domingo, 25 de septiembre de 2011

LA ÉTICA PERIODÍSTICA DE EL PAÍS

A menos de dos meses de las elecciones, El País, consciente de que Mariano Rajoy será el próximo presidente del Gobierno salvo sorpresa mayúscula, se empeña en atacar su imagen y la del partido que lidera

El periódico le dedica este domingo 25 de septiembre una gran foto de portada debajo de la que se lee: Mirando a La Moncloa. Pero en las páginas interiores El País aprovecha para desenterrar los viejos fantasmas de Rajoy y para destacar los que considera sus defectos por encima de sus virtudes.

El candidato forjado en la supervivencia, se titula el texto firmado por el periodista José Luis Barbería., y que comienza resaltando que Rajoy "carece del carisma de otros líderes y de la popularidad de su oponente Rubalcaba", y de "estar reñido con la mercadotecnia y los medios audiovisuales". "Le ha costado tres décadas presentar sus credenciales de ´casi seguro presidente de Gobierno´", continúa un reportaje en el que se define al líder de los populares como "un superviviente nato que acostumbra a ganar por abandono, desistimiento, del contrario". Hasta mete por medio a su mujer: "Nuestro hombre ha vuelto de vacaciones con aspecto saludable y rejuvenecido, como si la emulsión ´frescura juvenil Elvira Fernández´, su mujer, 10 años más joven, le acompañara también en su despacho de la madrileña calle de Génova".

El reportaje es un compendio de dardos envenenados camuflados bajo la apariencia de una radiografía del próximo presidente del Gobierno. Hasta el hecho de que Rajoy salga a andar por las mañanas es motivo de mofa: "Hay que imaginarse al gigantón barbudo y algo desgarbado caminando velozmente a grandes zancadas como el señor de los bosques de la sierra madrileña". Como también las clases de inglés que recibe en casa cada semana: "Es dudoso que tres horas semanales en la lengua de Shakespeare le permitan ir más allá de un chapurreo básico de andar por casa". Y yo me pregunto: ¿lo intentó alguna vez Zapatero antes de ser Presidente?

Continua identificándole como "amigo del buen comer y beber" que suele mantener "largas sobremesas" y que "se pone irritable" cuando no cubre "sus mínimos de sueño". Y como un político "lacónico, socarrón, de ironía no siempre perceptible, desordenado y hasta caótico en sus cosas". Además, subraya que "su imagen de bon vivant ha perdido rotundidad" y que es "la antítesis del líder épico de personalidad arrolladora, pero forjado con un material altamente resistente a las hogueras domésticas y a las celadas".

En el reportaje le clavar la puntilla: "La pregunta, entonces, es qué grado de dependencia tiene el PP de Rajoy respecto a esa derecha bronca habituada a tocar tambores un día sí y otro también. ¿Y cuánto tardaría ese mundo radicalizado en volver a sus hábitos y fabricarse una alternativa si la política del nuevo Gobierno no colmara sus presupuestos ideológicos?". Ya está otra vez El País repartiendo carnets de buen demócrata. Si la derecha defiende sus postulados y no se pliega a la corrección política que El País nos ha señalado los últimos treinta años es poruqe está radicalizada y le gusta la bronca.

Esperemos que por nuestra salud democrática la crisis se lleve por delante a este grupo depredador cuanto antes.


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