Ayer mi hija fue a una farmacia para que le realizaran una perforación en el lóbulo para un segundo pendiente. La farmacéutica le entregó un formulario en el que debían figurar los datos personales de los padres y su firma para que autorizasen la pequeña incisión.
Sin embargo, mi hija de 16 años sí puede acudir a esa misma farmacia y pedir a la misma farmacéutica una píldora abortista para el día después, y se la entregarán sin problemas y sin problemas. Incluso puede ir a un clínica abortista y que le practiquen un aborto sin necesidad siquiera de que yo tenga conocimiento de la intervención.
Esa es la lógica de este gobierno socialista que lleva siete nefastos años dirigiendo el país. Es más serio e importante la colocación de un piercing que la realización de un aborto a una menor, que no tiene ni idea de las consecuencias que puede tener su decisión de abortar.
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