domingo, 14 de julio de 2013

LA DERIVA CONSTITUCIONAL SIN RUMBO DE NUESTROS PROGRES

Los años pasan, pero la confusión aumenta. Desde la Declaración de Granada a la actual propuesta federalista, el PSOE y los comunistas siguen empeñados en hacer el juego al nacionalismo soberanista que cuestiona la unidad de España y el principio constitucional de solidaridad, que debería ser prioritario desde una ideología de izquierda. Sin embargo, un partido en acelerado proceso de descomposición interna como el PSOE solo atiende a salvarse del naufragio a base de incoherencias y oportunismos, ya sea un federalismo imaginario o una «autodeterminación» regional. Este último es el caso notorio del PSC, porque Rubalcaba es incapaz de imponer su autoridad menguante y parece dispuesto a vender el último resto de coherencia permitiendo a los socialistas catalanes que voten a su gusto en el Congreso de los Diputados. La reacción fuertemente crítica de otras federaciones del PSOE es fiel reflejo de una fractura que deslegitima a la dirección actual.
El complejo socialista ante los nacionalismos catalán y vasco resulta sorprendente desde todos los puntos de vista. Lo peor de todo es que ofrece una grieta difícilmente superable para la respuesta firme del Estado a los desafíos soberanistas que Artur Mas y sus socios radicales aprovechan a su conveniencia. Los principios constitucionales en materia de organización territorial siguen siendo validos y lo que procede es exigir el cumplimiento riguroso de las leyes para evitar despropósitos soberanistas. Si Rubalcaba no puede o no sabe poner orden en su propia casa, da igual que intente lanzar frases de cara a la galería en contra del Gobierno que preside Mariano Rajoy. El asunto es muy serio, porque la España constitucional necesita un acuerdo de fondo, sin matices ni reservas, entre los grandes partidos nacionales para hacer frentes a las quimeras independentistas.

No hay comentarios: