jueves, 31 de mayo de 2012

GIBRALTAR QUIERE SEGUIR OCUPANDO AGUAS ESPAÑOLAS


Apropiaciones de territorios españoles por parte de Gibraltar

Gibraltar ha puesto una trampa a los pescadores españoles. Ha presentado un acuerdo por el que, si lo firman, ni el Gobierno ni la Guardia Civil podrán protegerles. Se trata de una maniobra perfectamente dirigida y orquestada. 

Gibraltar quiere que los pescadores de Algeciras y de la Línea de la Concepción firmen un acuerdo con el Gobierno de Fabian Picardo que implicaría el reconocimiento implícito de las leyes del Peñón, renunciando a la defensa de la soberanía española sobre sus propias aguas territoriales.

El pasado día 22 de mayo, a última hora de la tarde, los pescadores gaditanos afectados por el conflicto con Gibraltar emitieron un comunicado conjunto con el Gobierno del Peñón. Lo llamaron “Memorando de entendimiento para el establecimiento de un grupo conjunto de trabajo”. Están implicados el Ejecutivo de Picardo, el presidente de los pescadores de La Línea de la Concepción y el presidente de los armadores de la misma localidad.

El texto recoge, entre otros puntos, los siguientes:
  1. La Ley de Gibraltar debe ser protegida y las infracciones no puedes ser soslayadas o toleradas a cualquier distancia de la costa.
  2. La aplicación de la Ley de Gibraltar es competencia exclusiva de la Policía Real de Gibraltar, que es independiente del Gobierno.
  3. Los pescadores, por su parte, afirman que los métodos de pesca que vienen empleando durante hace años son legales en España y en la Unión Europa y que no dañan en ningún momento el medio ambiente marino.
  4. Establecen que todas las partes acuerdan que hay que proteger y preservar el medio marino.
  5. El grupo de trabajo informará al Gobierno de Su Majestad en Gibraltar.
  6. Se nombrará una comisión de expertos independientes.
  7. Se comprometen a lograr una mayor comprensión de las respectivas posiciones y a llegar a un acuerdo para satisfacer los objetivos de ambas partes.
  8. Destacan el espíritu de cooperación amistosa y de sentido común mostrado por todos hasta la fecha.
Hay que recordar que los ministros de Exteriores español y británico no pusieron ninguna pega a un acuerdo “local” entre pescadores y Gibraltar.

El peligro real de firmar un acuerdo

Si los pescadores llegan a suscribir este documento con Fabian Picardo tendrán serios problemas en el futuro. El llamado “Memorando de entendimiento para el establecimiento de un grupo conjunto de trabajo” es una trampa del Peñón que tendrá graves consecuencias, si lo suscriben. Por varias razones:

- En primer lugar, el acuerdo no vincula a ningún organismo público español.

- En caso de firmarlo, los pescadores españoles reconocerían implícitamente la jurisdicción de Gibraltar sobre una aguas que son españolas. Se encuentran en una tesitura, pues el Peñón ya les ha comunicado que si no lo reconocen les impedirán seguir ganándose la vida como lo han hecho durante generaciones.

- La colonia británica ahora sí podría imponer un régimen de licencias pesqueras, mayores restricciones en cuanto al uso de determinadas redes, reducción del número de barcos… Los pescadores tendrían que ‘tragar’ si firman dicho acuerdo.

- Los faenadores españoles, por tanto, quedarán a merced de Gibraltar. La legislación del Peñón, de hecho, establece que la validez y cumplimiento del acuerdo se deja al arbitrio de una de las partes (en este caso, el Peñón), quien podrá alterar o cancelar a su conveniencia dicho acuerdo. Esta situación está prohibida en la legislación española, pero no en la gibraltareña.

- La Guardia Civil no podría proteger a los pescadores españoles, pues, si firman, aceptarán las acciones de la policía gibraltareña.

- Gibraltar pretende involucrar también a los pescadores algecireños. Estos no asistieron a la negociación de la que salió dicho acuerdo, sino que solo acudieron los representantes de la Línea. Ahora, los profesionales de Algeciras han comunicado que consensuarán una postura común con sus ‘vecinos’ linenses.

- El Gobierno del Peñón también pretende que los pescadores renuncien a cualquier medida de presión. Gibraltar, por su parte, no se compromete a cejar en sus medidas.

El Peñón cuenta con servicios jurídicos de alto nivel, que estudian y se agarran a las cláusulas de una manera férrea. Los faenadores, en cambio, no cuentan con una asesoría jurídica a la altura de la de la colonia.

CAMBIOS EN EXTERIORES

La Oficina de Gibraltar del Ministerio español de Asuntos Exteriores tendrá nuevo jefe a partir del mes de agosto. Se trata del diplomático Ignacio Mongé, que se encontraba actualmente destinado en Paris. Mongé, de 42 años es licenciado en Derecho y tiene  por tanto formación jurídica, habría que comprobar de qué categoría.

El puesto se encontraba prácticamente vacante desde hace varios meses, ya que su anterior titular Juan José Sanz, fue nombrado cónsul en Francfurt, aunque durante un breve periodo de tiempo se hizo cargo de la Oficina Aurora Mejía, que lo dejó tras ser nombrada embajadora en Bosnia.

La vacante ha coincidido con unos meses muy movidos en las relaciones con el Peñón y con la llegada del nuevo ministro, José Manuel García-Margallo, y del ministro principal gibraltareño, Fabian Picardo. Pese a la ausencia del titular, la Oficina, que depende de la Dirección General de Política Exterior para Europa, ha seguido trabajando en los contenciosos surgidos, contando, sobre todo, con la labor de otro diplomático, Javier Istúriz, versado también en asuntos jurídicos, y de Alfonso Urzaiz, un funcionario del Ministerio que lleva muchos años dedicado a los asuntos de Gibraltar y los conoce al dedillo.



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