La urbanización de Sotogrande en Algeciras es residencia habitual de los habitantes de Gibraltar, por su cercanía al Peñón y por las exclusivas instalaciones que ofrece. Sin embargo, el nuevo ministro principal de la colonia ha descartado vivir allí porque no quiere pisar suelo español. Uno de los argumentos más empleados por el propio Picardo para distanciarse de Peter Caruana, su antecesor en el Gobierno gibraltareño, ha sido su campaña a favor de vivir en la colonia, frente a la decisión del anterior ministro principal del Peñón de establecer su residencia familiar en Sotogrande. El líder del Partido Socialista Laborista ha comentado a los suyos que jamás viviría en España, ya que la calidad de vida en el Peñón es “incomparable”. Para él, “cuantas menos veces tenga que pisar suelo español, mejor, ya que en ningún sitio se puede tan bien como en Gibraltar”.
Más de cinco años en Oxford: Pese a su defensa de la vida en la colonia, Fabian Picardo ha estado más de cinco años viviendo lejos de su hogar, residió durante toda su carrera de Derecho en el Oriel College de la Universidad de Oxford. Al regresar a Gibraltar, una vez obtenida la licenciatura, comenzó a trabajar en el bufete de abogados fundado por sir Joshua Hassan, Primer Ministro de Gibraltar durante 17 años, y considerado por los británicos como “el salvador”, al haber impulsado en la colonia las primeras instituciones locales que blindaron el llamado autogobierno. Su experiencia en dicho despacho le ayudó a dar el salto a la política y convertirse en el azote de Peter Caruana, al que acusó de ser “demasiado blando” en la relación con España.
Defenderá la soberanía del Peñón en Estados Unidos: además de su renuncia a vivir en suelo español, Fabian Picardo ha anunciado a los suyos que se convertirá en patrón del Consejo Americano, un organismo que se creó en Nueva York para difundir la “identidad de Gibraltar” y defender su soberanía. El consejo contará con una delegación de cincuenta personas, procedentes en su mayoría del Peñón. No obstante, el ministro principal también quiere implicar a políticos y activistas de otros estados, y tiene casi cerrada la participación de representantes de Texas y Florida.
Más de cinco años en Oxford: Pese a su defensa de la vida en la colonia, Fabian Picardo ha estado más de cinco años viviendo lejos de su hogar, residió durante toda su carrera de Derecho en el Oriel College de la Universidad de Oxford. Al regresar a Gibraltar, una vez obtenida la licenciatura, comenzó a trabajar en el bufete de abogados fundado por sir Joshua Hassan, Primer Ministro de Gibraltar durante 17 años, y considerado por los británicos como “el salvador”, al haber impulsado en la colonia las primeras instituciones locales que blindaron el llamado autogobierno. Su experiencia en dicho despacho le ayudó a dar el salto a la política y convertirse en el azote de Peter Caruana, al que acusó de ser “demasiado blando” en la relación con España.
Defenderá la soberanía del Peñón en Estados Unidos: además de su renuncia a vivir en suelo español, Fabian Picardo ha anunciado a los suyos que se convertirá en patrón del Consejo Americano, un organismo que se creó en Nueva York para difundir la “identidad de Gibraltar” y defender su soberanía. El consejo contará con una delegación de cincuenta personas, procedentes en su mayoría del Peñón. No obstante, el ministro principal también quiere implicar a políticos y activistas de otros estados, y tiene casi cerrada la participación de representantes de Texas y Florida.
Fabián Picardo, endurecerá la relación bilateral de la colonia británica con España. Picardo, nieto de una republicana española, quiere seguir ganando terrenos al mar y no se muestra muy partidario del uso conjunto del aeropuerto, dos de los asuntos más polémicos que afrontará el nuevo líder gibraltareño. La victoria del nuevo líder del GSLP (Gibraltar Socialist Labour Party) rompe la hegemonía de 15 años en el Gobierno del conservador Peter Caruana, que pasará a la oposición. Picardo sustituyó el pasado mes de abril al histórico Joe Bossano en el liderazgo del partido de izquierdas. Su victoria, muy ajustada (diez escaños frente a siete), ha sido sorprendente. Se trataba más bien de un candidato de proyección a medio plazo que un político con posibilidades de éxito electoral inmediato. “Nunca habrá ningún acuerdo con España que haga concesiones sobre el aeropuerto o ninguna otra parte del territorio gibraltareño en tierra, mar o aire”, zanjó Picardo ante cualquier duda sobre la soberanía de la colonia, además de rechazar la inclusión de las aguas que rodean Gibraltar como Lugar de Interés Comunitario (LIC) de protección medioambiental
El aeropuerto de Gibraltar, situado a apenas a 500 metros de la ciudad, inauguró a finales del mes de noviembre una nueva terminal que ha contado con una inversión de 76 millones de euros y se extiende sobre unos 20.000 metros cuadrados. Aún queda por completar la parte destinada a la aviación privada y la zona noreste, pendiente de la construcción del acceso español, que estará situado en La Línea y cuya ejecución corresponde al Gobierno central, aunque está pendiente de la enajenación de los terrenos por parte del Ayuntamiento linense.
La oposición gibraltareña mantenía desde hace años un profundo recelo de las relaciones de Gibraltar con España. La visita en julio de 2009 del ministro Miguel Ángel Moratinos causó un gran malestar que no pasó desapercibida. La oposición acusó de “agresor” a Moratinos. También consideró el encuentro con Peter Caruana, ministro principal de Gibraltar, y el canciller británico David Miliband, de “totalmente inaceptable”.
Las aguas territoriales que rodean el Peñón fueron la causa del problema. Exteriores las considera españolas y Caruana llamó a la rebelión contra la Guardia Civil. “No hay que hacerles caso”, desafió el ministro gibraltareño. Los independentistas de Gibraltar no olvidan la reivindicación del Gobierno español, que incluso barajó la suspensión de visita de Moratinos, la primera de un ministro desde que el Reino Unido lograra el control del territorio en 1704.
En Gibraltar no hay rastro de crisis. Con apenas un 1% de desempleo (400 parados en una población de unos 40.000 habitantes), 5.000 residentes de La Línea de la Concepción trabajan en El Peñón. “Nos afecta cualquier decisión de Gibraltar”, reconoció la alcaldesa del municipio linense, Gemma Araujo, que rige un ayuntamiento que se encuentra con una situación absolutamente diferente a la de su vecino: debe a sus trabajadores municipales seis meses de nómina.
El aeropuerto de Gibraltar, situado a apenas a 500 metros de la ciudad, inauguró a finales del mes de noviembre una nueva terminal que ha contado con una inversión de 76 millones de euros y se extiende sobre unos 20.000 metros cuadrados. Aún queda por completar la parte destinada a la aviación privada y la zona noreste, pendiente de la construcción del acceso español, que estará situado en La Línea y cuya ejecución corresponde al Gobierno central, aunque está pendiente de la enajenación de los terrenos por parte del Ayuntamiento linense.
La oposición gibraltareña mantenía desde hace años un profundo recelo de las relaciones de Gibraltar con España. La visita en julio de 2009 del ministro Miguel Ángel Moratinos causó un gran malestar que no pasó desapercibida. La oposición acusó de “agresor” a Moratinos. También consideró el encuentro con Peter Caruana, ministro principal de Gibraltar, y el canciller británico David Miliband, de “totalmente inaceptable”.
Las aguas territoriales que rodean el Peñón fueron la causa del problema. Exteriores las considera españolas y Caruana llamó a la rebelión contra la Guardia Civil. “No hay que hacerles caso”, desafió el ministro gibraltareño. Los independentistas de Gibraltar no olvidan la reivindicación del Gobierno español, que incluso barajó la suspensión de visita de Moratinos, la primera de un ministro desde que el Reino Unido lograra el control del territorio en 1704.
En Gibraltar no hay rastro de crisis. Con apenas un 1% de desempleo (400 parados en una población de unos 40.000 habitantes), 5.000 residentes de La Línea de la Concepción trabajan en El Peñón. “Nos afecta cualquier decisión de Gibraltar”, reconoció la alcaldesa del municipio linense, Gemma Araujo, que rige un ayuntamiento que se encuentra con una situación absolutamente diferente a la de su vecino: debe a sus trabajadores municipales seis meses de nómina.
Por parte española, en el equipo del Ministro de Exteriores Margallo consideran que la mejor fórmula para Gibraltar sería conseguir una cosoberanía para la colonia británica de manera temporal. Es decir, España y Reino Unido compartirán su soberanía durante un tiempo limitado, pero siempre en constante negociación con un único objetivo: la total recuperación del Peñón en un tiempo razonable tal y como reconocen las resoluciones de Naciones Unidos. Este es, precisamente, el principal punto de apoyo de la postura del Ministerio: la ONU reconoce que Gibraltar debe ser español, tal y como bromeó el propio García-Margallo con un eurodiputado hace unos días.
España sí estaría dispuesta a permitir que Reino Unido conservara una base naval con un estatus propio, tal y como ocurre en Rota con Estados Unidos. En Exteriores aseguran que, según las informaciones de las que disponen, Reino Unido tampoco vería con malos ojos la devolución del Peñón. Históricamente, Gibraltar ha sido una fuente de problemas para Londres (presupuestos, gastos militares, blanqueo de capitales, sede de negocios de dudosa legalidad, fuente de fricción permanente con la diplomacia española) y es una opción que los británicos tienen sobre la mesa. Otro punto de apoyo para la postura española es el Tratato de Utrech, donde se establece que Gibraltar, sino es británica, debe ser española. Exteriores no contempla en ningún caso la realización de un referéndum en Gibraltar para que sus ciudadanos puedan pronunciarse sobre a qué nación quieren pertenecer. Existe, además, un precedente negativo: en 2002, Peter Caruana planteó un plebiscito y el resultado fue un contundente ‘no’.
Las negociaciones de 2002: Entre 2001 y 2002, los Gobierno español y británico se sentaron a negociar de manera bilateral sobre Gibraltar, lo que supuso el mayor avance hasta la fecha en el contencioso. Por entonces, los cabezas de los Ministerios eran Josep Piqué y Jack Straw. Reino Unido quiso ganarse el apoyo de España en la progresiva ampliación de la Unión Europea y le ofreció el ‘caramelo’ de Gibraltar a cambio. Por entonces, Tony Blair era un destacado europeísta y la colonia constituía una anacronía en una Europa unida. No hubo ningún pacto secreto, ni Gibraltar fue apartado del contenido de la negociación (Caruana era puntualmente informado por el ministro Hain). Es más, el primer ministro gibraltareño propuso una cosoberanía para el Peñón al estilo andorrano, algo a lo que estaría dispuesta ahora España como medida transitoria. Andorra dispone de parlamento propio, bandera propia, sistema judicial, aduanas… pero es independiente y con representación en la ONU. Los contactos se rompieron con la llegada de Ana Palacio al Ministerio.
Pero la posición británica sigue siendo opuesta a la española, sin estridencias pero contraria. El embajador del Reino Unido en España, Giles Paxman, ha insistido en que Gibraltar no pasará a estar bajo soberanía española sin la celebración previa de un referéndum, en el que los habitantes de la colonia decidan si quieren cambiar o no de estatus. Paxman ha defendido esta postura en un desayuno informativo organizado por la entidad Executive Fórum España en un hotel de Madrid. "No vamos a permitir que los habitantes de Gibraltar pasen a la soberanía de otro país en contra de sus deseos manifestados democráticamente a través de una consulta. Es un principio muy fuerte paran nosotros", ha sostenido. Ha reconocido que el derecho de autodeterminación no está recogido en la Constitución española, pero ha reivindicado el que los llanitos "puedan tener algo que decir sobre su futuro".
Según Paxman, el Reino Unido "no va a olvidar" el compromiso adoptado con los gibraltareños, a pesar de la insistencia del Gobierno de Mariano Rajoy de volver a reanudar las negociaciones sobre la soberanía del Peñón, interrumpidas en 2002. En su comparecencia ante el Congreso el pasado día 22, García-Margallo emplazó a Londres a restablecer este diálogo "cuanto antes". El embajador ha vuelto a rechazar la oferta de García-Margallo y ha dejado claro que no se negociará si los gibraltareños no dan su visto bueno. "La posición británica es bien conocida y no ha cambiado. En temas constitucionales, hay que tener en cuenta la opinión de la gente", ha apuntado. El Ejecutivo del PP esgrime que el llamado Proceso de Bruselas (1984) firmado entre España y el Reino Unido estipula que el diálogo sobre la soberanía debe ser bilateral y que un eventual acuerdo no puede ser vetado por la población de la colonia.
Paxman, no obstante, ha subrayado el deseo del Gobierno británico de "hacer todo lo posible" para fomentar la colaboración entre las autoridades del Peñón y la comarca vecina del Campo de Gibraltar "en beneficio mutuo". El embajador no ha hecho referencia a la solicitud de García-Margallo de que el Foro de Diálogo (España, Gibraltar y Reino Unido) pase a ser cuatripartito con la incorporación del Campo de Gibraltar, una petición que ya se descartó por parte del Gobierno británico.
Según Paxman, el Reino Unido "no va a olvidar" el compromiso adoptado con los gibraltareños, a pesar de la insistencia del Gobierno de Mariano Rajoy de volver a reanudar las negociaciones sobre la soberanía del Peñón, interrumpidas en 2002. En su comparecencia ante el Congreso el pasado día 22, García-Margallo emplazó a Londres a restablecer este diálogo "cuanto antes". El embajador ha vuelto a rechazar la oferta de García-Margallo y ha dejado claro que no se negociará si los gibraltareños no dan su visto bueno. "La posición británica es bien conocida y no ha cambiado. En temas constitucionales, hay que tener en cuenta la opinión de la gente", ha apuntado. El Ejecutivo del PP esgrime que el llamado Proceso de Bruselas (1984) firmado entre España y el Reino Unido estipula que el diálogo sobre la soberanía debe ser bilateral y que un eventual acuerdo no puede ser vetado por la población de la colonia.
Paxman, no obstante, ha subrayado el deseo del Gobierno británico de "hacer todo lo posible" para fomentar la colaboración entre las autoridades del Peñón y la comarca vecina del Campo de Gibraltar "en beneficio mutuo". El embajador no ha hecho referencia a la solicitud de García-Margallo de que el Foro de Diálogo (España, Gibraltar y Reino Unido) pase a ser cuatripartito con la incorporación del Campo de Gibraltar, una petición que ya se descartó por parte del Gobierno británico.