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domingo, 9 de febrero de 2014

HISTORIA DE UN DESPROPÓSITO

Esta semana que empieza el ex Presidente de la Comunidad de Madrid, el socialista Joaquín Leguina, publica su libro "Historia de un Despropósito" en el que hace un buen repaso de la desastrosa gestión del infausto Presidente Rodríguez Zapatero. Reproduzco aquí un artículo de El Mundo que recoge unos extractos del citado libro.

Cinco maldades de los míos, por Leguina

En el libro Leguina ajusta cuentas con ZP y cía.: el «gurú» que le convenció de que la crisis duraría meses... O cómo se improvisó el «pelotazo» de colocar a Carme Chacón al frente de Defensa ....
Zapatero nunca tuvo empacho en sostener que lo que debían hacer los ministros era obedecer sus órdenes, aparte de facilitarle la vida al presidente. De esa premisa se derivaron consecuencias muy negativas, pues la calidad profesional y humana de los elegidos para muy altos cargos cayó en picado... Hubo nombramientos «sorprendentes» que transcurrido un tiempo se revelaron chuscos. De los criterios para nombrar ministros da cuenta una anécdota que me contó una persona muy próxima a uno de los protagonistas y que tuvo lugar en abril de 2008, en vísperas de un cambio de Gobierno.

Reunidos en torno a una mesa estaban Miguel Barroso, José Blanco y Javier de Paz cuando sonó el teléfono móvil de Blanco. Era el presidente del Gobierno. Después de hablar con él, Blanco volvió a la mesa e informó de que Zapatero estaba pergeñando un cambio de Gobierno, del que saldría el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y el presidente estaba pensando en poner al frente de aquel ministerio a una mujer.

«ZP opina que al ser la primera mujer ministra de Defensa será un pelotazo mediático, y está pensando en Elena Salgado», informó Blanco. «Si lo que quiere es dar un gran pelotazo mediático, lo que tiene que hacer es nombrar a mi mujer [Carme Chacón]. También es mujer, pero además es catalana y está embarazada. Eso sí que será un pelotazo», argumentó Barroso. Entonces Blanco, encantado con la idea, volvió a comunicarse con Zapatero... y de aquel profundo debate se derivó una muy conocida escena: la de una mujer joven con un «bombo» de ocho meses dando una orden militar: «Capitán, mande firmes».

Trinidad Jiménez. El 25 de mayo de 2003 se celebraron en toda España elecciones municipales. La ejecutiva federal impuso a Trinidad Jiménez, paradigma de los nuevos valores y esperanza blanca del renovado socialismo, como cabeza de lista a la alcaldía de Madrid. Antes, Simancas había encargado una encuesta para testar varios posibles aspirantes, entre ellos el de Javier Solana, además de Jiménez y dos más.

Los resultados, a los que tuve acceso, mostraban sin lugar a dudas que Solana estaba en las mejores condiciones para acceder a la alcaldía. Simancas se trasladó a Bruselas para ver a Solana y le ofreció la candidatura. Solana estuvo dispuesto a aceptarla, pero siempre que tuviera la bendición de Zapatero, para lo cual llamó a este. ZP le dijo que ya tenía él una candidata «imbatible». ¿Por qué no quiso Zapatero que encabezara la lista? Las hipótesis son dos, y ambas bastantes miserables: porque Solana era -en términos de Rodríguez Ibarra- del «antiguo testamento», o por temor a que el futuro alcalde pudiera hacerle sombra.

ZP. Un diputado del PP que, para más inri, ejercía entonces de látigo en el Congreso, me agarró por el hombro un día de 2005 en un pasillo del Congreso y me dijo: «El nuestro [Aznar] se volvió loco durante la segunda legislatura, pero el vuestro [Zapatero] estaba ya loco cuando lo elegisteis» [...].

No recuerdo de qué iba la cosa, pero critiqué alguna decisión del Gobierno y ZP tuvo la deferencia de tomar mi intervención en cuenta y me contestó con una pata de banco como la siguiente: «Leguina escribe muy buenas novelas... pero, la verdad, últimamente en cuestiones políticas no atina demasiado».

En otra ocasión le reproché que en los nombramientos no tuviera en cuenta «el mérito y la capacidad» de los promocionados. La respuesta -muy significativa- vino a ser la siguiente: «Cualquier militante puede aspirar a cualquier cargo interno y, por supuesto, mientras yo sea presidente del Gobierno, cualquier socialista podrá ser promocionado a cargos gubernamentales de alta responsabilidad».

La crisis. En 2008, como consecuencia de la crisis, la recaudación del Estado cayó en España un 5% del PIB, y por la misma causa el gasto estatal creció un 2%. En otras palabras: el agujero en las arcas públicas a causa de la crisis fue el 7% del PIB, pero como se venía de un superávit de, aproximadamente, el 3%, el déficit podía haberse colocado en torno al 4%. Pero algún gurú del Gobierno debió decirle a Zapatero: «Esta crisis solo va a durar algunos meses», así que el presidente siguió con sus regalos y otras operaciones keynesianas como el Plan E, generando un gasto adicional del 3,2%.

Como consecuencia de ese «optimismo», en poco más de un año se pasó del 3 % de superávit al 9 % de déficit... y en mayo de 2010 llegó Paco con la rebaja, Zapatero cayó del caballo y pegó un giro que dejó lo de san Pablo en el camino hacia Damasco en un juego de niños.

A partir de aquella epifanía primaveral comenzaron, en efecto, los recortes (perdón, las reformas). Habrá de reconocerse que, en tanto que mensajes tranquilizadores dirigidos a «los mercados», esas «reformas» no sirvieron para mucho respecto a lo que más importa: el crecimiento económico y el empleo. Lo ha ilustrado con gracia el analista Antón Costas: «Vaya usted a Fátima de rodillas y después pase por el banco a pedir un préstamo y verá lo poco que le impresiona su sacrificio al responsable de riesgos de ese banco». En fin, según se dijo, todo para «calmar a los mercados» y también para poder «mantener el Estado de Bienestar». Ya lo dibujó El Roto: «Para garantizar el futuro de las pensiones, hay que hacerlas coincidir con la fecha del fallecimiento».

El PSC. Subirse al carro del nacionalismo o simplemente contemporizar con los nacionalistas está resultando letal. Pero la trampa [del «derecho a decidir»] tiene su lógica. Reitero una cita de Juan Antonio Cordero: si se hiciera una encuesta preguntando a los entrevistados si desean «decidir» sobre cualesquiera aspectos de la vida colectiva, el porcentaje de síes estaría muy cerca del 100%. Nada más normal: la mayoría de los vascos, de los catalanes, de los ilicitanos o de los de Pucela, puestos en la tesitura de elegir entre querer o no querer «decidir», quieren «decidir». Pero ¿«decidir» sobre qué?

Por mucho que se empeñe uno, no puede decidir volar como los pájaros, porque existe la ley de la gravedad. Algo parecido les pasa a los nacionalistas vascos o catalanes, que no pueden «decidir» convertir en estados independientes a sus comunidades autónomas porque existe una ley llamada Constitución que los vascos y los catalanes (al igual que el resto de los españoles) decidieron aprobar, y lo decidieron masivamente. Si alguien convocara un referendo proponiendo que se vayan de España los gitanos (o los moros, o los bajitos, o los calvos... o los catalanes), esa consulta no sería democrática. ¿Por qué? Porque la segregación racial o cultural está prohibida por las leyes y en primer lugar por la Constitución.

Preguntado Mauricio Lucena, que es ahora diputado del PSC y portavoz del grupo en el Parlamento de Cataluña, por qué estando contra la secesión de Cataluña estaba a favor del «derecho a decidir»,contestó que él estaba a favor porque el 70 % de los catalanes lo estaba.

martes, 17 de septiembre de 2013

LA INACCIÓN Y COBARDÍA DEL PP Y LA COMPLICIDAD DEL PSOE EN FAVOR DE LA FUTURA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA

EL Ejecutivo de Artur Mas se ha alzado abiertamente contra nuestro ordenamiento legal, aprobado libremente en democracia. La Generalitat amenaza con organizar un referéndum inconstitucional. Además, desoye sistemáticamente las sentencias del Supremo y el TC cuando no se pliegan a sus dogmas. En una Cataluña con problemas económicos agudísimos, Artur Mas ha sido incapaz de aprobar los presupuestos, el primer deber de un gobernante. Su único programa es la persecución sectaria de todo lo que tenga el mínimo poso español, en un afán de romper las amarras afectivas seculares y fomentar la independencia. 

Los sediciosos trabajan a tiempo completo contra España, la nación de la que siempre han formado parte, pues Cataluña jamás ha sido independiente. Reescriben la historia con mentiras, que se inculcan desde las escuelas, donde se fomenta la aversión a lo español. Se miente también sobre la financiación, cuando, por ejemplo, ABC acaba de recordar con datos oficiales que el Estado destina a cada catalán un 20,6% más que a un valenciano, o un 7% más que a un madrileño. La televisión autonómica, que cuesta casi trescientos millones anuales a las arcas catalanas, se ha convertido en un aparato de propaganda continua a favor de la independencia. Los medios privados son subvencionados para que se avengan a las tesis del poder separatista. El español, el idioma más hablado en Cataluña, está prohibido de facto en las escuelas y en los rótulos. La Generalitat incumple las sentencias ante la mirada abúlica del Gobierno y la pose filonacionalista del PSOE, que no acierta a embridar al PSC.

En resumen: está en marcha una operación de gran calado, sufragada con dinero público, para lograr en breve la independencia de Cataluña. Se da incluso el sarcasmo de que la Generalitat, rescatada por el Estado porque es incapaz de afrontar sus deudas y colocar sus bonos, destina parte de ese apoyo económico a financiar la demolición de España, de la que siempre ha formado parte y gracias a cuya solidaridad camina.

Ha llegado la hora de señalar que el Gobierno del PP no está actuando con la diligencia debida ante el envite del nacionalismo catalán. Mantener una agenda secreta con Mas o buscar un perfil silencioso ante un desafío mayúsculo son tácticas que reflejan una actitud acomplejada ante el separatismo. El Gobierno del PP ha renunciado a explicar a los catalanes y al resto de los españoles que la Generalitat está vulnerando flagrantemente las normas de nuestra democracia. Y lo que es peor, no obliga al infractor a cumplirlas, una desidia que pone en riesgo la propia integridad de España. El Gobierno del PP no ha hecho pedagogía. No responde políticamente a la batalla propagandística que ha entablado la Generalitat. No existe un contradiscurso que cuente la verdad frente al bulo del «España nos roba» y la mixtificación del pasado. 

Y eso en lo que atañe al gobierno del PP, porque el PSOE-PSC como partido o unión de partidos han trabajado siempre en favor de llegar a este punto, siempre en favor de la diferenciación de Cataluña y en contra de España como país y como nación. Basta recordar al inolvidable e impresentable Zaoatero, que debería haber sido juzgado por variados delitos, que asfirmaba que España como nación era un concepto discutido y discutible, o la aprobación del Estatut, y sus promesas....

La historia de la democracia española ha sido la de constantes cesiones a los nacionalismos disgregadores, error en el que han incurrido tanto PSOE como PP. Los sucesivos modelos de financiación se han diseñado al dictado del nacionalismo catalán. Zapatero, que hizo un daño incalculable a la estabilidad de este país, abrió la caja de Pandora estatutaria, dando alas al separatismo. Rajoy acaba de aprobar un déficit a la carta para Cataluña y negocia en la sombra un estatus económico específico, discriminador para el resto de los españoles. Las lecciones de la historia son concluyentes. Las concesiones no calman las ansias secesionistas, al revés. Cada renuncia es solo la antesala de una exigencia mayor, hasta llegar a la ruptura del Estado, objetivo por naturaleza de los partidos nacionalistas.

La vicepresidenta del Gobierno ha declarado que frente al envite de los insurgentes catalanes habrá «diálogo y Constitución». Pues no. Lo que debe haber es Constitución y cumplimiento de la ley, utilizando si es menester todas las herramientas que prevé la Carta Magna. Una vez que los sediciosos acaten el marco legal será cuando se pueda dialogar, no antes. La política del perfil bajo supone además dejar a su suerte a los millones de catalanes que se sienten españoles, acosados por la Generalitat, que fomenta el odio a España y a quienes se identifican con ella. ABC, en congruencia con su historia y sus principios, pide al Gobierno un cambio de rumbo y que tome las medidas necesarias para defender la unidad de España, tal y como demandan la mayoría de los españoles. De poco valdrá superar la crisis económica si lo que queda al final es una España mutilada.


domingo, 14 de octubre de 2012

LA RESPONSABILIDAD SOCIALISTA Y ZAPATERIL EN ESTA CRISIS NACIONAL


MIRÉ los muros de la patria mía... -Y un letrero ponía «Se vende»... ¿No te jode el Quevedo, con los muros de la patria mía?

No es que yo sea Quevedo, pero los muros de la patria mía sí que están ahora que da penita verlos y no en aquellos entonces quevedescos. No se sabe qué es peor: si el desprestigio de la casta política, o la crisis, o el paro, o la deuda, o el problema que los españoles estamos haciendo con Cataluña, donde como ustedes bien saben no existe el menor problema, salvando, claro está, los de Messi. Qué ganas tiene la gente de ver problemas donde no los hay... ¡Cuidado que decir que es un problema que una región pida su independencia «sí o sí» y pregone al mundo que «Catalonia is not Spain»; que en una parte del Reino de España no se cumplan las leyes ni las sentencias de los tribunales; que desde una TV pública le aventen al Rey cuatro tiros; que te multen por rotular tu negocio en español; que tus hijos no pueden aprenderlo en la escuela; o que te agredan por la calle si vas con la bandera nacional y llevas a tu hija con la roja camiseta de la selección! No tenemos remedio: cuidado que decir que Cataluña es un problema, cuando hablando se entiende la gente...

Lo que más me sorprende en los muros de la patria mía es que nadie haya puesto nunca una pintada contra el verdadero organizador del presente caos. La progresía andante repite que están pagando la crisis los que no la provocaron, sufridores de los recortes. Pero nadie dice quién nos llevó al caos. Crece el desprestigio de la clase política, pero en general, sin dar el nombre de quien nos llevó a esto, ni de su partido. Me encuentro a un harto de coles y me dice: «A los funcionarios les rebajan el sueldo, hay reforma laboral, la clase media paga más impuestos, los emigrantes no tienen sanidad... Hasta las televisiones privadas no tienen dinero para retransmitir a la selección española por primera vez en 50 años... Y a la clase política ¿cuando le toca?».

Nunca. Por solidaridad de cuerpo. El corporativismo de la clase política exculpará ahora a Más como exculpó al padre de las niñas de Zapatero. Ay, si hubiera sido un Gobierno de derechas el que nos hubiera llevado a esto... Las turbas de la chusma estarían pidiendo la cabeza del anterior presidente como la piden del actual, que se lo encontró todo hecho y sin un duro. Aquí se ha ido de rositas el anterior presidente del Gobierno, que en cualquier país civilizado estaría ya empapelado, al menos por incapaz y falaz. No he visto en ninguna manifestación que nadie culpe de nada del caos actual al padre de las niñas de Zapatero. 

El otro día, cuando un sindicato no estabulado ni trincón, el CSIF, intentó sacar en Sevilla en una manifestación una pancarta que ponía «Griñán y Valderas nos roban la cartera», los neoverticalistas del pesebre les rompieron la cara a sus portadores. Quien nos roba la cartera, como es sabido, es Rajoy. Y nos la roba porque quiere, un caprichito de este fascista, no porque el padre de las niñas de Zapatero dejara a España así. Repasen la debacle, si no. ¿Quién negó la crisis muchas más veces que San Pedro a Cristo, sin tomar medidas? ¿Quién empezó a coleccionar millones de parados? ¿Quién hocicó ante la criminal ETA y la puso en las instituciones? ¿Quién dijo que la España de Bankia tenía el sistema financiero más sólido del mundo? ¿Quién nos endeudó hasta las cejas derrochando el dinero que no teníamos en el absurdo Plan E? ¿Quién le dio alas al separatismo catalán, sacando adelante su embarrancado Estatuto? Del padre de las niñas de Zapatero, apalancado en el Consejo de Estado, nadie dice nada. Y cuando miro el «Se vende· en los muros de la patria mía, me gustaría decir como en el final de los antiguos triunfales estrenos teatrales: «¡Que salga el autor!» Por lo menos, para darle una catea de cosquis..


martes, 19 de junio de 2012

ZAPATERO: EL TONTO INACABABLE

La entrevista del inútil y patético ex Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, alias el cejas, en la cadena Al Jazeera ha levantado ampollas en una triste y empobrecida España, asolada, que lucha por sobrevivir. El bobalicón presidente de la Alianza de Civilizaciones, del Plan E, del cheque bebé y de los aviones Falcon para ir a mítines afirmó sin sonrojarse que "el país habría sufrido menos si hubiéramos ahorrado más y tomado prestado menos del exterior".

Que el expresidente bajo cuyo mandato el paro se dobló -de 2,2 millones de desempleados en 2004 a 5 cuando él abandonó La Moncloa- se permita ahora dar lecciones es un insulto a la memoria reciente de la ciudadanía. Que el socialista que no tuvo empacho en presentarse a la reelección en 2008 con un cartel electoral que prometía el pleno empleo ofrezca ahora su "humilde opinión", una tomadura de pelo. Que el hombre que en su segunda legislatura presumió del sistema financiero "más sólido de la comunidad internacional" y del "rigor" de su "marco de regulación y supervisión" pretenda además plasmar su experiencia en un libro con el que engordará su cuenta corriente, un chiste.

La opinión pública ya no le pasa ni una a Zapatero, cuya pésima gestión no han olvidado los españoles y mucho menos los socialistas, puesto que su labor de oposición se ve lastrada a diario por el legado de este anormal, aún demasiado reciente. El enfado de los españoles es lícito y comprensible, dada la impunidad con la que el expresidente se pasea por Lanzarote o París -lugares de sus últimas escapadas junto a su esposa- después de haberse descubierto que ocultó 2,5 puntos de déficit en el doble fondo de su herencia. 

Porque no conviene olvidar que en todo este tiempo Zapatero ni ha hecho autocrítica ni mucho menos ha pedido perdón por sus errores, que fueron incontables. Todo lo más que hizo fue, en la campaña de las elecciones generales, afirmar que se sentía "el principal responsable ante la falta de trabajo". Poco, muy poco después de haber arrastrado a España a un pozo ruinoso y enfrentado a los españoles con el matrimonio homosexual, la reforma de la ley del aborto o la asignatura de Educación para la Ciudadanía por banderas.

Está claro que España ni es Islandia y que, aunque a muchos les gustaría ver a Zapatero, a Elena Salgado y a muchos otros responder ante la Justicia por su gestión, eso jamás ocurrirá. Pero al menos el expresidente debería tener un mínimo de pudor a la hora de hacer según qué declaraciones. 

Porque bastante tiene la ciudadanía con saber que después de su nefasto paso por La Moncloa fue premiado con el Collar de la Orden de Isabel la Católica y con un puesto vitalicio en el Consejo de Estado que le reporta unos ingresos de 72.800 euros anuales. Y eso que sólo va por allí una vez por semana, según contaba El País en un reportaje sobre su nueva vida publicado a principios de este mes. A ese jornal hay que sumarle otros 74.000 euros anuales de la asignación a los expresidentes, el sueldo de su secretaria, el de su jefe de gabinete, los escoltas, el coche oficial...

Y qué dice nuestro actual Presidente, el que tenía que sacar a España de la crisis en la que le hundido el miserable Zapatero:

Mariano Rajoy prometió en su discurso de investidura no mirar para atrás más de lo estrictamente necesario porque, según dijo entonces, los españoles no le habían elegido para que estuviera todo el día lamentándose de lo heredado sino para solucionar los problemas. Y eso es lo que debe hacer el presidente, pero ello no quita para que muchos ciudadanos con la soga al cuello o simplemente con memoria juren en arameo cada vez que Zapatero sale de su retiro para opinar como si él no fuera el principal responsable de la crítica situación en la que se encuentra España. El derecho al pataleo es lo único que les queda, visto lo barato que sale llevar a pique a un país.

A buenas horas... Era la frase más repetida, y también la más suave, en las redes sociales tras conocerse las declaraciones de Zapatero en Al Jazeera.

Zapatero, que puso en valor el crecimiento de la economía española durante dos décadas, lamentó que se invirtiera "más de lo que ganábamos". Con la crisis, indicó, la situación se volvió "más grave" y "todas" la fuentes de financiación a España "se cortaron".

Pero el que fuese jefe del Ejecutivo entre 2004 y 2011 fue más allá aconsejando sobre cómo salir de la crisis de deuda que atraviesa Europa. Hay que "ser claros", sentenció quien negó la crisis y se negó incluso a pronunciarla, para aventurar que las dificultades no se superarán "en dos años". "Va a costar tiempo superar la crisis, lo importante es mantener al máximo la cohesión social", reflexionó.

Estas declaraciones del expresidente, que afirmó sólo estar expresando su "humilde" opinión porque ya está desvinculado de la vida política, desató una ola de indignación en las redes sociales. Sobre todo en Twitter, donde decenas de usuarios criticaron que Zapatero entonase este particular "mea culpa" en estos momentos.

Así, se podían leer mensajes como: "Zapatero:"Europa es más fuerte que la crisis" la Europa alemana? ¿ahora dices #crisis, negacionista?"; "El propio ZParo reconoce su culpa. Ahora los que se quedan q vengan diciéndonos que paremos de hablar de la herencia ts"; "Zapatero: "Europa es más fuerte que la crisis". Si soportó tu gobierno durante siete años, es que es verdaderamente fuerte"; "La apoteosis del cinismo: ´Zapatero admite que España sufriría "menos" si hubiera ahorrado "más" en los últimos años´"; "Impresentable... Zp admite q España sufriría "menos" si hubiera ahorrado + en los últimos años"; o "Zapatero dice que ´teníamos que haber ahorrado más´. Y ojo, el es el lumbreras que puso en marcha el plan E (20.000 millones € en la basura)". Aunque aún alguno aseguraba: "Te echamos de menos Presi"... 

Sorprendentemente, Zapatero no fue el único socialista que este sábado reconoció los "errores" del Gobierno del PSOE. La vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano, también aseveró, en el acto público de conmemoración del XXXV aniversario del reagrupamiento de la agrupación local socialista en La Vall d´Uixò, "algunas decisiones se tomaron tarde y otras fueron un error y no pasa nada por reconocerlo". Algo que, seis meses después de perder las elecciones, desde luego no arregla nada.




 

lunes, 21 de mayo de 2012

OTRA HISTORIA SOBRE GIBRALTAR

Felipe Sahagún, periodista y profesor universitario especializado en relaciones internacionales, ofrece en El Mundo su visión del conflicto con Gibraltar:


Trescientos ocho años después de la conquista de Gibraltar por la Royal Navy, casi tres siglos después de haber cedido el territorio por elTratado de Utrecht (1713) al Reino Unido, España sigue dividida y un tanto perdida sobre la forma de recuperarlo. El retorno de los socialistas y laboristas al Gobierno gibraltareño tras las últimas elecciones en el Peñón, y la victoria del PP en noviembre en España han paralizado el proceso diplomático abierto en 2004 y han endurecido las posiciones de Madrid y de Gibraltar. Se ha roto el marco tripartido de negociación de Zapatero, hay que recomponer el esquema de relaciones y todos aprovechan el vacío para mejorar sus posiciones.

El apoyo de la ONU a la descolonización del Peñón desde mediados de los 60 hace tiempo que se convirtió en una rutina anual, sin ningún efecto concreto, mientras, en silencio, los británicos fueron adaptando la base militar a las nuevas guerras en el Mediterráneo, África, el Atlántico y Oriente Medio, y los gibraltareños siguieron arañando independencia con hechos consumados.

Blair se dejó llevar por los cantos de sirena de Aznar y aceptó resolver el litigio a cambio de un aliado. Como recordaba Gerald Grant en su informe para 'Policy Review' de 2003, la devolución de Gibraltar a España sentaría "un precedente que abriría nuevas y viejas heridas contrarias a los intereses de América en una Europa estable". EEUU, en consecuencia, nunca ha apoyado la recuperación de Gibraltar por España. Jamás olvidaré la inocencia de Fernando Morán en el primer viaje de Felipe González como presidente del Gobierno a Washington, cuando nos decía en el avión que iba a pedir ayuda al Gobierno de Reagan para recuperar Gibraltar. En contra del Foreign Office, Tony Blair se dejó llevar por los cantos de sirena de Aznar y aceptó resolver de una vez por todas el litigio a cambio de un aliado estratégico firme en el sur de Europa. Siendo secretario del Foreign Office, Geoffrey Howe reconoció que "el Reino Unido sólo devolvería Gibraltar a España cuando España fuera China", es decir nunca. Esa había sido la posición oficial de Londres

Proceso de Bruselas

Esa actitud dominó también el llamado proceso de Bruselas que, aparte de la apertura de la verja y la normalización progresiva de relaciones, apenas dio resultados tangibles para el Gobierno español y para los ayuntamientos del Campo de Gibraltar, pero la apuesta decidida de Aznar por Blair y Bush tras el 11-S facilitó un borrador de acuerdo para compartir la soberanía. Las condiciones británicas del acuerdo, el recelo de EEUU, el veto del almirantazgo a tocar su control sobre la base militar, las posibles repercusiones del acuerdo en las relaciones entre Marruecos y España, siempre con Ceuta y Melilla como telón de fondo, el efecto dominó que podía tener en las autonomías españolas más díscolas y la supeditación del texto al apoyo de los gibraltareños en referéndum convirtieron el pacto, prácticamente atado en junio de 2002, en otro papel mojado.

Tras su victoria en 2004, el Gobierno de Zapatero admitió por primera vez a Gibraltar en la negociación (el llamado Foro Tripartito de Diálogo) a cambio de que no se hablara de soberanía. De este modo empezaron a resolverse los problemas concretos –pensiones, visados, comunicaciones, medio ambiente, fiscalidad, seguridad, aeropuerto, aduanas...- que llevaban estancados muchos años. Lo que había sido, con Aznar, una negociación al más alto nivel, se redujo a debates técnicos, complementados por reuniones ministeriales anuales. Lo que había sido siempre un foro bilateral hispano-británico, se abrió a los gibraltareños, dándoles un estatus que nunca habían tenido. El equipo de Miguel ÁngelMoratinos siempre negó cualquier efecto jurídico en relación con la soberanía, pero reconoció que, posiblemente, falló en la fecha elegida para el acuerdo de Madrid, el 27 de octubre de 2004, y en la forma de explicarlo.

El poder de veto

El 8 y 9 de diciembre de aquel año, reunido en Kent (sur de Gran Bretaña), con la participación de los directores generales para Europa de Exteriores y del Foreign Office, y del ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, se ponía en marcha el nuevo proceso de negociaciones, en palabras de los protagonistas "separado del Proceso de Bruselas, con una agenda abierta, con voz propia y separada de cada parte, poder de veto de cada una de ellas, reuniones ministeriales al menos cada 12 meses, posibilidad de crear los Grupos de Trabajo necesarios y teniendo siempre en cuenta la actuación de la Comisión Mixta de Cooperación establecida un mes antes entre la Mancomunidad de Municipios delCampo de Gibraltar y el Gobierno de Gibraltar".

Por 184 votos contra 142, todos los grupos parlamentarios españoles, con la excepción del PP, apoyaron el nuevo foro de diálogo a tres bandas sobre Gibraltar. "Con eso ustedes han quebrado el principio fundamental del artículo X del Tratado de Utrecht, porque no han tenido en cuenta que sólo hay dos posibilidades: la retrocesión a España o la permanencia en el estatuto colonial", afirmaba Gustavo de Arístegui, portavoz del PP, en el debate. "A través de sus torpezas, de sus tropiezos y sus calamidades en política exterior han logrado que por vez primera la colonia tenga voz, tenga veto y tenga la  posibilidad de construir una entelequia que es la tercera vía para considerarse a sí mismos pueblo soberano y tratar de lograr una independencia a través de la autodeterminación; eso es lo que han  logrado, señorías".

No se puede decidir nada sobre Gibraltar contra los gibraltareños, a no ser que estés dispuesto a enviar los tanques. En su respuesta, el portavoz del PSOE, Rafael Estrella, negó rotundamente que el Gobierno hubiese renunciado a las posiciones de principio de España. "Sólo hay un marco jurídico y ustedes lo saben", dijo. "Sólo hay dos banderas y tres voces. Gibraltar no puede ser ni va a ser un Estado soberano... Hay un compromiso de entendimiento y no otra cosa. Sólo hay retos y oportunidades para los españoles y para los británicos, también para los gibraltareños. Es una nueva estrategia en el objetivo, desde los principios y en la dirección de los gobiernos y de los ministros anteriores: Piqué y Matutes". Con su nueva estrategia, el Gobierno de Zapatero empezaba a reconocer en público lo que sus antecesores siempre aceptaron en privado: que no se puede decidir nada sobre Gibraltar contra los gibraltareños a no ser que estés dispuesto a enviar los tanques. Para entender el cambio, hay que remontarse a la Declaración de Lisboa, de 1980, en la que Marcelino Oreja logra poner en marcha una estrategia a largo plazo que, posiblemente, pocos políticos españoles se han creído: abrir dos vías de diálogo, sobre soberanía y sobre cooperación. Hablar de cooperación era reconocer, de alguna manera, el fracaso de la Doctrina Castiella.

Polémica por el aeropuerto

Apenas se avanzó en ninguna de las vías, pero en 1984, con la Declaración de Bruselas, se reafirmaron los principios. En el 87 se llega al acuerdo del aeropuerto, forzado más por la liberalización del espacio aéreo de la UE que por las presiones españolas, y en una de sus cláusulas se condicionó la operatividad del mismo a "las disposiciones locales necesarias", es decir, a lo que quiera Gibraltar. Algunos interpretaron de forma distinta el texto, agarrándose a la referencia a la segunda terminal en territorio español. El hecho es que el acuerdo no se ejecutó, llegó John Major y todo quedó parado.

En 1997, con Aznar ya en Moncloa, en la Declaración de Matutes, se recupera la idea de cosoberanía, latente desde los años de Fernando Morán en Exteriores, que deja muy claro que los británicos consultarán a los gibraltareños. Los británicos dan por no visto el papel de Matutes y el proceso queda paralizado hasta el 99, cuando Blair pide el apoyo de Aznar en cuestiones importantes como la agenda de Lisboa.

Para compensar a Aznar, que le apoya ciegamente en su relación con Bush tras el 11-S, acaba aceptando el llamado Acuerdo de cosoberanía, acuerdo que, aunque haya quedado aparcado, el Gobierno Zapatero, según me confesaron en más de una ocasión algunos de sus miembros, siguió considerando muy importante como referencia para el futuro. Desde el año 2000, cuando se empezó a negociar, España y Gran Bretaña invitaron al primer ministro de Gibraltar a participar en la delegación británica con el compromiso de respetar plenamente el estatus gibraltareño. Caruana entonces lo rechazó, convencido de que ya había un acuerdo entre Aznar y Blair a sus espaldas. El hecho es que quedaron pendientes de acuerdo dos problemas: la duración de la cosoberanía y el ejercicio de la cosoberanía sobre la base militar, que el Ministerio de Defensa británico rechazó de plano. La respuesta de Caruana fue convocar un referéndum, que ganó con un 98% de los votos, en el que los gibraltareños rechazaron en 2002 cualquier cesión de soberanía a España,

Vuelta al primer plano

Con su nueva estrategia, por lo tanto, el Gobierno Zapatero reanudó la vía de la cooperación sin renunciar a reanudar, cuando las condiciones lo permitiesen, la vía de la soberanía. Lo que para el PP fue un giro radical en la política exterior española y otro regalo diplomático sin sentido, para los que participaban más de cerca en el contencioso "no fue más que la vuelta al primer plano de la acción política de un planteamiento que, como mínimo, tiene veinte años y que siempre se ha conocido como política de población", escribía Luis Romero Bartumeus, miembro del Gabinete de la Presidencia de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, en su análisis para el Instituto Elcano. "La agenda abierta, por otro lado, no significa ni más ni menos que la fórmula semántica necesaria para desbloquear una obstinada y repetida realidad:sin la participación y hasta sin el visto bueno de las autoridades locales de Gibraltar, nada de lo que discutieran los dos Estados tenía ninguna posibilidad de salir adelante", concluye. 

El diálogo tripartido benefició a las tres partes, pero mucho más a los británicos y a los gibraltareños que a los españoles.

En el derecho internacional, parece obvio que España salió perdiendo, pero por fin empezaron a resolverse los problemas más graves relacionados con los pensionistas españoles, el aeropuerto y la lucha contra el crimen organizado. La eliminación del blindaje de Gibraltar como paraíso fiscal no empezó hasta 2009 por las presiones del G-20 tras la crisis financiera y aún queda mucho por hacer. La insistencia del Gobierno de Zapatero de que España no ha cedido ni un centímetro en el ámbito de la soberanía suena bien, pero sirve de poco cuando fragatas británicas impiden, como vienen haciendo periódicamente, que España ejerza su soberanía en las aguas de Gibraltar. El Gobierno Zapatero encontró en el británico un aliado en el G-20 y en otros foros internacionales, pero nunca ofreció una explicación convincente de esos efectos positivos. Con su visita a Gibraltar en 2009 para asistir a la tercera reunión ministerial del Foro, la primera visita de un ministro español al territorio, Miguel Angel Moratinos, aunque reiteró hasta la saciedad que no cambiaba un ápice la posición de España sobre soberanía, debilitó la oposición tradicional española a visitas de dirigentes extranjeros a la colonia británica.

Lo que debería haber sido siempre una política de estado se convirtió más que nunca en una de las más partidistas. Se rompía así uno de los compromisos nacionales más importantes del llamado Decálogo sobre Seguridad y Política Exterior de 1984, haciendo de nuevo un flaco servicio a los intereses españoles.




lunes, 12 de diciembre de 2011

GIBRALTAR Y LOS SOCIALISTAS


Después de que el Gobierno socialista de Zapatero se bajara también los pantalones en una cuestión tan delicada para España como es el caso de Gibraltar, ésta es la respuesta que ha tenido de los nuevos líderes gibraltareños.

Peter Caruana ha perdido las elecciones celebradas en Gibraltar y su sucesor será  Fabian Picardo, líder del partido socialista laborista, hasta ahora en la oposición y nieto de una republicana española, que dedicó en la ONU unas duras palabras de desprecio hacia España no hace mucho tiempo. Sucedió en la Comisión Política Especial y Descolonización y estas fueron algunas palabras de su discurso:

- "Gibraltar nunca será española y que ningún monarca español ostentará su soberanía, ni siquiera parcialmente". 

- Acusó al Gobierno español de mantener una actitud antidemocrática en sus posturas hacia el Peñón.

- “Esa actitud [de España] hacia el orgulloso pueblo de Gibraltar y hacia nuestro estatus jurídico internacional revela cuán ignorante y equivocado está nuestro vecino respecto a nosotros; qué poco nos entienden y qué ciegos están respecto a la realidad de su frontera internacional sur”.

- Afirmó que ha llegado la hora de que España aparque su “neocolonial reclamación para recolonizar nuestra tierra”.

- Nuestro país, aseguró, es una “joven democracia”.

- Rechazó radicalmente el Proceso de Bruselas, destacando que no habrá “nunca” ningún avance sin el consentimiento de Gibraltar. Añadió que el Proceso estaba difunto y era inviable.

- Calificó la reclamación de España como agresiva.

- Textualmente dijo que : “Como en años precedentes, debo llamar una vez más la atención de esta Comisión debido a que España ha continuado su agresión e invasión de nuestro mar territorial por la vía de barcos armados procedentes de sus fuerzas navales en clara violación del art. 74 de la Carta, contraria a la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar. Hoy hemos visto una incursión similar de un barco aduanero del Reino de España. Condenamos sus acciones que interfieren y provocan a la Marina Real y  a nuestras agencias de seguridad al tiempo que violan la ley marítima internacional. Esperamos sinceramente que de estas acciones imprudentes no resulte herida vida humana alguna”.


lunes, 5 de diciembre de 2011

DEL VALLE DE LOS CAIDOS A PROGRELAND

Pablo Molina en Libertad Digital Fin de Semana

 
A José Luis Rodríguez Zapatero ...  siempre se le ha atribuido un uso magistral de los tiempos en política, cosa que no es de extrañar porque la imaginación de los pelotas mediáticos especializados en dar jabón a los políticos en alza suele ser bastante limitada.

"Maneja muy bien los tiempos" es una expresión sintomática de cierto retraso mental que apenas significa algo; pero como suena un poco culta ....   la dicen y escriben constantemente, a ver si cuela. En general, ese soberbio manejo de los tiempos en política no es más que la inacción provocada por el estupor de unas circunstancias que sobrepasan la capacidad del protagonista, así que, más que manejar el tiempo, lo que hace el político en cuestión es un intento vano por detenerlo quedándose quietecito, a ver si los problemas se solucionan solos.....

En el caso de la proyectada conversión del Valle de los Caídos en un parque temático socialdemócrata, ni siquiera los aduladores más montaraces de ZP pueden afirmar que el todavía presidente ha realizado un ejercicio sublime de ponderación temporal, porque haber convocado a un panel de expertos en necrofilia ideológica sin tiempo para que su dictamen pueda ejecutarse demuestra que el leonés, en este caso también, ha realizado un cálculo de los plazos bastante deficiente. Para reformar en clave progresista la finca de Cuelgamuros hubiera sido necesario iniciar los trámites al comienzo de esta legislatura, .... las excavadoras progresistas hubieran tenido tiempo suficiente para convertir el Valle de los Caídos en un Progreland al que los hijos de las familias bien del franquismo, convertidos en socialistas de toda la vida, podrían estar llevando actualmente a su descendencia a pasar un fin de semana lisérgico, haciéndose fotos con actores disfrazados del Che Guevara y viendo documentales de dibujos animados explicando que la Guerra Civil, en realidad, la ganaron los rojos, es decir, los enemigos de los abuelos de las criaturas.

De hecho, si Zapatero hubiera sabido manejar los tiempos, los sociatas habrían tenido tiempo suficiente para exhumar los restos de Franco y proceder con él como los sucesores del papa Formoso allá por el siglo IX, al que desenterraron para someterlo a juicio en un concilio mucho más tétrico de lo habitual. A Su Santidad Formoso lo encontraron culpable, claro, mayormente porque llevaba ocho meses muerto cuando lo sentaron en la silla gestatoria ante el sínodo para escuchar las graves acusaciones que se le formulaban, y el pobre no atinó a defenderse con soltura. Tras la sentencia, sus restos fueron arrojados al Tíber y todas sus disposiciones y nombramientos, anulados. No conviene seguir este ejemplo al pie de la letra, porque, de hacer lo propio con Franco, una de las primeras consecuencias sería que su sucesor a título de rey quedaría deslegitimado de forma inmediata, precisamente lo que menos necesita ahora su yerno, como es bien sabido.

Con Franco no ha sido necesario llevar el rigor progresista a esos extremos porque su régimen ya ha recibido la condena de los socialistas, que son los que imponen la verdad histórica gracias a que el centro-reformismo patrio sólo se dedica a la economía, pero el hecho de haber dilatado tanto la decisión de arrasar un monumento religioso, como es en realidad el Valle de los Caídos, ha tenido como consecuencia que el PSOE ha perdido las elecciones sin tiempo siquiera para contratar las palas mecánicas y a los barreneros encargados de adecentar aquellos contornos en clave de progreso.

La reconversión del Valle de los Caídos en un parque temático progresista, ay, tendrá que esperar unos años más, al menos hasta que el PSOE vuelva a recuperar el gobierno, .... igual D. Mariano se muestra generoso con nuestras gentes de progreso y les autoriza a hacer lo que quieran con el Valle y con los restos de Franco y José Antonio. Las reformas económicas exigen tantos sacrificios...


sábado, 26 de noviembre de 2011

EL FIN DE LA DEMOCRACIA ANTIFRANQUISTA


No es en absoluto riguroso atribuir sólo a la mala gestión de la crisis económica la debacle electoral del PSOE .... En el socialismo español se produjo al final de la década de los años noventa del siglo pasado un agotamiento ideológico, una vaciedad de proyecto, que  Rodríguez Zapatero y su “Nueva Vía” trataron de compensar con la revitalización de un remozado antifranquismo. Aunque su generación no había protagonizado la transición democrática, la izquierda española del 2000 se legitimó con mayor énfasis que cualquier opción en su papel opositor al régimen de Franco. Esta circunstancia inspiró la nueva política  de las dos Españas –la de los vencedores y la de los vencidos-, obvió el pacto de amnesia y reconciliación que supuso la Constitución de 1978, y pretendió ajustar las cuentas de la izquierda sobre la derecha que quedaron supuestamente pendientes tras la muerte del dictador. ...

Rodríguez Zapatero y el PSOE .... y sin cercanía vital ni con la transición, ni mucho menos, con los años finales del régimen franquista, reactivó el mecanismo de la confrontación. De tal forma que lo progresista y de izquierdas era reivindicar a los vencidos, todos ellos representados en su abuelo fusilado por los franquistas, revivir el pasado a través de la memoria histórica y abordar desde la negociación un “proceso de paz” con la, para él y su entorno, última excrecencia del franquismo: la banda terrorista ETA. Como escribe Lamo de Espinosa, se trataba de reavivar el antifranquismo “contra el que se vive mejor” .... la “verdadera segunda transición sea pasar de una democracia antifranquista que ve el mundo por el espejo retrovisor a una democracia a secas que mira de frente al futuro.”

.... Una izquierda con aspiraciones de regeneración en España debe dejar ya de manosear las consecuencias de una contienda civil que queda distante –en la penumbra de la historia- para un porcentaje altísimo de los ciudadanos españoles. El mismo día en que el PSOE se derrumbaba en las urnas, el pasado 20-N, se cumplía el 36º aniversario del fallecimiento de Francisco Franco. Rodríguez Zapatero, pese a que los españoles de menos de 40 años no tenían uso de razón en aquel noviembre de 1975, se ha empeñado en vincular el corpus ideológico del progresismo socialista a una batalla quijotesca –pero también artera- contra los molinos de vientos del franquismo como si se tratase de una amenaza real a nuestras libertades y a nuestro sistema político.

Reiterar el recurso falsamente ideológico del antifranquismo como el gran proyecto del PSOE del siglo XXI ha resultado la crónica de un fracaso anunciado. El presidente del Gobierno ahora en funciones malgastó la figura de su propio abuelo; ha sido inoperante en los aspectos sustanciales de la rehabilitación de las injusticias que no se soslayaron en la transición; ha insuflado al entorno de ETA la esperanza cierta de poder replantear el modelo de Estado, alentando nuevas energías secesionistas y ha dividido profundamente a la opinión pública española como ningún otro gobernante que le precediese en el cargo. Y por fin, ha logrado destrozar a su partido que se encuentra en el vértigo del horror vacui. El republicanismo al que se apuntó Rodríguez Zapatero .... quedó reducido a una expresión vindicativa del pasado y a un revisionismo prepotente de la transición democrática.

Las soluciones del PSOE le dejan vacío

Un revisionismo que llevó al PSOE en el Gobierno a poner patas arriba la distribución territorial del poder (Estatuto catalán), o aplicar fórmulas radicales que quebraron los consensos sociales, como una ley del aborto que desbarataba la patria potestad de los progenitores u otra de matrimonios homosexuales que pudieron articularse como uniones civiles sin injerirse en la instituto civil heterosexual del matrimonio. Rodríguez Zapatero y su PSOE nunca estuvieron por fórmulas de integración si no por las llamadas “ultrasoluciones”. Al final, la endeblez del andamiaje ideológico no ha soportado el peso de la realidad y se ha desplomado. Que lo haya hecho un 20-N no deja de ser un sarcasmo que la historia dedica a aquellos que no la entienden ni saben interpretarla.

A la poquedad ideológica del PSOE de Rodríguez Zapatero .... se añadió la fragilidad técnica e intelectual de muchos de sus gestores políticos a los que la ensoñación de los tópicos del “providencial” leonés (la el optimismo antropológico, las ansias infinitas de paz, la extensión de los derechos, el talante como actitud de diálogo permanente ante los problemas), pareció ocultar el penoso panorama socio-económico que sus políticas improvisadas iban conformando. Cuando llegó la crisis, no la vieron; cuando la vieron, no supieron qué hacer con ella y ahora que han perdido el poder descubren que el PSOE se ha convertido en un cascarón vacío de ideas y de proyectos, en una marca desgastada por el anacronismo antifranquista de su todavía secretario general, y todo es desolación ante un horizonte cerrado y gris que no permite observar alguna salida a la debacle electoral.

Cuando se celebre el XXXVIII Congreso del PSOE en febrero alguien tendrá que ocuparse de evitar que se vuelva a tropezar en la misma piedra: en el ventajismo histórico de localizar en el antifranquismo la legitimación democrática y el proyecto ideológico perdidos. Porque cuando la derecha española, por méritos propios y deméritos del PSOE, logra alcanzar el poder democrático por segunda vez con mayoría absoluta –más amplia la del 20-N que la del 2000-, no hay ni franquismo ni antifranquismo que valga. ....

 

martes, 1 de noviembre de 2011

ZAPATERO: EL ÁNGEL CAÍDO


En la Iglesia de Peristerona, en Chipre, aparece pintada en un fresco en la pared la verdaderqa naturaleza de ZP, se trataba de un arcángel que se ha convertido en un ángel caído, en un converso, de ahí su odio y su incapacidad para entender las cosas terrenales. Es un fracasado del otro mundo que ha venido a éste para amargarnos la vida.

lunes, 17 de octubre de 2011

CONFERENCIA DE PAZ CONTRA LAS VÍCTIMAS DE ETA

La llamada “conferencia de paz” que se ha desarrollado en San Sebastián en pos de arropar el final de ETA es otro ejemplo de la autodestrucción del PSOE, porque esa conferencia, propiciada por el propio Zapatero -como lo prueba la presencia de su amigo Kofi Annan,  el promotor de la fracasada Alianza de Civilizaciones- sólo busca legitimar a ETA, para que no haya “vencedores ni vencidos” y para crear una farsa internacional en el que ETA anuncie el final de su violencia favoreciendo a Bildu en la elecciones. Y, de paso, regalando a Zapatero un pequeño triunfo en su despedida.

Conferencia de paz internacional en una zona de España donde sólo hay víctimas de una parte y violencia de la contraria. Una sociedad que según un ciudadano vasco -KOVA- se compone de:

- Un 20% aprox. que no son de ETA, que incluso no son partidarios de matar gente... pero que vota BATASUNA / BILDU. Muchos, simplemente ODIAN.

- Un 40% aprox. que comparten los fines, pero no los medios. Gentes tipo PNV / EA que van a Gandía o Benidorm [al estado opresor] en cuanto pueden. De los que dicen "en Euskalherria se vive muy bien" y tal, lo que sería cierto si no fuera porque ellos no tienen por qué preocuparse.

- Un 30% que no pertenece ni al primero ni al segundo grupos, que se limitan a sobrevivir... en silencio. Pueden compartir la tesis de que se vive muy bien, pero aunque no lo reconozcan [públicamente] saben que viven muy bien... mientras no se signifiquen públicamente.

- Un 10% que se la juegan, solos, estigmatizados como españolazos, fachas o "pesaos" [en el mejor de los casos].

Es decir, un 60% machacando política y socialmente al un 10% mientras otro 30% calla. 

Un 20% apoyando a los asesinos de ese otro 10%.

Un 60% gobernando durante 25 años mientras se asesinaba a ese 10%, y se acusa a España de opresión.

Unos extranjeros que desconocen la realidad de los útimos 35 años apoyando a ese 20% que respalda a los asesinos y a ese 40% que les comprende.

Se empeñan estos analfabetos de la violencia etarra en poner el acento en el “conflicto”, cuando aquí no ha habido realmente un conflicto sino un terrorismo unilateral que dura medio siglo, y que ha causado más de ochocientos muertos. Supone aceptar los planteamientos de la izquierda abertzale y, sobre todo de la organización terrorista, a la que, además se le da toda la razón cuando, en el punto cuarto, del comunicado se reproduce, casi literalmente, una de las peticiones de la banda armada, en el que se incluye la autodeterminación y el derecho a decidir.

Ante las recomendaciones de esos ignorantes, tan aplaudidas por el submundo criminal vasco y ese 40% de malditos apoyos, todavía hay quien prefiere apuntarse al decálogo de las víctimas del terrorismo:

1.- Respeto y sensibilidad con las víctimas en la opinión pública, evitando inferir un nuevo dolor añadido, evitando asimismo una susceptibilidad justificada entre quienes tienen las heridas más sensibles.

2.- Unas reglas de juego claras, comprensibles para todos, evitando capítulos de confusión pública.
 
3.- Es imprescindible resistir a la tentación de impunidad judicial o histórica para blindarnos contra cualquier táctica engañosa promocionada por el mundo de Batasuna o ETA.

4.- Antes del fin de ETA: No a la impunidad.
 
5.- Durante el fin de ETA. No a la impunidad.
 
6.- Tras el fin de ETA. No a la impunidad.
 
7.- Exigencia a ETA, Batasuna y al resto de su entramado político de la necesaria condena de la historia de ETA para volver a jugar en la política democrática, a fin de evitar una nueva tentativa de banalización, relativización y legitimación a posteriori de la misma.

8.- La política penitenciaria no debe convertirse en una política de gracia, porque no lo indica la ley y porque una aplicación laxa de la progresión de grados, supondría una forma de impunidad.

9.- Para la reinserción de presos de ETA, hay que tener en cuenta las vertientes pública y privada. La vertiente privada exige el reconocimiento del daño personal causado, la asunción de responsabilidades pecuniarias y la colaboración, en lo posible, con la justicia para aclarar y resolver los cientos de casos de asesinatos aún no esclarecidos y pendientes de juicio. La vertiente pública exige la denuncia pública del reinsertado de la violencia terrorista, lo cual lleva a exigirle que acepte el Estado de Derecho, así como la condena de los fines totalitarios que radican en la acción terrorista para favorecer la deslegitimación del terrorismo entre los niños y jóvenes que legitiman todavía tales prácticas.

10.- Las víctimas del terrorismo creemos que el hipotético final de ETA debe hacer posible el esclarecimiento de todos los atentados que están sin resolver y que suman centenares de asesinados, heridos, secuestrados y extorsionados sin autor conocido.

No hacía falta ninguna Conferencia Internacional con la presencia de tantos ignorante internacional, casi todos de pago (Tony Blair no asistió porque no el pagaban lo suficiente), entre ellos, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, que no puede haber aceptado ese papel en la Cumbre de San Sebastián sin conocimiento de Zapatero, aún Presidente del Gobierno, con el que ha colaborado activamente en su lamentable y carísimo proyecto de la “Alianza de las Civilizaciones” y con el que ha venido manteniendo, desde su salida del cargo, unas relaciones fluidas, hasta el punto que en algún momento le ha pedido el avión presidencial español para algunas giras internacionales. Para conseguir la paz en Euskadi, al margen de sus opiniones, solo hace falta el anuncio oficial de la disolución de la banda, la entrega de las armas y una declaración en la que se pida el perdón de las víctimas. Después vendrá la generosidad del Estado con los presos sin delitos de sangre, la legalización de sus partidos políticos, y la difícil reconciliación de una sociedad en la que el 10% son víctimas y el 60% son asesinos o sus hooligans.

Hoy hace veinte años que ETA dejó a unapequeña e inocente niña sin piernas y sin dedos en una de sus manos, convirtiendo su vida en un inmerecido infierno aunque ella siempre se haya mostrado fuerte, valiente y decidida. Irene Villa.