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jueves, 29 de julio de 2010

ESTOCADA CATALANA


Mingote en ABC el 28 de junio de 2010

Se confirmó la prohibición de los toros en Cataluña, vaya por delante que no soy aficionado a las corridas, pero creo que el significado de esta prohibición va más allá de la mera celebración de una fiesta tradicional.

Dice Estrella Digital que "Montilla desvincula la prohibición de los toros con las relaciones Cataluña-España", pero es que el President, después del espectáculo del Estatuto, tiene la misma credibilidad que la prensa amarilla inglesa.

ABC informa de que "El Gobierno ve un error prohibir los toros e intenta evitar el efecto contagio". No está mal que ahora lo diga, después de no haber hecho nada para defender esta fiesta, después de haber dado alas a los desvaríos de los nacionalistas, después de haber impulsado toda clase de disparates culturales. Tras no haber realizado ni una pequeña declaración ni una magra acción durante todo el proceso legislativo, el gobierno parece echarse ahora las manos a la cabeza: "Miembros destacados del Ejecutivo, como Manuel Chaves, José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba ya se han pronunciado en contra de la resolución del Legislativo catalán, calificándola incluso como «error» y han reconocido que ellos hubieran votado no a la prohibición, tal como ha hecho Montilla. Sin embargo, los tres descartan extraer lecturas más allá de los límites autonómicos". Una mano delante y otra detrás, una declaración para el público y otra para sus socios catalanes, y así seguimos en España.

Dice Ignacio Camacho que "Se trata de un intento de desespañolización simbólica, una maniobra de independentismo virtual, un puyazo a la identidad común, como dice Boadella". Quizás Boadella sea el catalán más odiado en los últimos años, su empeño en desenmascarar la corrección política catalana y el pensamiento único y uniforme, baste recordar el editorial conjunto de toda la prensa catalana, le ha convertido en un "traidor y un renegado", y así es calificado por supuestos nacionalistas moderados en cualquier foro de internet. Precisamente por eso, por su independencia y su actitud crítica, creo que a las declaraciones de Boadella hay que otorgarles más credibilidad que a cualquier otro catalán.

Edurne Uriarte en su blog: "De ahí que limitar la tortura a los espectáculos públicos sea de una estupidez argumental supina. El colmo es que el Parlamento catalán no sea coherente ni en eso. Prohíbe los toros pero no los correbous con la excusa de que en el segundo caso no se mata al animal. En otras palabras, que vale la tortura mientras se mantenga vivo al torturado en la plaza pública, aunque luego se le dé muerte en el matadero. Y toda esta exhibición de hipocresía porque hasta a los propios nacionalistas les da vergüenza confesar y sostener su verdadera razón, la expulsión de los símbolos de España. Es eso lo que se ha impuesto hoy en el Parlamento de Cataluña y no el fin de la tortura a los animales".

Por su parte El País, en su línea editorial opuesta al ABC, recoge una pieza de opinión de Javier Valenzuela que afirma algo que nadie ha denunciado en este momento: "¿Se rompe España porque Cataluña prohíba las corridas de toros? Francamente, no lo creo".

Nadie ha hablado de ruptura de España sino de ataque a las señas de identidad españolas que quedan en Cataluña. Personalmente me pregunto ¿por qué ese empeño de El País en desmentir una hipotética ruptura de España? En teoría, El País, por su prestigio, se debería centrar en informar a los lectores y ofrecer sus opiniones, sin entretenerse en responder a la línea editorial de otros periódicos o del propio partido de la oposición. Desde su posición dominante, debería llevar la iniciativa y no jugar al contrataque. Tengo para mi, como le gusta decir a algún locutor de radio, que ese empeño de El País en atacar y difuminar ese temor de ruptura nacional no tiene otra finalidad que dar cobertura a las decisiones del gobierno y de sus socios nacionalistas, y que esa postura diaria de rebatir a otros medios y a la oposición política se debe más a una necesidad de proteger al PSOE que de cumplir sus propias funciones informativas.

De hecho, el propio Valenzuela acaba su columna con lo siguiente: "Dicho lo cual, servidor, de ser parlamentario catalán, que no lo es, se hubiera abstenido o hubiera votado en contra de la abolición. El sufrimiento de los animales en la plaza me revuelve las tripas, pero también valoro el esteticismo de la fiesta, la estupenda literatura que produce (va por ti, maestro Joaquín Vidal) y el argumento de que sin ella los toros de lidia no existirían en la Península. Aún más, me estremezco al pensar que si las corridas desaparecieran las dehesas se convertirían en más urbanizaciones, más campos de golf, más de lo que no necesitamos en absoluto. Creo, como escribió Mario Vargas Llosa en este periódico, que lo mejor sería dejar que la fiesta muriera de muerte natural".

Si esta postura es real ¿por qué dedicar todo el artículo, menos los dos últimos párrafos, a atacar a los que creen que es una maniobra política nacionalista y no dedicarlo a criticar la iniciativa legislativa, a su ausencia de los programas electorales y a las consecuencias culturales y económicas de la prohibición?

Mantenimiento del poder "cueste lo que cueste", esa es la consigna en el PSOE.

Que desaparezca cualquier vestigio de españolidad, es la de los nacionalistas catalanes
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martes, 27 de julio de 2010

WAKA WAKA, ESPAÑA ES AFRICA

Waka waka, el himno del Mundial de Fútbol cantado por Shakira debería convertirse en el himno español, ya que el nuestro no tiene letra, no se puede cantar, y que mucha gente no lo considera ni siquiera himno propio, lo desprecia y lo considera franquista, lo mejor sería adoptar uno nuevo, y el mejor sería el waka waka. Al fin y al cabo, España es África, y como todos sabemos Europa empieza en los Pirineos.

¿Por qué somos África?

Porque como en África a nuestros políticos no les importa nada lo que necesite o sienta la población, ellos van a lo suyo, a sus componendas y mamandurrias. Vamos a poner dos ejemplos. El primero es el manido estatuto catalán y la ampliación del autogobierno a las comunidades autónomas.

Dice Eduardo San Martín en ABC: "fotografías aéreas de la manifestación del 10 de julio en Barcelona cifraban en unos setenta mil, como máximo, el número de participantes. Un 1,3% de los electores. Y el viernes pasado, el Periódico de Cataluña, próximo a las posiciones del PSC, publicaba una encuesta en la que el 40% de los catalanes deseaba más autogobierno dentro de un Estado federal, justo lo que garantiza el nuevo estatuto en una España que lo único que no tiene de federal es el nombre. Un 30% se conforma con lo puesto y apenas dieciséis de cada cien está por la independencia, más o menos la misma cantidad que antes de la sentencia. Es decir, que tres de cada cuatro catalanes se sienten satisfechos con el status quo, actual o mejorado.
Los datos coinciden, en sus líneas de fondo, con el último barómetro del CIS, según el cual el 42% de los catalanes no pide más autonomía mientras que el quince reclama menos. Así que no se sabe muy bien de qué Cataluña, tan gravemente ofendida por el Tribunal Constitucional (y por el PP, por pedir algo tan elemental como el control de constitucionalidad de una ley orgánica), habla José Montilla. O sí: de esa Cataluña formada por las elites políticas, intelectuales y mediáticas que siguen sin querer enterarse de que muchísimos catalanes no les han seguido en una aventura a años luz de las preocupaciones reales de la calle".

Por su parte, Ignacio Camacho en el mismo periódico afirma lo siguiente: "Una amplia mayoría de españoles (67,6 por ciento) se decanta en el último sondeo del CIS en contra de incrementar los poderes de las autonomías, cuya percepción negativa se ha desplomado en los últimos cinco años coincidiendo con las reformas estatutarias auspiciadas por el zapaterismo. Y esa mayoría procede del electorado de los dos principales partidos, que se pronuncia además de forma abrumadora (entre el 88 y el 75 por ciento) a favor de la identidad nacional española..... La desestructuración promovida por Zapatero podrá satisfacer a las minorías nacionalistas —en la práctica ni siquiera sucede eso— pero está destruyendo el consenso social sobre el modelo de Estado y ha empezado a generar desconfianza respecto a sus virtudes funcionales. La gente percibe con recelo el desarrollo autonómico y es menester que la política impida su descrédito definitivo mediante un acuerdo en defensa de la cohesión nacional".

El otro ejemplo es la actual y en desarrollo No Guerra de Afganistán, esa donde nuestros soldados mueren sin saber muy la razón de su estancia ni de su muerte. Los soldados viven y mueren en Afganistán porque nuestro gobierno ha decidido que "están-no están" no sabemos muy bien porqué.

Aunque a ninguna personal normal y corriente, habitante del territorio español, se le escapa que estamos allí desarrollando el papel que nos corresponde como miembro de la sociedad occidental, en una guerra contra el terrorismo y el extremismo religioso, que ha costado ya miles de muertos a las naciones participantes, el Presidente Zapatero sigue empeñado en decir lo contrario. Nuestro gobierno socialista actúa igual que esos gobiernos africanos que afirman que sus tropas están involucradas en una guerra contra los rebeldes armados, cuando en realidad están saqueando los recursos naturales de una zona concreta en beneficio de sus líderes.

La filtración de los documentos del Pentágono a Wikileaks, de la que informan todos los periódicos nacionales, ha provocado una serie de columnas de opinión y análisis sobre la situación de Afganistán. Si alguien no se había enterado aún de que estamos en guerra, que le eche un ojo a ésta de El País, ésta otra de ABC, o una de República. Estos artículos en realidad deberían ir sólo dirigidos a aquéllos que aún albergaran alguna duda o siguieran creyendo, sin dejar espacio a la duda, la edulcorada versión de nuestro gobierno zapateril socialista. El resto, los que saben que sí hay una guerra, no los necesitan para conocer la situación, sino sólo algunos detalles.

Volviendo al título del tema, lo mejor es que puedan oír y disfrutar de nuestro nuevo himno, y de Shakira.

lunes, 5 de julio de 2010

POLÍTICOS INCOMPETENTES

Se ha publicado un libro, La Dictadura de la Incompetencia, de Xavier Roig, que es un buen reflejo de la actual situación política española en general, y catalana en particular, en las que una serie de políticos profesionales sin preparación profesional ni una mínima cultura política dirigen nuestras vidas con unos objetivos alejados de las necesidades de la población y basándose en unos principios cuando menos calificables como "estúpidos".

El libro de Roig enlaza con un magnífico artículo de Ignacio Camacho en ABC, Del fracaso escolar al coche oficial, en el que pone de manifiesto la cualificación de nuestro políticos patrios. Muy recomendables ambos textos.

En las dos legislaturas de Rodríguez Zapatero se han dado múltiples muestras de esta incompetencia política, no sólo en el seno del Gobierno sino también entre la oposición y entre las diferentes administraciones autonómicas y locales.

En otro orden de cosas, y en referencia a anteriores entradas en este blog, conviene señalar que la denuncia de la existencia de cuentas ocultas en Suiza no ha producido por el momento ninguna reacción del Gobierno español y que los defraudadores pueden de momento seguir tranquilamente con sus actividades.

Parece que uno de nuestros periodistas recomendados, Santiago González, usó como fuente el pasado 3 de julio el mismo artículo que hemos utilizado en una entrada anterior sobre la Presidencia de la Unión Europea. Es gratificante ver que los maestros acuden a los mismos recursos.

Sobre la sentencia del estatuto de Cataluña, en una demostración de su apego a la ley y a la Justicia española, informa El Confidencial de que Rodríguez Zapatero ha comunicado al Presidente catalán Montilla que está dispuesto a modificar las actuales leyes vigentes para saltar por encima de la sentencia del Tribunal Constitucional y conceder a los políticos catalanes las mismas competencias cuya constitucionalidad ha rechazado el fallo del Tribunal.

Y en cuanto a nuestra política exterior, Luis Ayllón avisa en ABC sobre la intención de Moratinos de seguir insistiendo en la "solución del problema cubano", empeñado en convertirse en el portavoz en Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

Finalizamos con una viñeta del maestro Mingote en ABC, en la que pone de relieve la situación de España gracias a la situación con el Estatuto, el papel de la selección nacional de fútbol de España en el Mundial de Sudáfrica y la desnacionalización impulsada por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.
Dice el Presidente Montilla en El Periódico que "la sentencia del Tribunal Constitucional debilita la unidad de España", y que aunque los efectos prácticos de los recortes del Estatut "probablemente serán pocos", lo importante "son los efectos políticos y emotivos". Esta es una más de la serie de desafortunadas declaraciones realizados por los políticos catalanes, que siguen empeñados en mantener la línea marcada por Jordi Pujol durante su largo "reinado", impulsar el nacionalismo catalán, sin tener en cuenta las consecuencias, para obtener mayorías electorales sucesivas. Como dice Antonio Pérez Henares en su muy recomendable blog de Periodista Digital: "La supuesta razón esgrimida de no les vamos a dejar a los nacionalistas la “bandera” a base de hacernos más nacionalistas que ellos es un verdadero pero muy real esperpento que el PSC lleva muchos años practicando".

Políticos catalanes que son el paradigma de los políticos incompetentes que denuncia Xavier Roig.


miércoles, 16 de junio de 2010

LOS PLUMILLAS PESEBREROS

He adoptado este nombre de una forera habitual de El Confidencial que califica así a personajes como Antonio Casado, periodista español famoso al que se puede encontrar a cualquier hora del día o de la noche en tertulias de radio o televisión, en periódicos de papel o en los digitales, ejerciendo de manera curiosa su bien pagada profesión de periodista.

Casado, como otros conocidos plumillas pesebreros entre los que encontramos a Sopena, Sáenz Díez, Lucía Méndez, Carmelo Encinas, Fernando Garea, Calvo Hernando y tantos otros, tantos que son difíciles de recordar, se gana la vida, de forma opípara, escribiendo estudiados artículos en los que levemente se reconocen los problemas del actual gobierno socialista de ZP, pero en los que se ataca de forma inmisericorde a una oposición conservadora por no resolver los problemas que causa el propio gobierno.

No es buena nuestra oposición, pero no se le puede culpar de los problemas del país. Aislada, arrinconada, expulsada de la política nacional, excluida por el cordón sanitario durante seis años, desterrada bajo firma notarial, ahora se le culpa de su escasa colaboración y de "no arrimar el hombro".

Recomiendo la lectura de los artículos de Antonio Casado, y de sus colegas de profesión, a los estudiantes de periodismo para que practiquen comentarios de texto críticos. Aquí podrán encontrar ejemplos diarios de la ausencia de cualquier deontología profesional, el olvido de las preguntas típicas - qué, cuándo, dónde, cómo, porqué-, y de la obligación de contar las cosas como han sucedido y con la mayor equidistancia e independencia posible. Ya se sabe que nadie es cien por cien neutral, pero hay que intentarlo o aproximarse lo más posible en el periodismo.

Como es natural esta tendencia tan exagerada a favor de un lado del espectro político, el que controla la mayoría de los medios de comunicación en España, tiene sus recompensas. Como buenos pagadores, estas empresas llenan las cuentas corrientes de todos estos individuos gracias a sus múltiples contratos en toda clase de programas de radio y televisión, columnas en la prensa, conferencias, etc.

Si esta actitud era triste cuando viajábamos en una nube, y defendían políticas que de forma irreflexiva dividían profundamente a la sociedad, más triste es la situación actual cuando con el país al borde de la bancarrota siguen defendiendo al gobierno socialista.

Por el lado contrario les recomiendo vivamente dos periodistas, probablemente los mejores de la actualidad española, Ignacio Camacho y Santiago González, que deberían ser el ejemplo que todo estudiante de periodismo debería seguir.