales naufragaran.

Al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, le ha estallado ahora en las manos un imprevisto e indeseado conflicto diplomático. Y precisamente con el país en el que España había puesto los ojos como un nuevo El Dorado asiático para las empresas españolas: China, la segunda potencia económica del mundo, llamada a desbancar a la primera en algunos años el que España había puesto los ojos como un nuevo El Dorado asiático para las empresas españolas: China, la segunda potencia económica del mundo, llamada a desbancar a la primera en algunos años.

La decisión de la Audiencia Nacional de dictar una orden de busca y captura contra cinco miembros de la nomenclatura china —incluidos el expresidente Jiang Zemin y el exprimer ministro Li Peng—, como presuntos responsables de un delito de genocidio contra el pueblo tibetano, ha hecho montar en cólera a las autoridades de Pekín. No es para menos, pues esta orden, tramitada a través de Interpol, implica que podrían ser detenidos si salen de su país.

El Ministerio chino de Asuntos Exteriores convocó este pasado miércoles al embajador español en Pekín, Manuel Valencia, para trasladarle su “fuerte malestar”. Al mismo tiempo, el director general para América del Norte, Asia y Pacífico del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Ernesto Zulueta, recibió en Madrid al encargado de negocios de la embajada china, a petición suya. El mensaje que trasladaron los diplomáticos españoles a sus interlocutores chinos fue el mismo: en España hay división de poderes y el Ejecutivo no puede interferir en decisiones judiciales. “No parece que quedaran muy convencidos”, admiten fuentes diplomáticas.

Las autoridades chinas no se limitaron a quejarse en privado. El portavoz de la diplomacia china, Hong Lei, expresó en rueda de prensa su “firme rechazo a las instituciones españolas que, ignorando la posición de Pekín y siendo inconsistentes con declaraciones previas, manipulan este asunto”. Incluso deslizó una sutil advertencia: “Esperamos que las partes relevantes en España tomen con seriedad la preocupación china y no hagan nada que dañe a este país o la relación entre China y España”.

El Gobierno español se lo toma muy en serio. Recién llegado de Estados Unidos —donde acompañó a los Príncipes de Asturias en su visita a California y Florida—, Margallo convocó ayer una reunión de urgencia en su departamento para abordar esta crisis, que hoy podría discutir el Consejo de Ministros.

No es la primera vez que las autoridades chinas discuten con las españolas las consecuencias del proceso abierto en la Audiencia Nacional a raíz de la querella presentada en 2006 por asociaciones de apoyo al Tíbet.

Después de que, el pasado 8 de octubre, la misma Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia acordara imputar a Hu Jintao —presidente de China desde 2003 a 2013 y antecesor de Xi Jinping—, expertos de los respectivos ministerios de Asuntos Exteriores debatieron el caso. La parte china alegó la “inmunidad soberana” de sus exmandatarios, pero la legislación española solo reconoce tal privilegio a los jefes de Estado en ejercicio.

La orden de detención sí incluye, en cambio —además de al expresidente Jiang Zemin y al exprimer ministro Li Peng—, a Quiao Shi, exjefe de la seguridad china y responsable de la policía armada popular; Chen Kuiyan, secretario del Partido Comunista en Tíbet entre 1992 y 2001; y Peng Peiyun, ministra de Planificación Familiar en los ochenta. Lo cierto es que Hu Jintao no está en busca y captura debido a que aún no se le ha notificado su imputación. Las fuentes consultadas estiman que es difícil que se le pueda notificar a corto plazo si las autoridades chinas se niegan a darse por enteradas.

El margen de maniobra que tiene el Gobierno para desactivar la crisis es muy limitado. Fuentes jurídicas recordaron que la Sección Cuarta ha actuado en contra del criterio del fiscal y del propio instructor, Ismael Moreno. No es la primera vez que lo hace: ya en abril pasado reabrió la causa por el genocidio en el Tíbet, que el juez había archivado provisionalmente. En teoría, no cabe recurso contra la orden de detención de los dirigentes chinos. Sólo podría plantearse, según las mismas fuentes, un recurso de súplica ante los mismos magistrados, con nulas posibilidades de prosperar. Pero no se descarta intentar que este recurso lo examine el pleno de la Sala de lo Penal.

Fuentes gubernamentales también barajan una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, para limitar el alcance de la jurisdicción universal. Pero una reforma de este tipo ya se hizo en 2009. Y se pusieron dos condiciones para admitir una querella: que haya un español implicado y que los tribunales del propio país no hayan investigado los hechos. En este caso se dan ambas condiciones, pues la querella está firmada por Thubten Wangehen, un tibetano nacionalizado español; y las autoridades chinas ni siquiera reconocen la ocupación del Tíbet.

El conflicto con Pekín llega para el Gobierno español en el peor momento. Este año se cumple el 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países y, con ese pretexto, se lanzó una ofensiva para estrechar lazos económicos. Margallo visitó China en junio pasado y en septiembre debía haberlo hecho Mariano Rajoy, quien suspendió el viaje a última hora al no poder coincidir con el presidente Xi Jinping. La visita del jefe del Gobierno español solo quedó temporalmente aplazada, pero es difícil que se lleve a cabo mientras no se supere el actual conflicto.

Esta por ver si este tendrá repercusiones en las importantes relaciones económicas bilaterales. China se ha convertido en el segundo tenedor de deuda española tras Francia (posee en torno al 20% de la deuda en manos de extranjeros); un emisor creciente de turistas (177.000 en 2012, un 55% más que el año anterior); y un socio comercial notable aunque desequilibrado: en 2012, las importaciones sumaron 17.631 millones y las exportaciones 3.765, con una tasa de cobertura de solo el 21,3%, aunque mejor que la de años anteriores. Unas 600 empresas españolas están implantadas en China y cada vez son más las firmas chinas que desembarcan en España.

Para las autoridades de Pekín se había convertido casi en un tópico definir a España como “el mejor amigo de China en la Unión Europea”. Ahora corre el riesgo de dejar de serlo.