jueves, 27 de enero de 2011

OPINIONES SOBRE EL PROBLEMA CATALÁN

Los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unión han retomado el poder de ese gobierno autonómico  y en contra de la opinión de muchos "analistas" buenistas y socialistas, de esos que pronosticaban una vuelta a la cordura, siguen echados al monte, enervando a parte de su población, algunos están encantados, con sus típicas declaraciones victimistas. Un par de catalanes han  manifestado en ABC su opinión sobre la famosa cuestión catalana. Tratándose de catalanes de nacimiento y educación, no está de más conocer su posición y opinión sobre el eterno problema español:

En Cataluña se cuenta el siguiente chiste: si a un alemán, un inglés, un francés, un italiano y un catalán se les encargara un ensayo sobre el elefante, ¿cómo titularía cada uno de ellos su trabajo? ......: el título del alemán sería Fundamentos epistemológicos del estudio de los mamíferos ungulados; el del inglés, Teoría y práctica del mamífero proboscídeo; el del francés, El grado cero del lenguaje del elefante; el del italiano, La estética del elefante; y el del catalán, El elefante y la cuestión nacional catalana. ....
El chiste del elefante —esa obsesión identitaria del nacionalismo catalán, ese distinguirse de lo español por sistema y a cualquier precio, ese valorar la existencia en función de la llamada cuestión nacional catalana—.....  La apelación a los derechos históricos del pueblo catalán, la reivindicación de la vocación secular de autogobierno, el reconocimiento de la posición singular de la Generalitat, así como la definición nacional de una Cataluña que poseería el inalienable derecho al autogobierno, todo ello pone en evidencia la obsesión identitaria que impregna el texto estatutario.
Esa obsesión por la excepcionalidad, esa pulsión preconstitucional que afirma la diferencia, se concreta en un texto que aúna lo simbólico y lo prosaico. Lo simbólico: la bandera, la fiesta, el himno o la lengua nacionales. Lo prosaico: la bilateralidad, las competencias, la financiación o la Justicia. El detalle que retener: aquí, lo prosaico es también simbólico. En la Cataluña nacionalista de cada día todo se vincula —el chiste del elefante— con la llamada cuestión nacional catalana. Si Cataluña debe relacionarse de tú a tú con España, si debe tener competencias exclusivas en determinadas materias, si debe negociar la financiación directamente con el Estado, si todo ello debe ser así, es porque Cataluña es —otra vez el ser que distingue y separa— una nación y, en consecuencia, tiene derecho a reclamar lo que le pertenece......  La lógica nacionalista del elefante ..... resurge cuando se habla de la ruptura del pacto político firmado entre Cataluña y España, cuando se aduce que la sentencia está falta de legitimidad al corregir la voluntad emanada de las instituciones y el pueblo catalán, cuando se afirma la existencia de un choque de legitimidades entre Cataluña y España. Nada de ello es de recibo: no se ha roto ningún pacto político entre Cataluña y España, porque tal pacto —solo posible entre entidades soberanas— no existe; la sentencia es legítima, porque ........... nadie ni nada está por encima de la Constitución y Cataluña no tiene poder constituyente; no existe un choque de legitimidades ...... Todo eso tanto da, porque el nacionalismo catalán...... necesita alimentar permanentemente el conflicto llegando, incluso, a la insumisión.
¿Qué puede ocurrir en Cataluña a corto o medio plazo? Mucho populismo y mucho tacticismo. El populismo —uso y abuso de la palabra, invención de la verdad, movilización a la carta, fustigación sistemática de un supuesto enemigo exterior, cuestionamiento de las instituciones estatales— de un nacionalismo que habla de un Estado español que no admite la pluralidad, de una Cataluña maltratada que no puede decidir su futuro, de un pueblo humillado que no puede escoger su destino. El tacticismo de unos partidos nacionalistas que necesitan marcar perfil soberanista —lean independentista— para autoafirmarse y agitar la conciencia y sentimientos de militantes y simpatizantes previamente recalentados. . Hay mucho movimiento, mucho grito, mucho ruido y mucho farol. Mucho histrionismo, ...... el populismo y el tacticismo nacionalistas pretenden convertir la llamada realidad nacional catalana en un referente ordinario que podría dar su fruto. 
Así, se normaliza la nación ..... se elogia una economía de la secesión que haría de Cataluña —cosa falsa— la cuarta potencia económica de la Unión Europea. El objetivo: el nacionalismo catalán —paso a paso— va en busca y captura de una mayoría social independentista antes de convocar un referéndum de autodeterminación. El nacionalismo catalán administra el tiempo consciente de que la impaciencia ............ conduce al fracaso.
......el nacionalismo catalán necesita una cuestión nacional catalana no resuelta para continuar existiendo...... O se rompe la hegemonía discursiva y política nacionalista —ese Partido Único Catalán, de derecha e izquierda, instalado en las instituciones— en beneficio de una colaboración leal en el marco del proyecto constitucional común de la España liberal-democrática, o Cataluña seguirá dando pasos adelante en el proceso de desvinculación —afectiva primero y política después— de España. ...... los prejuicios identitarios e ideológicos raramente se desactivan, las fantasías difícilmente de desvanecen y los intereses pocas veces desaparecen. Parafraseando al filósofo francés Alain, no se puede razonar con quien defiende ciegamente sus verdades.......
Mi chiste sobre elefantes acabaría así "El elefante español, harto del elefante catalán". En Bulgaria en la época comunista había un chiste similar que parodiaba la sumisión del régimen comunista búlgaro al soviético, de modo que el título del libro búlgaro era "El elefante búlgaro, el mejor amigo del elefante ruso". En mi título, mi elefante estaría en la posición opuesta al búlgaro.

El segundo artículo es de Xavier Pericay y se titula "La carcoma" (ABC, 27.01.11)
........ querencia de la prensa catalana por «España» como tropo es bastante reciente. Por lo menos, en los diarios importantes. Antes lo que abundaba era otra sinécdoque, el famoso «Madrid», cuya mera expresión —rematada por aquella «t» inconfundible— acarreaba ya en según qué labios todo un memorial de agravios. Pero «Madrid», ....es, un recurso periodístico consagrado para referirse al Gobierno del Estado. Lo cual permitía hablar, con propiedad, de los contactos entre ...... un Ejecutivo autonómico y uno central. Lo de «España» no va por aquí. Lo de «España» presupone forzosamente que la relación ya no se establece entre dos gobiernos de rango distinto, sino entre pares. ...... O sea, como si Cataluña fuera lo que no es: un Estado independiente, con un ministro plenipotenciario, cuando no un embajador, al que se nombra para que represente al Gobierno del país lejos de la patria.
....... esa deriva de los medios catalanes resulta inseparable de la deriva de su clase política. ....... del camino emprendido con la reforma del Estatuto, ....... la prensa ha actuado como una avanzadilla del poder autonómico. Sin rubor alguno, sin turbarse lo más mínimo, asumiendo como una especie de causa general lo que no eran sino intereses de parte, diarios, radios y televisiones catalanas, en grados distintos pero coincidentes, han ido consolidando la ficción de una Cataluña soberana, desgajada de España —y, si no desgajada ya, deseosa al menos de consumar cuanto antes la tan ansiada separación—. De ahí que España se haya convertido, para esos medios, en una realidad ajena, con la que Cataluña no tiene ya otra relación que la que emana de los pleitos en curso.
En este sentido, nada hay tan revelador del deterioro periodístico catalán como el editorial publicado al unísono, el 26 de noviembre de 2009, por la docena de diarios radicados en la todavía comunidad autónoma. ....... Se titulaba «La dignidad de Cataluña» y no era sino un intento ruin de condicionar la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto cuando todo daba a entender que esa sentencia, por entonces, ya no podía demorarse. ...... sus intenciones —entre las que también estaba, por supuesto, la de soliviantar a una parte notable de la sociedad catalana contra una de las más altas instituciones del Estado—, lo más significativo de la iniciativa era su carácter colectivo. ...... sin que ninguna cabecera sintiera siquiera la necesidad de expresar una reserva al respecto, un mismo texto, y precisamente aquel. La unanimidad más absoluta. El asentimiento más general. ...... un retoño algo tardío de aquellos editoriales de inserción obligatoria tan comunes en la prensa española de la inmediata posguerra, la de la censura y las consignas.
Pero esa vanguardia periodística ..... Medio año más tarde, y con la sentencia del Estatuto todavía en el alero, sesenta columnistas autocalificados de «colaboradores de la prensa diaria catalana, de sensibilidades y talantes diferentes», publicaron en muchas cabeceras de esa misma prensa diaria un artículo conjunto, «El dilema español», en el que arremetían también contra el Alto Tribunal, al tiempo que abogaban sin tapujos por la secesión de Cataluña si el fallo no respetaba en su integridad el texto aprobado en referéndum...... la proclama la suscribían reputados comentaristas..... en Cataluña, la función de comentarista tiene siempre un halo familiar. La distancia entre los protagonistas de la actualidad —y singularmente de la actualidad política— y quienes se supone que deben juzgarla es mínima. Hasta tal punto que no resulta nada extraño encontrar en determinadas columnas un «querido Jordi» o una «querida Montserrat» dirigidos a algún político .......
Y es que esa relación entre periodismo y política descansa en el compañerismo, en la intimidad. ...... Lo nuevo, en el caso catalán, es que las transacciones entre el poder político y el llamado cuarto poder ya no se producen de tapadillo, sino a plena luz, mediante un persistente goteo de favores y subvenciones. .....
Esta Tercera de ABC no es innovadora ni aleccionadora en el sentido de que se trata de constatar algo que todos los observadores de la actualidad diaria ya conocen, es tan evidente que no se necesita un don especial para descubrirla. Por ello no deja de sorprender como todavía hay quien niega la evidencia de esa íntima colaboración entre la prensa catalana y los políticos nacionalistas e independentistas, uno de los síntomas de la enfermedad que corroe esa sociedad, ese síndrome del elefante que impide que la prensa ejerza su papel de fiscalizador e informe a la sociedad de los males que la aquejan. Muy al contrario, se han convertido en un acelerador de la metástasis nacionalista catalana.

Y como tal metástasis cancerígena, los políticos españoles deberían tomarse en serio la necesidad de poner fin a la enfermedad y dejarse de buenismos con venda en los ojos, y el mejor remedio sería: la secesión.

 


Y mientras tanto, Zapatero cada vez más cerca de estos nacionalistas anti-españoles, cediendo en las negociaciones que le mantienen en el gobierno a cambio de ceder competencias de todo tipo hasta que vacíe el Estado de sentido.

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