viernes, 1 de abril de 2011

PERLAS ANTES DEL FIN DE SEMANA

España es el único país de toda la Unión Europea y de la Eurozona que supera la barrera del 20% de tasa de paro. Según los datos de febrero hechos públicos hoy por Eurostat, nuestro país es el campeón del paro en el continente, con un 20,5%. Y después de siete años de gobierno siguen echando la culpa a Aznar.

El presidente catalán, Artur Mas, votó ayer, de forma anticipada y a favor de la independencia, en la consulta de autodeterminación de Cataluña convocada en  Barcelona y que tiene como última cita en las urnas el próximo 10 de abril. Mas se une así a otros miembros de su gobierno y al ex presidente Jordi Pujol, que reveló ayer que ya había votado de forma anticipada en la consulta soberanista, de carácter popular pero sin efectos jurídicos, y que lo hizo en favor de la independencia de Cataluña. ¿Porqué no se largan de una vez y se dejan de teatros? Yo, por mi parte, miro las etiquetas de todos los productos que compro y pienso "con mi dinero, NO".

Obsesionado por pasar a la Historia como el gran pacificador, subordinó al «Proceso» toda la estrategia del Estado y se convirtió en rehén político de unos terroristas. Desairó a las víctimas, descolgó a la oposición, irritó a los jueces y desdeñó las lecciones del pasado —las de Aznar y las de González— con un optimismo ciego, iluminado y arrogante. Pero todo eso lo hizo desde una infinita torpeza autocomplaciente, desde un adanismo elemental y suicida. Confió en la palabra de un grupo de asesinos, y encima eligió para negociar con ellos a un manojo de ineptos encabezado por ese delirante visionario que se llama Jesús Eguiguren. No es que el líder socialista sea hombre de grandes anclajes intelectuales y sólidas convicciones ideológicas; pero su sueño de poder, el que construyó acurrucado y silente durante años de irrelevancia parlamentaria, le llevaron a esperar mejores resultados de los que hoy tiene a la vista: una España sin pulso económico, vibración nacional, latentes tensiones sociales, paupérrima en su vida cultural y con el sostén principal de nuestros socios europeos, asustados porque, como el propio Zapatero se harta de repetir, no somos Portugal, Irlanda o Grecia. Somos 46 millones de vecinos y un porcentaje importante en el PIB de la Unión y en el peso del euro. Pero ¿es que ha acertado en algo este Presidente? Entre mentiras, ocultaciones y fracasos, no ha acertado ni sabiendo los números de la Primitiva por adelantado.

Definitivamente el país mágico de Zapatero no sabe crear riqueza. Estamos volcados en redistribuir pobreza. Y condenados a hacerlo cuando se haya ido. Eso es el socialismo español y no otra cosa, excepto cuando se trata del bolsillo propio, para ese son muy celosos.

Dominan el arte de la mentira como nadie. Claro que no hacen otra cosa que mentir. Saben, por tanto, que cuanto más grande es la mentira, más fácil es colarla, pues su magnitud deslumbra al auditorio. Ahora nos dicen que las promesas que hacían a Eta eran falsas, que sólo trataban de engañarla, para que dejase de matar. Listos que son los chicos. Lo malo es que los hechos demuestran que tales promesas no eran ficciones, sino realidades: se relevó al fiscal incómodo, Fungairiño, se dejó en libertad a De Juana, se continuaron los contactos después del atentado de Barajas, por citar sólo unos cuantos hechos que contradicen la supuesta táctica sibilina del Gobierno en sus conversaciones con Eta. No, no era Eta a la que quería engañar. Era a los españoles. Y nos ha seguido engañando desde entonces, hasta que la verdad le ha acorralado. Porque la verdad puede taparse por un tiempo más o menos largo —depende de la calidad democrática de un país—, pero no puede borrarse. La mentira, tampoco. ..... Los españoles vivimos bajo un gobierno que se mantiene en la mentira permanente y sólo sale de ella cuando la realidad le obliga a reconocerlo. Pero incluso entonces trata de enmascararla de virtud. Del mismo modo que negó la crisis económica hasta que Europa le forzó a aceptarla, continuó dando crédito a Eta cuando Eta había demostrado de sobra no merecerla. ¡Y ahora se queja de que demos más crédito a Eta que a él! Aunque eso no es lo peor. Lo peor es que los españoles nos hemos acostumbrado de tal forma a la mentira que ya no nos indigna. Cuando la verdadera libertad es liberarnos de la mentira. O sea, que, en cierto modo, seguimos siendo esclavos de nuestros gobernantes. "Los españoles merecen un Gobierno que no les mienta". O sí, no sé, qué sabe nadie.

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